Capítulo 1

Emma estaba sentada con los pies apoyados en su mesa. Hablaba por teléfono y parecía estar algo alterada.

Cuando el hombre la vio en ese estado prefirió esperar fuera a que tuviera un momento para recibirle.

-Es que no lo entiendo de verdad Emma, no lo entiendo… ¿cómo te puede gustar trabajar en eso?- le recriminaba la mujer que decía ser su madre a través del teléfono.

-Mary…es que es mi trabajo. No es el mejor de los trabajos y ya te he dicho que estoy pensando en dejarlo pero… entiéndelo, no puedo dejar así sin más.

-Pero si ya sabes que tu padre- Emma hizo una mueca, todavía no se acostumbraba a esos términos- te puede ofrecer trabajo. Es cierto que tendrías que venir a Storybrook pero… sería un buen trabajo, con un buen trabajo y vivirías cerca nuestra. Por favor, piénsalo…

-Lo sé, y sería genial trabajar con… papá… pero si trabajo en algo quiero que sea por méritos propios y no por ser la hija del jefe.

-¡Pero que mérito tiene trabajar enseñando tu cuerpo!- exclamó indignada Mary Margaret- ese no es un trabajo para una señorita, es un trabajo para…

-No te preocupes, he entendido lo que ibas a decir- respondió Emma con una voz dura y seca- lo quieras o no es mi trabajo. Ha sido lo que he encontrado y me pagan bien. Lo dejaré pero cuando sea el momento adecuado. Todavía tengo un par de asuntos pendientes.

-Lo siento Emma… no quería… ya sé que es tu trabajo y que solo te dedicas a eso porque no tienes otras opciones... y eso es en parte culpa nuestra. No quería… bueno, tu piénsalo por favor, plantéatelo muy en serio, a tu padre y a mi nos haría muy felices y estoy segura de que a ti también. En cuanto conozcas a la gente del pueblo te van a encantar…

-Sí lo pensaré. Tengo que dejarte- añadió al darse cuenta del hombre en la habitación de al lado. Colgó el teléfono sin esperar a decir si quiera adiós.

-Adiós, hija- dijo Mary Margaret a la línea ya vacía.

-Perdón por la espera, eran asuntos de familia… ya sabes…- se excusó Emma ante el hombre- ¿hay algún problema Neal?

-No te preocupes Emms, tenemos un nuevo encargo. El sábado.

-Espera, que tomo nota- cogió una especie de formulario de su mesa para empezar a rellenarlo con los datos que le trasmitia su jefe.

-Será en un barco. Es una fiesta… un pack general, ya sabes…

-Mmmhumm, ¿cuántas chicas?

-Todas las que estén disponibles. Tengo entendido que ya tenemos unas cuantas ocupadas el sábado ¿no?

-Si… además Eli y Sara no pueden venir a trabajar

-Bueno, ¿irás tú?

-Sí, claro, han pedido todas las posibles ¿no? Además, hace tiempo que no me montó en algún yate –un sonrisa apareció en su cara- me apetece un poco de fiesta, y esta gente lo quieras o no siempre montan unas fiestas increíbles

-Qué bien lo sabes ¿eh?

-Sí… ya sé que a la gente no le gusta estos trabajos, pero tienen su parte buena. Y si no tienes otra opción…

-¿Lo dices por tu madre? Te sigue insistiendo con que te vayas al pueblo a vivir con ellos, ¿verdad?

-Si… y entiendo porque lo dicen pero… no pueden pretender aparecer de repente y que seamos una familia perfecta… vivir en un pueblo, con gente que no conozco…

-Bueno, ellos te abandonaron, no pueden pretender nada. Tu vida está aquí. Y tu eres feliz, aunque no les guste tu trabajo tienen que aceptarlo.

-A ver, no te equivoques. Ellos me dejaron porque querían lo mejor para mi y desde luego yo quiero compartir mi vida con ellos. Y este no es un trabajo para toda la vida. En algunos aspectos está bien. Y gano bastante dinero solo por estar en una fiesta. Pero no es un trabajo del que quiera vivir para siempre. Empezando porque dentro de poco dejarán de solicitarme. Y mi madre tiene en parte razón…

-Lo sé Emma, pero no puedes marcharte así…

-¿Por qué no? Nada me ata aquí salvo este trabajo y allí me ofrecen uno nuevo.

Neal se sintió dolido. Sabía que ella no lo hacía por hacerle daño, pero su amor por la rubia iba mucho más allá de lo profesional y ella lo sabía. Y es por eso que no se sorprendió cuando sintió los labios de Neal sobre los suyos.

Emma se apartó cuidadosamente, intentando no herir a su compañero.

-Neal… ya hemos hablado sobre esto. Lo que fue fue pero ya no hay nada más. Te quiero, eres mi amigo, fuiste mi novio en su momento… pero ahora no quiero una relación. Estoy en un momento complicado. Y esto no hace más que hacerte daño a ti…

-Lo sé- repitió el chico- solo quería que supieras que si quisieras podrías tener tu hogar aquí y no en ese pueblo escondido… Si en su momento funcionó no entiendo porque no podemos darnos una oportunidad ahora.

-Porque en su momento éramos totalmente diferentes. ¡Nos conocimos robando un coche, por amor de Dios! Fui a la cárcel por tu culpa. Y ya pasamos esa fase, te perdone. Pero eso no quiere decir que quiera tener una relación contigo. Quizás si estuviera en otras condiciones… pero con todo este lio con mi familia… no tengo tiempo para pensar en otras personas y no quiero hacerte daño.

- Bueno Emma, tu solo piénsalo…- el chico se marchó dejando a Emma sola.

-Me parece que todo el mundo quiere que piense mucho pero aquí nadie piensa en lo que yo quiero…- se quejó para sí misma para luego repasar el informe sobre su trabajo del sábado y empezar a llamar a las chicas que la acompañarían.

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-Regina, cariño, ¿ha llegado una invitación?- Robin revisaba las cartas sobre la mesa.

-¿Qué dices?- preguntó la mujer asomándose desde la habitación de al lado.

-Hook me dijo que mandaría hoy la invitación…

-¿Será esta?- preguntó Regina enseñándole una especie de carta decorada.

-¡Sí, es esa! ¿Vendrás verdad? Es el sábado…

-¿Este sábado? ¿Dónde?

-En su nuevo yate… ya conoces como es Hook, ha estado todo el día en el trabajo fanfarroneando sobre cómo va a ser la fiesta. Ha contratado a muchas personas, incluso a…-dudo antes de decirlo temiendo la respuesta que iba a recibir de su novia- mujeres.

-¿A qué te refieres con eso?- Regina le miró con gran sorpresa- ¿Prostitutas?

-¡No, no!- se apresuró a negar Robin-…no hay sexo… solo están ahí…

-¿¡Pero qué le pasa a ese hombre!? ¿Y tú vas a ir a esa fiesta?

-Bueno… aunque no sea algo de trabajo… ya sabes que es útil entablar relaciones con otras personas de la empresa… ¿Eso quiere decir que tu no vienes?

-Ah no, no, si tú vas yo voy también.

-Eso que estoy notando no serán celos ¿no?- bromeó Robin.

-Cállate- respondió Regina dándole un pequeño empujón mientras esbozaba una sonrisa.

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