A LITTLE CHANGE

CAP 1

"Primera invitación"

Dejó caer un brazo por encima de sus ojos y bufó cansinamente mientras recostaba la espalda contra el respaldo de la silla donde se encontraba y la reclinaba un poco hacia atrás, dejándola mecerse sobre las patas traseras y haciendo equilibrio con el resto de su cuerpo.

Estaba harto

Harto de aquella sensación de ahogo por todas partes, harto de la presión por todas partes, de los maniquíes de la Junta Directiva, de quienes tenía mas cerca que no veían con buenos ojos cada nueva decisión que tomaba y que le cuestionaban casi hasta cada paso que daba en el interior de su propio hogar: que si tomaba que si no lo hacía, que si trabajaba demasiado en su laboratorio o muy poco directamente en la empresa…

Que arruinase cada entrevista o rueda de prensa con alguna "estupidez" según sus estándares de cómo debería lucir o hablar…

Que si su sentido del humor era el inapropiado cuando todos los demás dejaban ver una seriedad que en cierta forma le resultaba aprehensiva y asfixiante…

Él no era así! Se suponía que tenía el dinero, el estatus y el poder como para poder hacer lo que le diera su regalada gana en la vida, no era así? Si quería tener sentido del humor y los demás no, no era su problema! Porqué tenía entonces que dejarles presionar hasta el punto en que ya no podía diferenciar entre si en realidad era él el que usaba el traje o el traje lo utilizaba a él? Dejó escapar una risa carente de sentimientos mientras se retiraba el brazo del rostro y le daba un nuevo trago a su bebida

Lo tenía todo. Todo para hacer lo que quisiera… pero ni aún así, poseía control sobre lo único que cualquiera pensaría, sería personal. Su propia vida y su propio camino. Y aún así…

Se estaba muriendo.

Literalmente.

Cuanto tiempo le quedaba ya? Un par de semanas? Meses? No estaba muy seguro, de repente la velocidad con la que su cuerpo era envenenado parecía disminuir, permitiéndole el momentáneo gusto de pensar que lograría frenarlo de alguna manera para después, percibir como solo era algo parecido a un connato de respiro para tomar mas fuerza y velocidad, haciéndole cuestionarse seriamente si sería bueno comenzar a escribir un testamento al respecto.

Respecto a que? O sobre que, dejarle que cosas a quién? A Pepper? A Happy, a Rhodey? No era por ofender (aunque normalmente no le importaba ni un poco hacerlo y en realidad, no se podía considerar ofensa si aquellas palabras nunca salían de su mente) pero sabía que si le dejaba algo a su mejor amigo, este cedería a cualquier capricho de la milicia; era un buen hombre y un buen amigo, nunca lo pondría en duda… pero a veces amaba demasiado su cargo en la milicia… algunas veces, DEMASIADO para considerarse saludable

Y el pensando sobre cosas saludables cuando era el vivo ejemplo de lo que era estar mal de la cabeza!

Pepper… temía pensar en tener que tomar esa opción. Aunque se estaba haciendo cargo y bastante bien, si él moría dejándole toda la empresa a ella… la Junta Directiva se la iba a comer viva. No tardarían ni siquiera un par de días en forzarla a abandonar. Él sorteaba bastante bien que hablaran de su persona a sus espaldas, que cuchichearan, que esparcieran rumores, que trataran de mellar su imagen… simplemente no le importaba mucho, simplemente sonreía, se colocaba las gafas negras y seguía adelante, sabiendo que de todas formas, STARK era suya.

Pero Pepper… le importaba DEMASIADO su imagen y lo que se decía de ella. Saltaba a la mas leve provocación aunque trataba de mantenerse imperita, podía notar como crispaba los dedos por debajo de su eterno sujetapapeles o computador portátil, como apretaba los labios hasta convertirlos en una fina línea y como un muy leve tic aparecía sobre uno de sus ojos cuando el estrés rebasaba cualquiera de sus límites.

Ya habían hablado un par de veces sobre aquello, terminando en la eterna discusión de que a él mismo debería importarle por mucho la imagen que daba como heredero de aquel imperio.

Y por supuesto, eso incluía la eterna ojeada de arriba abajo, reprobatoria, que le daba la fémina al repasar sus ropas que si bien la mayoría del tiempo eran elegantes, fallaban en combinar correctamente a menos que fuese ella quien le forzase a utilizar un conjunto de trajes que no incluyesen un par de tenis o un pantalón más cómodo…

Y entonces lo recordó.

