¡Hola a todos! Soy DN164, la mayoría me conoce como solo DN, pero ahora ya soy oficialmente la anterior nombrada, y también es seguro que me hayan visto comentando dos o tres Fanfics más de estos rumbos. Como sea, soy nueva en la página y esto es gracias a otros autores de aquí que me han inspirado, a estos ¡Muchas gracias! Quiero dejar claro también que es mi primer Fic, pero eso no quiere decir que no haya escrito anteriormente, de hecho, me encanta escribir, es lo que más amo, sin embargo, desgraciadamente no es algo que se de mucho en mi país.
Kung fu Panda es una historia la cual me parece muy interesante, no solo por la trama y la buena calidad de la película, sino porque también sus personajes están muy bien ubicados y a la vista se les puede ver el jugo que les podemos sacar a estos. Aclaro que los anteriormente mencionados no son míos, pertenecen a Dreamworks a excepción de algunos OC´S que se verán a lo largo de la historia. También habrá un poco de música y demás así como spoilers de otras películas, series y programas.
Quiero dejar claro también que vengo de Latinoamérica, así que puede que haya algunos regionalismos que no se comprendan en los lectores de otros países, si es este el caso por favor no duden en comentármelo para que ponga algo así como una breve explicación y/o lo tome en cuenta.
Por favor no sean malos conmigo, es mi primera historia publicada así que les pido ¡Piedad! Jajaja XD , eso sí, cualquier sugerencia, corrección o consejo es aceptado.
Sin más les dejo esta historia que estaré actualizando a lo mejor cada semana o dos, todo depende de mí agitada vida jeje :D. Bueno aquí está el primer capitulo recién salido del horno. ¡Disfrútenlo!
La búsqueda de un sueño.
Sueño sin fin.
"Por años, la única compañía del tigre fue el dragón"
-Proverbio Oriental
Sumida en un sueño profundo, atormentada por fuego, gritos y un callejón sin salida. Una hermosa Tigre del Sur corría desesperada por el oscuro bosque. Sentía que las patas ya no le respondían, mientras que por primera vez sus garras parecían débiles cuando antes habían sido más filosos que los cuchillos de una cocina. Su pelaje se enfriaba con cada paso que daba y la sangre se le helaba de no encontrar la salida entre ese laberinto de bambú. Se sentía atrapada en uno de ese sueños donde corres con todas tus fuerzas sin desplazarte a ningún lugar, mientras los pulmones te arden y sientes la sangre recorrer tu garganta. El cuerpo le pesaba, por no decir de la ropa que le abrumaba, lo cual era desconcertante, pues en esa noche de viento siniestro y sin luna ni estrellas, solo te podía enfriar la gélida brisa y el miedo de no volver a salir de ahí.
Sabía que de algo huía, pero por más que quería mirar hacia atrás también le daba la sensación de que no venia nadie detrás de ella, lo que en lugar de aliviarle le presionaba y apretaba el paso, aunque estaba consciente de que no avanzaba mucho.
Entonces, pudo sentir como la tierra áspera y seca se volvía más suave y fresca bajo sus patas, tanto que le hacía cosquillas y le reconfortaba las heridas que se había hecho a lo largo del camino. El bambú seco y espinoso desapareció de su camino y ahora solo había un sendero de arboles de flor de cerezo descendiendo ante ella. Por alguna razón comenzó a frenar un poco y después a caminar admirando ese inusual santuario que le calmaba desde su pecho hasta su espalda.
Aunque había dejado de correr, no se sentía a salvo aun, sin embargo, solo opto por seguir caminando a paso lento por el camino que la arboleda le marcaba mientras una lluvia de pétalos de aquella bonita flor rosada formada por el leve viento caía y algunos de estos suaves pedacitos de árbol se quedaban atorados el su pelaje, pero no le importo, solo siguió caminando hacia adelante, hipnotizada.
Llegó a un claro, delimitado por los mismos arboles de manera circular. Pero entonces, sus ojos carmín se abrieron de par en par, mientras se le erizaba el pelaje y sus pupilas se dilataban. No podía creer lo que estaba viendo, porque solo era una criatura que había visto en los libros. Albina para su gusto, pero terriblemente ágil e inteligente, y sin embargo, aunque no le gustaba esa criatura que hasta ese momento ella creía inexistente, era una de las más bellas que había visto.
Frente a ella, de pie, se encontraba una joven humana. La humana más perfecta creada por la naturaleza. Su tez no era ni tan blanca ni tan morena o roja, era una piel bronceada, tonificada por el sol pero a la vez acariciada por la nieve. Su cabello era largo, desordenado pero sedoso a la vista y de un bonito color castaño, un color dulce y sensual como el chocolate. Pero esos ojos penetrantes pero a la vez distraídos que la miraban le deslumbraron ante una criatura más dócil que la joven Tigre. Dos ojos ámbar le miraban los suyos, adornados por una rara, pero hermosa línea que sellaba sus labios con la sonrisa más alentadora que había visto.
La joven extendió su mano hacia ella sin borrar esa angelical expresión de su rostro y sin temerle a una felina de colmillos, garras y miradas letales.
El viento sopló revolviéndole a ella el pelaje y a la humana el cabello y el delicado vestido blanco parecido a un camisón blanco que dejaba al descubierto esas tonificadas piernas y esos pies descalzos apoyados en la alfombra de pétalos rosados.
-Ven conmigo- Le dijo la joven humana. Una voz tan bella, sensual y traviesa que a cualquiera le hubiese hecho caer rendido en su red de preciosidad. Y sin embargo, para hacer mas confusa la surreal situación la joven le haría una oferta que a la tigre le hubiera gustado escuchar años atrás- Te llevare donde realmente puedes ser feliz…-
…El Gong sonó y resonó en todo el Valle de la Paz como cada amanecer, anunciando la bienvenida del sol.
