Vuelve a empezar.

Capítulo 1: Desde cero menos uno.

La dirección de su mirada se posa en el techo de su habitación, pero en realidad está demasiado lejos de ahí. Boba piensa ella. ¿Pero a quién le dedica eso? Quizás a su techo, quizás al mundo, quizás a su vecino, quizás a ella misma, quizás a su corazón. Sobre todo a su corazón.

Necesita distraerse, sino va a volver a llorar y no es exactamente lo que quiere. Se levanta y saca el cerrojo de la puerta, abriéndola. Se dirige al baño, pero para eso debe pasar por el pasillo, en el que también se encuentra la puerta de la habitación de su mamá. Trata de ser silenciosa, sabe que su mamá esta durmiendo y también sabe que su mamá es conciente de que su hija esta mal. No quiere despertarla, porque eso significaría otro cuestionario.

Llega a la puerta del baño y la abre despacio, siempre hace ruido, pero intenta que esta vez sea el menor posible. Entra sigilosamente y cierra la puerta, pero antes de hacerlo del todo, escucha un ruido, entonces echa el cerrojo. Espera y no pasa nada. Suspira y se da vuelta al lavabo, para lavar su cara. No quiere ver su rostro todavía.

Se siente tranquila, se siente fresca; el agua es el secreto, lavando un poco sus problemas, como un momento de paz. Mira su reflejo y siente una bola demoledora volviendo para contraatacar, no puede aguantar lo que ve. Eres una imbécil piensa, mientras las lágrimas difuminan su imagen; a la vez que las nauseas le impiden continuar parada y se da vuelta hacia el retrete.

Es la segunda vez que hace lo mismo en dos días, pero no puede evitarlo. Intenta hacer el menor ruido posible, mientras vomita, mientras llora, mientras se ahoga en arcadas.

Cuando termina, los espasmos de llanto la sofocan. No puede llorar, no quiere hacerlo e intenta detener el llanto pero gime más fuerte.

Los recuerdos se amontonan y los gemidos se vuelven todavía más potentes, pero la mano en su boca impide que se escuchen. Esta sentada contra la puerta del baño, tiene la mano mojada por lágrimas y un sabor amargo en la boca.

Para un poco y mira hacia el techo, no puede continuar así. Mañana sería lunes y debe volver a la escuela, volver a verlo, volver a verla. Peor, volver a verlos.

Se levanta y trata de no mirar al espejo, tira de la cadena. Ojala mis problemas se fueran tan bien como esta cosa.

Está a punto de salir del baño, cuando siente su bolsillo vibrar. Es su celular. No sabía que lo tenía con ella.

Lo mira, es un mensaje. Es otro mensaje. Suspira y deja su celular de vuelta en su bolsillo mientras sale del baño. De vuelta es silenciosa, no quiere ningún interrogatorio. Llega a la puerta de su cuarto, la abre despacio.

¿Jennifer? – escucha detrás de ella. Podría no responder, entrar a su cuarto y echar el pistillo. Pero no puede evitar esto por siempre, solo hubiera querido evitarlo hasta cuando pudiera controlar un poco la voz. Esta segura que es ronca y bastante inestable, no la usa desde hace dos días.

¿Si mamá? – Dice, controlando su timbre un poco, pero no puede controlar la tristeza que se cuela.

Su mamá no responde por un momento, tal vez se había imaginado que la había llamado. Es una posibilidad viable con los últimos hechos que le habían sucedido sumado a la falta de sueño.

Te amo cielo. – escucha a su mamá decir por fin. Detrás de ella, la puerta de la habitación de sus padres se cierra.

No lo piensa mucho y también cierra su puerta ya en su habitación. Se recuesta sobre la puerta. No puedo seguir así se vuelve a repetir mentalmente.

El bolsillo de su campera vuelve a vibrar. Agarra el celular y ve que es otro mensaje, no va a poder evitarlo por siempre. Estando de vuelta en su cuarto, las únicas que puede ver su dolor, son las paredes.

Mira hacia la ventana. Las cortinas están corridas, tapando la luz, todo está en sombras.

Se para y prende el equipo de música. No para en realidad escucharla y relajarse, como hubiera hecho en otro momento; no por un momento de paz. Solo para tapar cualquier sonido de su mamá, único humano en la casa. La música suena fuerte. La baja un poco, no quiere despertar a todo el barrio.

Se tira en la cama y abre los mensajes. Le da directamente con la casilla, son muchos los mensajes que ella no ha visto, once en total.

La mayoría son de el, hay algunos de Cookie y un par de Lisa Zemo. Pero los últimos dos no son reconocidos por el teléfono, no están dentro de sus contactos.

Abre esos últimos.

Hola Jennifer.

Supe lo q paso. Es un retrasado.

Se q no es mi problema,pero t doi algunas opciones:

Djar q esto qde asi.

O no.

A proposito,soi Missy.

¡¿Missy?! ¡¿Missy siendo compasiva?! Está segura de que se ha drogado.

Abre el segundo msj.

Si qieres olvidarlo,tienes mi ayuda i tmb mi num.

Espero tu llamado.

¿Olvidarlo? Ella no cree poder olvidarlo. Pero quiere parar esto. No cree poder aguantarlo más y solo han pasado dos días.