Otra de las últimas presiones de las que había sido objeto, por no decir las llamadas y correos en parte burla y en parte necesidad de información sobre que medidas tomaría ahora.

Hasta aquel momento, había pensado que HAMMER era un leve dolor de cabeza… una migraña que tenía que soportar a como fuera. No era que el dejarle en ridículo y hacerle ver que por mas esfuerzo que metiese nunca llegaría a su nivel le ocasionase molestias, al contrario, le beneficiaba hasta en cierto grado sus intentos de atacarlo… pero había ocasiones en que tenía sus momentos de luz y dejaba salir algún comentario sardónico que con un brillo de malignidad bien dirigido, le hacía terminar respondiendo incomodas preguntas aquí y allá, hasta que una nueva idea se le ocurría y volvía a empujarles al agujero de donde se asomaban, cuál viborillas venenosas esperando por una nueva oportunidad

No… eso ya había quedado en segundo plano.

Era esa nueva empresa que de repente había comenzado a brotar por todos lados, como hongos por doquier.

Nadie sabía de donde había surgido o como había comenzado.

Todo había iniciado con un débil rumor desde Europa, sobre una compañía ya bien arraigada y fuerte, que había tomado el lugar de STARK por el lado armamentista hacia aquel continente, tomando energía y avance conforme se hacían conocidos y sus armas iban ocupando el mercado en todas sus formas y ramas; de principio no le había puesto atención en absoluto, de no ser porque apenas un mes después el mismo Rhodey había aparecido en la puerta de su casa, informándole que el armamento que poseía aquella empresa, era por mucho mas avanzado que el mostrado la última vez que él se había dado por trabajar en ello

Tal vez no le había quitado el sueño, pero si le había… bien, llamado la atención de cierta manera.

Aún no apartaba de su mente las pesadillas de aquel lado del mundo, donde estuvo a punto de perecer en el olvido y en la nada.

Su amigo le suplicó por hacer un nuevo armamento, para el ejercito de Estados Unidos, que les permitiese estar protegidos de aquellos sujetos. Pero se había negado rotundamente. No. Ya no se dedicaba a aquello y si alguien quería mandarse al diablo la otra mitad del mundo, no era su problema. Bueno, tal vez querría intervenir si se trataba de inocentes en medio, que al final, siempre era inevitable, pero por el momento aquello no le incumbía.

Tenía cosas mas importantes de las cuales preocuparse, como aquella cosa en su pecho que continuaba amenazando con acortar su existencia sobre la tierra.

Después… el rumor ya no era rumor. La compañía había atravesado el mar y se había afianzado en america, como una enorme sanguijuela que clavaba sus ganchos sobre aquella tierra, comenzando a llenarla con sus rascacielos y su emblema; incluso, habían terminado en algunas platicas de ventas con Estados Unidos, ofreciéndoles mercancía de la propia para defenderse en caso de ataque.

Por lo que se iba enterando por su amigo, los encargados de la defensa exigieron a los dueños el que o dejasen de vender sus armas a los demás países y se enfocasen solo en Estados Unidos o al menos, que les vendiesen a ellos lo mejor que tuviesen y el resto ya lo dejasen para los demás; lo siguiente había sido un trago muy amargo (había añadido su amigo con una risa entre nerviosa y sarcástica) ya que la empresa les había respondido llanamente con un NO bastante divertido, afirmando que en caso de rechazar su propuesta, simplemente se asegurarían de que ningún armamento de ellos llegase nunca a suelo americano, mientras continuaban armando todavía mas a los demás países.

Al final, entre no tener nada y poder tener algo, los secretarios y el jefe de estado habían cedido a regañadientes.

Y aquel negocio continuaba floreciendo como margaritas en plena primavera.

Y lo que les hacía tan virales no era solamente las armas. Era que se dedicaban a hacerlo TODO. Desde armas hasta autos y juguetes novedosos para niños. No había una sola rama que no terminasen por absorber, alimentos, medicamentos, pesca, hogar…

El punto máximo que le hizo finalmente tomar en cuenta que su propia empresa estaba en riesgo, no había sido el hecho de notar que las acciones comenzaban a ir en picada. Un poco mas de lo que esperaba desde su confesión como Ironman. No. Había sido una carta dirigida a él por parte del mismísimo Justin Hammer, acerca de tener una reunión y considerar que ambas empresas pudieran fusionarse para tener el poder suficiente para hacerle frente a lo que se les avecinaba, como una tormenta bastante negra.

