Capítulo I

Alguien me quiere

Definitivamente morir era su destino, el solo podía sopesar su vida por un lado y sus terribles errores por el otro, el silencio inundaba completamente el ambiente. Estaba totalmente oscuro pero no se sentía como estar muerto, y no era que ya lo hubiera experimentado, pero era pavorosamente consiente de lo que sentía y eso era el correr de su propia cálida y metálica sangre por su destrozado cuello tras la dolorosa mordedura de Nagini; su primer pensamiento fue desesperación, que poco a poco fue convirtiéndose en resignación así debía ser él ya no tenía espacio en este mundo y quizá tampoco lo tuviera entre los no vivos.

Ella corría por el pasadizo que conducía del sauce boxeador el que conectaba directamente con la casa de los gritos; Harry le había quitado un gran peso de encima al decirle que el hombre que seguramente ahora yacía solo no había sido sino un héroe más, la mejor persona que había tenido el placer de conocer aunque él fuera miserable con los demás, aunque fuese increíblemente odioso y endemoniadamente slytherin. Esa chica aún guardaba la esperanza de encontrarlo con vida pero era imposible debido a que había pasado ya más de cuatro horas quizás seis, no había registrado el tiempo, pero al llegar solo pudo detenerse en seco; repentinamente era una mezcla de angustia, dolor, tristeza y desesperación lo que su apretado corazón sentía; sin siquiera proponérselo las lágrimas comenzaron a rodar por sus sucias mejillas, él estaba ahí tirado en el suelo, a un lado suyo se encontraba la sangre que había comenzado a formar un pequeño charco, sus ojos cerrados, sus cabellos desordenados y sus labios parcialmente abiertos; no tuvo tiempo de darse cuenta de lo que hacía pero estaba ahora acuclillada a un lado de él mientras sus manos arreglaban algunos de los mechones de hombre y se inclinaba más, mientras el llanto la ahogaba, hacia sus labios y sin pensarlo con su pequeña nariz rozo la prominente de él, y sus labios junto con sus lágrimas pararon en los de él solo un roce, eso fue o quizás fue más que eso el hecho es que sus delicados dedos estaban tocando la tibia sangre que emanaba de él y solo pudo tomar su cabeza y recostarla en su pecho mientras enredaba sus dedos en los cabellos de él dejando su barbilla recostada en su frente, eso era dolor, a ella le dolía que él hubiera muerto.

Contaba los segundos que le faltaban para acabar con sus suplicios, estaba concentrado en sus últimos segundos de vida en no sentir nada en rememorar los pocos momentos buenos que había tenido; no sabía por qué pero no lograba recordar lo único que durante los últimos 17 años había logrado calmarlo, Lily… para su sorpresa solo podía recordarla a través de los ojos de Potter y ahí estaba debatiéndose entre la vida y la muerte pensando en los ojos del niño que vivió y recordando la selección del chiquillo, la de sus amigos Weasley y Granger. Hasta que escuchó sollozos, él no se permitía llorar no eran suyos, de quien entonces? Estaba intentando con todas las fuerzas que le quedaba abrir sus ojos, pero sus intentos eran en vano, así sintió correr sobre su mejilla adolorida y adormecida una mano, concentró toda su atención en esos dedos que delicadamente estaban dibujando sus facciones y no pudo identificar si era que estaba muriendo o era el hecho de encontrarse conteniendo la respiración, pero se sintió increíblemente mareado y sobre sus labios pudo sentir unas pequeñas gotas saladas que identificó inmediatamente como lágrimas mientras sentía el rozar de su cálido aliento en su nariz, para sentir después deslizar una nariz contra la suya y unos labios húmedos sobre los suyos, labios que depositaban un tierno, cauto y casto beso que le hizo olvidar su dolor momentáneamente, alguien le había besado y definitivamente seguía estando vivo y esto lo sabía porque estaba siendo movido lo que le causaba bastante dolor.

Quería saber quién era, quién le había besado, quien se había atrevido, que mujer tendría las agallas suficientes para acercarse de esa manera a él, porque definitivamente tenía que ser una mujer; quién podría haber tenido el más mínimo sentimiento hacia él; quien podría estar sufriendo su pérdida, quién aún no sabía que él estaba vivo pese a que se encontraba entre sus brazos, necesitaba morir con la paz de saber que alguien además de Dumbledore le había querido, pero con un afecto distinto. Se esforzó para abrir sus ojos y esta vez lo consiguió, su vista estaba nublada borrosa y solo podía identificar una pequeña mano que en ese momento pasaba por su pecho, donde había un pequeño anillo con un corazón encima, entonces si vio forzado a caer en la inconciencia justo en el momento en que iba a elevar su cabeza y ahí acabó su conocimiento.

Ella estaba tan concentrada en tenerlo lo más cerca posible, sin saber muy bien porque lo necesitaba de esa manera y ahora él se movía en sus brazos, solo quería prolongar ese momento por tiempo indefinido; volver el tiempo atrás regresarlo para llegar a salvarle la vida, pero eso era imposible ella ya no tenía gira tiempo y el desino ya había sido jugado. La chica cerró sus ojos apretadamente, n momento los abrió con gran sorpresa él se había movido en sus brazos? Por Merlín estaba con vida y ella llorando. Una floritura de su varita los puso a ambos camino a San Mungo y al llegar se enfocó en un doctor bastante mayor y con cara de cansancio que no daba abasto entre las entradas y salidas de magos heridos; definitivamente el fin de la guerra había destrozado a muchos

-Ayuda! -gritó desesperada haciendo que el medimago se le acercara rápidamente.

El doctor movió su varita y se dispuso a atenderle, mientras la joven desaparecía para poner en orden sus ideas si es que era eso posible.