"Todo santo tiene un pasado, y todo pecador tiene un futuro"

Oscar Wilde—

Capítulo I: Insinuación Peligrosa

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En un lujoso restaurant francés, un lugar exclusivo para los clientes más importantes se encontraban tres personas degustando los mas exquisitos platillos. Eran dos caballeros y una dama. Ambos caballeros eran muy similares en sus rasgos pero no en sus miradas.

Me parece muy extraño de tu parte que aceptaras verme—dijo unos de los hombres, vestía un fino traje de Dolce & Gabana con zapatos pulcramente lustrados. —Pensé que me mandarías al carajo sin ninguna explicación.

Vale la pena…—Dijo el otro hombre, vestía un elegante traje de Armani en color negro—escuchar que tiene que decir mi pequeño hermano…

Las palabras flotaron en el aire, el sarcasmo y el odio podía palparse, un mesero interrumpe la atmosfera trayendo una botella de vino tinto.

Tengo un problema y necesito de tu ayuda—soltó de pronto el menor, sus ojos ambarinos centellaron con vivos nervios.

Supongo que necesitas dinero…—espeto el mayor, con su mano izquierda desenredo un mechón de cabello plateado que caía en su frente— siempre fuiste malo con los negocios, pero Touga te lo dejo todo a ti.

La compañía está a punto de irse a la quiebra, Onigumo nos traicionó—dijo el ambarino en un susurro.

Le dije a Touga que Onigumo era una mala persona, no me quiso escuchar, el padre como el hijo son escoria. —dictamino el mayor.

Sesshomaru, ayúdame a salvar la compañía y te daré la parte que te corresponde—Dijo el menor.

Sesshomaru escucho la súplica de su hermano, el que siempre le había arrebatado todo, incluyendo el amor de Kikyo. Vio de reojos a la mujer junto a su hermano, Kagome.

Kagome era prima de su ex-esposa Kikyo, la había conocido hacía mucho tiempo atrás, lo que mejor sabia de ella es que era lo más valioso que tenía su hermano, el corazón de su hermano estaba dividido entre esas dos mujeres pero había algo con Kagome, Kagome era solamente de Inuyasha.

¿Quieres que salve la compañía del hombre que me desheredo?—preguntó retóricamente.

Si no quieres hacerlo, ¿podrías prestarme el dinero?

¿Cuánto necesitas Inuyasha?

Ciento veinte millones de yenes—soltó. La mujer a su lado lo vio con estupefacción.

Sesshomaru sonrió ideando su plan, él quería venganza de su medio hermano, por arrebatarle a su padre, su vida, su imperio y su esposa: Kikyo.

Inuyasha…—tomo un sorbo de su copa de vino tinto—te ayudare a salvar la compañía y te prestare el dinero, a cambio… me dejaras tener una noche con tu esposa.

Inuyasha y Kagome se quedaron helados, aquella peligrosa propuesta aun zumbaba en sus oídos.

¡¿Qué demonios Sesshomaru?!—Renegó el ambarino— ¿Por qué quieres a Kagome?

Solo quiero una noche con ella, es un trato justo…—se levantó de la mesa en toda su estatura, la coleta de cabello plateado centello con la luz artificial—Tiene tres días para pensarlo, yo invito la cena.

Espera Sesshomaru…—era la primera vez que oía la voz de Kagome en toda la cena— ¿Por qué lo haces?

Sesshomaru la vio, sus dulces ojos azules, su tez blanca y mejías sonrosadas, lucían un poco infantiles; pero el escote del vestido y las curvas en su cuerpo decían todo lo contrario. Muy diferente a la despampanante Kikyo.

¿Por qué no hacerlo?—Respondió. Ella se veía tan inocente, le llevaba alrededor de siete años, eso recordaba y al parecer su recuerdo no cambiaba mucho de la mujer que tenía enfrente. —Los veré en tres días.

Un mesero entro al lugar y susurro algo al oído de Sesshomaru. Un hombre bajo que vestía de traje y enorme ojos saltones se acercó a él también.

Amo, su helicóptero aguarda—dijo el hombrecillo.

Andando Jaken—dijo el peli plata mayor saliendo de ese lujoso reservado.

Inuyasha, ¿Qué haremos ahora?

No lo sé Kagome, no lo sé.

Amo Sesshomaru, ¿Por qué la esposa de Inuyasha?—pregunto Jaken—Hay mujeres más hermosa.

Si Jaken, hay mujeres más hermosas, pero ella es de Inuyasha y yo la quiero a ella.

¿Quiere vengarse de Inuyasha por todo? ¿Por la señora Kikyo?

Hace mucho que deje de querer a esa mujer, pero quiero que Inuyasha pague caro la humillación.

Amo… no sería más fácil dejarlos en la ruina. —pregunto el viejo hombre.

Eso sería Jaken, demasiado fácil…—dijo Sesshomaru ladeando una cínica sonrisa.

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Bueno, hasta aquí el primer capítulo de mi nuevo proyecto… este será un poquito corto… no se acostumbren mucho… espero con ansias sus comentarios. En los próximos capítulos iré revelando muchas cosas sobre el pasado de cada personaje y como las cosas llegaron hasta ese punto.

Se despide,

Selene Taisho Higurashi.