En un inicio había dejado salir una carcajada. Nunca hubiera imaginado que las cosas hubiesen llegado a tal nivel de gravedad como para que su rival hubiese agachado la cabeza lo suficiente para considerar el hacer aquella petición y aún mas, suponer que por el bien de ambas firmas iba a aceptar.

Pero después… tal vez la idea no había sido tan descabellada.

Levemente curioso por quien sería el sujeto… o la mujer encargados de empujarles lentamente hacia lo que parecía una inexorable quiebra, había tratado de ingresar en su sistema de archivos, pasando por su seguridad, como lo hacía con todo lo que le interesaba y pertenecía a alguien mas.

Fue entonces cuando sus alarmas se tornaron rojas y luminiscentes.

No solamente no había podido, sino que Jarvis había sido básicamente desconfigurado gracias a un virus bastante potente (a lo que había tenido que echar mano a los sistemas de reinicio y reconstrucción que tenía, en caso de emergencia) sino que encima, le había regresado en una de las pantallas una burlona carita feliz de tres ojos… provocando que, desesperado, terminase por arrojar una de sus computadoras a la basura.

Nunca se había topado con una computadora en el mundo a la que no pudiese tener acceso o que afectase de aquella forma a su IA al grado de tener que invertir varias horas en recobrarlo.

Pero al final…

Cerró los ojos cansinamente. No importaba ya. Que aquellos sujetos enviasen a la bancarrota, a la quiebra o al olvido su empresa o la de cualquier otro. Daba lo mismo. Que le quitasen todo su dinero…

No le iba a servir de todas maneras estando muerto.

Una parte de él se negaba a morir y buscaba desesperadamente cualquier alternativa para aferrarse un poco mas a la vida, alargarla… pero otra parte de si, y una que cada vez tenía mas eco y fuerza le decía que era momento de dejarse ir. Tenía algo en aquel mundo por lo que valiera la pena quedarse? No en realidad. No tenía familia, Pepper… aunque se esforzaba en pensar y mantener en mente que era lo mas importante para el… se daba cuenta que si la imaginaba felizmente con otro sujeto, no se preocupaba.

Rhodey lo extrañaría pero… su vida no se detendría por ello.

No.

No tenía nada en realidad por lo cuál pelear. Y ya estaba bastante cansado.

Dio un último trago a su vaso de cristal, vaciando todo su contenido y enderezándose de golpe. Tenía trabajo le gustase o no, tenía que preparar una fiesta, ver los últimos reportes de cómo iba la Expo aunque ya era Pepper quien se encargaba de todo, ver como iba el arreglo del desastre en donde aquel sujeto se apareciese, añadiendo un peso mas al hecho de que una parte del mundo ya parecía odiarlo…

Su cabeza zumbaba.

Gruñó y se frotó la frente con un par de dedos. Ese maldito pitido.

Tardó unos momentos en darse cuenta de que no era su cabeza la que producía el sonido sino que era su teléfono el que lo producía, informándole de que había recibido un nuevo correo. Frunció el ceño. Extraño. Creía haber recordado que ahora todos los papeles importantes iban dirigidos directamente al correo de Pepper y no al propio.

-Creí que ese le interesaría personalmente señor- dijo suavemente la voz de Jarvis, haciendo que el hombre de ojos castaños levantase la vista a pesar de que no había nadie para ver

-Porqué habría de interesarme cualquier carta en este momento?... a menos que sea de Hammer suplicando nuevamente…- dijo en un tono que trataba de sonar ligero pero que fracasaba por todo lo alto debido al cumulo de emociones que contenía

Finalmente se resignó y extendió la pequeña pantalla transparente de su móvil, antes de parpadear confundido. Había recibido respuesta… y una que no se espera en absoluto.

Lentamente, su mente volvió a tomar el tema de la empresa que le estaba haciendo severa competencia y sobre la cuál había tratado de investigar. Pasó su dedo suavemente por encima del correo respondido, siendo este abierto mientras presentaba una pirámide de cristal, que giraba suavemente antes de deslizarse hacia un lado, mostrando el nombre del negocio al cual pertenecía mientras una ligera luz atravesaba aquella forma que ahora tomaba posición, con el propósito de fungir como la letra "A" al tiempo que en el interior de las palabras se formaba un leve destello demultiples colores.

