Disclaimer: DBZ no me pertenece
Sus lágrimas eran imparables, al igual que sus movimientos frenéticos. No quería para nada del mundo que su hijo Goten la viera de esa manera: devastada, rota y angustiada hasta la médula.
Su marido y su hijo estaban participando en un torneo, el cual el resultado definiría si su universo sería eliminado o no. Confiaba en Goku y Gohan pero su preocupación y tristeza aumentaban cada minuto. Lo peor de todo, es que esta situación la había iniciado su propio marido, tan sólo para poder pelear con oponentes fuertes. ¡Maldito inconsciente! Ahora todos corrían verdadero peligro.
Todos la tildaban como una madre exagerada y de alguna forma sentían pena por su esposo. ¿Acaso nadie podría ponerse por una maldita vez en su lugar? Las miles de veces que fue abandonada por Goku dejándola sola en la crianza de sus hijos, tener que trabajar horas extras para poder alimentarlos, llevar a su hijo mayor a las batallas. No. Ya no lo iba a permitir.
Había pensado en eso las últimas semanas: Goku le trajo más tristezas y amarguras que felicidad. Obviando el hecho de que le dio dos hijos preciosos, los cuales amaba más que nada en el mundo. Pero lo del torneo, sin duda, fue la gota que rebalsó el vaso.
—Mami ¿te encuentras bien? –Goten se refregó los ojos y se acercó a ella.
—¡Claro que si, pequeño! —pronunció como pudo, limpiándose las lágrimas con rapidez—ve a dormir, bebé.
Goten frunció el ceño y se acercó a ella para brindarle un cálido abrazo. Uno que ella necesitaba con vehemencia y no se atrevía a pedir por lo tonto que sonaba hacerlo. Sostuvo unos minutos más a su retoño y le dió un cálido beso en la mejilla.
—No me gusta verte mal, mamá. ¡Ya verás que mi hermanito soluciona todo! —exclamó con alegría, porque confiaba plenamente en el poder de su hermano y sabía que si él se enojaba de verdad, podría hacerle frente a cualquiera.
Pero lo que a Milk le llamó la atención, es que él en ningún momento mencionó a su padre.
—¿Y qué hay de tu padre, hijo? —preguntó cautelosa.
Goten desvió la mirada y bajó la cabeza. —Buenas noches, mamá.
Fue lo último que pronunció antes de volver a acostarse a dormir. Frunció el ceño y al instante lo deshizo al sentir un pequeño alivio. Por fin alguien no tenía como número uno de héroe a Goku.
Pensar en aquello la hizo sentirse algo culpable, después de todo estaba casada con él hace más de veinte años y hasta formaron una bella familia. Gohan era un adulto increíblemente gentil, inteligente y amable; Goten era dulce, inocente y de buen corazón. Los dos representaban la misma luz en una habitación a oscuras. Ellos eran la definición de pureza y bondad, la segunda adquirida mayormente por Goku.
Se refregó los pantalones holgados que llevaba y decidió prepararse un té de hierbas, su favorito. Tal vez eso la relajara un poco, aunque la preocupación la perseguía desde que era apenas una cría.
Volvió a pensar en el tema de su esposo, como los últimos días y se sintió mas segura de tomar la gran decisión. Sabía que iba a sufrir muchísimo en el proceso, pero simplemente debía hacerlo. Porque ya no tenía edad como para andar soportando sus constantes abandonaciones. Ni Vegeta hacía eso con su esposa, Bulma. Milk lo consideraba un bastardo, pero él nunca se separó de su familia e incluso dio la vida por ellos sabiendo perfectamente que iría al infierno. Después de todo, no era tan malo como les hacía creer.
Abrió los ojos desmesuradamente cuando una figura con dos dedos en la frente y un acompañante detrás de él sonreían cansados. —¡Gohan! —corrió rápidamente hacia su hijo, abrazándolo con tanta fuerza que hasta soltó un chillido leve.
—Goku.. —lo vio ahí, parado con heridas en su cuerpo. Lo abrazó con cuidado y apoyó su cabeza en sus pectorales. Maldición, iba a extrañar muchísimo hacer eso.
Él correspondió el gesto pero la apartó delicadamente, centrándose en su hijo menor que venía corriendo para abrazar con toda la efusividad del mundo a su hermano.
—¡Lo hiciste, Gohan! —exclamó con alegría.
—En realidad lo hicimos en equipo, hermanito. Y mamá, sé que estabas preocupada por nosotros, realmente lo siento—le acarició el hombro.
Ella sonrió.
—Lo estuve, pero ahora que están aquí sanos y salvos me pone tan contenta que a pesar de la hora les haré un delicioso banquete—ante esto, los ojos de Goku brillaron con intensidad—bueno, mejor dicho a recalentar la comida de hoy—rió y sus hijos la siguieron.
