Disclaimer: Percy Jackson junto a los Héroes del Olimpo son propiedad de Rick Riordan.
Este fic participa del reto temático de Marzo "Solangelo, sweet, Solangelo" del foro El Monte Olimpo.
Un hombre de cabellos oscuros y tez pálida apareció como salido de la nada ante una pequeña casita localizada en Nueva Orleans, en el estado de Luisiana. Ese hombre se acercó a la puerta principal de la casa y, tras dudar un poco, tocó el timbre.
Del otro lado de la puerta se oyeron unos pasos y la puerta se abrió, revelando a una mujer de cabello castaño, tez oscura y ojos dorados; que en esos momentos se estaban poniendo unos pendientes.
—¡Nico! —exclamó la mujer aliviada, sonriendo a su hermano—. Creía que ya no vendrías.
—¿Y perderme la gran diversión de cuidar a mis dos sobrinas? —le preguntó Nico en broma—. Vamos, Hazel. Sabes que no es un problema para mí.
Hazel suspiro antes de dejarle paso a Nico al interior de la casa.
—Frank y yo estamos terminándonos de arreglarnos —dijo Hazel—. Mary y Emilie están arriba, durmiendo. Te he dejado su comida preparada. Solo tienes que calentarla. Pero asegúrate de que no queme. ¡Ah! Y antes de darles de cenar, báñalas. Pero por separado, ya que ambas son un peligro si las bañas juntas. Y cuando las pongas a dormir acuérdate de que Mary no puede dormir sin su conejo de peluche...
—Deja de atosigar al pobre Nico con tantas cosas, Hazel —dijo entonces un hombre corpulento de rasgos asiáticos y pelo negro cortado al estilo militar—. Ya le has hecho una guía que seguir por si acaso.
—Es que estoy preocupada, Frank —dijo Hazel, girándose hacía su marido—. ¿Y si pasamos de la cena?
—No digas tonterías —bufó Nico—. Esa cena es muy importante para tu trabajo de arqueología, Hazel.
—Pero...
—Haz caso a Nico, cariño —dijo Frank, tomando a su esposa por el brazo—. Y ahora vámonos o no llegaremos a tiempo a la cena ni siquiera usando un Viaje de sombras.
Y el matrimonio Zhang-Levesque abandonó la casa, dejando a Nico a solas al cuidado de las gemelas del matrimonio.
Nico se quedó durante unos segundos quieto en el recibidor. Al no oír nada extraño en el piso de arriba se relajó y se sentó en el sofá, encendiendo la televisión con el mando. Comenzó a pasar canales, pero como no había nada de interesante decidió quedarse viendo un concurso de baile, completamente aburrido.
Estaba empezando a quedarse traspuesto, cuando un sonido lo despabiló. Confuso, Nico se dio cuenta de que era el timbre de la puerta.
No pueden ser Frank y Hazel. Sólo han pasado veinte minutos pensó Nico, poniéndose de pie. Unos estridentes llantos comenzaron a sonar desde arriba. Además de que tienen llaves y no llamarían al timbre sabiendo que Mary y Emilie estaban durmiendo.
Jurando matar a quién estuviese llamando al timbre Nico se dirigió a abrir. Pero al ver quién estaba en el otro lado, sus instintos asesinos desaparecieron. Al otro lado había un hombre de cabello rubio y ojos azul cielo, que llevaba dos cajas de pizza en sus manos.
—¡Will! —exclamó Nico, sorprendido—. ¿Qué haces por aquí?
—He oído que tenías que hacer de canguro y he venido a ayudarte —Will hizo una mueca—. ¿Vengo en mal momento?
—Un poco —gruñó Nico—, pero no importa. Total se iban a despertar pronto para su baño.
—Pues supongo que no importa —dijo Will, con una sonrisa ladeada—. ¿Te importa si paso?
Nico se hizo a un lado y Will entró en la casa.
—¿Necesitas ayuda? —le preguntó al ver que el hijo de Hades subía las escaleras.
—No hace falta —le aseguró Nico.
Nico entró en la habitación de sus sobrinas. Ambas estaban acostadas en la misma cuna y lloraban agitando sus pequeños bracitos y abriendo y cerrando sus manos. Con dificultad, Nico consiguió coger a las dos pequeñas en brazos.
—Venga, vamos a bañaros enanas —les dijo Nico en un tono cariñoso, mientras mecía a Mary y a Emilie para que se calmasen.
Las dos pequeñas dejaron de llorar al poco tiempo y Nico las llevó al cuarto de baño. Pero ahí se dio cuenta de que no sabía que hacer. Hazel le había dicho que, en el momento de bañar a Mary y a Emilie lo hiciese por separado, ya que ambas eran muy revoltosas si se bañaban juntas. Suspiró al darse cuenta de que necesitaría la ayuda de Will.
—¡Will! ¡Sube! —le llamó Nico, girando levemente la cabeza en dirección de la puerta del baño.
—Sabía que me ibas a necesitar —dijo Will, apareciendo por la puerta. Nico le dirigió una mirada fulminante. Will levantó sus manos, en señal de rendición—. Tranquilo, que era broma. ¿Qué necesitas?
—¿Puedes cuidar a Mary mientras baño a Emilie? —le preguntó Nico al rubio.
—Sin problema —sonrió Will tomando en brazos a la niña que Nico le ofrecía.
Ésta hizo el amago de ponerse a llorar pero Will empezó a tararear una canción en griego antiguo y la niña empezó calmarse. Una vez que estuvo calmada, Will se sentó encima de la taza del retrete viendo como Nico se ocupaba de bañar a Emilie.
