Disclaimer: nada de A song of Ice and Fire me pertenece

Nota del autor: este fic es para Soy the Rev Stalina (el Arys/Arianne), MikahBabaSonica (el Arya/Gendry), Flor-LupinSparrow (el Ned/Catelyn) y Sadie Mapes(el Oberyn/Ellaria)


El Juego de Tronos

El caballero de la brillante armadura no le había quitado ojo desde que llegó, escoltando a su preciada princesa. Pero Arianne también era una princesa. Y sólo los dornienses de alta cuna podían codiciarla. Un caballero, un miembro de la Guardia Real… Ni siquiera debería atreverse a mirarle a los ojos.

Pero Oakheart… Él no le miraba con codicia, lo hacía con lascivia, con deseo, con el ansia que alguien tiene por llevar al lecho a la mujer amada. Sin embargo, Arianne no sentía lo mismo. Arys Oakheart era apuesto, sí. Alto, fornido, bien afeitado… Habría sido el sueño y deseo de cualquier doncella, pero el muy idiota había preferido colgarse la blanca capa a los hombros, renunciar a la vida de celibato y servir a un rey niño sobre un trono demasiado grande y traicionero.

Pero eso no quería decir que Oakheart no tuviese ese instinto animal, propio de los hombres, ese anhelo que le hacía buscar a miembros del sexo opuesto. Capas blancas… Arianne escupía sobre las capas blances. Obligar a un hombre a ser célibe, máxime a uno como Arys Oakheart, era un crimen contra la naturaleza. Leyes estúpidas, inútiles, obsoletas… Si Oakheart fuera guardián de su padre, Doran Martell, no se le obligaría a ser casto. Podría follar con quien quisiese y cuando quisiese. No por ello su honor quedaría impune.

Pero, a fin de cuentas, Arianne siempre volvía a las mismas. No sentía nada por Oakheart, eso era cierto. Y sin embargo, no podía, simplemente, mostrarse indiferente. Oakheart quería jugar, se le notaba en la mirada. ¿Y quién no decía que Arianne también quería jugar? Pero Arianne jugaba a un juego mayor, al Juego de Tronos, donde ganas o mueres. Y si algo era Arianne, era una excelente jugadora. O eso creía ella. Oakheart sólo era una pieza, un peón, alguien que jugaba sin saberlo. Alguien que formaba parte de un plan mayor, de una idea sobre derrocamiento y venganza. Venganza por la muerte de Oberyn Martell, su tío, asesinado por la Montaña…

Sí, a fuego se le quedaría grabado aquel momento, cuando la princesa Myrcella y Oakheart revelaron que Oberyn había muerto en Desembarco del Rey, defendiendo la inocencia de un enano. De un Lannister. Todos quedaron consternados, pero su padre… Oh, su padre no hizo ni dijo nada. Les dio pan y sal a los invitados y los acogió bajo su techo.

Pues bien, si Oakheart quería jugar, jugaría pues.

―¿No sois vos un Caballero de la Guardia Real, Ser Arys?

―Lo soy, princesa. Y debo, por tanto, contenerme.

Pero Arianne ya había desplegado sus piezas sobre el tablero. Acarició una de las mejillas afeitadas del célibe caballero.

―¿Seguro que queréis hacerlo, Ser?