Habían ido a pelear contra Slade y el barco había sido bombardeado, algo que no le extrañaba ver.
Oliver estaba siendo vencido y fue a ayudarle. En menos de un segundo, Slade puso su cuerpo contra el suelo y contuvo una mueca de dolor. Cuando fue a girarse, el barco se balanceó y lo único que le dio tiempo a decir fue Ollie antes de caer al agua y hundirse.
Los sonidos de espadas y armas llenaba el silencio del lugar en el que se encontraban. Fueran donde fueran, ellos siempre practicaban, no importaba dónde. Si miraba los ojos de cada uno, vería que a muchos les gustaba estar ahí, a pesar de que el lugar no era muy habitable. Pero claro, la temperatura ambiente era otra cosa distinta a Nanda Parbat, donde parecía dominar el frío y la nieve mientras que donde estaban, él diría que el ambiente era tropical más bien. Pero a él no le gustaba. Si estaban ahí era porque los principiantes tenían que acostumbrarse a todo tipo de temperaturas. Para desgracia de los veteranos, solo se había llevado un puñado de ellos y el resto se habían quedado en el templo al mando de su hija mayor, Talia al Ghul.
—Vamos, arriba Al-Owal —dijo en cuanto vio que uno de los suyos llevaba bastante tiempo en el suelo—. Te has ganado el título del primero, no hagas que me arrepienta de ello.
Una figura se abrió paso entre ellos y se inclinó ante él. Como el resto, iba vestida de negro pero tenía varias decoraciones rojas.
—Nyssa, ¿a qué debo el placer? —preguntó él.
—Padre, uno de los vigilantes afirma haber visto un cuerpo flotando sobre un trozo de un barco destrozado. ¿Seguimos nuestro código? —dijo ella quitándose el pañuelo para mostrar su cara.
—No estamos en nuestra tierra, así que no. Le mataremos si resulta ser un enemigo pero voy a ver —negó él con la cabeza y se giró al grupo de personas que estaba peleando—. Descanso de quince minutos.
Todos al instante dejaron de pelear y Nyssa siguió a su padre hacia donde estaba el vigilante que le había avisado. Sin una palabra, el vigilante se agachó ante su padre y este cogió sin miramientos los prismáticos. Y sí, a una distancia descubrió un trozo de barco sobre el que iba un cuerpo de mujer de pelo claro.
—No disparéis aún —dijo él yendo hacia la playa. Nyssa le siguió intranquila.
Cuando llegaron a la playa, él tiró su camiseta hacia su hija, que la cogió al vuelo, y se lanzó hacia el agua. Nyssa trató de ver lo que pasaba poniéndose de puntillas.
Más tarde, le vio salir del agua con el cuerpo de una chica más joven que ella, de pelo rubio y con pecas por sus mejillas. Poniendo el codo sobre la chica, su padre hizo presión y la chica comenzó a toser y a temblar violentamente.
—Bienvenida al mundo de los vivos. Soy Ra's al Ghul —su padre se presentó poniéndose totalmente de pie—. ¿Cuál es tu nombre, joven?
—Sara. Sara Lance —consiguió decir ella, temblando de frío. Nyssa se agachó y, quitándose el paño que tapaba su pelo, se lo puso encima a Sara para taparla—. Gracias.
—Dígame señorita Lance, ¿cómo ha terminado aquí? —preguntó Ra's agachando un poco la cabeza para mirarle.
—Un barco que se hundió hace un año viajaba por aquí y sufrimos un accidente. Luego terminé en otro barco pero nos dispararon ayer —contó Sara resumiendo todo.
—¿A quién más? —preguntó Nyssa.
—A la gente que estaba en el barco. Es probable que hayan terminado en la otra isla —respondió Sara abrigándose más con el paño de Nyssa.
—Lian Yu —asintió Ra's—. Nyssa, llévala adentro, aquí sino se congelará.
—Como ordenes, padre —Nyssa cogió a Sara por los dos brazos y le obligó a levantarse de la arena.
Después de dos días en los que Sara tuvo que recuperarse de una pequeña fiebre debido al cambio de temperaturas, Ra's le hizo llamar.
Cuando entró en esa habitación, estaba muy nerviosa. Su salvador estaba tan tranquilo de pie con las manos tras su espalda sin moverse ni un centímetro. Alrededor de la habitación, había un montón de armas blancas. Si ya Sara había sospechado que era un grupo de luchadores, ahora lo tenía bastante más claro.
—Escoge el arma que quieras —dijo él con toda parsimonia.
Sara alzó una ceja bastante sorprendida y pensando que era una broma pero enseguida vio por la seriedad de su salvador que no era así. Casi se maldijo por no haber hecho caso a su padre y no haber aprendido algún truco de más, pues si no recordaba mal, solo se sabía cuatro contados.
Miró las armas por un segundo y cogió dos que estaban juntas, que no eran grandes y que no eran espadas. Con lentitud, se giró hacia Ra's que ya estaba lanzando una patada que esquivó por pura suerte.
—No hay dudas en las luchas —dijo él volviendo a su posición inicial como un robot programado—. Ataca.
Sara recordó un movimiento que había enseñado su padre a su hermana mientras ella leía una revista aburrida. Trató de imitar el mismo movimiento. Ra's solo se movió un milímetro a un lado y sacando un palo de su cinto, golpeó la pierna de Sara, haciendo que esta cayese al suelo.
