Saezuru
Por Aomine Daiki.
¡Feliz cumpleaños al niño sol, Hinata Shouyou-kun!
I
Mira como su nombre se despliega, vuela, se aleja y desfragmenta en la nada. El recuerdo de su sonrisa se intensifica, se torna tan nítida que explota en sus memorias. La voz alegre, viva y entusiasta se deforma en su oído, lleva el mismo timbre característico pero son otros adjetivos los que le adjunta su cerebro al escucharla en ese momento.
Kenma entiende que no debe estar allí, porque la moral, al menos la que rige la casa, su casa, lo ve mal. Que aparte de esas reglas, existe una razón más importante, y es esa precisamente la que debe importarle, no las otras. Pues después de todo esto es sobre él y Shouyou. Pero los pies no se mueven, la postura que tiene se mantiene y cualquiera que lo viera creería que solo está gastando tiempo. En cuclillas, mirando desinteresado a la derecha la jardinera con brotes cubriéndola, con los brazos apoyados en las rodillas y una expresión neutra, deja en claro que no ocurre nada malo. O eso es lo que aparenta.
"Ngh"
Al otro lado de esas puertas se encuentra Hinata, cantando una melodía que Kenma desconocía y que hasta hace días solo maquinaba dentro de las fantasías que le hacían levantarse en mitad de la noche agitado, con las sábanas sucias y los muslos manchados. Los gemidos, la voz gutural, dulce y aniñada es hechizante, es como una especie de veneno que se fusiona con la sangre y le paraliza las terminaciones nerviosas.
"¡U-ugh-kyaa!"
Atento el oído se afila.
El gorjeo del cuervo es sublime, captando por completo los pensamientos que se engendran presurosos tras ello. Un fuego se le enciende, llameando entorno a su pecho. La sensación ardiente es tal que Kenma permanece con los ojos tan abiertos y astutos como los de un felino salvaje.
Pero cuando la grata romanza que suena clara se ve interrumpida por un murmullo ronco, grave, el ceño de Kozume se arruga tanto que lo hace lucir enfadado; el sentimiento es sorpresivo, tanto que ni siquiera él logra notarlo.
"Hi—nata"
El apellido de Shouyou en esa entonación tan poco familiar le rompen la quietud de sus ansias, la voz no es otra más que la del demonio que conociera hace tiempo en las canchas de un juego amistoso. Es la del setter de Karasuno, la de aquel genio, la del sujeto intimidante pero igual de cabeza caliente que Taketora cuando se le toca. No es otro más que él, el que está haciendo cantar a Hinata aquellas letras epicúreas.
"N-no, no ya no, ¡a-ah!"
"Re-lájate"
"D-despac—ugh"
No necesita esto, ninguna confirmación a lo que él mismo descubriera ese momento. El demonio que sostenía a su kanabou, al kanabou que se convirtió en un demonio, era el dueño de ese pajarillo impetuoso que captara su interés, el interés de un gato obcecado, desinteresado y falto de entusiasmo. Es curioso, mucho, y Kenma solo aprieta los labios, postrando la mirada en cualquier lado sin notar lo que en verdad se refleja dentro de sus grandes y enigmáticos ojazos.
Los ruidos de sus respiraciones, de los objetos moviéndose de un lado a otro, el ajetreo de la acción son fuertes, constantes y pasionales.
"Ka—geyama"
Y es en el instante en que Hinata lo nombra que algo se desmorona en el vientre de Kozume.
Kenma se endereza, echándole un último vistazo a los brotes de la jardinera. Se ha terminado, solo largos y pesados jadeos se escuchan. Ya no hay nada que lo entretenga y permanecer allí en espera de Shouyou lo delataría de una forma poco grata. Por ello con la expresión neutra, pero con cierto deje de grácil melancolía, se aparta del lugar.
Tarareando en su cerebro el sonido musical de un pequeño cuervo.
"¡Hey!, ¿dónde estabas?"
Kuroo está allí, de brazos cruzados, con ese porte sobrado pero astuto. Parece interesado en su ausencia, y Kenma entiende más o menos el por qué de su actitud curiosa.
"Teníamos un partido, pero gracias a ti lo hemos pospuesto. ¿Qué te demoró tanto?"
Un intercambio de miradas, la peyorativa de Tetsurou contra la flemática de él. Sabe que Kuroo quiere indagar más allá de lo que piensa contarle, que intentará buscar la razón verdadera y que aún cuando acepte, a medias, lo que le responda no desistirá de dar con esta. El sondeo termina, y es el primero en desviar la vista hacia donde se encuentran sus compañeros hablando o riendo. Pero el astuto gato negro permanece quieto, todavía mirándole para enseguida imitarlo en su gesto.