Minutos después, el pequeño Goten se acercó a su padre para abrazarlo. Él sonrió y lo apretó fuerte contra sí, temía que su hijo lo odiara debido a que no estuvo presente en los primeros siete años de vida. No era tan tonto como parece, realmente se daba cuenta de la distancia que había puesto Goten los últimos días, y sinceramente no podía culparlo. Él tenía toda la razón del mundo después de todo.
Milk les había preguntado miles de cosas en el transcurso de la cena, y ellos respondían como podían debido a que se atragantaban con la deliciosa comida. Goten apoyó su cabeza en el hombro de su hermano mayor y bostezó.
—Bueno, deberías ir a dormir pequeño —la mujer sonrió y le palmeó la espalda. Saludó a sus padres y hermano y se dirigió a sus respectiva habitación.
Los mayores se quedaron en silencio hasta que Gohan lo rompió. —Bueno me voy a casa, estoy realmente ansioso por ver a Pan y a Videl. Muchas gracias por la cena, madre —los abrazó cortamente a los dos y se marchó volando para ir con su familia. Cómo crecen los hijos, pensaba.
—Curaré tus heridas y luego nos iremos a dormir ¿está bien? —le dijo a su marido dándole un pequeño beso en los labios.
—Sí, a decir verdad estoy muy cansado.. he peleado con un oponente demasiado fuerte.
Ella sonrió. A veces dudaba de lo que estaba a punto de hacer, algo de lo que haría mañana a primera hora.
Eran las nueve de la mañana cuando Goten les avisó a sus padres que iba a pasar la tarde con Trunks en Corporación Cápsula, jugando videojuegos y haciendo travesuras como siempre. Ellos accedieron de buena gana pero de todas formas su madre le entregó dos libros para que se lleve, uno de literatura y el otro de matemática, ya que tenía un exámen próximo. Goten casi llora ante esto, pero los tomó igual porque no quería hacer enfadar a su madre.
Ella y Gokú quedaron solos y cuando él le sonrió cálidamente comenzó a dudar de su decisión.
—Oye Milk... estaba pensando en que podría ir a entrenar con Kaio-sama.. ya sabes, unos pocos meses para incrementar mis poderes—lo dijo tan rápido que a ella les tomó unos cuantos segundos entenderlo.
En ese momento, la mujer se enfureció más que nunca. Ya no dudaba de su decisión, la rabia la consumía.
—¡Siempre lo mismo! En vez de estar con tu familia te vas a entrenar y entrenar a pesar de ser el más fuerte del mundo. Ni siquiera Vegeta abandona a su familia como lo haces tú. Me tienes harta—exclamó, furiosa.
Goku se alejó un poco con temor. —Es que yo..
—¡Pero nada! —lo interrumpió —esto se termina aquí, ya le pedí una cápsula a Bulma por si te preocupa.
El saiyajin frunció el ceño —No te entiendo, Milk.
—Que quiero divorciarme de ti, Goku. Ya no puedo seguir soportando estas abandonaciones tuyas—le cayeron algunas lágrimas que limpió fuertemente—el médico me dijo que estoy muy estresada y necesito un descanso. Hasta me dijo que si sigo así podría darme un infarto—negó con la cabeza mientras seguía limpiándose las lágrimas.
Gokú se quedó absorto en sus pensamientos y le tardó unos segundos en acercarse a su esposa y abrazarla. Ella lo separó de inmediato, claramente furiosa. —Te fuiste siete años cuando sabías perfectamente que te podíamos revivir. Tenías un hijo que necesitaba a su padre con él, y tenías a otro que tuvo que cuidarlo aún siendo un crío. No sabes lo que fue explicarle a Goten que su padre estaba en el otro mundo teniendo la posibilidad de estar vivo —le golpeó el pecho—¡no lo sabes!
Su esposo -en pocos dias su ex esposo- agachó la cabeza aceptando todo lo que ella decía. Era la verdad absoluta y no podía refutar nada. Lo único que podía decir es que él no sabía la existencia de su hijo, pero prefirió no hacerlo para no enfurecer aún mas a su esposa.
Lo único que alcanzó a decir, fueron dos palabras que nunca había pronunciado en su vida: Lo siento.
Ella siguió llorando y le dio la espalda. Ya era muy tarde para disculparse.
FIN
Bueeeno, creo que queda claro que Goku como personaje no me gusta mucho... queria plasmar una Milk fuerte, que realmente merece que dejen de mirarla como la loca que ata a su esposo y le impide hacer todo lo que desea. No es así y creo que es un gran personaje :)
Espero les guste.
Con cariño, jaazmxn.