—Pérdida de equilibrio —mencionó él sin más mientras Sara se levantaba del suelo—. Y necesita ser más veloz. Si va así de rápido no vivirá más de una semana.
—Solo quiero irme a casa ya —trató de decir ella.
—En el camino hacia Nanda Parbat se encontrará con gente que no dudará en matarle y mi hija necesitará algo de ayuda, no una muñeca de decoración —replicó él.
—Pero yo no quiero ir a ese lugar —se quejó Sara—. Solo quiero volver con mi familia.
—Ya he dicho a mi hija eso, si fuera por mí, ya no estaría aquí. Sin embargo, mi hija casi nunca pide nada por lo que... —explicó él y oyó la puerta—. Ah, ahí estás Nyssa. Ya que es tu idea, hablas tú con ella. Si acepta, que vaya a la gran sala.
Nyssa agachó la cabeza suavemente y observó cómo su padre abandonaba la habitación, cerrando la puerta.
—Oye, de verdad agradezco que me salvarais la vida pero yo no pertenezco a este mundo. Mi hermana es la que sabe luchar más que yo, obviamente no como vosotros —empezó Sara girándose hacia Nyssa—, pero es la que sabría hacer esto. Yo soy una torpe. Es mejor que me enviéis a mi ciudad y os libréis de mí.
—Te desprecias mucho, Sara. Puedes valer lo que tú te creas. Si tú crees que no vales, ese será tu valor. Pero si sabes que puedes ser mejor, el valor será mayor —dijo Nyssa—. Voy a enseñarte unos trucos durante esta semana, porque la siguiente tengo que estar en Nanda Parbat y porque eres una superviviente. Has esquivado a la muerte dos veces, creo que valdrá la pena.
—¿Y qué pasará?
—Eso lo decidiré yo. Y ahora, vamos a la gran sala. No pelearás hoy pero quiero que observes bien —explicó Nyssa avanzando hacia la puerta.
—De acuerdo —aceptó Sara, a pesar de que no estaba segura de si debería observar.
Ambas salieron de la habitación, cerrando la puerta y Nyssa le guió por el pasillo hasta una gran sala, donde estaba todo el mundo esperando. Nyssa se acercó a su padre, le susurró algo al oído y vio como Ra's asentía. Nyssa le hizo una señal a ella y Sara entonces siguió al grupo a fuera.
Anduvieron unos minutos hasta una explanada y ahí Ra's se paró en el medio enfrente de todos.
—Señorita Lance, a mi lado. El resto, empezad —dijo sin más. Sara se acercó hasta donde se encontraba él, aunque se alejó de él lo más posible. El resto hizo caso a las instrucciones del líder.
Sara observó con cuidado como todos luchaban unos contra otros, utilizando no solo armas sino también movimientos. Sara admiró que se pudiesen mover tan rápido sin hacer casi ningún ruido, a pesar de que el sitio estaba cubierto de hojas secas y pensó que seguro su hermana aprendería eso en menos de unos años. Su mirada se dirigió hacia la hija de Ra's al Ghul. Nyssa era de todos ellos la que menos hacía ruido —básicamente porque no hacía ni uno— y Sara sintió algo de envidia. Se movía con tanta facilidad y con tanta rapidez que era difícil decir si ella era la que caía al suelo o no. Pero nunca caía del todo, se levantaba una y otra vez luchando contra sus compañeros hasta que solo ella quedó de pie.
—Creo que por hoy hemos terminado, volvamos a dentro —alzó la voz Ra's.
Todos los que estaban en el suelo, se levantaron, inclinaron su cabeza ante él y uno a uno fueron yendo camino arriba hacia el interior del lugar.
—¿Qué te ha parecido? —dijo Nyssa de repente, al lado de Sara.
—Ha sido impresionante —consiguió decir ella—. Todos lo han hecho muy bien.
—¿Qué dices? ¿Quieres probar? —dijo Nyssa inclinando un poco la cabeza.
Sara quería decir que no, que ella no valía para eso, que nunca había hecho ese tipo de cosas, que solo había pateado culos a personas que o estaban débiles o que simplemente eran tan torpes como ella, que ella no era una superviviente, que simplemente tenía suerte... Pero al mirar a la chica, se quedó desarmada al ver la fe que tenía en ella. ¿Por qué Nyssa creía tanto en ella? ¿Cómo podía tener esa fe con alguien como ella, que no sabía hacer casi nada? Sin embargo, al tragar saliva, supo que no podía decirle que no.
—¿Cuándo tendría que empezar? —preguntó al fin para alivio de Nyssa.
—Mañana comenzaremos tu entrenamiento.
&&& Hola :) Bueno sí, he estado muy desaparecida pero os juro que en la universidad simplemente nos quieren matar. En fin, que no sé cómo vino esto a mi cabeza, prometo que no sé cómo me salió la venada pero aquí tenéis, una historia de Arrow. Como podréis ver (o imaginar), no creo que vaya a sacar a Oliver o Felicity, voy a centrarme en Sara y su pasado (inventado por mí) así que contados solo saldrán Nyssa y ya como mucho, nuestro "amigo" Ra's. Ah, y una cosa: ya no recuerdo exactamente si pusieron algo del pasado de Sara en la Liga (no recuerdo que lo hiciesen) pero en el caso de que lo hayan hecho, tratar de ignorar ese hecho xD Un gran saludo!&&&
