Hola! Esta es una nueva historia que eh creado y les vengo a compartir, los personajes son del famoso anime/manga Kaichou wa maid sama! (KWMS), pero la historia es completamente original, bueno, hay partes cliché, pero eso no la hace menos interesante. Esto viene siendo un romance entre nuestra pareja favorita, Misaki Ayuzawa y el encantador Usui Takumi. Sus personalidades en esta historia no son las mismas que en el anime/manga, ¡son completamente diferentes!
Ya no les quito mas su tiempo, me despido... ¡Esperen! esta historia se estará actualizando todos los días Lunes, (una razón para amar los lunes ;) ), trataré de terminar los próximos capítulos lo más pronto posible, y tal vez haya uno que otro adelanto~
Ahora si, ¡me largo! Que disfruten dela lectura, y si les gusto hagan melo saber en la caja de comentarios *-* todos sus opiniones son bienvenidas.
Lindo día, tarde o noche~
CAPITULO I
El despertador empieza a sonar anunciando que ya es de mañana, estiro la mano y busco a tientas el pequeño aparato que no para de sonar, cuando encuentro el objeto aprieto el botón y este se silencia, dejándome a mí y a mi mente pensar en lo que me espera el día de hoy. Me siento sobre mi cama y estiro los brazos sobre mi cabeza mientras doy un largo bostezo, retiro las sabanas de color lila que cubren mi cuerpo y me levanto de la gran cama, los dedos de mis pies tocan la suave alfombra de color blanco, salgo de mi cuarto y rodeo el pequeño pasillo que hay hasta llegar al baño.
Después de darme una ducha, cepillarme los dientes y secarme el cabello con el secador me dirijo a mi recamara de nuevo para poder elegir mi ropa e irme al trabajo, salgo de mi cuarto vistiendo unos vaqueros ajustados y una blusa sencilla de algodón de color blanco con botones y de manga larga junto con mis botines de color café. Mi cabello va suelto, últimamente ha crecido bastant¡e, lo tengo por debajo de la cintura, es de color negro y hace que mis ojos de color ámbar se vean aún más grandes de lo que ya son.
Salgo de mi habitación y me dirijo a mi cocina, busco entre los armarios y saco un frasco de mermelada junto con el pan tostado, le unto un poco a un pan y me lo como. De mi refrigerador saco el cartón de leche y le doy un trago.
Cuando termino mi provisional desayuno tomo mi bolso y en el meto mi cartera, celular, llaves y todo lo que pueda necesitar. Salgo de mi apartamento y me subo al ascensor, oprimo el botón y este me lleva al vestíbulo.
Una vez abajo saludo a Mirna la recepcionista que ahora se encuentra muy interesada leyendo una revista sobre cómo mantenerse joven a los 40, aunque no creo que le sea necesario, ella tiene unos enormes ojos color chocolate que están siempre cubiertos por una espesa gama de pestañas, su cabello tenía un corte muy juvenil y era del mismo color que el de sus ojos. Además ella contaba con un fabuloso cuerpo, grandes pechos, cintura delgada y un trasero ni muy enorme ni muy pequeño; siempre iba demasiado arreglada, como si pareciera que iría a una fiesta de gala en lugar de trabajar.
En cambio yo, tenía los pechos no muy pequeños pero tampoco demasiado grandes como los de Mirna, mi cintura también era pequeña y mi trasero del tamaño normal, mis piernas eran demasiado largas por lo cual me veía mucho más alta de lo que ya soy. Mis ojos de color ámbar iguales a los de mi madre, y mi piel era demasiado blanca, como la porcelana.
Me acerco a Mirna y vuelvo a saludarla, ya que la primera vez parece que no me escucho.
-¿Eh?- Mirna me mira desorientada a través de sus gafas.- Oh, hola Misa, ¿qué tal amaneciste?- preguntó.
-Muy bien gracias, ¿hay algún paquete para mí?
Mirna dejo la revista aun lado y se levantó de su asiento para agacharse y buscar entre los cajones que había detrás de su escritorio. Poco después se levantó y consigo traía varias cartas.
-Sip, aquí están- me paso varias cartas y dos sobres.
-Gracias Mirna.- Los tome y los metí a mi mochila, ya no había tiempo para subir de nuevo a mi departamento y guardarlas. - Tengo que irme al trabajo, te veo luego.- me despedí con la mano y lanzándole una sonrisa.
-Claro, te veo luego Misa y si te encuentras a un bombón por ahí pásale mi teléfono.- me guiño un ojo. Y yo sonreí más.
-Seguro.- le grite.- Adiós.