Borra los demás mensajes, no quiere saber nada de nadie por el momento.

Todo es falso. Era toda una enorme y estúpida mentira. Moze se da vuelta boca abajo y cierra los ojos. No quiere pensar más, no quiere seguir llorando y parece que ese mensaje no llega al cerebro. Grita y llora. Golpea la almohada, pero nada se escucha. Todo es sofocado por la cama. Ned Bigby es una estúpida mentira. Y tú eres la tarada que le creyó. Se reprocha. Como se lo ha venido reprochándoselo últimamente.

Se tapa completamente y sigue llorando y gimiendo, pero no se oye nada. No pueden oírla.

A las 3 de la mañana del día lunes, se vuelve a despertar. Agarra su celular que había caído al suelo. No le importa la hora.

Lo mira, y este se había quedado en la casilla de mensajes, sale de ahí y se da cuenta que también tenía llamadas perdidas. Cuatro en total. Tres de Ned y una de Cookie.

Lo observa un momento, pero de vuelta su mente está en otra parte. Frunce el seño. Está decidida.

Llama y espera. Desde el otro lado le atienden y escucha música de fondo. Parece que tampoco dormía piensa.

Sabía que en algún momento ibas a llamar. – le dice la voz desde el otro lado del teléfono, a modo de saludo.

Moze suspira, ella también lo sabía.

Lunes 3:07 AM

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Hace dos semanas, clase de biología.

-¡Estos exámenes conforman el 60% de su nota semestral! Y no creo que todos hayan sacado siempre buenas notas como para pasar por alto un examen así.-informa la profesora de Biología. – Así que va a ser mejor que presten atención, porque todo se tomará en cuenta, absolutamente TODO.

Moze piensa seriamente si la profesora se deja el bigote para asustar.

Mira a su derecha y ve a Ned que está en el asiento de al lado observando a la profesora de manera aburrida. Se siente observado y sin moverse, mira por el rabillo del ojo a su izquierda, hacia Moze. Sonríe y vuelve a mirar a la profesora. Con su hermosa sonrisa para mí.

De pronto a Moze le llega un papel a su mesa. Mira hacia todos lados y ve a un chico rubio, de ojos color nuez saludándola alegremente a su izquierda. Es Dan. Dan Wallas. Le agrada Dan. Le sonríe en respuesta y lo saluda con su mano.

Siente movimiento a su derecha y se vuelve hacia ahí.

Ned está con los puños cerrados sobre la mesa con el seño fruncido, mirando a Dan. Sus hermosos ojos están de un azul oscuro.

Moze mira de vuelta hacia su izquierda y ve a Dan en la misma posición que Ned, con los ojos entrecerrados mirándolo a él.

Parece una batalla de miradas enojadas y al parecer, ella esta en el medio.

- ¡Señorita Mosley!

- ¡Si! – responde ella sorprendida.

- Espero que lo que este mirando en este momento sea el proceso de Meiosis que se encuentra en la pared izquierda y no al Señor Wallas que casualmente también está a su izquierda. - Moze se vuelve un tomate.

Mira hacia su izquierda y ve a Dan que le pide perdón en silencio; ve a su derecha y Ned está con los brazos cruzados mirando con el seño fruncido hacia delante.

Abre el papel, que quedó olvidado en la mesa

Hola Jennifer

Quería preguntarte, ¿vas a ir al baile de primavera?

Suspira. Le gustaría decir que si. Le gustaría ir con Ned. Escribe la respuesta.

Hola Dan.

No, no voy a ir.

Mis papás y yo vamos a ir a la casa de mi tía para festejar su aniversario.

No te preocupes por la de Biología, la tiene contra mi, no se porque.

Pasa al chico de al lado el papel, que se lo entrega a Dan. Lo ve leer la carta y escribir otra respuesta.

Se que suena entrometido, pero…

¿Por qué no faltas?

Es uno de los pocos bailes de la secundaria.

Me gustaría verte allí, así te muestro ese paso de baile que te conté.

Puedo intentar convencer a TU NOVIO de que me de una pieza de baile.

Moze sonríe. No le sonaba nada entrometido, sino divertido. No podía evitar que Dan le cayera bien, a pesar de Ned, que no le cae nada bien Dan. A veces se pregunta si Ned planea el asesinato de Dan.

Siente un bufido. Al lado, Ned está que arde, sus nudillos ya están blancos de tanto presionarlos. Pero cuando Moze lo ve, él está mirando al frente.

Ella escribe una última respuesta

Jajaja, me gustaría verlo por mi misma.

Pero falte el año pasado y quedaría muy mal que no fuera.

Intentaré ir el próximo baile..

Da la carta al de al lado. Justo suena la campana.

La profesora da últimas instrucciones (o amenazas), mientras Moze se apresura a recoger sus cosas. Cuando termina, mira hacia su derecha. Ned ya no está.

-Fin del capítulo 1-

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Ok. Esto es lo que he hecho. Bastante depresivo, ¿no? Bueno, luego seguramente se aligerará... me parece nnU

Veamos si es de su agrado. Por supuesto que ustedes me deberan decir, o no me enteraré ^^