—¿Crees que no lo he notado? —Preguntó sugestivamente Bridgette muy cerca de su novio, sus manos traviesas rozando su pantalón— Hay un bulto.

Félix tragó saliva. Su novia era muy observadora, rozó el mismo y jadeó, más cuando lo estaba sacando del pantalón.

—Yo se que significa esto—dijo la chica—Se lo que deseas...

Cuando lo terminó de sacar, ella comenzó a pasar sus manos por la textura con movimientos suaves y no premeditados. Sin...

—¡Ya hazlo! —gritó no soportando la espera y a pesar que Félix era muy paciente, con eso, bueno no.

Ella hizo lo que esperaba.

—¿Puedo probarlo?—preguntó sin quitar los ojos de ahí.

—Adelante— Sin hacerse rogar, lo probó.

—¿Te gusta? —preguntó el muchacho, los ojos de Bridgette brillaron más de lo usual.

—¡Me encanta!—articuló cuando pudo hablar—¿No lo vas a hacer? —preguntó esperando lo típico mientras dejaba de probarlo como de tocarlo.

Félix se puso en posición. La chica jadeó y unas pequeñas lágrimas salieron la comisura de sus ojos, cuando lo realizo.

—¿Te casarías conmigo? —preguntó Félix, hincado sobre una rodilla, volviendo a tener la cajita y el anillo en su lugar.

Ella aceptó sin ninguna duda. Lo abrazo, lo beso y después de muchas muestras de afecto...

—Félix, hay otro bulto en el pantalón —mencionó Bridgette rozando esa grande protuberancia—Yo se que significa esto—dijo la chica—Se lo que deseas...

Esta vez no estaba en un bolsillo y no era una pequeña caja para un anillo.