Antes de que empiecen la lectura, les aclarare ciertos puntos. La historia obviamente es en un Universo Alterno, por lo tanto puede que las personalidades de los personajes cambien un poco, tratare de que no sea tanto.

El contexto histórico del mundo no importa, tan solo quise ambientarlo en esa época, y puse los años para que sepan que tantos han transcurrido y que edad tiene el personaje principal ósea mi preciosa Rukia :D

Fic 100% Ichiruki, de mi propia autoria, segundo en total.

Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen, son del siempre imitado pero nunca igualado (xD) Tite Kubo. Yo solo uso sus personajes con el fin de entretener a todos ustedes. Cabe mencionar que no recibo dinero por hacer esta historia, eso es ilegal, aunque… podemos arreglarnos con unos reviews no ;)


Historia dedicada a mi precioso Pyon

¡Te amo! :D

El Secreto de la Prostituta.

Corría el año 1763, Karakura, un pueblo japonés cerca de la las costas occidentales de Nagareboshi*.

Ella, nacida en la gloria de la nobleza, las riquezas y el poder, no pudo haber sido más afortunada. Con una familia que añoraba su llegada desde el principio, capases de colmarla con el mas puro amor que reside en la Tierra, con las mejores comodidades que un ser humano en esos tiempos podía siquiera imaginar, con la protección y el cariño que solo alguien de su misma sangre podía profesarle... Una vida feliz, me supuse yo. Pero fue en el invierno de 1779 que ella comenzó a escribir su historia como una prostituta.

Inglaterra 1787

El pueblo de Inuzuri no podía verse peor, era una mierda de pueblo. La pobreza se respiraba en las calles, la miseria y el hambre apestaban tanto como la muerte, que incluso la soledad llegaba a saber bien. Ese pueblo se encontraba a las afueras de Londres, lo suficientemente alejado de el como para mantenerse en el anonimato, y lo suficientemente cerca como para que algunos privilegiados conocieran a lo que se dedicaba la gente allí, mas específicamente las mujeres. Y es que siendo Inuzuri un pueblo de inmigrantes, las oportunidades de trabajo para ellos eran casi nulas, por lo que el mejor recurso de trabajo que se podía utilizar era el cuerpo propio. Inuzuri, el pueblo de los burdeles. Sin duda existían decenas de burdeles en el pueblo, unos mejores que otros, y otros que eran de plano una inmundicia. Pero no había ninguno que se comparara al burdel Rukongai, y eso era porque la tenían a ella como dama de compañía, a la mujer más bella y solicitada de Inuzuri, ellos tenían a Rukia Kuchiki.

-Has estado estupenda- Un muchacho de cabellos negros se recostaba con cansancio sobre las mullidas almohadas de la cama, respirando ajetreadamente.- Sin duda vales cada centavo de lo que cuestas.- Se giro hacia ella recargándose sobre su brazo izquierdo aun con la respiración entrecortada. Ella se sentó en la cama y encendió un cigarrillo. – ¿Sabes? ahorre durante todo un mes para esto.- Dijo muy orgulloso de si. Los orbes azules de la muchacha miraron al chico.

-¿En tan poco tiempo juntaste tanto?.- No es que realmente le importara. Solo quería hacer tiempo.

-Bueno.- Desacomodo sus cabellos con pena.- robe algo de dinero a mis padres.- Dijo evitando la pesada mirada de la joven.

Ella sonrío con autosuficiencia.

-Vaya, lo que es capaz de hacer un hombre por sexo.- Dio una calada al cigarrillo.

-Tengo que admitir que tú vales toda esa plata.- Dijo acariciando el seno desnudo de la muchacha.- ¿No te gustaría que nos viéramos después de…

-No.- Lo interrumpió ella.- Sabes que si quieres tener sexo conmigo tendrás que pagarme. Yo no regalo mi cuerpo niño, que te quede bien claro.- La muchacha se levantó y cogió la bata colgada en la cabecera de la cama. Le jodía que todos los días algún imbecil como ese le propusiera tener "algo" fuera de allí. ¡Como si fuera una novata!

-¡Tranquila fue solo una opinión!- Dijo tratando de calmar a la muchacha.- Además, aun me queda tiempo.- señaló el reloj en la pared.- Aun me queda un cuarto de hora.

La muchacha lo ignoró poniéndose la bata y recogiendo sus ropas. Tomo el cigarrillo que había dejado en la mesita de noche y se dispuso a salir del cuarto.