PRISMA

La Corporación de Inventiva PRISMA.

Se rascó un poco la frente mientras observaba aquel logo que ya bastantes problemas le había causado y que ahora le causaba pesadillas a todos los demás corporativos, industrias y empresas.

Decidido a saber un poco mas de ellos (y tal vez bastante mosqueado en aquellos momentos por el hecho de que le hubiesen casi destrozado a Jarvis) había no una, sino varias veces mandado algunas cartas e invitaciones a eventos para conocer al CEO de la empresa contraria. Para toparse con que el sujeto o la mujer encargados, simplemente le ignoraban olímpicamente. A él. A TonyStark.

Que alguien tuviese el atrevimiento de ignorarle con simpleza, como si fuera cualquier cosa no era normal. Nunca le había ocurrido. Y ahora se topaba con que a aquella persona en realidad, no le importaba mucho si una de sus competencias tenía la curiosidad de conocerle. Era extraño. Aquella negativa solamente le había alimentado por algún tiempo la necesidad y la obsesion por tener conocimiento sobre aquellos edificios y su dueño, por lo que había insistido cada vez mas, al grado de comenzar a escribir personalmente… e incluso, aparecerse muy a su estilo en uno de los edificios, imaginando que le dejarían pasar o al menos le recibirían por tratarse de quien era

La prensa se había dado la comidilla de la tarde

No solamente el dueño no se había dignado a recibirlo, sino que después de dejarle esperando durante un largo rato, al igual que a cualquier visita se le había informado de que todos se encontraban demasiado ocupados y nadie podía recibirle; incluso le pareció percibir que la joven, a quien había dado algunas señales de seducir como normalmente lo hacía para conseguir su propósito, tan solo le daba un leve vistazo de franca curiosidad… para después, suspirar cansinamente y pedirle que se retirara

Era irritante. Demasiado. Pero después, el recordatorio de que no le quedaba mucho tiempo en aquel mundo le había hecho desistir…

Ya no importaba, cierto?

Recordaba haber hecho un ultimo intento, mas por el hecho de hacerlo que por la esperanza de recibir una respuesta. Tal vez estaba aburrido, tal vez era su orgullo que no le dejaba permitirse el sentimiento de la derrota o simplemente, para pensar que simplemente, no había sido descortes. Rodhey le había conseguido, por medio del amigo del amigo de un amigo (o algo así le había entendido) el correo directo del CEO de aquella empresa.

Por supuesto no lo había creido en absoluto.

Cómo iba a ocurrir aquello cuando él con todos sus esfuerzos no había podido?

Pero de todas formas, no perdía nada. Un día simplemente había enviado una invitación para esa precisa noche en la Expo Stark, para que pudiesen presentarle al mundo alguno de sus inventos, que bien ya eran conocidos pero tal vez, quisiesen integrarse a aquel evento. Era una idea ridícula y lo sabía, la misma Expo en si era una tontería y Pepper se lo había dicho y no estaba tan ciego como para reconocerlo, por lo que estaba casi seguro de que ni siquiera se tomarían la molestia en responderle.

Por ello se sorprendió grandemente al ver aquella respuesta, no solamente proveniente justamente del mismo CEO de su competencia y el cuál firmaba como "Primer CEO Howard S-B" sino que además, había pulsado como afirmativa la casilla de confirmación a su asistencia.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, mientras leía y repasaba aquello, sin poder creer que en verdad su amigo pudiese haber conseguido algo que él no… y que ahora, tuviese la oportunidad que había estado buscando: conocer al enemigo.

Un segundo después, se dejó caer de nuevo en su silla, clavando los ojos en el alto techo sobre su cabeza.

En verdad valía la pena aquel capricho?

No estaba seguro de cuanto tiempo le quedaba, tal vez su empresa desaparecería y de todas formas, aquello solo sería un mero recuerdo borroso para la gente… sus ojos se entrecerraron. APepper no le gustaría saber que había salido, aún tenía que preparar su fiesta de cumpleaños.

Hizo una mueca de desagrado.

En verdad, como deseaba cancelarla pero ella había insistido.

Otro capricho.

