Este es el primer fic que me animo a publicar así que espero que no seais muy duros conmigo u.u' Espero que os guste tanto como a mí escribirlo ^^
Habían pasado ya dos semanas desde aquel suceso. Niou se mostraba raro en las últimas prácticas del equipo. Su mente parecía encontrarse en otro lugar, en otro mundo… o tal vez estuviera encadenada a unos pensamientos respecto a un caballero.
Todo ocurrió cuando se quedaron en ese campamento a petición de Yukimura. Después de haber salido ingresado del hospital, quería dedicarse plenamente en el equipo, a su vez, estrechar más los lazos de los miembros. Decidió montar una "excursión" a la montaña para todos los titulares. Pasarían tres noches en la cabaña de un tío suyo, mientras que por la mañana, se enfrentarían a unos de esos horribles entrenamientos de Sanada.
La cabaña era pequeña por lo que tuvieron que compartir la zona de descanso. La cama de matrimonio fue compartida por Yukimura junto con Kirihara. La cama individual fue echada a suertes, siendo el afortunado Renji. Entre los tres sofás del salón, uno fue completo para Marui, pues al parecer, el pelirrojo se movía bastante por la noche. El otro sofá lo compartían Sanada y Jackal, mientras que en el último dormían Niou y Yagyuu.
Las dos primeras noches transcurrieron con normalidad. Pero la tercera noche fue especial. Niou se despertó a las 4 de la mañana por culpa de los ronquidos que hacía Marui. Maldecía una y otra vez a aquel glotón que no paraba de interrumpirle el sueño. Decidió darse la vuelta y mirar al otro lado para intentar pillarlo en otra postura. Aunque, al darse la vuelta, se encontró con la cara de su amigo y compañero de dobles. Éste, al contrario, dormía plácidamente. Sus caras estaban muy cerca una de la otra, y aunque el chico de pelo plateado se intentara separar, no podía hacerlo. Podía sentir la respiración de Yagyuu cerca de su boca.
Notó como sus mejillas se ruborizaban, el corazón le empezaba a latir más fuerte. ¿Por qué le ocurría eso? Parecía sentir una especie de excitación que sólo había llegado a sentir cuando se encontraba en una escena subidita de tono con alguno de sus amores pasados. ¿Con Yagyuu? No podía ser. Hasta ese día se consideraba completamente hetero. Pensó que tal vez era por la falta de intimidad que tenía allí o porque llevaba tiempo sin probar un beso de mujer. En ese instante, sólo podía pensar en lo perfecto que era Yagyuu.
Sus labios se encontraban tan cerca, que no podía evitar acercarse cada vez más. Un deseo impulsivo quería probar los labios de su amigo. Una rara excitación le recorría todo el cuerpo. Fue entonces cuando decidió lanzarse.
Le besó.
Habían pasado dos semanas desde aquello y su cabeza no podía olvidar lo vivido. Ese viernes por la tarde, después de las prácticas, decidió confesarle sus sentimientos a ese chico de pelo castaño. No tenía miedo a lo que el otro pensara, le daba igual si sus compañeros de equipo le miraban raro por aquellos "gustos"… Quería quedarse en paz con él mismo.
Siempre le quedaría la excusa de decir que aquello, sólo fue una broma del "embaucador".
¿Qué os ha parecido? Me gustaría que todo el mundo diera su opinión para seguir animándome a escribir nuevas historias o por el contrario, decidir guardármelas para mí misma :3
¡Muchas gracias por leerla!
