Mizu, una niña de cinco años, de pelo anaranjado y ojos negros, se escabullo de su cama con cuidado de no hacer ruido para no despertar a sus padres. Sigilosamente llego hasta la puerta de su dormitorio que abrió torpemente, al no poder alcanzar bien el pomo. La puerta chirrió al abrirse haciendo que se quedase estática, a la espera de algún sonido delatador. Pero lo único que oyó fue el débil ronquido de su padre a través de la pared.

Salió al pasillo, gracias a la moqueta instalada sus pasos fueron atenuados. Bajo las escaleras hasta el primer piso. Al llegar a la puerta de entrada se detuvo. A través de la ventana se veía como caía la nieve, y ella iba en pantalones cortos, como siempre vestía su madre, pensó en volver a subir a por unos pantalones más largos pero sería peligroso volver a subir.

Se arriesgo a pasar frio, de todas formas a donde iba no tardaría demasiado en llegar. Arrastro una silla que por fortuna se deslizo silenciosa por el suelo de madera. Subiéndose a ella logro quitar el pestillo de la puerta y abrirla. Salto de la silla al exterior de la casa pero algo tiro de ella hacia dentro de nuevo y cerró la puerta de entrada con pestillo.

Aquel ser que la había cogido por sorpresa la llevo hasta el sofá y la dejo caer sobre los mullidos colchones. Mizu miro al que había frustrado de su perfecto plan. Vio frente a ella la expresión dura y severa de su tío Brock. A su lado estaba el inseparable Pokemon de su padre, un Pikachu que a pesar de su edad seguía irradiando energía.

Brock habia llegado hacia una semana, y los padres de Mizu le habían ofrecido la habitación de invitados para que no tuviera que dormir en el laboratorio del profesor Oak, el tiempo que estuviera en pueblo Paleta.

- ¿Una vueltecita nocturna por la nieve?- inquirió en un murmullo Brock a su sobrina, que lo miro con aire desafiante, esa expresión le traía recuerdos al criador, era idéntica a su madre en demasiados aspectos, pero tenía gracia que a ella le encantaran los Pokemon tipo bicho, viendo la fobia de su madre.

- No, evidentemente iba a buscar mi propio Pokemon. El tío Tracey me dijo que cuando fuera mayor yo tendría mi propio Charmander, y ya soy muy mayor. – respondió con fuerza pero sin levantar la voz.

- Evidentemente no demasiado si has necesitado una silla para poder abrir la puerta, y tampoco muy silenciosa, si Pikachu te ha oído salir de tu cuarto.- Mizu fulmino con la mirada al pequeño roedor eléctrico, que desvió la mirada, de repente demasiado interesado en el bordado de las cortinas.- Mizu, aun eres una niña, no puedes salir de casa de noche y menos durante una tormenta de nieve, imaginas lo que habría hecho tu madre si llega a enterarse, o si te hubiera pasado algo.

- No me habría pasado nada, soy demasiado inteligente.- repuso Mizu mostrando su carácter Ketchup.

- Vamos a la cama, no vamos a discutir, solo quiero que no vuelvas a intentar escaparte.- dijo Brock cogiendo en brazos a su sobrina.

- No estaba huyendo, no habría tardado mucho en volver, sino me hubieras interrumpido ya estaría en mi cama con mi nuevo Pokemon.

- Déjalo Mizu, eres muy pequeña.

- Mi tamaño no importa, solo cuentan mis agallas.

- Te pareces demasiado a Ash, más de lo que te conviene.- dijo en un susurro Brock al llegar al pasillo del segundo piso. Entro en el dormitorio de Mizu, los colores rosas y azules de las paredes contrataban enormemente con la estampa que ofrecía el ventanal que había al fondo y que daba a una terraza. Estaba todo totalmente nevado. Dejo a la pequeña en su cama y la arropo antes de que pudiera escaparse. Por su parte Pikachu salto de su hombro para acurrucarse a su lado. Casi de inmediato Mizu alargo el brazo para abrazarlo.- Buenas noches, y no más intentos de excursiones nocturnas.

- ¿Tío Brock?

-¿Qué ocurre Mizu?

- Antes de irte y ya que has frustrado mi plan perfectamente trazado, podrías contarme una historia.- pregunto la chiquilla, Brock la miro sin poder creer lo desvergonzada que podía llegar a ser esa niña.

- Una cortita. Elige la que quieras pero que sea corta- concedió a regañadientes, tantos años cuidando de sus hermanos y esa condenada niña conseguía convencerle de que hiciera casi cualquier cosa.

-¿Cómo se conocieron papa y mama?

- Menuda historia para dormir has elegido. Haber por donde empiezo, puede que no sea muy exacto esto me lo contaron tus padres, y muy posiblemente mintieran, he oído diecisiete variantes de esta historia desde que los conozco.

"Tu padre al cumplir los diez años, como todos los chicos quiso ir en busca de aventuras para convertirse en el mejor entrenador pokemon del mundo…"

- Y lo consiguió- interrumpió Mizu.

- Cierto pero ahora estate calladita o tendras que esperar a mañana para la historia- ante eso Mizu se cayó de inmediato.