Tigresa abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue su mesa de noche, donde estaba una vela apagada, que durante la noche le había alumbrado. Aunque no se había acostado tarde se se sentía agotada, pues ese maldito sueño no le había dejado dormir nuevamente.
Se enderezó, dejando caer la fina sabana a sus muslos y miro sus manos…estaba completa, como cada mañana, después miro su cintura y casi le da un infarto cono lo que se topo: era el camisón blanco que traía puesto, recordando que fue el mismo que soñó en esa joven humana. Sacudió la cabeza un par de veces y se quito el enredón de su cuerpo para finalmente levantarse por completo de la cama, aunque esto le provoco un duro dolor de cabeza y la hizo tambalear ligeramente, pero de nuevo decidió dejarlo de lado, después de todo, era la más fuerte de los Cinco Furiosos, y no dejaría a su mente darle esas jugadas.
Sin retrasarse más se preparo y se vistió con su traje usual de entrenamientos, tendió su cama en menos de dos minutos y se dispuso a ir a desayunar. Aunque aun tenía ese raro sueño dándole vueltas a su cabeza y necia de su intuición decidió dejarlo de nuevo. Ahora solo debía preocuparse, como siempre , en entrenar. Después de todo, era otro maravilloso día en el Valle de la Paz.
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-
-¡Buenos días a todos!- Saludó Po alegremente cuando entro por las puertas de la cocina. Sus otros compañeros le devolvieron el saludo con la misma alegría que irradió el panda, y luego se dispuso a recalentar los deliciosos fideos que habían quedado de la noche anterior, pero que no habían perdido su deliciosa sazón y después los sirvió sentándose él al último.
-¿Cómo descansaron, chicos?- Pregunto el oso con su singular sonrisa.
-Excelente- Contesto primero Víbora- La noche fue genial-
-Aja…- Murmuro Grulla por lo bajo por "alguna extraña razón".
-Me alegro- Respondió Po- ¡Yo….tuve el sueño más loco del mundo!- Exclamo extendiendo sus brazos y captando el interés de sus amigos.
-¿Qué clase de sueño?- Preguntó Mantis.
-Pues…no lo sé…era muy…distorsionado…- Dijo Po tratando de explicarlo alborotando sus gruesos brazos-…era como….una pequeña tigre, la cosa más linda que he visto-
-¿Te refieres a un caria de tigre o algo así?- Preguntó Mono.
-Si- Respondió el panda- Fue…demasiado raro, mejor olvídenlo, ya saben que estoy loco- Rió y comenzó a devorar su sopa.
Durante los minutos transcurridos en el desayuno reían y platicaban de un sinfín de cosas que les habían pasado durante el último mes. Hacían planes para un evento que se aproximaba: El año Nuevo. Sin duda, y después de haber pasado ya cuatro semanas desde la caída de Lord Shen se merecían un poco de descanso, y esa gran fiesta que el Valle hacia les vendría bien.
Tenían muchos planes, no solo lo del Año Nuevo, también planes para algunos días posteriores y las siguientes semanas. Recordaron como habían llegado de Gongmen bien recibidos por los pueblerinos, claro, orgullosos de sus hazañas y exhaustos de su aventura. Para su fortuna ese mes había sido muy tranquilo, nada que no saliera de sus entrenamientos y bandidos que detenían sin problemas.
Todo este asunto de las pláticas, chistes y planes llevaron el tema acerca de una silla vacía que en ese momento debía, pero no estaba ocupada.
-Oigan ¿Y Tigresa?- Pregunto Po al ver que la silla de lado estaba desierta.
-No lo sé. Contesto Grulla
-Debe seguir dormida- Dedujo Mantis-
-No…- Contestó Po frunciendo el ceño- Tigresa no es de esas que se quedan dormidas hasta tarde
-Tal vez ya este entrenando- Sugirió Víbora.
-Tal vez…- Dijo Po encogiéndose de hombros y se trago el caldo restante de sus fideos, los otros siguieron comiendo a su vez, cuando las puertas de repente se abrieron fuertemente.
Todos se sobresaltaron, y al ver quien había entrado de manera tan brusca se sorprendieron aun más. Era Tigresa, venia con el ceño fruncido y con sus ojos mas rojos que de costumbre. Era raro viniendo de la felina, quien después de la llegada d3e Po y con el paso del tiempo ya no veían fruncido así su ceño en su pelaje anaranjado como el fuego. Camino energética hacia una jícara con agua, como si le urgiera beber algo o sino colapsaría.
-Me duele la cabeza- Anunció al pasar de largo por detrás de Mantis y Grulla. Los chicos se miraron los unos a otros, bien sabían que esa actitud en Tigresa ya no era normal a esas alturas, pero si querían salir vivos debían contener el aliento, no moverse y no hablar si ella no se los pedía.
Se oyó como la Furiosa azotada contra la barra el recipiente mientras se relamía la frescura del agua tras ser pasada en su organismo.
-Tal vez deberías descansar un poco- Sugirió Víbora tan amable como siempre.
-No. Estoy bien- Contesto la felina terca como siempre, y se dirigió tal y como había entrado.
- Víbora tiene razón- Dijo Po dándole la razón a la serpiente- Si no te sientes bien no te debes exigir tanto…-
-¡He dicho que estoy bien!- Increpó Tigresa sin voltear a verlo y con dureza. Un tono amargo en su voz, que desde hacia tanto tiempo ya no habían escuchado de nuevo y que sus compañeros habían rezado por no volverla a escuchar- Me adelanto a entrenar- Avisó y cerro de un portazo la puerta detrás de ella.
Los Furiosos y Po se quedaron mirando a la puerta durante unos segundos sorprendidos del repentino mal genio de su amiga, pero a la vez algo aliviados de que el caos se hubiera ido
-Y ¿Ahora qué le pasa?- Dijo Mono aun viendo incrédulo la puerta.