Salí del edificio y me dirigí a la parada de autobuses donde pedí un taxi, me subí y le di la dirección a la cual debería llevarme. Poco después me baje y le pague la tarifa al chofer.
Cruce la calle y me metí a una pequeña cafetería. Justo cuando abrí la puerta el aroma a café no tardo en inundar mis fosas nasales. Me dirigí hacia el mostrador y espere a que el empleado se desocupara con un cliente. Después se giró hacia mí.
-Hola Misa, ¿lo de siempre?- preguntó Hinata, un amigo mío de la infancia y que casi considero como hermano.
-Si por favor. Pero esta vez añádele azúcar.- Sonreí.
-Claro, si gustas esperar en una de las mesas, no tardo en llevártelo.
Asentí y me dirigí a una de las mesas vacías que estaban en la esquina. Saque mi teléfono y revise mis mensajes.
Después de 5 minutos Hinata llegó con mi café y un panecillo de arándano.
-Gracias.- Le pague por el café y me levante para irme.
-No es nada.- Hinata lucía un poco nervioso y se estaba sonrojando.
-Hinata, ¿pasa algo?- él levanto la cabeza y me miro a los ojos.-Pues decirme lo que te pasa.
-Yo… Mhn… Que-quería saber si tu... sa-saldrías a comer con…conmigo.- dijo por fin y yo no lo creí posible pero se sonrojo aún más, era tan dulce; ni siquiera podía mirarme a los ojos.
-Me encantaría salir a comer juntos, ¿te parece mañana a las 2:30 de la tarde?- le pregunte.
Hinata me miro de nuevo a los ojos y asintió con la cabeza mientras sonreía y mostraba sus dientes perfectos. Yo también le sonreí.
-Bien, entonces nos vemos.- me despedí de él y salí de la cafetería.
Me dirigí a mi trabajo, que solo quedaba a unas cuantas calles. Una vez que entre a la pequeña biblioteca Sakura, una amiga que conocí en la escuela secundaria, me saludo con una sonrisa mientras hablaba por teléfono.
Le sonreí y camine hasta ella, subí la pequeña puerta que tenía la barra y entre.
Puse mi café y mi panecillo en uno de los cajones de la barra. Y saque un gran cuaderno donde apunte con una pluma negra mi firma y la hora en la que había llegado.
Sakura se despidió por el viejo teléfono y me miro.
-Así que… ¿Cómo ha ido tu día?- pregunto.
La mire sospechosamente.-Pues bien, en realidad, Hinata me invito a comer y acepte- le comente.
Ella chillo de felicidad y me abrazo.
-¿A qué viene todo esto?- pregunté.
-Nada, es solo que ya era hora de que él se atreviera a dar el primer paso. Aunque es algo aburrido que solo vayan a comer, debo decir que es un gran avance que te haya invitado.- me contesto con una sonrisa.
-¿A qué te refieres?- pregunté de nuevo, ya que no entendía lo que me trataba de decir.
Ella resoplo.
-¿Qué no te das cuenta? Él ha estado enamorado de ti desde preescolar- parpadee dos veces y la seguí escuchando.- ¡Eres muy mala Misaki!- se quejó en voz alta haciendo que algunos clientes que se encontraban leyendo levantaran la vista, les sonreí y les pedí disculpas por mi compañera.
-Sakura deja de gritar, haces que los clientes se molesten.
-Pero es que se me hace injusto que Hinata siempre hizo todo lo posible, aunque no fue mucho, para enamorarte, y en cambio, tú siempre estabas estudiando, ¡y aún lo haces!
Rodee los ojos. Sakura era como un pequeño cupido, solo le hace falta el pañal y las flechas con corazones.
-No es que no me haya dado cuenta, es solo que, quise ignorarlo.- Sakura estaba a punto de decir algo pero la calle.- Sé que es muy malo de mi parte, pero Hinata se merece a alguien mejor, a alguien que no le cause problemas en un futuro.
-Tú no le harás daño, Misa.- me contesto Sakura mientras tomaba asiento en el banco que estaba detrás de ella.
La mire.- Tú sabes que eso no es cierto, soy una persona muy jodida. No quiero que él sufra por mi culpa, ya que lo que él busca.- mire mis manos, que estaban quitando la madera que sobresalía de la mesa.- Yo no se lo puedo dar, a nadie.
Antes de que Sakura pudiera decir algo una persona entro por la puerta haciendo que el timbre que había sonara.