"Estaba buscando el cargador de mi móvil"
"Aa"
La réplica es vaga, tan vaga como él mismo, y Kuroo no está satisfecho aunque acepte de primera la respuesta soltada minutos antes.
"¡Ryuu, sujétalo!"
"No te muevas, Hinata"
"¿E-eh?, ¿Tanaka-san?"
Pronto el jaleo que se arma entorno a Karasuno capta la atención de ambos. A Kenma solo le basta escuchar ese alegre piar para saber de quién se trata. Y nuevamente la mirada se agudiza al ubicar a Shouyou del otro lado del auditorio.
"¿Qué están haciendo?"
Kuroo pregunta, pero no le contesta, tampoco es como si éste deseara que le respondiera.
Allá están los senpais de Hinata, cercándolo como a un diminuto ratón que está a punto de ser devorado. El rostro del señuelo es un poema de frases confusas, miedosas y al tiempo aceleradas. No parece que quieran molestarlo, o quizás sí, Kenma siente e interpreta que existe algo más, pero no está seguro de qué se pueda tratar. La situación empieza a aclararse cuando lo que es el setter sustituto del equipo se acerca al trío sosteniendo algo entre las manos. Y es justo después de su entrada que un aroma dulzón inunda el lugar.
"Hinata, ¿no sabes qué día es hoy?"
La interrogante llega, y Kenma como Kuroo no son los únicos atentos al suceso.
"¿Hoy?"
"¡Shouyou!, ¿no me digas que has olvidado tu cumpleaños?"
Nishinoya, el libero, hace un gesto de disconformidad, no le gusta de cierta manera, al parecer, lo distraído que puede llegar a ser Hinata.
"¡N-no!, claro que no, pero no creí que ustedes"
En posesión de Ryuunosuke, Shouyou hace un puchero con esa boquita habladora que posee. Tiene la mirada baja, los ojos le brillan gracias a las lágrimas que comienzan a anidarse en la comisura de sus párpados. Es una imagen encantadora y el cántico lujurioso de Hinata golpea el oído interno de Kenma que tensa la mandíbula sin ser consciente de que Kuroo le mira de reojo.
"Que supieran acerca de ello"
La sonrisa de Sugawara es paternal, tan amable, tan gentil que sin resistirse un segundo acaricia la cabeza del señuelo, sin dejar caer el pastel que sostiene en sus manos y que es la causa de que el aroma a cerezas corra de lado a lado.
"¿Qué opinas de celebrarlo aquí, con todos?"
Es una estupenda idea, Hinata lo espeta al esbozar una enorme y encantadora sonrisa que irradia tanto como el sol durante las mañanas.
De inmediato Koushi llama a los presentes, sin importar sí son de Karasuno o no, y desde luego que los demás responden entusiastas y encantados a esa convocatoria especial. Nekoma no se queda atrás, pero Kenma no se mueve, sigue en su lugar, y Kuroo espera por la réplica que tenga para dar ante la invitación de celebrar el cumpleaños de Shouyou.
"Oh, así que es el cumpleaños del pequeño"
Tetsurou descansa el brazo derecho a su costado mientras que apoya la mano izquierda en su cintura. Es una pose altanera, descarada que adopta en múltiples ocasiones.
"¿No piensas ir?"
No se queda, lo deja allí sin oír su contestación.
Kozume sigue sin moverse, está analizando, admirando, y al tiempo tratando de hallar la resolución a sus absurdos problemas. Tetsurou en cambio ya ha llegado a lado de Hinata, sonriendo divertido porque seguramente le está molestando con comentarios mordaces y provocaciones baratas a las que Shouyou no logra escaparse. Hay un instante en el que Kuroo sujeta de ambas manos a Hinata, apegándolo a él, eso le causa agruras a Kenma, frunciendo la frente y torciendo la boca. Pero el abuso no dura mucho ya que el demonio, el dueño del kanabou, interviene de inmediato, arrebatándole a Kuroo el diminuto cuerpo de Shouyou.
Es entonces, es justo ahora, que Kenma entiende lo que quiere y sonriente se mueve hacia Hinata.
Pensando que las garras que posee son lo suficientemente fuertes para hacer que el demonio suelte a su preciado kanabou.
"Shouyou"
"¿Ah, Kenma?"
"Feliz cumpleaños"
Y tanteando la fortaleza cuando Kozume le da por besar la mejilla de Hinata frente a los fieros ojos de Kageyama.
つつく...
N/A Esto es un threesome, Kenma/Shouyou/Tobio, y el cumpleaños de Hinata es el detonador.
