Ohayou! El otro día, en clase de música, la profesora escribió en la pizarra la palabra "concertino", ente otras. Y yo pensé: "concertino"... Tino"... "Tino el Concertino"... y allí se me fue la cabeza pensando en mis tonterías. Ésta es esa tontería, realmente estúpida (y muy corta), pero que me hacía ilusión compartir :3
No era la primera vez que Berwald hacía esa cosa rara: era un tipo de concierto un poco extraño, algo a lo que habían llamado "sonata en la oscuridad".
Básicamente, era un juego que al jefe de aquél teatro se le había ocurrido: ir tocando sin ver nada más que al director, al cual apunta una pequeña luz. La gracia de esa tontería, según el mandamás, era que todos los concertistas lo habían de tocar todo de memoria, y encima, al tacto, sin vislumbrar siquiera su instrumento. Y, en algún momento aleatóreo, encender la luz y deslumbrar a todos los artistas, para ver cómo se las arreglaban para seguir tocando con los ojos sin acostumar a tanta claridad.
Él iba a hacer de director, así que no tenía ningún problema con ese método. Aún así, seguía sin verle demasiado sentido. "La gente paga para ver a los concertistas joderse un poquito", afirmaba el loco que creó éso.
Se terminó de ajustar la corbata, se ajustó el traje, y salió a escena, con algo de miedo a caer al suelo, pues no veía nada, y aún no habían encendido la luz del director. Tenía ya muy claro el camino hacia el concertino, pues le habían hecho practicar a andar por allí dos horas antes.
Empezó a andar hacia el primer violín, y se dispuso a presentarse.
-Berwald Oxenstierna -susurró el sueco, y estrechó la mano al concertino.
-¿Berwald, eres tú? -no tardó nada en reconocer esa vocecilla. Sus manos seguían tomadas.
-¿Tino? ¿Qué haces aquí? -preguntó el director- ¿Tú no eras un violín secundario?
-Sí, pero se ve que el concertino principal se ha puesto enfermo, y como yo me sabía toda su partitura y mi papel no era muy importante, han decidido ponerme a mí -dejó él claro.
-Pues... mucha suerte, cariño -Tino todavía no le había soltado la mano-. ¿Podrías soltarme? Es que debería ir a ocupar mi puesto como director, y si estamos mucho tiempo "presentándonos", la gente nos mirará con cara rara.
-No nos van a mirar, no se vé nada...
-Estás en lo cierto. Pero podrías soltarme la mano?
-No hasta que me des un beso. -dijo con una voz sexy pero flojita (no podían hablar muy fuerte, si no les oirían) Tino.
Entonces, Berwald cogió a Tino de los hombros y le plantó un beso en toda la boca. Pasaron uno, dos, tres segundos, y ellos estaban allí; enrollándose.
Y de golpe se encendieron las luces, y toda la gente presente en ese lugar pudo contemplar la escena.
Y Kiku sacó su cámara y les hizo una foto XD
