Hola, las musas me han visitado mucho antes de lo que pensaba. A los que ya habéis terminado de leer mi otra historia, "Encontrándose", deciros que esta se diferencia bastante. A los que no la habéis leído aún, una parte egoísta de mí os recomienda que la leáis. Jeje.

Aclaraciones.
Me he leído de una sentada (varias veces) las sagas de Crepúsculo y de Sookie Stackhouse (que recomiendo a todos), además de verme la película basada en la primera y la serie basada en la segunda. También he de deciros que soy jugadora y directora de rol desde hace más de diez años y mi juego predilecto es Vampiro de White Wolf. Estas aclaraciones vienen al hecho de que en esta historia, como bien dice el summary Draco será un vampiro. Me entró el gusanillo de escribir en primera persona lo que haría un vampiro rodeado de magos en Hogwarts y decidí ponerme a ello en cuanto pude.

La historia no es una adaptación de ninguna de las dos sagas y claramente está centrada en el mundo de Harry Potter de JK Rowling, pero puede que encontréis algunas similitudes con los personajes de Stephanie Meyer o Charlaine Harris. Así mismo para los que estén un poco familiarizados con el Mundo de Tinieblas del juego de rol encontrarán muchos detalles significativos en el personaje de Draco… una vez terminéis de leer os daré más datos.

Disclaimer: Ninguno de los personajes (salvo uno) me pertenece, sino que pertenecen a JK Rowling y no tengo intención de utilizarlos con fines lucrativos.

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Thump

Thump

Thump

Thump

Es lo primero que recuerdo. Un sonido que taladraba mis oídos, al principio me resultó molesto, pero poco a poco me fui dando cuenta de su ritmo, de los distintos tipos que había a mi alrededor, retumbares continuos que me decían que aún estaba vivo. Al mismo tiempo me di cuenta de lo mucho que deseaba acercarme a esas notas de percusión, no, en realidad quería encontrar e identificar su origen… y algo dentro de mí deseaba poseerlo, tomarlo por completo.

Tengo sed.

Mucha sed. Tengo tanta sed que por momentos esos tambores me hacen creer que me invitan a una fuente maravillosa que me va a calmar esa sed, no sé por qué lo primero que se me viene a la mente no es el agua, sino algo más cálido y suave, algo más aromático, con textura aterciopelada y un sabor que incluso mi seca garganta podrá apreciar. Mi boca se humedece, se hace agua pensando en lo delicioso que será beber al fin. La sed es lo único que me molesta ahora, deseo saciarme por completo hasta que no quepa más líquido en mi interior.

Ahora percibo voces a mi alrededor, las reconozco por debajo del repiqueteo permanente que me llama. Al principio me cuesta distinguir algo más que un leve murmullo pero a medida que me intereso por saber lo que están diciendo se van aclarando y los retumbares se van haciendo más sordos. Oigo a mi padre, está hablando con mi madre, hay una tercera voz a la que no le puedo poner rostro pero no me es desconocida del todo.

- No sé si hemos hecho bien… - dice mi madre, su tono es un lamento.
- Es lo mejor que podríamos esperar, Narcisa – la voz de mi padre al responderle parece teñida de melancolía a pesar de la firmeza que quiere insuflarle. - ¿No cree, Sr. Deveraux?
- No creo que mi opinión sea de gran importancia, Sr. Malfoy. –
La voz es muy hermosa, las de mis padres palidecen a su lado… Casi parece que es la voz de un dios… - Lo único que sé es que lo he hecho en calidad de deuda.
- Lo sabemos. –
Narcisa no parece tenerlas todas consigo. – Pero… ¿podría decirme al menos qué he de esperar? ¿Seguirá siendo él mismo?
- Sí. Pero con algunas variaciones… -
¿De qué están hablando? – La mayor parte de su personalidad y su manera de ser prevalecerá, aunque puede que al principio tenga algunos inconvenientes para… encajarlo todo.

