Mientras trataba de asimilar el gran descubrimiento que había hecho sobre si mismo, Everett Young recordaba el viejo dicho "entre el odio y el amor existe una línea muy delgada", muy delgada ciertamente, tanto, que no sabía realmente en que momento empezó a difuminarse hasta desaparecer para él. Tal vez, de alguna forma había estado allí desde que se conocieron. Odiaba al hombre, si, y por eso, se decía a si mismo que debía vigilarlo, no podía fiarse de él. Manipulador, embustero y tramposo, las mejores palabras para definirlo. Cuando definitivamente no había podido mentirse más así mismo, había sido hacia pocas semanas, tras el ataque de la alianza Luciana. Atacaban a su gente, perdían la nave. Podía haberlo evitado, evacuando el aire de la sala del portal, pero no pudo. Quiso hacerlo, cuando se dio cuenta que eso supondría la muerte no solo de Telford, sino también de Rush, por un instante le entró el pánico, y a pesar de tratar de excusarse consigo mismo mas tarde, por cabrón que fuese Rush seguía siendo un ser humano después de todo, una pequeña parte de el sabía que era un modo de engañarse, para no querer buscar respuesta a que había provocado realmente ese impulso, que casi les cuesta la Destiny y sus vidas. Había empezado a cuestionar cada decisión que había tomado con respecto al hombre, la manera en que fácilmente le hacia perder los nervios, lo difícil que le era mantenerse en el mismo lugar que el cuando estaban solos, lo traicionado que se sintió cuando quiso implicarle en el asesinato de Spencer…, le hacia perder el control, le volvía loco, y vio una manera definitiva de alejarse de él abandonándolo en el planeta desierto, lejos para siempre no le perturbaría más, pero se equivocaba. Fue entonces cuando pesadillas sin fin empezaron a poblar sus noches, en las que imaginaba espantosos finales para la vida del tozudo científico, hambre, sed, calor, apenas habían explorado el planeta, quien sabe que fieras podrían poblarlo, y cazarle al llegar la noche…. Intento olvidarlo de todas las formas posibles, trabajando en exceso, ni el alcohol lo ayudaba, hubo aquel momento, las palabras de Eli lo llenaron de ira y rabia "Deberías haber pensado en eso antes de deshacerte de Rush". Le causaron bastante más efecto que el joven científico pretendía. En cuanto pudo se dirigió a su aposento para tratar de tranquilizarse, pero acabo destrozándolo en un ataque de furia, si, se equivoco, no debió abandonarlo, pero se sintió totalmente incapaz de tratar con él entonces. Si pudiese tener una segunda oportunidad, pero no la tendría y cargaría con aquella muerte el resto de sus días, eso pensó entonces. Era difícil distinguir para el si era una pesadilla espantosa, o un milagro increíble, que le ofrecía esa segunda oportunidad que se lamentaba que no podría tener, encontrar a Rush en aquella nave, atemorizado y empapado como estaba, y de alguna manera conseguía seguir viéndose lleno de dignidad, ocultando su miedo, tratando de comprender, y le reconoció, en aquella forma, le vio a través del cuerpo azul y extranjero, y confió en el , al menos lo necesario para tener esa nueva oportunidad que esta vez no desperdiciaría. Pero el miedo volvió, saber que el hombre ahora le odiaría. Como no odiarle, le quiso matar, el calor que invadía su cuerpo cuando pelearon en el planeta lo provocó la adrenalina y la furia, otra posible opción era inaceptable para el. Le acusaría, lo haría, y en la tierra no permitirían a un asesino, aunque en tentativa, se ocuparse de esta gente, otro, Telford seguramente, vendría a tratar con ellos… y con Rush. No, no estaba dispuesto, además el peligro que representaban esos seres era demasiado, no podía permitir que siguiesen siendo una amenaza, pero de nuevo, irónicamente, el Destino, o mas probablemente la férrea voluntad de sobrevivir de Rush, fue más fuerte. Y volvió, con todos sus embustes, sus trampas, su mala leche y su deseo de hacerle enloquecer, tal vez no intencionadamente esto ultimo, pero aún así, ese era el efecto que tenía en el. Y el idiota tuvo que hacerlo, ponerse en peligro para destapar a Telford y casi le cuesta su tozudo pellejo, pero de nuevo, salió de esa. Un maldito gato con siete vidas, eso era Rush, pero no lo iba a lamentar, ya no. Tan rápido que si se hubiese parado a pensarlo, tendría vértigo, resolvieron la situación, mucho menos perjudicados de lo esperado, y ahora lidiaban con los prisioneros capturados, más sus problemas ya existentes, y Telford. En teoría el hombre no era responsable de sus actos, tal vez, pero no pensaba fiarse de el, lo de seducir a su esposa podía tener algo que ver, y también como se comportaba con Rush desde que llegó. ¿Desde cuando eran tan amiguitos? No recordaba que lo fuesen en la base Icaro, de hecho no recordaba que hubiesen cruzado palabras mas de una docena de veces, siempre de trabajo y de un modo muy formal, ¿a cuento de que ahora pasaban la mayoría de su tiempo juntos?. Escucho una risa desde la mesa mas alejada del comedor y su sangre hirvió, muy gracioso debía haber sido lo que dijo Telford, para hacer que un hombre que parecía no haberse reído en toda su vida, ahora lo hiciese. Salieron del comedor, y fue tras ellos hasta que Camile le corto para decirle no se que cosa que no escuchaba, deseando seguir a los otros. Le entretuvo demasiado y habían desaparecido. Busco en los lugares habituales de Rush, pero no estaban, pregunto a Brody tratando de sonar casual y le dijo que les había visto dirigirse al aposento de Rush. Molesto, se tomo unos segundos en la puerta para tranquilizarse antes de llamar. Lo que fuera que hablaban, callaron al entrar el, con la pobre excusa de preguntar a Rush que había de nuevo con respecto a la sala de la silla, observo a ambos, Rush estaba relajado con Telford, mas de lo que le había visto desde que le conoció, y Telford, demasiado cómodo en su presencia, sentado demasiado cerca, demasiada familiaridad con el.

- David si no te importa tenemos que hablar cuando puedas.

- Por su puesto Everett, te veré dentro de un rato.

El coronel Young salió del cuarto más que molesto, y en busca de Eli.

- Eli, estas aquí, necesito que hagas algo por mí.

- Usted dirá coronel.

- Veras, el coronel Telford parece haber recuperado el juicio, pero no podemos estar seguros, así que quiero que prepares una Kino para seguirle, de manera discreta, que no lo note, las 24 horas del día.

- Si lo considera necesario. También vamos a vigilar a Rush por si…

- ¿Coronel le preocupa que tramen algo juntos?

- ¿Por qué dices eso? Se le ve muy molesto de que pasen tanto tiempo juntos ¿le preocupa que planifiquen tomar la nave juntos?

- Si Eli, eso es exactamente, podrían planear apoderarse de la nave. No podemos permitirlo no te parece.

- Claro, me pongo a ello ahora mismo.