Hoy es mi cumpleaños, horrible, odio los cumpleaños, todos parecen pasarlo mejor que yo. Viene la gente, come, habla, me traen regalos -de los cuales solo aciertan algunos en las cosas que me gustan- sonrió cada vez que me dicen "feliz cumple". En fin, paso el día con gente cuando me gustaría pasarlo sola en mi cuarto con música, leyendo y quizás viendo una peli y no tratando de estar en todas las diferentes conversaciones. Además es raro cuando mezclas tus amigos del colegio con los que conoces por tus papas o por algún deporte o tus amigos del barrio, se siente como querer ver una película mientras lees un libro, muchas cosas para una sola.
A todo esto agregale que en realidad no tengo ninguna mejor amiga, como en las películas o libros o historias. Tengo un grupo de amigas, si y les cuento todo y las quiero pero no tengo a nadie que sea inseparable a mí. Con quien iría en estas. La mejor parte de mi día fue a la noche cuando vino mi familia, pero no me malentiendan, no quería ver a mi familia, quería ver a mi abuela materna, mi persona favorita en el mundo. Es una señora rodeando los 70 con pelo cortito con rulos rubios, medio rechoncha y bajita. Pero no te imagines a una típica abuela dulce, mi abuela se mueve a base de movimientos bruscos y tiene un carácter súper fuerte -lo que hace que la quiera tanto- y siempre dice lo que piensa, aunque a veces lastima sé que siempre puedo contar con que me va a decir la verdad, no como el resto de mi familia que se la pasa escondiendo cosas como que mi abuelo paterno tiene un hermano o que mis tías no son realmente mis tías si no tiastras (ya que en realidad tienen otro papa y no el mismo papa que mi papa) o cosas un poco más terribles como que mi tío no reconoció a mi primo como hijo hasta sus 5 años. Bueno basta de ejemplos. Lo que paso fue que estaba hablando con mi abuela y de repente me interrumpió en lo que le estaba contando:
-Por abajo de la mesa, agarra el cuaderno -dijo y me paso un cuaderno negro (en el que estoy escribiendo en este momento).
El cuaderno tenía una frase escrita la cual leía "Para que guardes tus aventuras"
-¡Qué lindo Abuela! Me encanta
-En serio? -pregunto- Abrilo, hay algo más.
Lo abrí y había una hoja impresa de oficina. Tenía mi nombre, mis datos y datos de un pasaje. Era un viaje. Un viaje a Madrid, Paris y luego Ámsterdam. Mire a mi abuela a los ojos y me sonrió.
-Felices 16 -Fue su respuesta-. Contale a tu mamà
Me di vuelta y le conté. Pronto se enteraron todos y me felicitaron. El resto de la noche termino rápido y acá estoy, por primera vez escribiendo un cuaderno, perdón si soy mala pero por lo menos sirve para escribir lo que pienso.
Chiara Gracielly