Dejo de escucharlos, no me gusta lo que oigo. Prefiero escuchar los tambores a pesar de que su llamada me resulte tan dolorosa y urgente. Vuelvo a sentir cómo mi boca se hace agua en cuanto permito que me envuelvan de nuevo con su rugido, intento tragar pero mi garganta no me lo permite. Mi lengua se aventura para humedecer mis labios, los siento tan resecos y sedientos que me sorprende que no estén llenos de llagas sino que están aterciopelados y suaves. Es un verdadero placer inexplicable pues mi lengua jamás percibió nada tan dulce, tan firme y delicioso. La sorpresa me hace curioso y continúo palpando con la lengua el resto de mi boca y me maravillo de la multitud de sensaciones placenteras que me produce, mas cuando llego al punto en que acaricio mis dientes, ahora me parecen más firmes, como si estuviese lamiendo acero en vez de marfil sin el regusto amargo que produce y casi doy un brinco al encontrarme con algo que no estaba allí antes… tengo colmillos. Dos colmillos pronunciados y afilados que al acariciar sus puntas con la lengua me cortan como cuchillas la blanda carne de la misma… Mi mente reaccionó al instante pensando en el dolor, pero pronto me di cuenta de que no lo he sentido apenas, mas las diminutas y microscópicas gotas de sangre de mi lengua se apoderan de mí… Es una locura completa sentir tanto en tan poco tiempo y con tal intensidad: mi lengua saborea con cada papila cada una de las múltiples esencias que se desprenden de esas minúsculas gotas, puedo percibir un sabor salado y dulce al mismo tiempo, no hay rastro de amargura de ningún tipo, el aroma de la sangre llena mi nariz y entonces es cuando estallo por completo ante la intensidad de tal embate… es el perfume más complejo que jamás haya podido oler, nada puede llegar a describir todos los aromas que se entremezclan en él, un toque de canela, una pizca de hierro, algo de ambrosía… los ingredientes de tan magnífica esencia se contarían por millares y ni siquiera podrían ser abarcados por completo…

Cuando logro reponerme de este inusitado ataque me doy cuenta que mi garganta ardiente se contrae en espera de esas diminutas gotas que ya se han evaporado en mi boca, estoy sediento y he malgastado el poco líquido disponible en volverme loco de placer… Pero algo en mi mente me hace detenerme en este proceso… ¿Tengo colmillos? ¿Qué demonios hago con un par de colmillos afilados? Mi cerebro trabaja rápidamente intentando recordar qué me ha traído aquí… ¿Dónde estoy exactamente? ¿Por qué siento que no puedo mover ni un músculo? Algo que no me ha interesado hasta ahora pues estaba demasiado ocupado con el estallido de sensaciones que me rodeaban, sobre todo con esos tambores que no cesan en ningún momento de tocar su melodía…

Abro los ojos y observo el techo sobre mi. Me parece reconocer esas molduras como las de mi cuarto pero jamás había sido capaz de apreciar su complejidad, tienen un dibujo que se repite cientos de veces en cada milímetro de escayola, reconozco que ese dibujo está creado a base de formas lobulares… son los poros… ¡Estoy viendo los poros de la escayola mientras estoy tumbado en la cama! Sí, ahora percibo la superficie sobre la que descansa mi cuerpo, está mullida y sin embargo percibo cada uno de los puntos que conforman el colchón. Percibo las sábanas de seda acariciando mi piel desnuda y de nuevo el olor inunda mis fosas nasales, estoy oliendo cada una de las maderas nobles en las que están hechos los muebles, el suelo, la lana de las alfombras, el lino de las cortinas… Y veo el intrincado dibujo de las vetas de madera, el entrecruzado de las hebras de lino… son verdaderas obras maestras…

Mis oídos aguzados descubren unos pasos, son elegantes y seguros, no parece que pertenezcan a alguien muy pesado, sino más bien a un ser ligero y elegante… espero ver a mi madre entrar en breve pues los pasos se acercan. Me sorprende ver que en realidad es un hombre el que abre la puerta, un hombre que no concuerda con esos pasos pues mide cerca de dos metros y su cuerpo es demasiado fornido para que su andar no provoque que el suelo tiemble, pero al ver cómo se acerca a mí me doy cuenta de que apenas toca el suelo, parece flotar por encima de él, se desliza elegantemente hasta la cama y se sienta a mi lado. Su aroma es muy hermoso, no es tan complejo como todo lo que me rodea sino que es más simple y por ello me gusta… es como si le diese unas vacaciones a mi olfato, como si le permitiese relajarse… Sus rasgos son perfectos, parece una estatua de un dios a la que han dado vida, la piel parece verdadero mármol cincelado con un cuidado extremo, en sus ojos se puede ver todo el espectro del azul…

