Bueh~ aqui yo de vuelta
me extrañaron amores? -no creo-
este es un regalito para: REMULA BLACK
se que debia este fic hace cerca de dos meses atras, de verdad lo siento por no publicarlo antes pues lo tenia listo hace como 2 semanas =.=U pero ya te explicare las razones... intente hacer caso a todas tus recomendaciones, aunque de seguro algunos detalles se me siguen pasando ._.U
bueh~ no quiero molestarlos mas antes de que lean, solo advertirles que:
como todo lo que escribo esto quedo horrible
no manejo muy bien a los personajes asi que no me sorprenderia que estuvieran muy mal plasmados
y que no tengo nada mas que decir, de modo que...
a leer~!
La melodía de tu voz
La suave brisa que corría en aquel prado -al que llego en un intento de olvidar los recuerdos que habían estado invadiéndole otra vez después de mucho tiempo- mecía sus dorados cabellos en una caricia imperceptible que era tan relajante que sin notarlo le infundió un gran sueño ante el que acabo sucumbiendo. No sabía que cerca de él una chica rubia le observaba dormir de manera enternecida, quien poco después se acerco un poco y se sentó junto a él, para observarle mejor. Susurraba incoherencias, al parecer estaba soñando, sonrió divertida ante lo último…
. . . . . .
-Ajaja~ -se escucho la débil risa avergonzada de un pequeño de cabello castaño
-Que no te rías!- le dijo mientras lo cargaba sobre su espalda- no es gracioso que siempre tenga que venir a rescatarte cuando pierdes alguna batalla –suspiro, ya estaban llegando al hogar del austriaco, una vez allí lo curaría y podría volver a su tranquilo hogar.
-Cuando lleguemos hay algo que me gustaría mostrarte… -le dijo en un tono de voz bastante bajo el castaño y debido a que era cargado por el otro lo escucho demasiado cerca de su oreja y no pudo evitar sonrojarse.
-Supongo que está bien…- fue la escueta respuesta del rubio mientras intentaba volver a la normalidad.
Una vez que llegaron allá el rubio se esmero en curar delicadamente cada una de las heridas que el de ojos violeta tenía.
-Hmp… ¿cuándo aprenderás a luchar como se debe?
-No lo sé - contesto un poco decaído mientras suiza terminaba de vendar la última herida. Una vez listo se paro y comenzó a caminar rumbo a una habitación a la que el suizo jamás había asistido, le hizo un gesto para que lo siguiese, el rubio solo obedeció. Los orbes verdes observaban todo lo que había en esa gran habitación a la que nunca antes había entrado, lo único que realmente llamaba más la atención era un piano en el centro de esta y un sillón cerca de él instrumento
-Siéntate – le dijo el castaño mientras él se posicionaba listo para empezar a tocar, Vash obedeció y se sentó expectante a lo que haría el otro chico – apenas estoy aprendiendo, así que no soy muy bueno… eres el primero al que se lo mostrare…- Segundos después una melodía comenzó a sonar, era suave y relajante, alguna que otra nota se escapaba o fallaba, pero eran diminutos detalles que no alcanzaban a arruinar la canción, cerro sus ojos para escuchar mejor y deleitarse con la música… Austria era terrible en batalla, pero aun siendo tan joven era muy bueno tocando el piano… se dejo inundar por la melodía que se infundía en esa habitación…
. . . . . .
Abrió sus ojos con pereza, no se había percatado de la presencia de su hermana allí, quien estaba sentada bastante cerca abrazando sus piernas, mientras le observaba entretenida sin quitarle los ojos de encima.
-Maldición, porque tengo que pensar en ese tipo… - soltó al aire después de algunos minutos, aun no sabía que muy cerca suyo Liechtenstein le escuchaba bastante divertida con las divagaciones de su hermano en sueños.
-Onii-sama – el aludido dio un respingo en su lugar y se apoyo en sus codos alarmado por la presencia de la chica que le observaba con una tímida sonrisa, lo había sorprendido en el peor momento.
¿Desde cuándo Liechtenstein estaba allí?
-Hm…- no sabía que decir, al parecer la rubia llevaba un buen rato observándole - ¿qué haces aquí lily?
-Vine a decirte que la comida estaba lista pero estabas dormido… así que no quise despertarte – le dijo sonriendo inocentemente - y al parecer estabas soñando – dijo finalmente después de una breve pausa.
-Hm… creo que si –respondió sentándose para luego imitando a su hermana abrazase de sus piernas y apoyar su cabeza sobre sus rodillas, cerró los ojos y se permitió recordar nuevamente el sueño, mas, solo una imagen volvió a su mente.
"-Ajaja~ -se escucho la débil risa avergonzada de un pequeño de cabello castaño"
No pudo evitar un leve sonrojo que se poso en sus mejillas ante el recuerdo del castaño riendo, hace tanto que no le escuchaba reírse, le gustaría volver a escucharlo aunque fuese una última vez…
-¿Con que soñabas onii-sama? – pregunto una vez que se percato del leve sonrojo que había vuelto a posarse en las mejillas de su hermano.