-No lo sé- Contesto Víbora- Anda así desde hace días-
-¿Ya le habrá llegado el Periodo Lunar?- Dijo Mono riendo y burlándose tratando de calmar el tenso ambiente que se había creado, ganándose un siseo amenazante de la serpiente.
A pesar del chiste de Mono, del cual también rieron Grulla y Mantis, Po no dejaba de mirar la puerta, preocupado y distante, mientras las palabras de Tigresa aun le resonaban en la cabeza. Sabía que ella era una de esas personas a las que no les gustaba que se preocuparan por ellas, según para ella era una pérdida de tiempo para todos, pero no dejaba de pensar que algo realmente le inquietaba a su amiga.
-¿Po?- Le llamó Grulla sacándolo de sus pensamientos, y por lo que se veía ya le había llamado más de una vez.
-¿Ah? ¿Qué?- Pregunto el panda desconcertado.
-Te decía que si sabes que le pasa a Tigresa- Repitió Grulla.
-Oh…no- Respondió Po- Yo no se nada-
- No es normal esa actitud en ella y a la vista se nota que algo le molesta- Dijo Víbora- Alguien debería hablar con ella-
-Bien, hazlo tu- Dijo Mono- Tu eres su mejor amiga- Y dicho esto, nuevamente Víbora se molesto.
-¿Yo por qué?- Respo0ndio a la defensiva algo molesta.
-Pues no hay nadie mejor- Dijo Mantis dándole la razón a su amigo- Si cualquiera de nosotros trata de hablar con ella lo más seguro es que nos mate-
-No seas exagerado- Dijo Po ahora integrándose a la plática- No creo que Tigresa te mate solo por preguntarle que le ocurre-
-¿Quieres apostar?- Preguntó el insecto desafiándole- Si te crees tan seguro ¿Por qué no vas tú y le preguntas?-
Po se quedo callado ante el reto. Tigresa era una persona a la que a la que se pudiera hablar asi nada mas,. Su mirada intimidante y su voz grave hacían pequeño a cualquiera que la mirara directamente a los ojos, y más aun cuando estaba de mal humor. Pero Po, a pesar de que se imaginaba un poco a lo que se estaba enfrentando, también quería hablar con ella a solas, pues en todo ese tiempo en el que habían regresado de Gongmen no habían podido hablarse correctamente. Quería tocar varios puntos con ella, iniciando por agradecerle acerca de lo que paso en aquella prisión antes de ir a la fábrica de Shen.
-Estoy segura de que si a alguien Tigresa escuchara es a ti, Po- Animó la serpiente.
Po suspiro, era un revolcón confuso entre sí querer y no querer ir a hablar con ella, pero tal vez no tuviera otra oportunidad hasta mucho tiempo después, donde el tema ya no sería importante.
-De acuerdo, yo lo hare- Afirmó el panda decisivo.
-Oye Po… ¿Cuánto mides?- Preguntó Mono sacando totalmente el tema, tomando un poco de sorpresa a Po, pues era algo fuera de lugar para ese momento.
-Am…no lo sé…cerca de dos metros supongo. La verdad no tengo idea- Contesto sinceramente.
-En ese caso…Mantis, tendremos que medirlo- Dijo Mono
-¿Para qué?- Pregunto Grulla
-Para hacerle un ataúd a Po una vez que Tigresa lo haya matado- Rio Mono y Mantis lo secundo a sus carcajadas, Grulla puso cara de pocos amigos mientras Víbora los miraba con desaprobación. Sin duda esos dos no tenían remedio, sin embargo Po solo sonrió sin gracia, pues ahora que lo pensaba, el temperamento de su amiga podía llegar a un sin límites de problemas para él.
-Igual y sea necesario- Dijo levantándose y dejando su plato en el fregadero- Como sea iré a entrenar un poco. Los espero en el salón-
El día transcurrió como de costumbre, para su tranquilidad no hubo alarma alguna en el Valle de la Paz, por lo que se la pasaron entrenando, tomaron un descanso para la comida y después volvieron a la segunda parte de la jornada. Todos ensayaron en el Salón como siempre, a excepción de Tigresa, cosa que extraño a sus compañeros y aun más a Po. Pero cuando le pregunto a Shifu donde se encontraba la felina este le respondió que su alumna había optado por entrenar afuera y Po no pudo protestar y se resigno a esperar el momento adecuado para hablar con ella.
Fue cuando, a la hora del ocaso todos habían terminado los entrenamientos y se habían ido a los baños termales del Palacio para refrescarse y relajarse después de otro buen día de trabajo.
Por alguna razón, Po decidió ir mas tarde y se acordó que había dejado material de trabajo que debía colocar en su lugar nuevamente en el Salón, asique corrió hacia allí, pero para su sorpresa vio la puerta abierta y fue a ver que ocurría y al ver lo que pasa sus ojos verdes se abrieron de par en par.
Tigresa se hallaba golpeando uno de los muñecos manejables de madera que usaban en el Palacio para entrenar, pero estaba tan ensimismada que ni se dio cuenta cuando Po se la quedo mirando al pie del portón.
Patadas, puñetazos… intentaba de todo con tal de sacarse ese torpe sueño de la cabeza, el cual parecía real, como si de verdad lo hubiera vivido. Ya tenía demasiado en que pensar, de por si justo antes de salir de Gongmen ya llevaba la cabeza hecha un meollo de ideas, pues el abrazo correspondió de Po la había tomado por completa sorpresa, y luego le había venido encima el sueño, el cual había tenido ya hace varias noches salteadas, pero era el mismo, y cuando ya casi se le había olvidado lo volvía a soñar. Era igual que un circulo vicioso. Además, se sentía cansada y agotada, porque mientras en la noche no podía cerrar los ojos después de ese sueño, durante el día sentía que los parpados se le caían.