-¿A dónde vas? ¿No te e dicho ya que aun queda tiempo? - el joven se levanto de la cama interponiéndose entre la puerta y la chica.

-Hazte a un lado Hisagi, no tengo tiempo para oírte decir más estupideces.- Sus palabras eran frías y penetrantes. Hisagi negó con la cabeza.

-Tú te vas a quedar aquí hasta que se termine mi tiempo.- Vacilo un poco, pero se mantendría firme, tanto había pasado por conseguir el dinero que no iba a desperdiciar ni un segundo mas.

-¿Enserio? - Preguntó burlona.- Si sabes lo que te conviene apártate de aquí.- Su mirada era retadora, e increíblemente atrayente. Hisagi no supo que decir, y molesto se regreso a la cama.

-Zorra.- Dijo por lo bajo. La muchacha volteo a verlo antes de salir de la habitación, y con una increíble sonrisa en los labios le dijo:

-Zorra no Hisagi. Puta, soy una puta.- y cerró la puerta tras de si.

¡Pero que idiotas eran los hombres! como si ese tipo de insultos le fueran a afectar. Ya había recibido antes palabras y tratos mucho peores que ese y a ella no le causaban ni la menor pizca de dolor o molestia. Caminó por el estrecho pasillo, calando el cigarrillo con cierto fastidio, al recordar el comentario de Hisagi, debía admitir que ese en cambio si le había molestado, ¡sexo gratis!, eso era lo que los hombres buscaban, ¿Por algo se casaban no? ¡Compromiso ni que mierdas! Solo querían conseguirse a alguien con quien pudieran coger gratis y de por vida. Ella no creía en esas estupideces del amor, no eran más que sentimientos creados por el mercado para ser vendidos en masa. ¡Idioteces!

-¡Rukia-san!.- Una alegre vocecilla la saco de sus pensamientos.- ¿Como siempre antes de tiempo no?.- La dueña de aquella infantil voz le regalaba una sonrisa como todas las veces que la veía.

-Ah Inoue.- Respondió sin darle importancia. Rukia no solía ser demasiado social, pero de alguna manera, tenia "amigas" allí, e Inoue Orihime era una de ellas.

-¿Eh? ¿Qué sucede Rukia-san? ¿Estas enojada?.- Preguntó con desconcierto la muchacha de ojos grises.- ¡No me digas que Hisagi-kun te ha hecho enojar!.- Hizo un pucherito.

-¿Ese niñato? ¡Para nada! Apenas me a durado un rato.- Dijo indiferente.

-Porque sabes que le puedo decir a Rangiku que se quiere pasar contigo y veraz que lo pone en su lugar.- La joven alzo un puño en señal de victoria.

-No es necesario Inoue, se defenderme sola, además, ¿De que manera se puede pasar conmigo?.- Cuestiono irónica Rukia

-Bu-bueno, supongo Tienes razón.- Orihime volvió a sonreír tontamente.- ¡Ah! Cierto, el jefe te busca, dijo que era urgente.

-Y no sabes que quiere.- Rukia se sobo las sienes con pesar.

-No, no lo se. Pero se veia, mmmm… raro.- Rukia miro a Orihime con sorpresa. ¿Raro? ¿Él, raro? - Mejor apresúrate Rukia-san, no valla a ser que se moleste.

-¿Molestarse él? ¿Conmigo? Imposible. Mejor vete tú que tu cliente se ve desesperado.- Dijo la muchacha señalando con la cabeza al hombre gordo que acompañaba a Orihime, quien había permanecido como inerte desde que comenzaron el intercambio de palabras.

-¡Oh!.- La muchacha se sonrojó.- Lo lamento mucho ¡Ken-chan! ¡No te preocupes, te lo recompensaré!.- Dijo alejándose por el pasillo, tomada del enorme brazo de su acompañante.

Rukia bajó las escaleras hasta la planta baja, el burdel constaba de tres niveles, planta baja que era la "recepción" el primer piso que era como una taberna donde se vendía alcohol y las muchachas eran ofrecidas y el segundo piso, donde se encontraban las habitaciones de los encuentros íntimos.

Antes de llegar al despacho del jefe, se metió a la que era su habitación, se puso el corsé, el vestido verde esmeralda y las zapatillas que había traído del cuarto de "arriba" arreglo su cabello, que aunque corto, era demasiado rebelde, siempre con su mechón en la frente que tanto la caracterizaba. También se maquillo un poco antes de salir, puso colorete en sus mejillas y pinto sus labios con un rosa sutil.

