-¡Levántate!
La chica sintió como su mejilla enrojecía luego del contacto de la mano de aquél sujeto contra su rostro, se llevó su propia mano para descubrir que la mejilla le palpitaba dolorosamente, la acababan de abofetear, intentó seguir las órdenes de éste sujeto desconocido pero le fue difícil debido a que cuando había caído, producto de la bofetada, sus rodillas se habían raspado contra el asfalto y una de ellas sangraba peligrosamente.
-¡Ya basta!
Dijo la voz de otro sujeto, ambos llevaban el rostro cubierto, pero ella vió como el segundo sujeto tomaba el brazo de primer sujeto con fuerza lo apartaba de ella, los vió discutir un poco alejados de dónde se encontraba; al parecer al sujeto dos no le gustaba nada el que la hubieran golpeado.
-Nunca debemos salirnos del límite, recuerda que trabajamos con plazos, tenemos un tiempo determinado y mientras menos personas estén involucradas será mejor, no seas estúpido y ten más cuidado, no hace falta la violencia, ella no estaba dentro del plan.
¿A qué plan se referirán éstos sujetos? Se preguntaba ella, ¿dónde me encuentro? Su cabeza empezó a llenarse de preguntas mientras intentaba levantarse, observó su rodilla… si, sangraba, notó que los sujetos no se habían tomado la molestia de alejar su bolso de ella, la tomó entre sus manos con desesperación, si tan sólo pudiera encontrar su…
-¿Buscas acaso esto?- le preguntó el primer sujeto con un tono sarcástico, a pesar de llevar el rostro cubierto ella sabía que estaba sonriendo al verla tirada en el suelo mientras él le mostraba su celular- me parece que no somos tan tontos como crees, querida.
Ella se estremeció al oír cómo la llamaba.
-¡Te he dicho que la dejes en paz!- interrumpió el segundo sujeto.
-¿Qué ocurre contigo? ¿acaso te estás dejando ablandar por ésta linda muchachita P…?
-¡Cállate!- lo interrumpió el segundo sujeto mirándolo furiosamente. ¡Ésos ojos!, ella estaba segura de haberlos visto antes, pero ¿dónde?
-Tranquilo, panqueque, sólo estaba jugando un poco ¿en dónde está tu sentido del humor?- dijo el primer sujeto mientras se alejaba a su lugar de vigilancia.
El segundo sujeto, al que habían llamado panqueque, se acercó a la joven que estaba en el suelo con los ojos llenos de lágrimas que pugnaban por escapar, ésta había observado la pequeña discusión sorprendida y temerosa, realmente esperaba que en cualquier momento uno de ellos le disparara y abandonaran su cuerpo en ése lugar, por eso al verlo acercarse se sobresaltó y empezó a retroceder en el suelo con miedo.
El sujeto tomó su cartera, que había dejado en el suelo, y levantó una mano delante de él como diciéndole "Stop"
-Tranquila, mi intención no es dañarte.
-E-es- la joven se aclaró la garganta intentando quitar la nota de terror que acompañaba su voz- Es difícil de creer eso después de cómo me han traído aquí y todo lo ocurr-rrido- su voz se quebró al final con el recuerdo de lo ocurrido hacía menos de una hora.
-Sé que suena difícil de creer, pero es en serio: no te voy a dañar, ni dejar que él te dañe- le dijo mientras señalaba con la cabeza el lugar en dónde se encontraba el primer sujeto, el que la había abofeteado, levantó la cartera de ella y le preguntó.
-¿Qué es lo que buscabas?
El miedo la dominaba, pero aún así ella reunió todo el valor que le quedaba para poder pronunciar las siguientes palabras.
-Una venda para mi rodilla.
Le señaló su sangrante rodilla y él cayó en cuenta del daño que había provocado su amigo, le acercó la cartera con cuidado ya que ella instintivamente retrocedía un poco con cada movimiento de él.
-Tómala, será mejor que cubras esa herida antes de que se infecte.
Ella la levantó e intentó abrirla mientras que sus cabellos castaños caían sobre su frente ocultando su rostro que empezaba a bañarse de lágrimas, no podía controlar el frenético movimiento de sus manos y el bolso cayó regresó nuevamente al suelo, él lo tomó y buscó hasta encontrar la venda y se la entregó mientras la observaba, ella logró controlar los desaforados movimientos de sus manos y empezó a vendar su rodilla derecha mientras se le venían a la mente todos los recuerdos de ésta noche, nuevamente no fue capaz de controlar sus manos e iba a desistir cuando sintió las manos del sujeto ayudar a las suyas a terminar de vendar su rodilla, seguía temblando pero éste impulso involuntario era mejor controlado gracias a la fuerza que ponía el sujeto sobre ellas.
-No tengas miedo, te prometo que todo esto acabará pronto.
Le dijo el sujeto, el panqueque, mientras la observaba fijamente a los ojos y de nuevo ella tuvo la impresión de haberlos visto antes.