Po se había quedado mirándole como un bobo y aun de pie, tal y como la había visto en su primer entrenamiento tras romper esa tabla que Shifu había lanzado al aire, y sin embargo, no se cansaba de verla entrenar. Cada movimiento era tan fugaz, auténtico y elegante…era hermosa, atlética…y porque no decirlo, rápidamente sensual. Lástima que las curvas que se imaginaba fueran cubiertas tan drásticamente con la ropa que usualmente usaba, pero aun así seguía siendo la hembra mas bella del mundo. Su pelaje igual que una flama y esos ojos tan calculadores como dos rubíes. Por eso le gustaba llamarle como "Una belleza salvaje"
No solo el estaba teniendo esos sueños, Tigresa, aun sin percatarse de que la observaban, había vuelto a la escena de esa prisión. Pasó de su sueño tan vivido a algo que era real, pero que ella aun no lograba comprender si era cierto o no. Y por mas que también intentaba deshacerse de esa recuerdo no podía y a la vez le asustaba, pues sentía como su pulso se aceleraba, el pelaje se le erizaba y como la sangre le inundaba sus mejillas con tan solo recordar.
(Flashback)
-Escucha…voy a ir….necesito saber…- Dijo Po levantándose del suelo después de ser derribado varias veces por ella, quien lo miraba sorprendida tras oírle decir que aquel Pavo Real sabia lo que les había pasado a los padres del panda-…los "radicales" no entienden eso-
Le pareció notar una pi9zca de veneno por parte de Po al decirle esas palabras, dejándole claro que ella no tenía sentimientos, pero…a pesar de la rabia que sintió en ese momento también sintió la terrible necesidad de hacerle ver que incluso ella podía sentir, y al igual que él, tenia corazón.
-¡Tigresa!...¡NO!- Se oyó el grito de su mejor amiga, intentando detenerla de lo que antes tenía ganas de hacer, pero para la sorpresa de todos los presentes e incluso de ella misma, no le había partido la cara como había pensado…solo….lo había abrazado. Igual que un acto reflejo. A pesar de ello, y aunque en ese momento ya no le importara lo débil o fuerte que podía ser solo tenía esa necesidad de abrazarlo…para el bien del panda…y también por el de ella.
-Los radicales si entendemos-Le susurró aun recargada en su hombro, para después ,mirar esos bonitos ojos verdes que nunca había visto tan de cerca- Pero no veré a uno de mis amigos morir-
(Fin de flashback)
Amigos… Ni ella misma sabia de donde había sacado ese tono tan dulce al decirle esas palabras, y mucho menos el por qué de aquel abrazo, que después le fue correspondido. Y aunque no le importo en ese momento, era un tema que le hacía sentir estúpida cada vez que lo recordaba y que le llevaba atormentado todo el mes.
-¡Al diablo!- Gritó frustrada dando un puñetazo mas fuerte al muñeco y sin darse cuenta y por la física de ese instrumento, una de las palancas se le regresó con la misma fuerza ejercida por ella y la golpea tan duro que termino derribada en el suelo bocarriba.
Intento ponerse de pies, pero se quedo unos segundos mirando el techo, esperando a que el dolor del golpe de la madera y el de su espalda contra el suelo se pasara un poco. ¿De verdad estaba tan confundida que ya se había vuelto torpe? De repente, unas risitas divertidas la hicieron volver a la realidad.
-Vaya… ¿Una madera le ganó a la gran Maestra Tigresa?- Río Po acercándose a ella para ver si se encontraba a salvo-¿Estás bien?-
Tigresa se lo quedo mirando por un momento y luego el panda le ofreció su mano para ayudarle a levantarse, ayuda que la felina no acepto ni negó de mala manera. Rápidamente se reincorporo, pero desvió su mirada de la de Po, y como si una corriente eléctrica la hubiera atravesado soltó al panda tan rápido como pudo. No quería mas contacto físico hasta que terminara de analizar las distintas situaciones que la mareaban.
- Sí, estoy bien- Contesto Tigresa aun sin mirarle directamente- No te preocupes por mi-
-Si te sientes bien ¿Cómo es que un pedazo de madera te ha ganado en un simple entrenamiento?- Ironizó Po
-La madera está descompuesta- Trató de justificarse la felina y lo fulmino con la mirada, pues pudiese ser que la confundiera, pero no por ello no le molestaba que le dijeran esas cosas y la subestimaran.
-Aunque hubiese estado descompuesta- Dijo Po sin perder su sonrisa a pesar de la asesina mirada de la joven Tigre- Tu la hubiese parado, lo cual me lleva a la conclusión de que estas distraída.-
Tigresa frunció el ceño, y de repente solo sintió temor de que Po le descubriera que mas que desatraída estaba confundida. Así, como en efecto secundario de su nerviosismo decidió usar su propio estilo: La agresividad.
-Muy bien si crees que estoy distraída peleemos, y te demostrare que estas equivocado Retó la felina y se puso en procisión de ataque, Po primero se sorprendió, pero después puso una sonrisa desafiante y le copió. No todos los días tenía la oportunidad de enfrentarse a la gran Maestra Tigresa solo por gusto de ella, y menos aun con la cabeza tan frita.- Vamos Guerrero Dragón ¿O es que tienes miedo?-
-No me subestime, Maestra- Respondió Po.
El uno corrió al otro y en efecto comenzó un amistoso combate, aunque para Tigresa era algo mas que eso. Solo quería vaciarse y pelear disfrutándolo, como siempre lo había hecho, pero en lugar de lograra algo con cada golpe o patada que le lanzaba a Po, cada vez que se topaba con esos ojos verdes le hacían distraerse y confundirse aun mas, tanto que terminó por golpear el aire y Po aprovechó dos inofensivos golpes para finalmente derribarla.