Se quedo un segundo, observando su reflejo… mirándose al espejo… esa era ella, "eso" es lo que ella era ahora. Una bella mujer… una prostituta.

Sacudió su cabeza, ¿Que idioteces pensaba?

Salio deprisa del cuarto, como quien huye de un perseguidor, cerró la puerta y se recargo unos momentos sobre ella, temiendo que su reflejo fuese tras ella. ¡Idioteces! ¡Nada más que idioteces!

Se dirigió con paso tranquilo a la oficina del "jefe", al llegar entró como si fuera una habitación cualquiera, no había necesidad de anunciar su llegada o de temer interrumpir algo importante, porque lo mas importante para el jefe, era ella.

-Orihime dijo que me buscabas. ¿Qué es lo que quieres?.- A pesar de no ser palabras tan amigables, dichas por ella hacia el, no tenían un mal impacto. Rukia tenía cierta manera brusca de hablar y eso él lo sabía.

El hombre estaba sentado tras el escritorio, de espalda a la puerta, mirando por el enorme ventanal que daba directo al bosque. Aun era temprano, y la luz del día bañaba la lúgubre habitación. Rukia espero la respuesta del hombre, pero esta no llego.

-¿Estas bien Kaien?

Escuchar su nombre lo despertó de sus pensamientos, sorprendido por no haber escuchado a la muchacha entrar, dirigió su mirada a los ojos azul rey que lo miraban con cierto aire preocupante.

-¿Rukia? Lo siento, no escuche cuando llegaste.- Se disculpó

-Orihime dijo que me buscabas.- Repitió ella su primera frase.

-¡Ah! Si, siéntate por favor.- Dijo caminado hacia el otro lado de su escritorio, ofreciéndole la silla que estaba frente a la de el.

-No es necesario Kaien.- Dijo cortante, le molestaba que la quisieran tratar como una señorita cuando no lo era, y mucho menos cuando ellos no eran unos caballeros.

El hombre de los ojos verde agua no se inmuto, y volvió a su asiento. Abrió el primer cajón del escritorio y saco unas hojas blancas.

-¿Impuestos?.- Pregunto con fastidio Rukia. Si era por eso le daría unos buenos golpes al idiota ese. Para su desconcierto él sonrío con ¿tristeza?

-Seria bueno que fueran impuestos, pero no, no lo son. Es una carta.

El rostro de Rukia no podía expresar mas confusión, ¿Que demonios le pasaba a Kaien? Usualmente el siempre solía ser calido, amable y a veces hasta un poco irritante, a su parecer, con ella, pero nunca era misterioso, Kaien no le tenia secretos, el mismo no se lo permitía. Y la razón por la que el era un libro abierto con ella, era por que el quería demostrarle cuanto la amaba, y cuanto era capaz de hacer por ella.

-Es un sentimiento raro ¿Sabes? cuando la recibí, jamás me imagine que tendría una noticia así. Pensé tantas cosas, y al final no era ninguna de ellas.

Rukia termino sentándose en la silla que Kaien le había ofrecido, seguro la charla iba para largo, y de cierta manera, era la primera vez que desde que lo conocía, algo de el le llamaba poderosamente la atención.

-En fin, no te quiero aburrir con un melodrama innecesario.- Kaien se dio cuenta de la dificultad de sus propias palabras, era mejor ir al grano.- Mis padres han muerto.

El corazón de Rukia se estrujó de una manera ilógica al escuchar esa frase. Ni ella misma supo porque.

-Y eso no es todo, debido a las constantes deudas de mi padre, todas sus pertenencias han sido repartidas entre las personas a las que les debía algo.- Kaien sonrío de la misma manera triste.- Ni siquiera pensó en el.- Esa frase la dijo mas para si, sin embargo Rukia lo pudo escuchar.

-"¿Pensar en él?".- Pregunto sin querer. Ambos intercambiaron miradas, ella expresaba ansiedad, el expresaba duda.

-Mi hermano Rukia, han dejado solo a mi hermano, y en esta carta mencionan que debido a que aun es menor de edad debe quedarse conmigo, por lo menos hasta que cumpla la mayoría de edad.

O-O-O-O-O-O-O-O


Acotaciones: Nagareboshi* : Como muchos saben significa estrella fugaz y no creo que exista como pueblo, solo es una palabra que me gusto como suena y decidí ponerlo como lugar :D

Espero le haya gustado el primer capitulo, háganme saber que opinan, para ver si lo continuo o si se queda así xD

Saludos!