Centro del Universo.

Ahí estaba, ese pellizquito de celos en cuanto vio a Toshiro llegar.

Porque los ojos turquesas de él no fueron inmediatamente a ella como solía ser en un pasado.

Sus ojos fueron directos a la otra fémina que se encontraba ahí, ignorando por completo su presencia.

Una sonrisa sincera y resplandeciente tiró de los labios del Hitsugaya, mientras su mirada se llenaba del más puro amor.

Viéndola a aquella que no era ella.

Él corrió hacia ella, ella corrió hacia él, y Karin solo observaba.

Observó como la tomaba en brazos, a esa que no era ella, y la hacía dar vueltas mientras los dos reían en la más pura felicidad, dejando a la pelinegra de ojos oscuros algo molesta por su festival privado del amor, los dos ignorándola.

Él ignorándola.

Lo vio rodear la cintura de la otra mientras ella depositaba un dulce y casto besito en sus labios.

Pero ¿qué podía hacer al respecto?

Por más que lo intentara, la atención del albino siempre se iba primero a la otra.

¿Podía culparlo?

No, no tenía el más mínimo derecho a hacerlo.

Ella ya no era la causante de las más grandes sonrisas de Toshiro, ella ya no era la única que podía hacerlo reír.

Karin ya no era el centro del universo de Hitsugaya.

Y sabía que no debía estar celosa, sabía que esos días en los que solo eran ellos dos ya se habían acabado.

Aunque tuviera el poder para regresar el tiempo atrás, no lo usaría, ni lo pensaría.

Porque nunca había visto a Toshiro con tanta felicidad como cuando estaba con la otra.

La mirada que le dedicaba a la otra fémina lo decía todo.

Esa otra, que no era ella, era lo más valioso para el albino.

Y nunca se la quitaría.

En especial porque fue ella misma quien se la dio.

Además, que no podía quejarse mucho.

Porque a veces ella igual se olvidaba de la presencia de su marido por estar concentrada en su amadísima hija.

-Karin.- Toshiro finalmente se fijó en su presencia. –Deja de acuchillarme con la mirada. No hagas tanto drama, sabes que las amó a las dos.- sonrió, coquetamente. –No tienes que estar celosa, ya iba a saludarte.-

-No estoy celosa.- gruñó sacándole la lengua. –Solo que al menos podrías dirigirme la mirada.- bufó.

Los dos albinos, tanto padre como hija, rieron de su berrinche.

-No te preocupes, mami.- su pequeña de seis años le extendió los brazos. –A ti te quiero más.- aseguró cuando la tomó en brazos.

-¡Oye!- se quejó el hombre, a lo que sus dos mujeres rieron esta vez a su costa.

-Era broma.- se burló. –A los dos los amó.- le dio un besito a Karin antes de que su padre la volviera a tomar en brazos.

Hitsugaya le dio un par de vueltas más a su niña antes de mandarla a su habitación con la promesa de que pronto la alcanzaría.

Apenas la pequeña se fue, tomó en brazos a su mujer y la besó apasionadamente, dejándola bastante satisfecha y nada ignorada.

-No seas infantil, Karin.- la reprendió con sus frentes unidas. –Las dos son el centro de mi universo.- volvió a besarla.

Ella sabía que no mentía, pero se sentía un poco en desventaja, así que se separó.

-Creo, sin embargo, que debemos emparejar las cosas.- él alzó una ceja. –No podemos seguir jalando a nuestra princesa de un lado a otro.- rodeó el cuello de su esposo con sus brazos. –No nos vendría mal un pequeño príncipe.- pestañeó suplicante.

El albino rió divertido, encantado con la idea.

-Como ordene la reina.- volvieron a besarse.

Fin.

Hola! n.n

Bueno, decidí dejarlo hasta ahí :D

Esta idea también me la robe de un fic en ingles uwu

Pero en serio, no es plagio, solo me base en ese fic, solo me dio la idea, pero no es igual. Por si a alguien no le queda claro 7w7

Como sea, espero que les haya gustado c: y gracias a todas las que me dejan reviews *o*

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Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!