"...Tu abuela no quería que fuera pero nada pudo impedir que tu papa se marchara. Era su sueño y no pararía hasta conseguirlo. Así salió de casa con su gorra y su mochila y fue a donde pretendías ir tú esta noche, al laboratorio del profesor Oak, quien guardaba los pokemons que tendrían los nuevos entrenadores. Pero cuando llego ya se habían llevado a Bulbasur, Squirtle y Charmander, no quedaban ningún Pokemon, pero él insistió e insistió hasta que el viejo profesor le mostro una Pokeball que tenía guardada. La cogió sin pensárselo dos veces y de su interior surgió un pequeño Pikachu, esa fue una de las pocas veces en la que Piakchu estuvo encerrado en una pokeball. Nada más salir lanzo una descarga que carbonizo a Ash. No tolero que lo capturaran, y no paraba de intentar escapar pero su nuevo compañero era demasiado cabezota como para que eso surtiera efecto y dejase por imposible al pokemon eléctrico. De ese modo comenzó su viaje, con un Pikachu que trataba de huir y freía a descargas a su compañero humano. Al llegar al bosque no sé cómo se las apaño pero logro enfadar a toda una bandada de Spearows que lo persiguieron, por supuesto Pikachu no le obedecía así que tuvo que salir corriendo. En su huida los Spearows le adelantaron y atacaron salvajemente a Pikachu. Tu padre lo recogió y siguió corriendo hasta llegar a una cascada, salto al rio que había debajo y ahí es donde entra en escena tu madre. Ella había abandonado Ciudad Celeste con la firme intención de convertirse en la mejor entrenadora de Pokemons de agua y restregárselo a sus hermanas en la cara. Y ya sea por azar o destino acabo acampando cerca de ese mismo rio, se puso a pescar y su primera pesca fue un chico con su Pokemon. Esa fue la primera vez que tus padres se vieron, y la primera cosa que hizo tu madre al verle fue darle una bofetada por el aspecto lamentable de su pobre Pikachu. Ash le pregunto dónde podría curarlo y ella le dio la dirección, al tiempo que tu padre cargaba a Pikachu en la bicicleta de Misty y salía pedaleando con todas sus fuerzas en la dirección que le habían indicado, gritando que algún día se la devolvería. Entonces se desato una tormenta en la que Ash perdió el control de la bicicleta y se cayó. Se levanto de inmediato interponiéndose entre los Spearows y Pikachu. Al ver esto Pikachu salto por encima de él y cargándose con un rayo lanzo un hiperrayo que se vio desde varios pueblos de distancia dejando a los Spearows para el arrastre, y por desgracia o no, la bicicleta de Misty también. Por eso empezó a acompañarlo, para que le comprase otra bicicleta, con el tiempo eso se convertiría en una escusa absurda que solo ocultaba su verdadero motivo. Que estaba enamorada de tu padre. Ella pareció aceptarlo antes que él. Tu padre tardo bastantes años en decidirse y acabo comprándole la bicicleta a tu madre para confesárselo. Fue realmente divertido, me lo encontré en un centro Pokemon de ciudad Celeste donde Misty trabajaba como líder de Gimnasio y tal y como se comporto hizo que quisiera seguirle. Fue la primera vez que vi a un Ash tan maduro. Fue realmente precioso, sin duda superaba mi declaración a tu tía Joy."

- Pero eso es otra historia y esta señorita necesita dormir- dijo una voz femenina tras ellos. Al darse la vuelta se encontró a MIsty con un batín de seda mirándole con cierto aire de indignación.- ¿Sabes qué hora es? Hacia horas que la creía acostada.

- Lo siento Misty, ella insistió en que le contara como os conocisteis- se disculpo Brock levantándose de la cama y dándole un beso en la frente a su sobrina antes de salir de la habitación- Hasta mañana, traviesilla.

- Hasta mañana tío Brock- Mizu oculto un proverbial bostezo- Hasta mañana mama.

- Hasta mañana cielo.- dijo Misty antes de cerrar la puerta dejando a su hija abrazada a Pikachu que hacía tiempo que dormía.- ¿Ha intentado salir de nuevo a buscar su Pokemon?

- ¿Lo hace a menudo?

- Cada vez que ve a su padre entrenar o escucha nuestras batallitas. A Ash parece hacerle gracia pero un día lograra salir y estando tan cerca del laboratorio es peligroso. Por suerte Pikachu, Bulbasaur y los demás están haciendo un gran trabajo- contesto Misty.- Tienes razón se parece demasiado a ese cabezota.-

-¿Tanto tiempo nos has estado espiando?

- Iba a intervenir antes pero cuando has empezado con tu historia me he quedado en blanco. Hace tanto tiempo de eso.

Si, demasiado, ya no somos unos niños en busca de aventuras. ¿Quién iba a imaginar que acabarías juntos? A parte de Tracey que evidentemente gano la apuesta del grupo. Fue el único que aposto a vuestro favor.

- Eso no me lo habías contado- dijo Misty frunciendo el ceño.- Brock había hablado de más y no tardo en escabullirse.

- Buenas noches, Misty que duermas bien.- dicho esto salió corriendo por el pasillo y se encerró en su cuarto. Misty negó con la cabeza molesta pero sonrió un instante después y se fue a su dormitorio.

Entro en silencio en una habitación grande pintada enteramente de azul, de todos los posibles tonos de azul que existían, Ash lo había pintado así por ella, para que pareciera que se encontraba en el mar. Se metió en su cama acurrucándose junto a Ash que dormía como un ángel abrazado a la almohada que había usado Misty para que le permitiera salir a buscar a Mizu sin despertarlo. Lo miro por última vez antes de dormirse haciéndose la misma pregunta que se había hecho Brock.

"¿Quién iba a imaginar que acabaríamos juntos? Evidentemente Ash y ella misma. Habían soñado con aquello durante todo el tiempo que permanecieron juntos en sus viajes. Y ahora estaban juntos y tenían una hija preciosa. Tal y como había dicho Ash, por siempre y para siempre"