- Draco… - la voz, es la misma que escuché antes, amortigua un poco el redoble de tambores que escucho al otro lado de la puerta - … debemos hablar muy seriamente – Suspira y sonríe, veo sus dientes brevemente por entre sus labios – Sé que todo está confuso y que te resulta muy difícil centrar tu atención en algo, pero necesitas escucharme porque soy quien mejor puede explicarte lo que te está ocurriendo. – Tiene razón, quiero saberlo pero es difícil hacer caso omiso de todo lo que llama mi atención. – Quizás será mejor explicarte cómo has llegado aquí… y porqué a partir de ahora tu vida será muy diferente.

Lucian me explicó lo que se había perdido en mi memoria o quizás lo que no deseaba recordar. Hacía tres noches había salido con mis amigos, Crabe y Goyle, de acampada pero resultó que habíamos escogido la peor montaña de todas las que hay. Nos separamos mientras dábamos un paseo y yo me metí en una cueva, resultó que era la guarida de un dragón y a él no le hizo mucha gracia que lo molestasen. Calcinó mi cuerpo y lo quebró hasta un punto que no era posible que me recuperase de ningún modo, ya mágico ya muggle, mis padres desesperados habían llamado a un viejo amigo de mi abuelo y él les envió a Lucian. Resulta que él le debía varios favores a mi familia y por eso aceptó ayudarme…

El modo en que me ha salvado es también una condena eterna. Me dio a beber su sangre y de inmediato empecé a recuperarme de las quemaduras y todos mis huesos volvieron a unirse como correspondía, pero a pesar del poder que tiene no le quedó más remedio que, para salvar por completo mi vida… matarme en el proceso. Lucian no es un mago, ni tampoco es un humano… hace mil años que no lo es… Lucian es un vampiro. Ahora yo también lo soy.

- ¿La sed? – Fue lo único que me atreví a preguntar.
- Sí, es sed de sangre. Al principio te resultará difícil de soportar, pero con el tiempo es algo que se hace llevadero. Te acostumbras – Sonrió – Lo que debes saber es que tienes una ventaja con respecto a la mayoría de neófitos y es que con mi sangre también te he transmitido buena parte de mi fuerza. No te va a resultar tan difícil acostumbrarte a estar entre humanos si te mantienes bien alimentado al principio, tampoco necesitarás gran cantidad de sangre para sobrevivir. – Mis ojos debían de reflejar mi sorpresa y miedo porque a continuación me explicó. – Durante lo que resta de verano me quedaré contigo para explicarte los pormenores de tu nueva situación, tus padres quieren que termines el colegio, yo no estoy de acuerdo, pero intentaremos que seas capaz de aparentar al máximo posible que sigues siendo humano y haremos hincapié en que soportes estar rodeado de gente sin sentir la necesidad de matarlos a todos…
- ¿Volver al colegio?
– Me parecía algo totalmente irreal y estúpido.
- Sí, al contrario que muchos de nuestra estirpe podrás caminar bajo la luz del sol, aunque puede que te cueste al principio aguantar el sol directo y te quedes en las sombras más que antes, también te sentirás adormilado y torpe durante el día, pero con el tiempo no notarás la diferencia… Hay mucho que enseñarte en poco tiempo pero creo que podremos hacerlo… Lo más importante ahora es que te alimentes. – Lo miré con lo que sabía era una mueca de verdadero pánico. No quería ser un asesino. – Vamos a cazar juntos, Draco, yo me encargaré de que no ocurra nada. –Saber que él estaría conmigo me hizo sentir un poco mejor. Una parte de mí le temía pero otra confiaba ciegamente en él.

