01.- Aión


Harry Potter acababa de cumplir 90 años, los cuales era un milagro que tuviera en ese momento. Desde su nacimiento, parecía como si el destino estuviera tentado a darle prueba tras prueba, al año de su nacimiento, una profecía marcó el fin de su vida familiar, llevando a su familia y a él a esconderse, para ser traicionados casi de inmediato por un amigo cercano a su padre.

La siguiente prueba de la vida fue sobrevivir a una maldición que podía arrancar la vida de un ser vivo sin dejar huella. Él era la única persona que había sobrevivido en toda la historia. Lo que le dio el epíteto del Niño-Que-Vivió, un título que marcaría su vida más adelante, tanto para bien como para mal.

Después de sobrevivir a eso, la decisión de un mago llamado Dumbledore marcaría los siguientes 16 años de su vida, sobre todo los primeros diez, fue dejado al cuidado de su tía materna. Una persona normal, común y corriente que no tenía idea real del mundo en el que Harry había nacido, y que después de que su hermana se integrará a ese mundo, paso a odiar todo lo relacionado con él, fingiendo incluso que no tenía hermana. Está de más decir que la infancia de Harry estuvo plagada de malos tratos, trabajos forzados, mala alimentación y abuso verbal y físico. De verdad que fue un milagro que llegara a los once años. Edad en que un nuevo giro del destino lo llevó de vuelta al mundo que lo vio nacer.

Entonces llegó su época de Hogwarts, donde ni un solo año estuvo tranquilo, desde el comienzo, el asesino de sus padres intentó terminar el trabajo que empezó cuando Harry apenas tenía un año, y casi lo logró en algunas ocasiones. Sin embargo, Harry venció y con él, la paz y tranquilidad de su mundo, volvió. Con un costo muy alto, muchos de sus seres queridos murieron y numerosas familias sufrieron pérdidas irreparables, una guerra que jamás debió suceder.

Después de eso, su vida se tornó tranquila relativamente, se casó con la hermana de su mejor amigo, a la que vio cómo su hermanita desde los once, pero que conforme paso el tiempo, empezó a amar como pareja, tuvo tres hijos, luego, su segundo hijo tuvo una "breve" aventura que tuvo repercusiones, y casi lleva la oscuridad al mundo de nuevo. Aunque tampoco es como si se hubiera ido. La oscuridad siempre estaba ahí, acechando, esperando un momento de debilidad de la luz para tomar el control del mundo nuevamente.

Su hijo sobrevivió a su "aventura" y sentó las bases para que viejas enemistades desaparecieran, su hijo trabó amistad con el hijo de uno de sus otrora némesis escolares e hizo que se hicieran amigos, luego, ese mismo chico, se casó con su prima, y la vida retomo un cauce sereno.

Aun así, Harry siempre tenía dudas, ¿Y sí...? ¿Y sí Tom Ryddle hubiera tenido una mejor infancia? ¿Y si Severus Snape jamás se hubiera unido a los mortífagos? Y la más grande duda de todas, ¿Y sí él hubiera aceptado ir a Slytherin?

Su mentor, Dumbledore, le dijo que son las decisiones lo que definen quienes somos. ¿Eso quería decir que si Merope Gaunt hubiera decidido casarse con otro muggle o llegar a enamorar a Tom Ryddle Sr. con algo diferente a la magia, Voldemort jamás hubiera existido?

¿Si Severus Snape hubiera tenido una mejor familia, o ninguna, su vida no hubiera terminado sirviendo a Voldemort y tratando de enmendar sus errores siendo un espía de la luz y protegiéndolo a él?

¿Sí él hubiera aceptado ir a Slytherin podría haber evitado la muerte de tantos, aprendiendo cómo pensaba un Slytherin y usando eso contra Voldemort?

Ahora que tenía 90 años, que los sanadores ya le habían dado una "fecha de caducidad" a su cuerpo, pensaba más que nunca en esas "posibilidades", los ¿Y sí...?, pequeñas dudas que carcomían su mente.

Su esposa, Ginny, había fallecido 5 años antes, se cayó de espaldas y algo se quebró en su cabeza, y jamás despertó. Sus hijos tenían su propia familia y habían crecido tanto, que, si él abandonaba el mundo mortal, ellos estarían bien. No dejaba nada atrás que requiriera su presencia, así que Harry Potter, estaba tranquilo por ese lado. Lo único que lamentaba era el no poder resolver esos ¿Y sí...?

Harry se dedicó a viajar a ciertos lugares los últimos meses de vida que tenía, sobre todo la tumba de sus padres, diciéndoles que pronto los vería, luego visito la tumba de los Lupin, Remus y Tonks, diciéndoles que su hijo había crecido maravillosamente, que estaba casado con Victoire, la hija de Fleur y Bill Weasley. Luego visitó a Sirius, agradeciéndole todo lo que hizo por él, y al final, visitó la tumba de Dumbledore y la casa de los gritos.