-Era algo sin importancia… -respondió queriendo evitar el tema, le tenía mucho cariño a la chica, pero no quería contarle sobre sus problemas, ni tampoco quería dar detalles de la relación que había existido entre él y Austria. Aun así los insistentes ojos de la chica no se quitaban de su ser y sentía que le debía una respuesta más completa – solo, recordaba el pasado…
-Parecías feliz – volvió a hablar mientras miraba hacia el horizonte con una dulce sonrisa en el rostro, el aludido solo se sonrojo otra vez.
Una bella melodía invadía la habitación en la que se encontraba, una melodía que salía directamente de su alma, de su corazón, expresando todos los sentimientos que había tenido que reprimir por siglos, una canción que había dejado abandonada siglos atras, ya que la había comenzado siento tan pequeño que cuando supo realmente el significado de aquellas notas no se sintió capaz de terminarla, pero un extraño impulso le había hecho volver a intentarlo, esa inconclusa canción no había sido escuchada por otra persona que no fuera el mismo y claro aquella persona que provocaba el nacimiento de esas notas. De pronto sintió que tocaban la puerta y se detuvo abruptamente, sin importar quien fuera, no debía escuchar esa canción, ni aunque fuera aquel chico, ya que sus sentimientos de seguro no serian recíprocos. La puerta se abrió y se asomo la húngara
-A-Austria-san… tiene una visita –dijo mirando desaprobadoramente a quien se encontraba tras ella.
-¿Hm? Quien podría ser, no espero a nad-
-¡ROOOOOODDEEERRIIIIICH! –se escucho a la ex nación del otro lado de la puerta. Así que su paz se había acabado. El chico irrumpió en la habitación empujando a la húngara para poder entrar, aun así recibió un sartenazo como recompensa – el grandioso ore-sama ha venido a verte –exclamo mientras se sobaba la cabeza en el lugar donde había recibido el sartenazo una vez que entro en la habitación.
-Buenas tardes Gilbert ¿qué te trae por acá? -dijo intentado sonar animado, aunque la verdad solo quería un poco de paz.
-Kesesese… vine a animarte un poco! Supe que últimamente estas mas deprimido y aburrido que antes – soltó mirando con cierta complicidad a la húngara quien desvió la mirada admitiendo inconscientemente que ella había sido quien le había contado a la ex nación.
-Agradezco tus intenciones pero estoy b-
-Vamos señorito no seas tan serio – insistió mientras jalaba del brazo al otro para sacarlo de la habitación mientras era seguido por la húngara.
-O-obaka-san suéltame por favor – dijo intentando resistirse inútilmente, poco después su paz se había esfumado por completo, y la melodía que estaba terminando de componer no pudo hacer más que esperar a que Roderich pudiera volver a terminar la labor que había empezado siglos atrás.
. . . . . .
El rubio se sentó expectante por escuchar otra de las melodías que el austriaco tocaría, semanalmente aprendía una o dos canciones nuevas, era realmente increíble su capacidad para tocar el piano y variados instrumentos musicales, había avanzado muy rápidamente en muy poco tiempo, y cada canción nueva que aprendía se la mostraba al suizo antes que a nadie más. Había pasado más de dos semanas en las que el austriaco no le había mostrado ninguna canción nueva, por eso, cuando le dijo que quería mostrarle una nueva canción, se emociono bastante, aunque no lo demostrara.
-Me alegra que hayas venido – le dijo el oji violeta mientras se sentaba en el banquillo que estaba frente al piano y le miraba sonriendo
-Si claro- respondió fingiendo estar desinteresado
-Eh, la verdad quería saber tu opinión sobre esta canción – soltó una pequeña risita seguida de sus tímidas palabras.
-¿De quién es esta vez? - pregunto sin poder ocultar su curiosidad.
-Mía… la estuve componiendo, pero como aun estoy aprendiendo me ha costado un poco- dijo rascándose la cabeza y mirando avergonzado hacia el piso- pero, quería que tú fueras el primero en escucharla, aunque no esté terminada.
El rubio solo asintió mirándolo seriamente, como era habitual en él. El castaño se dejo llevar por las notas de la canción que el mismo había estado componiendo, aun siendo tan joven no sabía el real significado de esas notas, solo sabía que de algún modo le hacían sentirse bien, y se sentía especialmente maravilloso transmitirle esa sensación al rubio. Era una canción que jamás le mostraría a nadie más, no hasta que estuviera seguro de que era ese sentimiento que le invadía cuando estaba con el rubio y que le había hecho escribir esa canción que ahora le estaba mostrando.
El rubio se dejo llevar por la música, cerrando los ojos y sintiendo una calidez con cada nota que el castaño tocaba, como si un mensaje oculto se encontrara en ellas. Intentando descifrar los sentimientos que esa melodía provocaba que surgieran en su pecho. Solo sabía que era una sensación agradable.