Necia, incluso con sus propios movimientos, la felina le pedía la revancha, y este, al principio muy seguro accedió, pero ocurrió lo mismo, y Po cada vez se preguntaba si seguir era una buena idea, pero la fiereza con la que Tigresa le decía "¡De nuevo!" Le impedía negarse, y aunque la joven intentaba darle de nuevo con todas sus fuerzas una y otra vez termino tirada en el suelo consecutivamente de espaldas. Hasta que llego la vencida. Po la volvió a derribar, y sintió el crudo suelo bajo su espalda que crujía, pero al final decidió ya no levantarse, solo se quedo ahí tendida con la misma cara inexpresiva y frustrada tras ser tirada por la madera.
Po se alivio de que su compañera estuviera bien y de que supiera que se había acabado, así que solo se arrodilló junto a ella y se la quedo mirando, esperando a que la felina dijera algo. Sabía que estaba bien, solo se había quedado así por su frustración y con sus bonitos ojos rubí abierto y parpadeando a la vez que ellos también lo miraban.
-Comienzo a pensar que es una pérdida de tiempo- Dijo más calmada y resignada.
-Yo igual- Respondió el panda y le ayudo nuevamente a ponerse de pie.
Tigresa se sacudió el polvo de sus ropas mientras aun ponía las patas firmemente sobre el suelo. Po la miro algo preocupado, pues bien sabía que la sumisión y la derrota no eran palabras de la joven Tigre.
-Creo que tienes razón- Suspiro Tigresa-….creo que estoy distraída-
- Pero eso no es malo- Animó Po, la felina lo miro, aun tenía su usual y radiante brillo optimista en los ojos- Todos nos sentimos confundidos alguna vez-
Tigresa se tomó el brazo y se lo frotó mientras desviaba la mirada nuevamente algo avergonzada. Para ser sincera, ella nunca había sentido tanto revolcón sobre dos temas en su vida, no la rango de que se volviera torpe.
-Yo no- Respondió ella- Nunca me había sentido así- Dijo sinceramente.
Po la miró algo sorprendido, pero no le creyó, nadie que no fuera un ser vivo tambaleaba en cuanto a la lógica de sus pensamientos y acciones y las consecuencias que trajeran. Sentir confusión era humano, y casi perceptible.
-No lo creo- Dijo el panda- Todos sentimos confusión, incluso alguien tan "radical" como tu- Tigresa lo miró con los ojos abiertos de par en par. Ahí estaba otra vez ese "radical" que le había vuelto estúpida y le hacía sentir así al recordar la vulnerabilidad con la que cayó al oír esa absurda palabra- Lo que necesitas es hablar con alguien- Dijo Po ganándole la palabra- Y yo estoy aquí-
Sin pensarlo dos veces tomó su mano. Tigresa se ruborizó y sintió que el corazón se le salía. Nadie, absolutamente nadie le había tomado la mano con tanta confianza y calidez. En otros tiempos la hubiera quitado, pero en ese momento no, y rezó porque fuer inconsciente, por la razón de que le parecía apretar la mano del panda también. Era una sensación agradable, pero le confundía más. No sabía cómo reaccionar en ese momento, lo único que sabía era que se sentía completa por primera vez.
-Vamos, conozco un lugar donde podremos hablar- Dijo Po.
El ocaso seguía dando todo lo que daba, y los últimos rayos amenazaban con desaparecer detrás de las montañas dando fi a otro gran día en el Valle de la Paz.
Po llevó casi arrastrando a Tigresa al lugar que le había prometido, hasta que llegaron al durazno del Maestro Ooway, y ambos se tumbaron bajo este viendo el crepúsculo.
Po estaba a gusto, sintiendo como su pelaje se calentaba por ese agradables atardecer, pero Tigresa estaba muy nerviosa, pues hacia desde Gongmen que no se demostraban cariño ni de una u otra forma.
-¿Me dirás lo que te pasa?- Preguntó Po.
Tigresa se irguió un poco, no podía decirle la verdad completa, no al menos lo del segundo plano del abrazo, aun no se sentía preparada, además los abrazos, besos y caricias no eran temas a los que les mostrara mucha importancia. Sin embargo, al abrazo correspondido de Po era diferente, y si que le estaba dando muchas vueltas al asunto. Pero si le contaba acerca de sus sueño lo más seguro es que se riera de ella y le diría loca.
-Pero…te reirás de mi- Contestó la felina mirando hacia el otro lado, Po sonrió un poco.
-¿Tan malo es?-
-No malo. Más bien extraño- Sintetizó la felina.
-¿Extraño?- Dijo Po enarcando una ceja- Que yo haya derrotado a Tai Lung y a Shen si que es extraño ¿No lo crees?-
-No, no lo es- Contestó Tigresa a la defensiva- Después de todo, eres el Guerrero Dragón-
-Bueno…viéndolo así…- Dijo el Panda modestamente rascándose la nuca- Pero volviendo al punto ¿Qué te pasa?-
-Es que…te vas a reír- Se volvió a acobardar la felina.
-Oh, vamos…soy tu amigo- Animó Po.
Tigresa tuvo que ponerse dos platos: Uno en el que le dijera a Po lo del abrazo de Gongmen y otro donde solo le confesara lo de su sueño. Sin duda lo de su sueño era el menos penoso, pero a ella no dejaba de darle vergüenza.
-De acuerdo- Dijo tragando saliva ruidosamente y enderezándose más para mirarlo a los ojos, pero solo pudo ver hacia abajo. Po le copió viendo como le mirada de su compañera se volvía más lejana mientras miraba sus manos juguetonas.
-Yo…últimamente….he tenido un sueño- Confesó Tigresa.
-¿Un sueño?- Repitió Po algo dudoso.
-Si-
-¿Y de que se trata?- Pregunto interesado.
-Bueno…empiezo a correr en el bosque de bambú, muy a lo lejos del Palacio de Jade. El bosque es espinoso y la tierra seca y áspera, y después, se aparece un sendero de arboles de cerezo…y yo…me sentía atraída hacia lo más profundo de este…luego llegue a un claro…y entonces…- Tigresa se detuvo sin aliento, aun indecisa si decirle a Po o no lo que después había visto. Ella sabia que era una locura, que ese hermoso ser albino que vio en sus sueños no era más que una criatura al igual que un dragón. Una mera leyenda.