La primera, porque deseaba dejar flores y una bolsa de caramelos de limón a su mentor, y la segunda, por ser el último lugar donde vio al hombre más valiente que había conocido, incluso más valiente que él. El hombre del que jamás recuperaron su cuerpo. A veces, y solo a veces, se imaginaba que el hombre había sobrevivido y que se había dedicado a viajar por el mundo con otra identidad. La vida ideal para quien toda su vida fue un espía obligado a representar un papel.

Luego de todas sus visitas, paso a ver la cabaña de su amigo Hagrid, que ahora estaba ocupada por otro guardián de las llaves, Hagrid había fallecido varios años antes, Minerva McGonagall también, Ron falleció en medio de un asalto a su tienda de bromas, Hermione había fallecido apenas el año anterior, los señores Weasley mucho antes que Ron y Hermione, y la lista crecía. De su generación de Hogwarts, de sus amigos, tanto los más jóvenes como los mayores, todos ellos, ya habían cruzado el velo. Solo faltaba él.

Dejo su varita enterrada cerca del bosque prohibido, y se apareció en su casa, comió todo lo que quiso y después se fue a "dormir" en su cama, donde tantas noches pasó acompañado de su esposa, y a veces de sus hijos en las noches de tormenta. Harry pensó que, a pesar de todo, a pesar de todas las pruebas del destino, su vida había sido plena.

Si tan solo no existieran esas "pequeñas dudas", esas interrogantes que aún en sus últimos minutos lo carcomían.

Pero ya no había tiempo para eso, cerró los ojos, y atravesó el velo.

Pronto vería a su familia...


En cuanto puso un pie al otro lado del velo, solo sintió la oscuridad, no había luz ahí, y, aun así, sentía que ese no era su lugar. Busco a tientas algo de lo que asirse, pero no había nada. La oscuridad lo rodeaba completamente.

Bueno, esto era muy diferente a lo que había esperado. Sabía que su cuerpo volvía a tener 20 años, aunque sin luz era imposible saberlo, solo podía "sentirlo", si es que eso tenía algo de lógica.

Luego de lo que le pareció una eternidad, por fin vio una pequeña luz, y empezó a seguirla, hasta que avanzó bastante, se dio cuenta que era la tan mencionada "luz al final del túnel".

Cuando atravesó la luz, se encontró con un salón de té, donde había un servicio completo, y un personaje "extravagante", vestido con algo que parecía una túnica llena de números, constelaciones y dibujos de relojes de arena, estaba sentado ahí, tomando té y comiendo pequeños bocadillos.

—Adelante señor Potter, lo estaba esperando, sírvase lo que gusté—.

Harry se extrañó. Él esperaba ver a su familia y amigos, a su esposa, a su mentor, a su profesora favorita e incluso al amargo profesor de pociones, al que nunca pudo agradecerle toda la ayuda que le brindó... pero era mejor que estar en la oscuridad, así que se sentó frente al personaje y se sirvió una taza de té. Un perfecto té negro con limón y un cubo de azúcar, justo como le gustaba. Y los bocadillos, "casualmente" eran sus favoritos, de Rosbif y pepinillo.

—Asumo que no tiene idea de lo que pasa, ¿Verdad señor Potter? —.

—Pues la verdad, no, sé que estoy muerto y hasta ahí llega mi conocimiento sobre donde estoy ahorita. Siendo honestos, esperaba algo diferente—.

—Ver a su familia, amigos y quizás sus mascotas—.

—Algo así—.

—Las verá pronto señor Potter, lo he traído aquí porque usted tiene dudas, muchas para una vida como la suya—.

—No entiendo—.

—Verá, usted tuvo una vida plena, a pesar de todo, sus padres lo amaron aunque apenas y los recordaba, tuvo amigos, una familia que se preocupó por usted, hijos, esposa, perro, gato, hasta esa serpiente albina que no recuerdo como se llamaba, amó, sufrió y pasó por todo sentimiento que ha sido creado, y aun así... no deja que su alma repose, deja que las dudas carcoman su corazón, y nosotros no podemos permitirlo, así que tengo una propuesta para usted, algo que quizás le ayude a superar sus dudas—.

—¿Y eso sería...? —.

—La oportunidad de tomar otras decisiones—.

—¿Quiere decir cómo reencarnar? —.

—No, por supuesto que no, eso sería si usted ya hubiera aceptado dejar atrás su vida pasada, no. Lo que le ofrezco es regresar en el tiempo, a cada punto donde usted cree que, si hubiera pasado otra cosa, su vida hubiera mejorado, y sé que usted ya tiene fijados estos puntos—.

—¿Cuál es el truco? —.