Cerró los ojos un segundo. Y entonces se enderezo sonriendo de lado. Bueno, si iba a morir, al menos no se iría sin satisfacer su curiosidad y ver si el sujeto que había hecho temblar a Hammer lo suficiente como para acudir a él en busca de auxilio era tan maléfico como lo pintaba el hecho de poder responderle tan felizmente a los Estados Unidos, imponiendo sus condiciones y ganándose su temor.

Si.

Nada como satisfacer un poco de su propia morbosa curiosidad antes de partir de aquel mundo.

Se enderezo rápidamente y se guardó de regreso el celular, tenía que preparar muchas cosas rápidamente si les harían un lugar aquella noche en la Expo y él quería estar presente, para ver si en verdad se presentaba aquel sujeto o si mandaba a un representante, como seguramente lo haría; pero no importaba, no iba a perderse aquello, la curiosidad le estaba picando y por un segundo, incluso olvido los problemas que traía consigo.

Ya estaba casi en la puerta de salida de su casa cuando se detuvo y observó un paquete de sobres sobre la mesa.

Entornó los ojos un momento antes de comprender de que se trataba y sonrió un poco mas.

Bien… tal vez… podría tentar dos veces a la suerte, si podía.

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-No puedo creer que hayas aceptado…

-Hmm? De que hablas, yo no acepte nada…

-Si lo hiciste… aquí está la respuesta de confirmación al evento…

Aquel laboratorio estaba bastante iluminado, las luces lo cruzaban, largas y blancas de lado a lado pero se veían opacadas casi en su totalidad a nivel del suelo debido a las enormes construcciones metálicas, bocetos tallados, papeles en rollos acumulados unos sobre otros y las mesas atascadas de objetos por todas partes, sumados a todo lo que había en las paredes, ya fuese colgando o lasrayaduras con crayón y marcador negro, al parecer de ideas sueltas que iban siendo escritas o dibujadas en los muros asi como aparecían.

Computadores, diseños tridimensionales… todo era una mezcla caótica y el aroma a algo quemándose mas el aceite llenaban el aire.

Un jovencito algo bajito para su edad, observaba una pequeña portátil en una de las mesas, con expresión serena mas un brillo de diversión destellando en sus ojos castaño claro. Sus cabellos eran ligeramente ondulados y en el mismo tono que sus enormes ojos, mientras que su aspecto aniñado contrastaba un poco con las ropas que llevaba puestas, mas acordes a un adolescente cerca de la mayoría de edad que a un pequeño.

Los jeans estaban algo gastados pero no por ello sucios, mientras la camisa de botones caía con sencillez sobre una playera interna.

Era toda una imagen contradictoria a la del otro joven en la habitación que en aquellos momentos se encontraba sujeto de unos cintos alrededor del vientre y torax que le colgaban desde el techo hasta la parte superior de lo que parecía el arco para una puerta; a pesar del trabajo que se encontraba haciendo (llevaba puestos sobre el rostro unas gafas de soldadura y las chispas del soplete caían como cascada hacia los lados) y a pesar de los enormes guantes que desentonaban con el conjunto, el resto de la ropa le hacía ver bastante fuera de lugar.

Una camisa de botones, extrañamente blanca con una corbata negra muy bien sujeta a esta, pantalones que pertenecían a un sencillo traje negro (del cual, el saco descansaba mucho mas en orden que el resto de objetos ahí presentes, sobre el respaldo de una silla)… simplemente parecía mas el joven asistente de un banquero al que hubiesen forzado a hacer labores manuales.

Finalmente, aquel joven se levantó las gafas mientras apagaba el aparato, dejando ver unos agudos ojos en tono café oscuro, al igual que su cabello que se elevaba corto y en puntas hacia arriba; frunció levemente el ceño, observando al otro chico que ahora le sonreía con simpleza, como si estuviesen disfrutando de algún tipo de chiste en conjunto.

-Me temo que no termino de comprender de lo que me estás hablando, aunque no niego que mi inteligencia sea por mucho superior a la del resto de las personas con las que me veo forzado a compartir el techo, aún no llega al nivel de obtener el poder de la telepatía… aunque tal vez pronto lo haga, si termino ese pequeño proyectito que no me deja dormir- añadió repentinamente levantando la vista como si de repente hubiese observado algo interesante

El mas joven bufó

-Podrías guardar por un rato tu ego?- preguntó haciendo una expresión de puchero, antes de volver a componer aquella expresión de diversión- me refiero, a que me da mucho gusto que al fin hayas decidido salir de tu encierro, como siguieras sin ver el sol nuestra madre podría pensar que en lugar de parir a un niño, trajo al mundo a un fantasma- soltó riendo con suavidad mientras el otro volvía a verle con algo de irritación- la Expo Stark…