-¿Y entonces?- Repitió Po animándola a seguir.
-Y entonces…frente a mí, de pie, estaba…una…- Tigresa volvió a tragar en seco, sabiendo de sobra que se arrepentiría de decirle la verdad-…una humana-
Como si una corriente le hubiera atravesado se encogió un poco y evitó a toda costa la mirada del panda, quien de segura la miraba como si hubiera enloquecido. Sintió como la sangre se le acumulaba en sus mejillas y como se quedaba sin aire. Por alguna razón sentía más pena contarle a Po que a otro, pero por alguna otra, sentía la confianza de hacerlo.
-¿Eso es todo?- Preguntó Po algo incrédulo de que su amiga se viera tan afectada de un truco que le había jugado su mente, y Tigresa lo miro como si no entendiera.
-¿Cómo que si es todo?- Pregunto ahora la felina extrañada de la indiferencia del oso.
-Me refiero a que si es todo lo que te pasa. No puedo creer que estés así por un simple sueño- Explicó Po
-Pero Po…- Dijo mirándole ahora si a los ojos- ¿No piensas que estoy loca?-
Po abrió los ojos de par en par después de esa pregunta, pero después se echó a reír a carcajadas. Tigresa lo miró estupefacta por un momento ¿Qué le daba tanta gracia? ¿El hecho de que estuviera perdiendo la cabeza?
Las risotadas explosivas de Po se escuchaban por todo el lugar, incluso a algunas partes del Palacios se llegó a oír. Era tan "divertido" que tuvo que abrazarse el abdomen por temor a que explotara. Después de unos segundos más de risa el panda se fue calmando, hasta dirigirle una enorme sonrisa a su Maestra preferida.
-No, yo no creo que tu estés loca- Respondió jadeante.
-Pero…es que lo siento así. Últimamente me he sentido algo…equinos frénica al recordar ese sueño- Confesó Tigresa algo apenada.
-Tranquila. Es solo un sueño- Recordó Po- Los humanos no existen, y ninguno de nosotros puede probar si son reales-
-Tienes razón, pero es que era tan real- Dijo Tigresa, tratando de explicarse de que incluso ella había sentido el roce sereno nocturno en su sueño- Es la joven más bonita que he visto. No tiene tanto pelo como tú o yo, pero esa sonrisa…y esos ojos tan brillantes…bueno…yo creo que sería la humana más hermosa si existiera ese clan-
Po la escucho atento, y no le pasó desapercibido el tono de admiración y el extraño brillo en la mirada de la Maestra con al que describía a esa muchacha. Era como a la vista se notara que tan solo el recuerdo de esa joven (que más o menos se la imaginaba Po) le trajera una paz que nunca antes había visto en Tigresa.
-Dime- Dijo Po rompiendo el silencio que se había formado por unos breves instantes- En tu sueño ¿La joven te hablaba?-
-Si- Asintió Tigresa- Me decía "Ven conmigo. Te llevare donde realmente puedes ser feliz", pero, es lo único que alcanzo a ver. Cada noche, desde que tengo ese sueño tan absurdo, me despierto en ese momento-
Po frunció el ceño y se rascó la barbilla intentando buscar alguna explicación a su sueño. Recordó que su padre, el señor Ping, le decía que cada sueño significaba algo que la mente quería decir o tenia retenido. Lo que le preocupaba era ese "Ven conmigo…" . ¿Qué acaso Tigresa quería marcharse o algo por el estilo? Solo eso podía retumbar su mente como para soñar lo mismo tantas veces seguidas.
-No te preocupes- Dijo Po mirándola a los ojos- Solo es un sueño. Si te perturba tanto por las noches no dudes en venir a mi cuarto a la hora que sea ¿Vale?-
Tigresa se sorprendió u poco de la invitación del panda. ¿Cómo debía tomar eso? ¿Cómo simple ayuda y cortesía de Po? O ¿Quería algo más?
-Oh, gracias Po- Respondió no muy convencida- Pero no creo que sea necesario, tratare de despejar mi mente-
-Bueno- Dijo el panda sin rechistar y levantándose, Tigresa miró como se sacudía el polvo de sus pantalones y como le volvía a sonreír con esa línea en los labios tan optimista que siempre le había gustado en Po- En cualquier caso, si de verdad te inquita, deberías buscar en la biblioteca del Palacio, recuerdo que Shifu me contó que Ooway había escrito dos o tres libros de criaturas mitológicas y seres que creemos inexistentes, y además, mi padre me decía que cada sueño tiene un significado para el soñador. Deberías buscar ahí. Estoy seguro de que te ayudara-
A pesar de que todo el maldito día no logro sacarse de la cabeza el sueño y las palabras de Po, Tigresa decidió finalmente ir a la cama, Sabia que después de que se quedara dormida y tuviera de nuevo ese sueño la pasaría de nuevo en blanco. Pero se sentía cansada de batallar consigo misma, así que decidió ponerse su camisón blanco y se hecho en su cama cubriéndose con la fina sábana. La vela que había encendido la decidió dejar prendida, y una vez con su cabeza bien apoyada sobre la mullida almohada se puso de lado, mirando en efecto aquella vela, admirando su incandescente forma, admirando esos bonitos colores amarillos, rojos y anaranjados que le copiaban al ocaso que ella miraba cada día bajo el árbol de duraznos.
Por alguna razón le llego Po a la mente. No había querido seguir su consejo, no por terquedad, sino porque lo que realmente quería era distraerse de esa broma tan pesada que le estaba jugando su mente, y al leer los libros de Ooway estaba casi segura de que la inquietarían aun más. También se sintió culpable, pues de nuevo le vino a la mente ese recuerdo tras sacarlo del agua en Gongmen. Aun sentía el cálido pelaje del panda erizándoles el suyo y ese calor tan poco usual que la hacía sentir completa. Un millón de ideas rodeaban su cabeza, tanto que la obligaron a cerrar esos bonitos ojos rubí.