—No lo haces nada mal —tuvo que reconocer Will, viendo como Nico se desenvolvía bastante bien—. Había creído que te costaría más hacerlo.
—A veces, cuando me he quedado aquí, he ayudado a Hazel con Mary y Emilie. Así que tengo algo de práctica —Nico sacó a Emilie de la bañera y la envolvió con una toalla, para después dársela a Will—. Ten. ¿Podrías ponerle el pijama en su habitación? Y sécala bien, que como pille un resfriado, Hazel me capa.
—Tranquilo que lo haré —le aseguró Will, mientras le daba a Mary a Nico y tomaba a Emilie con él—. Ven, vamos con tito Willy a secarte bien.
Nico tuvo que resistir una carcajada ante lo de "tito Willy". Bañar a Mary le costó algo más ya que no se estaba quieta. Pero al final pudo bañarla (y de paso también quedó bañado él). Así que la tomó de la bañera, la secó bien y se la llevó a su habitación para ponerle el pijama.
Pero al llegar se topó con una escena que no se esperaba. Emilie estaba tumbada sobre el cambiador aún desnuda y riendo alegremente. Will estaba enfrente de ella con un pañal en una mano y la cabeza y el pelo cubiertos de polvos de talco.
—Los polvos se los tienes que poner a ella no a ti —señaló Nico, intentando ocultar una risa.
—Cierra la boca —gruñó Will, saliendo de la habitación.
Al rato Nico salió de la habitación de las gemelas Zhang y bajó con ellas a la cocina. Will estaba allí y había cogido unos de los trozos de pizza que había traído.
—Podrías haberte esperado, ¿no crees? —le dijo Nico mientras depositaba a Mary y a Emilie en sus tronas y empezaba a calentar la comida que Hazel había dejado preparada para sus hijas. Will se lo quedó mirando de reojo antes de suspirar.
—¿Te ayudo? —le preguntó Will, dejando el trozo que estaba comiendo dentro de la caja.
—De acuerdo —aceptó Nico—. Dale de comer a Emilie mientras yo le doy de comer a Mary.
Will tomó el plato de papilla que el hijo de Hades le ofrecía y se colocó enfrente de Emilie.
—Muy bien —susurró Will—. Antes de me has ganado. Pero ahora te puedo asegurar de que no... ¡Agh! ¡Que asco!
Y es que la pequeña Emilie, haciendo gala de una puntería que ni un hijo de Apolo, había arrojado un puñado de su papilla al interior de la boca de Will y ahora reía alegremente. Volvió a coger un poco más de papilla y la volvió a lanzar, acertando a Will en el cabello.
Éste resoplo e hizo el amago de acercase a ella, a la vez que Emilie volvía a lanzar una nueva tercera descarga de papilla que, esta vez, cayó al suelo.
—¡Ja! —exclamó Will—. ¡Has falla... ¡Ah!
PAF
Al parecer la papilla de Hazel era un poco, demasiado, resbaladiza. Will había pisado la que había caído al suelo y se había caído de espaldas al suelo. Mary, que junto a Nico habían estado viendo entretenidos el curioso intercambio entre ambos, decidió unirse a su hermana en el objetivo de vencer a Will.
Sin que Nico se percatase, Mary le arrebató la cuchara y la arrojó contra Will. Ésta trazo un arco en el aire y cayó sobre la frente del rubio limpiamente. Dando pequeños grititos de alegría, Mary y Emilie comenzaron a arrojar su comida a Will.
Nico se quedó en silencio, observando la escena.
—Efectivamente. Un hombre de veintisiete años acaba de ser vencido por un par de crías que no llegan ni siquiera al año —murmuró para él mismo, antes de darse la vuelta y buscar en los armarios a ver si encontraba algunos potitos para las pequeñas.
—Ya están durmiendo —informó Nico, entrando en la sala—. Y parece dos ángelitos...
—Tengo mis dudas sobre eso —gruñó Will.
—¿Aún sigues molesto? —le preguntó Nico con una sonrisa—. Son cosas de bebés.
—Lo dices porque tú no has sido acribillado con papilla de pescado —refunfuñó el hijo de Apolo.
—Tal vez —admitió Nico—. Bueno, ¿por qué has decidido venir hasta aquí?
—Quería decirte algo —dijo Will—. Pero ya es tarde. Mejor me voy...
Will hizo el amago de levantarse del sofá dónde estaba sentado pero Nico le agarró del brazo, impidiendo que se levantase.
—Dímelo ahora —le pidió.
—Me gustas —dijo Will, dejando anonado al hijo de Hades—. Me gustas. Y mucho. Y quiero que salgas conmigo. Cómo novios.
—Yo... no sé que decir... —murmuró Nico, acercandose a Will.
Éste lo tomó como una invitación y se pegó más a Nico.
—No hace falta que digas nada —murmuró Will, acercando su rostro al de Nico. Acercando sus labios a los de él. El aliento de los dos se entremezclaba...
Un llanto les hizo separarse de golpe. Ambos se miraron a los ojos, antes de que Nico se diese la vuelta y subiese corriendo exclamando:
—¡El conejo de Mary!
1,661 palabras en total.
Hola gente.
A decir verdad, este fic ya lo tenía escrito por la mitad cuando se me ocurrió la idea para el drabble que he subido hará unas pocas horas.
Aquí introduzco a las hijas gemelas de Frank y Hazel, Mary y Emilie, que como veis son un poco revoltosas. Pero no mucho... Aunque seguramente Will diría lo contrario.
En fin, espero que os haya gustado.
Se despide,
Grytherin18-Friki.