-Wow, wow, wow… que tiene que ver ese circo de hijitos de papi sin que hacer y que solo van a ver a quien se encuentran como si fuera un sistema de citas gratuito, conmigo?- interrumpió- ya sabes lo mucho que me desagradan ese tipo de estupideces en la que los supuestos "inventores" se la van caminando como pavorreales en pasarela- resopló antes de encender de nuevo su soplete y girarse para volver a lo suyo

-Bueno… tomando en cuenta que tu vas a ir, debería considerar que también eres un "hijito de papi en busca de una cita gratuita"?- preguntó con un poco mas de diversión el chico en el suelo, añadiendo una sonrisa picara a su gesto

El otro volvió a girarse pero esta vez con expresión de confusión

-Que? Yo nunca…!

-Ya te he dicho que dejes de responder a tus correos sin siquiera verlos- interrumpió el mas joven ahora entre risas que no lograba reprimir- aceptaste acudir a una presentación de Prisma en la Expo Stark…- se inclinó un poco para leer- a eso de las 8 de la noche, en la primer explanada, tercer modulo- asintió antes de ver al otro

Este abrió grandemente los ojos, entre ofendido y confuso.

Era verdad. Probablemente no había siquiera leído la invitación y había pulsado el "Acepto" por inercia, debido a que normalmente sus correos personales provenían de su madre o simplemente, de algún ofrecimiento de muestras gratis que le enviaban otras empresas en son de amistad o buenos deseos que le reenviaba su secretaria del correo general de PRISMA al suyo personal… pero… él había tenido a bien y a cuidado que ese metomeloentodo de Stark nunca lo hubiese obtenido…

Como demonios lo había logrado!?

No era que desconociese el genio del sujeto. Lo sabía y de primera mano… pero aún así… había sido tan cuidadoso…

Odiaba al tipo. O bueno, no lo odiaba pero le fastidiaba por mucho. Egocentrico, presuntuoso, insensible, altanero… mujeriego por demás… no era que no creyese en el adagio de "no juzgar un libro por su portada" o que pensase que todos eran iguales… pero a veces la portada era demasiado ostentosa como para no evitar sentir un rechazo algo picante hacia quien la portaba. En un movimiento por inercia, debido a su repentino fastidio había dejado caer el soplete de su mano.

Trató de recuperarlo en el aire, pero debido a la precaria posición en la que se encontraba, apenas y había logrado golpear el objeto lejos, quemándose la mano en el proceso y logrando que una mesa mas lejos estallase con fuerza, dejándole la mitad de la ropa en un tono oscuro que sabía que jamás podría retirar; maldijo en voz alta mientras el joven de cabello ondulado, que rápidamente se había ocultado detrás de un trozo especialmente grueso de metal ahora reía con fuerza por lo ocurrido

El chico de cabello corto dejó salir un gemido resignado mientras sus ojos se presentaban ahora cerrados a la mitad y con la pupila bastante pequeña, casi en deformet

-Y ahí van dos años y medio de investigación en el area química sobre una posible multiplicación de alimentos que no van a recuperarse y que ya no podremos presentar este invierno- dijo mientras su cuerpo continuaba meciéndose suavemente por la fuerza del estallido; finalmente, dio un rápido vistazo a su ropa y volvió a suspirar- tendré que tirar esto o inventar una camisa elegante que no se queme, manche o destruya con las primeras explosiones de un experimento…

-Eso no sería tan mala idea- sonrió el mas joven avanzando hacia donde se encontraba el otro- qué presentaras en la Expo?

-Es verdad… tenemos que llevar algo, pero honestamente, no me siento de animos para llevar algo grande… tal vez el explorador planetario de integración en tiempo real…

-Piensa que será tu oportunidad de impresionar y de no se- se encogió de hombros el otro- terminar de empujar a la competencia a un lado- dijo inocentemente el de ojos claros encogiéndose de hombros con inocencia

El chico que colgaba del techo, observó con algo de cansancio al otro y expresión de fastidio… antes de colocar su mano en el marco de aquella puerta y cambiar su expresión, por una de descubrimiento, a lo que después, sonrió con algo de maldad

-Creo que… ya se que llevaremos querido hermanito…

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