Y pendiendo de un hilo de plata, se sumergió una vez más al mundo de los sueños. Placida y serenamente, su respiración se volvió suave…para después ser jalada a esas cadenas que parecían aprisionarla cada noche…
…
La lluvia de pétalos rosas seguía cayendo suavemente, y mientras lo hacían, se iban acomodando en la alfombra roja bajo sus patas que ellos mismos habían formado.
Seguía de pies, a la entrada del claro que soñaba ya casi a diario, y que amenazaba con volverla loca. Sin embargo, lo que veía no tenía precio. Tan vivido, tan real, pero prácticamente imposible…y más aun que la humana. Pero aunque era poco creíble, sentía que sus ojos se desbordarían de lágrimas y sintió como el corazón se le hacía más pequeño que su puño, y una nostalgia y alegría también azotaban a la felina como olas contra los acantilados, mientras esa melodía escondida en su memoria le hacía taparse la boca de la emoción.
Quería llorar, reír, y gritar de la tristeza y la felicidad que sentía. Era complicado explicar las emociones revueltas en su pecho, pero era más confuso lo que aun veía sin precio
La humana de noches atrás bailaba frente a ella, pero no solo delante de la joven felina, había otro animal. Pequeño, pues no le llegaba a más de la cintura a la joven humana, su pelaje era como el fuego y el crepúsculo, adornada por perfectas rayas negras, su traje era idéntico al de la felina, solo que en una talla mas chica. De pie estaba, también viendo bailar a la señorita, pero al parecer sin percatarse de la presencia de la Tigre mayor, quien sabía quien era esa cría.
Ver su reflejo durante tantos años buscando al "monstro" que siempre le gritaban, le había entrenado para ver ante sus que era ella de pequeña a quien veía. Por esa razón se sentía de ver a esa pequeña tigre, porque le dolía el simple hecho de su terrible pasado, que la había vuelto tan inerte durante tantos años. Sin embargo, y al igual que la pequeña, veían hipnotizadas el danzar de la mujer joven descalza, quien bailaba una canción, y la cantaba tan hermosamente que le llegó a lo más profundo de su ser. Y aunque no le dejaba de sonar tan familiar, sentía que desfallecería tan solo de recordar lo cruel que había sido su niñez. Incluso, le parecía que con cada paso que daba la humana se oía un sonido. Un sonido suave y tranquilo, parecida al sonar de una caja de música, el cual le hacía sentir a flor de piel.
-Esta vez, puedo ver, los recuerdos me envuelven- Cantó la muchacha sin dejar de bailar como una profesional una de las danzas más delicadas que conocía: El ballet…o al menos, algo parecido- La canción que escuche, una vez en Diciembre-
Tigresa abrió los ojos de golpe al escuchar las primeras frases de la canción. No le cabía duda, ella conocía esa pieza.
-Me adoraban con fervor. Como extraño sentir amor, quien gozaba al bailar, un vals inmemorial-
Las notas de esa música le retumbaban aun mas viendo mas a la bella joven bailar, era como si intentara alentar o animar a esa chiquilla, que en sus ojos solo había tristeza- Me adoraban con fervor. Como extraño sentir amor, quien gozaba al bailar, un vals inmemorial-
La joven tomó, durante sus mágicos movimientos, una flor entera de cerezo y siguió danzando con ella, tomándola delicadamente con ambas manos, y pegándosela al pecho cerrando los ojos, sintiendo cada nota de lo que cantaba.
-Lejos fue, tiempo atrás, poco a poco se pierde…lo que amé de verdad, mas conservo en mi mente…-
La joven llegó con una suave vuelta a la pequeña tigre y se arrodilló frente a ella, dándole la flor que había recogido y sosteniendo con una de sus manos las de ella teniendo la flor en lo alto mientras buscaba -sin dejar de ver con ese gesto gentil a la pequeña-, algo entre los pétalos.
-…la canción que escuché…-
Se hizo un silencio mientras la joven sacaba una daga de entre la sabana rosada y la levantaba. Pese a ello, la pequeña cría no parecía asustada, estaba muy ocupada viendo admirada la flor entre sus garras y el hermoso rostro de la muchacha, quien, a pesar de tener un cuchillo en lo alto, su mirada no dejaba de ser dulce. Y Tigresa miraba horrorizada como estaban a punto de matarla a ella cuando era una niña.
-¡NO!...-Intentó gritar la felina mas grande, pero era como si una debilidad como pocas le hubiese inundado el cuerpo…como si… fuera frágil por primera vez. Dio una paso, pero su debilidad la engarrotó cayendo de rodillas y tuvo que recargarse en un brazo mientras estiraba el otro a ellas, quienes pronto estarían manchadas de sangre.- ¡DETENTE! ¡POR FAVOR!...- Suplicó.
La humana la volteó a ver lentamente, y cuando sus miradas se cruzaron le sonrió amablemente, pero a la Maestra ya no le daba paz, solo le asustaba más, e intentaba con todas sus fuerzas ponerse de pie y correr hacia la niña y defenderla con su veda, sin embargo, el cuerpo le pesaba y sentía como si se fuese a desmayar ahí mismo9. Y después…lo que más temió….-
La joven miró de nuevo a la niña y la abrazó por los hombros, pero aprovechó, y de un solo golpe clavó la daga en el costado de la niña.
La niña abrió los ojos de par en par al sentir el frio metal sobre su cuerpo, y sintió como le iba helando poco a poco.
-¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡POR FAVOR! ¡NO!- Gritaba Tigresa desesperada desde su lugar, poniendo una mano sobre su costado precisamente, como si a ella le doliera. Sentía como su debilidad aumentó, y como sus párpados caían, mientras veía como la joven mientras la humana le susurraba la última frase a la niña, mientras esta soltaba la flor que se estampó contra el suelo de Sakuras manchadas por las gotas de sangre de esa pequeña.
