La doctora comprobó una vez más los indicadores del sistema de estabilización vital y asintió.
– Ya está despierta, puede preguntarle.
A su lado, un hombre entrado en años, con la insignia de Inspector de la Policía del sistema miró a la chica pelirroja en la camilla. Le habían cortado el pelo para colocar los sensores en su cráneo y todavía estaba muy pálida. Debía pasar por poco la veintena. No era especialmente agraciada y las redondeces de su rostro, sin cicatrices, no las identificaba con las de un piloto curtido en combate. Comprobó una vez más el nombre de la paciente en su comlink. La doctora Clover tocó levemente el hombro de la joven.
– Comandante Fey, hay alguien que quiere hablar con usted.
La joven abrió los ojos, de un intenso tono ámbar y observó a la doctora. Ella señaló al otro hombre en la sala.
–Buenos días, comandante Fey, soy el inspector Vásquez – saludó – . Se encuentra usted en el hospital de la base de tierra Nansen, en el sistema Kayan.
Maya, desde la camilla, volvió una desenfocada mirada hacia el recién llegado. De inmediato, los sedantes y otras drogas de la felicidad hicieron su efecto y sus ojos se iluminaron como si viese a un amigo.
–Hola, inspector – dijo con una gran sonrisa –. Me encanta el color de tu cabello. Verde.
El hombre enarcó las cejas hacia su pelo entrecano. La doctora realizó un asentimiento.
–No te preocupes, Michael, la reacción es normal. Va a ser complicado que pueda mentirte, por otro lado.
El inspector ojeó los datos sobre la paciente en su comlink.
– Comandante Maya Fey, piloto federada con rangos: novata en combate, competente en comercio y guía en exploración. Con expediente limpio. Sistema de origen Maya 7, bajo dominio de la federación. ¿Es correcto?
Maya sonrió y le dirigió un gesto de aprobación con el pulgar.
– Ayer, su cápsula de escape fue rescatada en el sistema PDF 37, concretamente en la órbita del cuerpo C 2. La patrulla que acudió reportó una gran concentración de naves de guerra en plenas hostilidades. ¿Se puede saber qué hacia usted ahí?
Maya no pareció oírlo, arrugó el entrecejo y trató de recordar.
–Yo estaba... recogiendo comida. Contenedores. Cumplía un contrato.
– Estaba usted realizando un trabajo de recuperación pues.
– Sí. Todo legal.
– Ya. Seguro. Y, ¿cómo se vio envuelta en ese combate?
Maya entrecerró los ojos y se llevó las manos a la cabeza.
– Yo no combatía. Yo… solo… fui a recoger… contenedores. Pero solo había uno.
El inspector lanzó una exclamación ofendida.
– Comandante Fey, realmente ¿espera que me lo crea? ¿Realmente espera que me crea que dos pequeños ejércitos decidieron iniciar sus hostilidades justo en su punto de recogida? ¿Y que usted no sabía nada de esto?
Maya alzó la mirada hacia él tras la bruma de las drogas, tratando de entender qué es lo que sugería.
– No sé… Me dispararon, todos.
– Ya – exclamó el inspector con total incredulidad – . ¿Quién le encargó esa misión de recogida?
– No recuerdo el nombre… Fue en esta estación. En el panel de misiones… Una corporación.
– Pues más vale que lo recuerde y que nos lo confirmen.
La comandante Fey lo observó lentamente entrecerrando los ojos.
– ¿Qué cree que estaba yo haciendo ahí, inspector?
El inspector Vásquez dejó de lado su comlink y la observó iracundo.
– ¡Creo que usted había quedado con sus aliados para algún tipo de negocio ilegal que se torció! Creo que forma parte de alguna de estas facciones que están arruinando este sector. Y creo que yo ya no tengo la paciencia como para creerme que una piloto novata, inexperta, salida de la nada estaba en mitad de la última demostración de fuerza de esta gente ¡ y no sabía nada de ello !
El rostro de la chica se iluminó por el entendimiento, y la felicidad química.
– Aaaaaaaaah… Esosloquecrees. No no no… Verás, no llevaba puntos de defensa ni nada, porque estaba haciendo una carrera.
Hubo un instante de silencio por parte de los otros dos adultos en la sala.
–¿Una carrera? – dijo la doctora Clover.
– ¡ Que no llevaba sistema de defensa en su nave ?! – exclamó el inspector Vásquez.
–Esaaassto. Hay que cumplir con las especificaciones para la carrera. Por eso, no armas… no sistemas defensivos. No ingenieros. Tuve que cambiar todos los módulos. Telonseño. Busca en tu comlink: Buckyball Race Club.
Michael tecleó en su comlink, y observó lo que le mostraba la pantalla. ¿En serio había un club deportivo que hacía carreras aligerando sus naves hasta ese punto de insensatez? Y parecía que uno de los nodos de la misma iba a pasar por su planeta en los siguientes días.
La doctora Clover miró por encima de su hombro con curiosidad y murmuró.
–No sé si esta chica nos está troleando o si realmente es así de simple. Me dices que… quita todos los módulos que protección a su nave para entrar en una carrera. Y, ¿a mitad de la misma, se para a hacer un trabajo de recuperación?
–¡Sastamente!–exclamó alegremente Maya subiendo los puños sobre su cabeza en gesto de triunfo–Lo hice toooodo mal. Mu mal. Y han destruido al pobre Mistral. Pero, lo que no saben…
El inspector y la doctora miraron a Maya que les hizo un gesto para que se acercasen y bajó su voz a un susurro, como si les rebelase un gran secreto.
–… lo que no saben es que el corazón de Mistral está a salvo en un taller.
–…?
El inspector Vásquez alzó una escéptica ceja.
–¿Son las drogas?
–Probablemente.
– ¿Quién es Mistral?
Las cejas de Maya se arquearon en un gesto de pesar.
– Es mi nave, mi Diamond Back Explorer. Pueden comprobarlo. Aterricé en esta estación unas horas antes. Deben tenerlo en el registro de vuelo.
El inspector Vásquez tecleó en su comlink accediendo a los datos de atraque y vuelo de la estación. Efectivamente, aparecía una DBX con ese nombre. Una breve pesquisa le reveló que estaba registrada a nombre de la Comandante Maya Fey. Alzó la vista hacia la chica pelirroja, que ahora parecía sumida en un pesar suavizado por las drogas.
– Mataron a Mistral – murmuraba para sí.
No le estaba mintiendo.
En ese momento, un agente se asomó a la habitación y comentó: "Inspector, tenemos en línea a una tal Victoria Dawnstar. Dice ser la madre de la comandante Maya Fey y parece dispuesta a acabar con nosotros si no le damos noticias de su hija de inmediato".
El inspector dejó escapar un suspiro.
–Dígale que su hija está a salvo y colaborando con una investigación policial.
Desde la cama Maya gritó entre risas: "Mamaaaaaaa…. El inspector tiene el pelo verde. No veas qué hortera que es. A Rianon le va a dar algo si lo ve."
