Mírenlo
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a la gran creadora Steph Meyer, yo solo juego con ellos en esta pequeña y malograda historia. Prohibida su reproducción o adaptación sin mi consentimiento.
Oh, mírenlo, es sexy, quiero decir, lo es completamente. Él es adorablemente sexy o sexymente adorable.
Mírenlo a ese chico, miren como tuerce su nariz cuando lee algo que al parecer no le gusta, o como muerde con su sexy boca el extremo del lápiz.
O como acomoda sus lentes de pasta negra de nuevo cuando cae por su sexy nariz o como rasca su mandíbula cuando está harto de no entender.
Él es sexy, nerd, un perdedor, alguien invisible pero me gusta, quiero cogerme a esa cosita con su pelo marañoso de color cobrizo pelirrojo y rubio.
Dulce Jesús, miren su mandíbula. Oh Dios, ahora sí creo en ti.
Digo, esta se supone que tu creación, quiero decir, soy la hija de satán, soy la mujer del diablo, vine directo desde el vientre de mi madre con el "666" dibujado en la frente con rotulador.
Él está aquí para torturarme, ¿Cómo yo, Isabella maldita diosa del sexo camínate —según toda la escuela — Swan, puede fijarse en alguien como él?
Es decir, mírenlo sentado en ese puto árbol fuera de su casa. Él tiene los brazos delgados y está tan encogido en esa grande remera negra y vieja que puedo escuchar romper su columna en cualquier momento.
Mordí mi pulgar haciendo presión en la uña que estaba pintada en negro, quitándome el esmalte.
¡Ugh! Comencé a escupirlo sin quitar los ojos de él.
Demonios, tengo las pelotas para saltar de un acantilado pero no tengo las pelotas para ir y coger a un niñito virgen.
Quiero decir, podría cogérmelo, es fácil ¿No?
Es solo meter su pene erecto en mi vagina obviamente excitada.
Porque ese niñito provoca eso en mí, tengo mis putos veinte años y él tiene dieciséis. Voy a cumplir mis veintiuno y no voy a esperarlo, él es muy inocente y el no entendería lo que es una relación abierta.
Es un puto niñito.
— ¿otra vez observando al bueno para nada de mi hermano? —Rosalie habló detrás de mí.
—Demonios, sí. Estoy mirando como esa cosa va a sobrevivir sin Emmett. — me voltee hacia ella en cuanto vi a Edward listo para abandonar su puesto. Emmett al fin dejaría de trabajar en la ciudad finalmente iria a universidad y se uniria a Rosalie en Seattle.
—Como siempre, siendo invisible, sirve para esa mierda. — escupió despectivamente y luego comenzó a insultarlo aún más y decir las razones por las cual su hermano debería ser odiado.
—Jesús, Rosalie, es tu hermano — me reí.
—si fuera por mí lo hubiera ahogado en su cuna.
—¡Rosalie! — chillé y me reí incomoda.
—¿Lo has visto? Es horrible, ni siquiera sé cómo es mi hermano.
—No es tan feo, carajo. Quiero decir, es poco agraciado pero…
—¿Te gusta mi hermano?
Nos quedamos en silencio y luego rompimos en carcajadas.
—¡Con la mierda, Rosie! ¡Estás demente! — chillé y reí histéricamente. Estaba nerviosa y Rosalie no se daba cuenta.
Dolía.
—Lo sé, lo sé. Ni siquiera sé cómo pude pensar que te cogerías a esa cosa granosa.
En realidad Edward ya no tenía granos, su cara era limpia y ya tenía barba. Pero ella no prestaba atención en ese tipo de cosas.
—¿Ya te lo cogiste a Demetri? — preguntó.
—Demonios, si. Es un puto maestro. — Demetri es gay, rubia idiota. Pero si tuvieras más cabeza que para coger con mi hermano y ver si tu culo luce bien en una falda de prostituta ya te hubieses dado cuenta.
—Bueno, ahí tienes la prueba de un verdadero hombre, carajo. ¿Te imaginas acostarte con mi hermano? no duraría ni un minuto — ella rió tontamente, como un cerdo. Antes Rosalie era una perra pero una perra con clase.
—Lo que sea, Rosalie. Hablemos de otra cosa — dije sobre de mis dientes apretados.
—¡oh, si! Traje algunas revistas que compré en Port Angeles, hablan sobre consejos de la piel y como hacer gozar a tu chico — me estremecí. Dios, Rosalie se estaba convirtiendo en un tipo de esas chicas.
Me arremangué mi camiseta de Led Zeppelin y pasé mis dedos por mi pequeño tatuaje de un sol y alrededor del sol rodeándolo completamente rezaba: here comes the sun.
Lo hice por mi familia. Ellos lo son todo para mí, si los perdiera yo no sería nada sin ellos.
—Voy al baño. — dije y rígidamente caminé hasta la puerta. Por supuesto que Rosalie ni siquiera se dio cuenta. Señor, ella es una perra vanidosa ahora, ella estaba perdida en un su reflejo.
Abrí la puerta y automáticamente me encontré con una herida y asustada mirada verde tras unos lentes de pasta negra.
¡Dios! Pobre chico. El escuchó todo. Apuesto mi teta izquierda esa.
—Y-yo… yo, no… n-no estaba… — el se calló en cuanto de seguro vió mi sonrisa diabólica.
Podría haberlo molestado hasta la mierda por esto.
Quiero decir, ¿Qué hacia el escuchando detrás de la puerta de su hermana? Podría comenzar a decir muchas cosas desagradables en voz alta hasta llamar la atención de Rosalie.
Pero en vez de eso, yo solo elegí decirle…
—Tu hermana es una perra, eres un buen chico y estoy segura hasta la mierda que durarías más que un minuto. — tras eso tome su muñeca en mi mano y me incline hacia arriba lo más que pude para besar su mejilla, su rasposa mejilla.
El jadeó quedito en mi oído.
Dulce Señor ¿Por qué me haces esto?
Me separé y susurré en su oído.
—Si le cuentas a alguien, voy asesinar a toda tu familia. — besé su comisura y salí corriendo al baño como una niñita.
No mentía en cuanto matar a su familia.
No debería estar interesada en el. El no debería estar interesado en mí, lo romperé en mil pedazos.
Carajo, esto va a terminar mal.
.
.
.
.
.
Hice un pequeño cambio de edades. besos.
Miss Shades ;)