-…una vez en Diciembre…-
Y después todo se volvió oscuro…
…una vez en Diciembre…
…sa…
…una vez en Diciembre…
…tisa…
…una vez en Diciembre…
…gresa…
…una vez en Diciembre….
…¡rigresa!...
…una vez en Diciembre…
¡Tigresa! ¡Tigresa!
…
…
…
-¡Tigresa! ¡Tigresa!- Po gritaba con todo, sacudiendo fuertemente a su amiga mientras parecía convulsionarse y a la vez intentaba defenderse de algo.
-¡No! ¡No! ¡No! ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!- Gritaba entre sueños la Maestra como desquiciada.
-¡Tigresa!- Po le dio el ultimo sacudón a Tigresa, y finalmente su cuerpo se acoplo volviendo en si.
La felina abrió los ojos de golpe topándose con el rostro del oso muy cerca del suyo, y a sus espaldas a sus amigos, quienes tenían caras de preocupación y miedo, como la de Po. El panda la sostenía de los hombros aun, viendo como su respiración era agitada y su corazón latía con fuerza. Y así se sentía ella, sudaba frio y el corazón le latía en las orejas, pero al ver los ojos esmeraldas de Po no se contuvo. Se sintió presa de un miedo como pocos….y su lujuria de primer grado la llevo a abrazarlo.
-Po…Tuve tanto miedo…- Soltó la felina en su pecho y al borde de las lagrimas. Po no tuvo la opción de retroceder, aun sentía a la felina temblando en sus brazos, y no tuvo más remedio que quedarse tal y como estaba.
- Tranquila, ha sido solo una pesadilla- Dijo Po apretándola mas contra su pecho.
Los Cinco Furiosos se quedaron hasta que su amiga logró calmarse y dejar de vibrar. Una vez que de nuevo Tigresa estaba estable decidieron regresar a sus respectivas habitaciones. Pues la joven Tigre se encontraba nuevamente recostada, mirando la vela con los ojos entrecerrados y distantes, como si su alma hubiera abandonado su cuerpo…aunque, era algo similar.
Sus amigos supieron que era un efecto secundario del terrible sueño que había tenido, por lo que solo había que esperar a que Tigresa volviera a dormir.
-¿Estás seguro, Po?- Pregunto Víbora al pies de la puerta deslizante.
-Sí, no se preocupen. Yo me quedare con ella hasta mañana para que este más tranquila- Respondió el osos con una buena sonrisa, y Víbora le respondió con otra. No estaba segura de dejar ahí a Po, pero al parecer parecía contento con la compañía de Tigresa, y ella con él parecía más segura.
-De acuerdo- Respondió Víbora- Buenas noches-
-Buenas noches-
La puerta se cerró tras la salida de la serpiente, dejando a Po y a Tigresa solos. El panda vio como casi se dormía, y decidió arrimarse al lado de la cama de ella una pequeña butaca del rincón que apenas y podía sostener su peso. Se sentó mirando ese rostro inexpresivo de la felina.
-¿Estás bien?- Le preguntó pasando unos minutos de silencio pacifico entre ellos. Ella asintió. Odiaba admitirlo, pero con Po a su lado se sentía más segura- Trata de descansar, yo estaré aquí contigo-
Tigresa disfrutó lo cálido de sus palabras y sintió de nuevo el calor en su rostro, pero estaba muy cansada, así que mejor decidió permitirse de disfrutar ese momento en compañía de la única persona que la hacía sentir completa.
-Venga, cierra los ojos y duerme- Dijo Po poniendo una de sus manos delicadamente en sus parpados y cerrándoselos suavemente. Ella no protestó y obedeció sin rechistar. El panda comenzó a quitar su mano de su rostro, cuando Tigresa, guiada por el instinto de no estar sola una vez más tomó su mano, cosa que sorprendió mucho a Po.
-Po, no sueltes mi mano- Pidió sin abrir sus ojos. Por alguna razón, tu eres el único que me puede hacer sentir…como la que soy-
A Po le tomaron por más sorpresa sus palabras, pero después sonrió feliz de que lograra sacarle un poco de calor a Tigresa, y por ello, se decidió a no soltar su mano por el resto de la noche.
-Vale-
Pasaron de nuevo unos momentos donde solo se escuchaba el sereno de la noche reconfortando a ambos. Po miraba enternecido como su Maestra favorita parecía tan apacible casi dormida. Pocas veces la veía así….y le encantaba, por eso no aparto su mirada de su bonito rostro tan salvaje por fuera….y tan gentil por dentro.
Tigresa lo intentó, pero le vino el recuerdo de esa canción que le atormentaba la mente, por ello decidió sacarla de su pecho, sabiendo que los únicos testigos eran la luna….y la única persona a la que oficialmente le había dado su confianza.
-…Esta vez, puedo ver…los recuerdos me envuelven…la canción que escuche…una vez en Diciembre…-
Continuara…
¡Hey! ¡Hasta aquí llegue! Espero que les haya gustado. La canción que puse se llama "Una vez en Diciembre" y es sacada de la película "Anastasia", y en español latino es interpretada por Thalia.
Como dije es mi primer Fic, así que por favor no sean malos, y dejen comentarios y sugerencias ¿Va? Entonces les adelantó un poco de lo que será el Prox. Capi:
Prox. Capi: Tigresa sigue teniendo dudad sobre su desequilibrado sueño, y es por ello que seguirá el consejo de Po de buscar en la Biblioteca. Mientras, nuestro querido panda también ayudara a la Maestra a encontrara respuestas en el pueblo, donde se enterara de una extraña historia y un rumor que les podría servir. El Próximo Capitulo será: Leyendas.
Sin más me despido de todos y espero sus comentarios. De nuevo espero que lo hayan disfrutado. Cuídense y nos estamos leyendo.
Bye :D