Ambas miramos a la persona que se acercaba, iba vestido con un traje de color negro y tenía una corbata de color azul marino. Su cabello iba peinado hacía un lado, y era de un color rubio apagado. Tenía las manos en los bolsillos y caminaba como si él fuera el centro del mundo, o al menos de la biblioteca; y lo era.
-Ayuzawa-San.- Me saludo.
-Igarashi-San.- le devolví el saludo con un asentimiento de cabeza.
-Vengo a hacerte otra propuesta.- Me miro con una sonrisa arrogante.
-¿Ahora de que se trata?- pregunte mientras me giraba y empezaba a acomodar algunos libros en los estantes por orden alfabético.
-Vamos, no me trates tan fríamente, ¿no se supone que somos amigos?- dijo mientras se recargaba en la barra y apoyaba su cabeza en su mano derecha.
-Solo ve al grano Tora, tengo mucho trabajo que hacer.- le dije sin voltearlo a ver.
Escuche como suspiro.
-En realidad necesito que vengas conmigo a una pequeña fiesta que habrá.
-¿Otra?- pregunte.- ¿Qué los millonarios no se cansan de hacer fiestas extremadamente aburridas solo para hablar sobre lo suertudos y poderosos que son, además de burlarse de las personas pobres?
-Oh, vamos. Sé que las odias, pero en serio necesito que vayas.- me rogó.
-¿Por qué me pides esto? ¿Qué acaso Chiyo no quiere verte de nuevo?- pregunte. Chiyo era la actual prometida de Tora, pero discutían bastante ya que él es demasiado mujeriego.
-No es eso, de hecho, últimamente mi relación con ella va muy bien, debo decir que es todo gracias a ti, si no hubieras hablado con ella aquella vez no estaríamos juntos hoy.- lo mire y me guiño un ojo. Resople.
Recuerdo que estuve consolándola por horas y horas y eso porque Tora me lo pidió, tuve que mentirle y decirle cosas maravillosas que él tenía y sobre cuanto la amaba y daría la vida por ella.
Bah.
La verdad nunca seré capaz de entender eso del amor. No es que no se me haga lindo y tierno que las personas que se aman estén juntas y pasen lindos momentos, es solo que, odio pensar en la idea de que en algún momento todo tenga que terminarse.
-Que bien que ella y tú estén juntos.- dije, la verdad, no me importaba mucho.
Me acerque y me senté en un banquillo que había al lado de Sakura que ahora se encontraba muy entretenida leyendo un libro con una portada de un frasco y una mariposa dentro.
-Así que, ¿que era por lo que viniste? Parece que ya te desviaste mucho del tema.- saque mi café del cajón y le di un sorbo.
-¡Oh, sí! Verás, el motivo por el que vine, como ya comente, es por una fiesta que habrá este sábado, en celebración por la llegada de mi primo de Inglaterra. Ya que él es nuevo y eso, quisiera que le fueras de compañía durante la fiesta y le mostraras algunos lugares de por aquí. Claro que él estuvo viviendo aquí por unos años, pero eso fue hace mucho tiempo.- seguí escuchándolo mientras le daba un mordisco a mi panecillo.- Él es una persona demasiado reservada, no habla mucho y siempre prefiere estar solo. Es por eso que decidí que tú serías la mejor de las compañías.
-No entiendo tu punto.-le dije.
-No tienes que entenderlo, solo di que sí.- Tora trataba de convencerme, pero aun así se me hacía muy difícil poder aceptar su oferta. De pronto recordé dos cosas importantes. Uno; mañana tendría que ir a comer con Hinata, sé que eso será en la tarde pero aun así, ya que es mi día de descanso, quería aprovecharlo para tal vez invitarlo al cine; no desperdiciarlo en ver a personas que se burlan de la miseria de otros, y dos; si aceptaba ir, no tendría nada que ponerme, tampoco es como si me importará, pero en fiestas como esa importa mucho la imagen.
-Por favor.- me rogó Tora.
Lo pensé un poco más. Él me ayudo a salir de momentos difíciles en el pasado, como por ejemplo; me ayudo a pagar la deuda enorme que mi padre nos había dejado antes de morir a mí y a mi madre. También me ayudo a pagar los estudios de mi hermana Suzuna, y ayudo a mi madre cuando estaba enferma y no teníamos dinero para pagar los medicamentos que necesitaba. Pero no solo ayudo financiera mente, también era mi roca para llorar cuando lo necesitaba, me daba consejos y me apoyaba a seguir adelante.
Así que sin pensarlo más veces, acepte.
¿Que les pareció el primer capitulo? ¡Díganmelo en los comentarios! Numero de palabras: 2,296
Nos leemos el Lunes :)
