Disclaimer;; Bleach, anime y manga es propiedad exclusiva de su creador, el máximo troll Tite Kubo, yo solo escribo sin fines de lucro.
【 Gritos 】
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Capítulo único.
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(( Drabble ))
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«-•}I|[ No. de Palabras: 351 ]|I{•-»
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Observó con brillantes ojos, ahora que nadie conocido, rondaba los alrededores, ese era tal vez su más grande secreto y solo una persona lo sabía, su cuñada y la culpable original de su adicción a ello: chappy el conejo.
Sus mejillas tenían un tenue color rosado, su labio interior estaba capturado por sus dientes u sus orbes ónix no se despegaban de aquellos objetos detrás de la vitrina, un llavero y una sudadera blanca con orejas de conejo en la gorra y el rostro estampado al frente, si, eran demasiado lindas… y demasiado caras; suspiró pesarosa, siguiendo con su camino, no pediría dinero a su viejo, le interrogaría para saber la razón de su petición y si no le decía, la espiaría, mejor continuó con su camino.
—Yo creo —volvió a la realidad ¿En qué momento Matsumoto se le acercó? —, que debería regalarle eso taichou, ha estado viendo mucho tiempo esas cosas.
—¿Q-qué? —sus pómulos se colorearon en automático demostrando su obvia sorpresa ¿Cómo carajos se dio cuenta? Oh… es verdad, es Rangiku Matsumoto, todo lo sabe y lo que no, lo inventa.
—Solo digo… que es buena idea.
Lo dejó solo, en la parte más saturada del centro comercial, el segundo piso oh ¨piso de ofertas¨, para pensar en que podría hacer y, por primera vez en mucho tiempo, actuó sin contemplar los resultados.
Sobra decir que al llegar a casa e ir directo a su cuarto, la chica azabache soltó un fuerte grito, a lo que los habitantes de la clínica Kurosaki acudieron, solo para contemplar a una morocha enfundada en una sudadera blanca marca chappy, un collar con forma de muñeco de nieve y un llavero de tan odiado conejo…
Esa tarde, Ichigo usó orejeras, harto de los gritos conjuntos que su novia y sus hermanas menores daban desde el piso de arriba.
"Más te vale usarlo" había leído parte de la nota "y… espero te guste". Ahora tenía una razón para portar orgullosa aquello –y por lo tanto aceptar que era fan del conejo–, agradeciendo mentalmente al chico que hacía alborotar su corazón.
Gracias Toushiro.
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Y... aquí esta, el segundo, espero sea de su agrado, aún faltan algunos.
Mavis U. Fairy
Esperando sus reviews.