—Ninguno, nuestra labor es entregar a la muerte, a aquellas almas que ya han liberado su corazón del peso de su vida, eso solo se logra teniendo la mente tranquila, organizada y la de usted señor Potter, es todo, menos organizada—.

—¿Nuestra labor? ¿Hay más como usted? —.

—Muchos, pero concéntrese por favor, tiene un par de días para pensarlo, y si acepta, lo llevare de vuelta en el tiempo para "corregir" esos errores de su línea temporal. Si decide declinar la oferta y dejar ir sus dudas, lo ayudare a pasar permanentemente al otro lado del velo, y reencarnara cuando haya descansado lo suficiente, pero si opta por corregir el tiempo, deberá vivir toda su línea de tiempo otra vez y cuando llegue el momento, deberá regresar limpio de dudas, remordimientos y demás—.

—Está bien, lo pensaré—.

—Perfecto, ahora sigame para que vea a su familia y amigos—.

Harry dejó su té en la mesita y siguió al extraño personaje hasta un pasillo largo, largo. Al final del mismo, se veía una puerta de madera muy ornamentada, donde parecía que había talladas planta, flores, animales, estrellas, la creación entera. Cuando atravesó, vio a su familia en una mesa muy larga de picnic, en medio de un jardín florido, veía a sus padres tan jóvenes como en las fotos, a su padrino tan alegre como le habían dicho que era, Remus y Tonks paseaban mientras Tonks llevaba una corona de flores e iba de la mano de su licántropo favorito, ojo loco ya no tenía sus cicatrices y aunque seguía sin ser un adonis, se veía mejor que nunca. Ninguno se dio cuenta de que Harry estaba ahí.

—En cuanto toques la mesa, te verán, abrázalos y deja que el amor que les tienes hable por ti. Disfruta este tiempo y vendré a verte en unos días, piensa en tu decisión—.

—Un momento... ¿Cómo te llamas? —.

El extraño sonrió y antes de irse le contestó —Aión—.


Harry tocó la mesa, y pronto se vio rodeado de sus amigos y familiares que en cuanto lo notaron, saltaron a abrazarlo y hacerlo sentir como en casa otra vez, habló con sus padres y lloró como nunca, beso a su esposa y le contó cómo estaban sus hijos y nietos, jugó con Sirius como debieron hacerlo desde que era "un cachorro", platico horas con Remus y Tonks, diciéndoles lo feliz que era Teddy. En general, la muerte era lo que esperaba, solo no había visto a alguien, Severus Snape, tampoco a Tom Ryddle. Incluso había visto a Dumbledore, quien le agradeció los caramelos de limón.

Los días pasaron y Aión volvió para obtener su respuesta.

—¿Qué ha decidió señor Potter? —.

Harry había hablado con sus padres, con Sirius y con Remus, incluso con Dumbledore, pero todos le habían dicho lo mismo, "¿Puedes 'vivir' con eso?", Harry sabía la respuesta, no. No podía continuar el camino sin saber esas respuestas.

—Quiero respuestas—.

—Bien, entonces despídete de ellos, no los verás en un tiempo—.

Harry fue a abrazar una vez más a cada miembro de su familia, a sus amigos, incluyendo a Dobby, Crookshanks y Hedwig, y abandonó su pequeño paraíso para seguir a Aión. Este lo guió hasta una sala que tenía varios relojes de todo tipo, desde relojes de cuerda, de bolsillo y unos muy bonitos de arena. Aión entonces tomó uno de arena, parecido a un giratiempo y se lo dio a Harry.

—Tome señor Potter, dele tres vueltas, cada vuelta de la pensando en el momento en que quiere llegar, cuando la arena del reloj pase a la otra parte del mismo, será cuando abandone ese punto en el tiempo, excepto una vuelta, la última, cuando llegue a esa el reloj desaparecerá y usted deberá vivir toda la línea de tiempo que haya modificado, no puede morir por su propia mano, esa es la única regla. Debe morir por consecuencia de sus decisiones o de las consecuencias de lo que haya modificado, ¿Ha entendido? —.

—Si, lo he entendido—.

—Bien, gírelo y buena suerte—.

Harry giró tres veces el reloj y pronto todo a su alrededor desapareció. Cuando abrió los ojos, notó que su cuerpo conservaba los aparente 20 años y se hallaba ante una casucha donde una joven de apenas 14 años estaba siendo maltratada física y verbalmente por un individuo repugnante.

Harry reconoció la casa de los Gaunt, y a la madre de su Némesis, Merope Gaunt.

La arena del reloj empezaba a correr, y Harry tenía frente a sí, la oportunidad de darle a Voldemort la oportunidad de crecer en un hogar.


Nota al margen: Este fic lo traigo en la cabeza desde hace un tiempo, es uno de "viajé en el tiempo", se me ocurrió luego de leer "The Cursed Child", y pensé ¿por qué no hacerle lo mismo a Harry?

Espero les guste.