Al menos ya se había librado de sus -molestos- amigos, era verdad que le tenía cariño a Elizabetha y Gilbert, pero a veces lograban sacarle de quicio, como en esa tarde. El albino había irrumpido en su casa, lo había obligado a salir con él y la castaña, y luego había terminado siendo perseguido por esta última y su sartén debido a sus bromas de mal gusto contra la chica. Al menos había podido escapar exitosamente en cuanto esto último sucedió y ya estaba de vuelta para terminar la melodía que había dejado inconclusa otra vez esa tarde.
Puso sus manos sobre las teclas, lo que le produjo un escalofrío que recorrió su espalda debido a un extraño presentimiento, pero prefirió ignorarlo y comenzó a tocar nuevamente esa melodía que tanto ansiaba poder terminar.
El pasado estaba tan lleno de recuerdos, recuerdos buenos y malos, cosas que le impulsaban a terminar esa canción… sentía un vacio en su pecho, el vacio de no haber podido disculparse con Suiza, por muchas cosas… como cuando lo traiciono debido a las órdenes de sus superiores, o cuando se caso con Hungría, ambos sabían que ese matrimonio les había hecho mucho daño -aunque el suizo no lo demostrara- pero jamás tuvo la oportunidad de explicarle nada el rubio. Quizás, no fue que no tuviera la oportunidad, sino que no la busco, porque si hubiese querido explicarse realmente, nada se lo hubiese impedido.
Decidido a terminar la canción volcó todos sus sentimientos en ella, sus manos se movían solas, todos sus sentimientos se manifestaban automáticamente en las teclas haciendo sonar una melodía que expresaba cada uno de sus sentimientos, pero entre todos ellos, uno en especial sobresalía, uno se hacía notar increíblemente, intentando entregar un silencioso mensaje que quizás nunca seria escuchado, pues, si bien estaba terminando la canción, eso no significaba que se la fuera a mostrar a aquella persona. Simplemente estaba exteriorizando todos lo que había reprimido por cientos de años.
Y sin darse cuenta, prontamente la noche lo alcanzo, pero no lo detuvo, siguió tocando la canción hasta que el amanecer anuncio un nuevo día y junto con este, una nueva pero vieja canción estaba por fin terminada.
-ah~ quizás sería bueno que duerma un poco… más tarde tengo asuntos importantes que resolver - se dijo a sí mismo. Y prontamente se retiro dispuesto a descansar un poco.
No había tenido más opción que asistir a la ceremonia debido a la insistencia de sus superiores y su hermanita. Manteniendo su inmutable seriedad miro la edificación que se encontraba frente a él, antes de seguir los pasos de su hermana y entrar finalmente. Liechtenstein avanzo dispuesta a sentarse para esperar que empezara la ceremonia, pero prontamente noto que su hermano se había quedado atrás y retrocedió sus propios pasos para saber que había ocurrido.
-¿Onii-sama, que pasa? ¿No vas a sentarte? – el simplemente negó con la cabeza para luego volver a mirar a los grandes y verdes ojos de su hermanita.
-Te esperare aquí hasta que termine- dijo con el seño fruncido mirando hacia donde se encontraba el novio. Austria se veía muy elegante, como era normal en el, aun así, estaba más seria de lo que era de esperarse para la situación en la que se encontraba ¿no se suponía que debía ser "el día más feliz de su vida"?
-Pero… - estaba dispuesta a seguir intentando convencerlo, pero aun así, sabia cuan doloroso era esto para el chico, ella podía ser un país pequeño e inocente, pero no era estúpida, al vivir con suiza había aprendido muchas cosas de este, de la misma manera sabia lo difícil que se le hacía al otro hablar de su pasado, y mucho más aun si esto involucraba al austriaco. De modo que prefirió no insistir. Le sonrió una vez más antes de retirarse para sentarse junto a los otros países que ya habían llegado también a ver la ceremonia.
Solo faltaba que llegara la novia, la que no tardo mucho en aparecer vistiendo un elegante vestido blanco. La ceremonia transcurrió en una tortuosa lentitud, al menos para el suizo que lo único que deseaba era que todo acabara de una vez y poder volver a su hogar, y así dejar de una vez de atormentarse con todo lo que estaba viendo. El final de la ceremonia no tardaba en llegar, "por fin" se dijo viendo como ambos países firmaban el documento y terminaban de sellar su matrimonio con un simple y casto beso, aun así sintió como algo en su pecho se removía dolorosamente.
No necesitaba ver más, ¿para qué? Poso su vista en el suelo y escondió sus ojos tras su flequillo al tiempo que se dirigía al exterior del recinto, para esperar por Liechtenstein.
Finalmente se había acabado, todo se había acabado.
bueno, no pude resistirme a dejarlo hasta aqui...
solo por que soy perversa y quiero saber que les ha parecido hasta ahora...
y si, estoy segura de que ha quedado feo, pero en mi defensa puedo decir que despues de escribirlo solo le di una revisadita a la rapida...
-aunque eso no justifica mi fracaso escribiendo-
se acepta de todo -tomates, patatas, objetos que puedan dañarme significativamente-
ya saben solo deben apretar ese botoncito de alli abajo
y bueh~ me dejo de molestar, nos leemos pronto~