Salimos de la mansión de mis padres sin que nos encontrásemos con nadie, supongo que él se había encargado de que nadie se interpusiese en nuestro camino. El jardín fue una prueba de fuego para mis sentidos, era capaz de oler cada flor y cada arbusto, incluso las piedras tenían cada una un olor distintivo, era capaz de diferenciar el cuarzo de la mica en el granito sin ningún tipo de problema y la gravilla del camino bajo mis pies creaba un curioso sonido que me dejó atónito. Pero Lucian sabía que debíamos irnos y me instó a seguirle. En cuanto pusimos un pie en la acera me di cuenta que me resultaría muy difícil resistirme a no quedarme maravillado con cada nimiedad que aparecía ante mis nuevos sentidos… podía oler todo lo que me rodeaba en kilómetros a la redonda y a pesar de ser de noche mis ojos no notaban la diferencia. Caminaba en una nube y no me molestó que él me tomase de la mano para guiarme por ese mundo totalmente nuevo, yo era incapaz de poner un pie delante del otro por mi propia voluntad.

Sin darme cuenta y sin embargo observando todo cuanto estaba a mi alcance, llegamos a una zona de bares de mala muerte donde las prostitutas ejercían su profesión. Lucian me explicó de camino en tono muy bajo que sería más cómodo para mí y mi conciencia si empezábamos por algo sencillo para mi primera vez. No perdí detalle de cada uno de sus movimiento y palabras a pesar de que mi garganta me ardía al escuchar el latir de los corazones de todas y cada una de las mujeres que nos rodeaban, escogió a una chica morena bastante alta a la que le contó una mentira a medias: quería que su hijo se estrenase con una profesional. En realidad ahora él era una especie de padre para mí, pues él me dio esta nueva vida y era cierto que iba a estrenarme… pero no iba a perder la virginidad precisamente sino que iba a probar la sangre… y mi garganta iba a dejar de arder al fin. Supongo que ella vio parte del dilema interno que se cocía en mi mente reflejado en mi expresión y lo interpretó como el nerviosismo previo a lo que se esperaba que ocurriese. No me fijé en su cara, sólo veía palpitar la vena en su cuello con toda claridad, creo que pensó que me centraba en sus pechos, me da igual.

El paseo hasta el hostal más cercano fue una tortura, Lucian se mantuvo entre los dos mientras le iba explicando que era muy tímido, le ofreció una buena suma para que aceptase que él estuviese presente, me parece que la pobre pensó que aquello sería una especie de sesión doble, aunque no sé cómo, supe que no le importaba en absoluto. Éramos los dos hombres más guapos que había visto en su vida y casi creía que le había tocado la lotería, no entendía cómo un chico tan guapo como yo no había vuelto locas a todas las chicas de mi barrio o de mi colegio… ¡Si ella supiese que quizás tenía más experiencia en ese aspecto que ella! Pero se tragó la excusa de que era muy tímido que le soltó Lucian, al parecer esta vez me daría seguridad en mí mismo y probablemente me olvidaría un poco de mi timidez… Me di cuenta de que era un embustero. Supongo que mil años te enseñan a mentir bien.

En cuanto estuvimos en la habitación, Lucian dejó a un lado todo disimulo y con un golpe seco la dejó inconsciente, la recogió en sus brazos como si no pesase más que una pluma y la dejó sobre la cama. Entonces empezó mi primera lección. Durante un buen rato se explayó acerca de las distintas maneras en que podría acabar aquella noche, luego me indicó el mejor lugar para morder su cuello y me dejó vía libre ante aquella desconocida. La lección continuaría una vez me hubiese alimentado. Me acerqué a ella con miedo, no por mí, sino por ella. Mi boca estaba inundada de saliva de nuevo, el latido de su corazón me estaba invitando a que me acercase con lentitud, la arteria se dibujaba claramente contra su pecho. Me arrodillé al lado de la cama y logré apartar la mirada para centrarla en él, suplicante… no quería matarla, Lucian asintió y supe que él impediría que lo hiciese, aunque una parte de mí temía que no fuese capaz… la misma parte que deseaba con todas sus fuerzas hincar los colmillos en su blanda piel y drenarla hasta que no quedase ni gota de sangre en su cuerpo.

