ALERTA DE SPOILER
NO LEER SIN HABER VISTO: CAMALEÓN
Ahí estaba, atrapado en el casillero mientras que Adrien no dejaba de roncar por culpa de los poderes de la chica mentirosa.
—Esto es serio —Dijo al ver que su portador no despertaba sin importar cuántas veces lo llamara. No debía ser tan difícil solucionarlo, quiso pensar. Él era un ente todo poderoso con miles de años de experiencia encima. Seguramente podía encontrar el modo para que Adrien despertara.
¿O no?
Por un momento consideró dejar al chico ahí y buscar a Marinette, quien ya debía estar transformada. Solo tendría que ser cuidadoso con su cataclismo cómo lo había hecho la última vez.
Y cuando estuvo a punto de ir a buscar a la chica de coletas lo recordó, Adrien le había pedido no usar su poder de no ser necesario o hasta que lograra controlar por completo el caos que ocasionaba con el.
Maldición. ¿Por qué no se interesó en practicar yoga antes? Si bien había estado trabajando su autocontrol junto a su portador, no se sentía listo para lograrlo solo.
—Si es un sueño encantado, ¿qué podría despertarle? —Se preguntó en voz alta, esperando que eso lo ayudara a aclarar sus ideas.
Fue entonces que la idea llegó a él, cuando su mirada se posó en los labios del chico que no dejaba de roncar.
—No —Soltó de golpe —Un beso encantado no. ¡Por favor!
¿Qué tan denigrante era eso? ¡Si su terroncito de azúcar se enteraba no lo iba a dejar tranquilo! ¡Nunca!
Y vaya que los kwamis tenían una vida longeva.
—Bueno. No tiene porqué saberlo —Intentó reconfortarse al recordar que Adrien nunca se hubiera enterado del beso que Ladybug le dio de no ser por la entrevista en televisión.
Además, era para ayudarlo. No es que desde ese momento fuera a tener una relación amorosa con el chico como en esas extrañas caricaturas que veían… de verdad tenía que hablar con Adrien sobre lo raro que esos programas eran. Pero no era momento para eso.
Lo que pasa en el casillero se queda en el casillero, se dijo para darse valor mientras cerraba los ojos y se preparaba para besarlo.
—¿Plagg? —La voz de Adrien lo sacó de su trance. El gato negro dirigió su mirada a su alrededor. Ya no estaban en el casillero, estaban en su habitación y ya era de noche —¿Estás bien? No dejas de removerte en sueños.
—Tuve una pesadilla —Contestó, entre avergonzado y aliviado.
—¿Quieres contarme? Quizás te ayude.
—¡No! —Soltó mientras abrazaba con más fuerza a su Plaggcetín.
—Está bien, tranquilo —Le pidió el chico que volvió a acomodarse en la cama para seguir durmiendo.
Pasaron unos minutos en silencio, en los que Plagg empezó a divagar en el maratón que habían realizado esa tarde después de clases.
—¿Adrien?
—¿Mmm? —Contestó el chico medio dormido.
—¿Podemos dejar de ver amine por un tiempo?
—Se llama anime. ¿Eso tuvo que ver con tu pesadilla?
—Algo así.
—Bien. Sin anime entonces.
—Perfecto.
Ahora solo quedaba esperar que la suerte de Tikki estuviera de su lado y esa acción fuera suficiente para dejar de pensar en… eso.
Volvemos a las andadas. (?)
No sé a ustedes, pero yo no esperaba tan pronto la tercer temporada. Y cómo es inevitable para todos, para mi es imposible no pensar en ciertas cosas que podrían pasar por lo que la serie nos enseña.
Y en lugar de publicarlo de forma individual, decidí hacer un compendio con las pequeñas historias que surjan.
Esta cosa rara va dedicada a PaolaRangel439 que me pidió escribir algo sobre esto. x'D
Mil gracias por leer, votar y comentar.