Acerqué mi boca con lentitud, además de la cautela me guiaba un sentimiento de curiosidad… quería saborear ese momento muy despacio… abrí la boca y sentí cómo mis colmillos sobresalían de mi mandíbula, no entendía cómo era posible que hasta el momento hubiesen estado confinados en ella. Posé una mano sobre el colchón y otra sobre su vientre, estaba muy caliente en contraste con mi piel. Reduje la distancia que nos separaba un poco más y mi autocontrol empezó a escaparse por entre mis dedos, horadé su fina y frágil piel con mis colmillos y la sangre comenzó a manar directa a mi boca…

Placer.

Por eternos segundos sólo sentí un placer inconmensurable. Su sangre, exquisita, llenó mi boca y descendió por mi garganta aplacando el fuego que me atenazaba desde hacía eras. Se extendió por todo mi cuerpo y me inundó con su calor, un calor completamente diferente al que antes me había abrasado, este calor era agradable y no una tortura. El sabor que se extendía por mi boca no era comparable con nada que hubiese conocido hasta entonces y me empujaba a beber con fruición hasta la última gota que manaba por los diminutos orificios. Me perdí por completo en el océano de sensaciones que me embargó en esa milésima de segundo en el que su corazón bombeaba con fuerza la sangre hasta mi boca mientras yo tragaba al mismo ritmo que latía. No hizo falta que Lucian me detuviese, en cuanto sentí que la sangre venía con menos fuerza y su corazón se ralentizaba ligeramente, también me sentí completamente saciado. Me separé y le regalé una sonrisa a mi nuevo tutor.

- Lame las heridas. – Obedecí y pude apreciar que se cerraban bajo mi lengua. Aproveché para lamer las pocas gotas que se habían escapado - Nuestra saliva tiene un cicatrizante muy potente, recuérdalo, es muy importante que no dejes ningún rastro tras de ti.

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Lucian Deveraux es un personaje mío que he usado durante mucho tiempo en mis partidas, hoy en día se ha convertido en mi fetiche favorito para salvarle el trasero a los personajes de mis jugadores cuando les dirijo, por eso reconozco que casi es una parte de mí… oscura, retorcida y maliciosa… pero parte de mí.

No me voy a explayar contándoos todo lo que tiene que ver con el juego de rol y lo que no, para los que no lo conozcan les basta saber que es un personaje muy poderoso incluso para los estándares del juego, que tienen poderes muy extraños que poco a poco irán apareciendo a lo largo de la historia y que no son intrínsecamente malvados o buenos, están en una especie de nebulosa grisácea en medio. Tienen normas muy complejas para su sociedad, más complicadas incluso que las que aparecen en los libros antes mencionados y que voy a obviar bastante. Añadir que Draco no ha perdido su magia, sigue siendo un mago y eso lo hace muy poderoso incluso para los estándares de las tres fuentes en las que me baso.

Para los que entiendan un poco del juego de rol, unos cuantos datos que puede que os interesen y que al resto no les dirá mucho: Lucian es un Lasombra que a base de mucho esfuerzo ha llegado a ser prácticamente de segunda generación, lo que convierte a Draco en un tercera, encontraréis muchos indicativos de diversos clanes e incluso puede que distingáis algo más a medida que vais leyendo. Sé que os suena a aberración meter esas generaciones pero tened en cuenta que el personaje de Lucian ha ido madurando partida tras partida durante años y que necesitaba que Draco pudiese caminar durante el día para que asistiese a clase o sino sería muy complicado escribir el último año en Hogwarts sin que coincidiese con nadie. Pero tendrá algunas limitaciones, por supuesto.

Espero que os guste a pesar de tantas cosas raras que he introducido en la historia, sé que no es el típico fic al uso pero tengo muchas ideas para continuarlo y cada vez me que cojo el portátil no puedo evitar añadir cositas a la historia… Y además estoy empezando un par de historias diferentes que me plantearé subir a medida que vayan madurándose igual que hice con esta.

Un besazo enorme para todos,
Madie.

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PS: Al fin creo haber conseguido editar correctamente los espacios… aunque no creo que guarde el interlineado que le he puesto y por eso aparecerán demasiado grandes, he añadido las negrillas a los diálogos para que os resulte más cómodo diferenciarlos.