Decir que los personajes me pertenecen, al igual que la historia. Todo fue ingeniado y construido por el cerebro de azúcar que tengo. Siendo esta unas de las muchas historias que he querido subir pero,por falta de ideas nunca subí. Obviamente, ahora es diferente y aquí se las dejo


- Génesis -


-Ellos son las pistas que me llevarán a ti, siendo yo la llave y tu alma mi tesoro.

Pronuncio como si de un hechizo se tratará en la cima de la torre más alta de toda la ciudad, donde se podía apreciar con todo lujo la metrópoli, aguardaba pacientemente siendo ignorado por los individuos humanos que en la plaza paseaban, charlaban o jugaban con sus mascotas. La enorme capa negra que cubría todo su ser,e impedía distinguir sus rasgos. El cálido y despejado tiempo atmosférico lo dibujaba como una diminuta mancha negra en un hermoso y colorido cuadro del mismísimo Monet. Que aquel ente permaneciera en el mundo humano, quería decir que habrían muchos más por los distintos escondites de la capital y probablemente en las ciudades vecinas, sí, quizá parezca un radio considerablemente pequeño, pero hay que tener en cuenta las enormes dimensiones de las tres ciudades principales. La sombra de la torre encogió cuando aquel sujeto se evaporó de su cima.


Peter estaba inquieto y le consumía vivo la curiosidad por saber cómo se tomaría Katherine, su pequeño y odioso secreto, quería contarle sin importar cual fuera el precio por dicha insensatez. Únicamente él estaba de acuerdo en contarle, dado que en su pandilla todos los demás no estaban conformes; no confiaban de lleno en su nueva novia, además a penas la conocían y contadas veces la habían visto. Para ellos no era más que una "princesita escondida en colores opacos" y Peter había enloquecido de amor cuando la vio por primera vez en un botellón que llevaron a cabo en la zona más oculta de luces de la zona capitalina de "", gracias a un amigo que casi se podía decir que era de los suyos Samuel Bradley, el mejor amigo de Kathe. Su mirada o su tono de voz honesto y dulce algo tenía la jovencita que al él le cautivo y le seguía hacer sentir apresado en su joven e infanta belleza.

Le había costado que este Sábado la dejarán ir a su casa, pues sus padres eran muy estrictos y no veían de buenas formas el que su querida y santa hija fuera a la morada de su novio teniendo solo 14 días de noviazgo, tras suplicas y promesas relacionadas con la virginidad y los estudios, lograron que Katherine Jade saliera de sus cuatro paredes rumbo a la vivienda de su novio Peter Sheppard. El camino desde su casa hasta "Lagoon" fue muy tardío y aburrido, pues su padre no habló de nada con su hija, iba concentrado en tomar las direcciones correctas.

-Estamos por…-La ojicastaña iba hablando por su móvil mirando a través de la ventanilla en busca de alguna señal que le indicara su situación actual-No sé donde estamos, Peter, nos hemos perdido

-Ese muchacho se ve que no es de aquí-gruño su acompañante-no sabe dar indicaciones

-Esto pasa por pretender llevarme a su casa

-No pienso dejarte ir en tranvía

-Y por eso nos perdimos… - le miraba de soslayo con cierta molestia

Al otro lado del teléfono móvil se oyó un suave gimoteo por parte de Peter, ella trató de sonar lo menos ansiosa posible

-¿Qué tal si me dejas al frente del supermercado de la avenida Miracles, papá?

-Dígale pues que la esperé allí

Cedió al fin el escrupuloso de su progenitor, su novio acato y corrió hacía el único supermercado que quedaba en la avenida donde le había propuesto Kathe, quién estaba ahora nerviosa conocía muy bien cuál era la finalidad de todo esto. Wilmar, pretendía que su yerno subiera al coche y le guiara hasta su morada, para así saber donde recogerla cuando tocara las 20:00 p.m, la avenida estaba atravesada por una mediana que conformaba las dos rutas del tranvía y constaba con dos carriles en ambos laterales para los automóviles, aprovechando el semáforo en rojo pararon sin más, justo en la entrada del supermercado donde esperaba Peter y un joven de unos 18 años considerablemente alto, rubio acastañado de cabello liso hasta los hombros y de ojos suavemente azules, se asemejaban al cielo en sus días más fríos, llevaba la capucha de su chaqueta negra, unos vaqueros rotos azules oscuros y unos tenis negros de detalles blancos, en su rostro se dibujaba una sonrisa cautivadora y su mirada era astuta.

-Em.…¡Peter!Ven corre y sube al coche-Dijo

Estaba apoyada en el capó del coche con el antebrazo y una mirada sagaz

-¿Puede subir mi amigo también?-Pregunto con prisa al piloto del auto, que se limito a asentir con la cabeza

-Gracias- agradeció de corazón el rubio

No tenía gana alguna de ir a casa de su amigo andando así que subió enérgico al coche seguido de Peter que trataba de dar indicaciones lo mejor posible, Katherine evitaba reír pero era totalmente incapaz de esconder la sonrisa tras notar el nerviosismo del joven al hablar y el de ojos celestes parecía distraído mirando por la ventanilla. El lugar al cuál se dirigían era un conjunto de grandes bloques que formaban un enorme rectángulo, todos separados unos de otros por un pequeño espacio formado por una diminuta parcela de matorrales, en su zona central tenía un pequeño parque para niños y cuadrados jardines de palmeras y arboles de tamaño medio, y para llegar al bloque 36 debían pasar una especie de pasillos que no daban mucha confianza a altas horas de la noche.

-Llámame cuando me vengas a recoger, ¿vale?- Dijo antes de bajar del automóvil al unisonó con sus dos compañeros.

Miró al coche arrancar y alejarse mientras Peter se andaba al lado del rubio, que miro hacia atrás durante unos instantes hipnotizándola con su mirada y esos sublimes ojos. Por inercia corrió hacía ellos, posicionándose en un costado de su novio que le tomo de la mano y le dio un beso en la coronilla; ambos andaban a grandes zancadas, por momentos le costaba seguirles el ritmo y tenía casi que trotar, y el de ojos hipnóticos volvió a mirarle sumiéndola de nuevo en un relativamente corto sueño que duró sólo unos dos segundos.

-Tienes unos ojos muy bonitos

-Gracias, me lo dicen siempre

El tono ciertamente presumido con el que lo dijo le pareció curioso a Katherine, no parecía el típico chico engreído de ojos claros que se luce ante los demás por su atractivo

-Kathe, él es Moisés Nightblue. Moi, ella es Katherine Jade-se apresuro a decir Peter

-Es un placer, Jade

-El…placer es mío

-Peter, ¿cuánto lleváis juntos?- pregunto curioso Moisés

-¡Dos semanas juntos!

Dijeron al mismo tiempo, Katherine & Peter, ambos se miraron y con una sonrisa que ruborizo a la menor llegaron hasta la entrada del bloque 36. Peter, quien hacía poco había cumplido los 18 era de altura media y poseía el cabello castaño oscuro y los ojos verdes, su tez era pálida y se hacía de notar aún más por la camiseta negra con estampado de alguna banda de rock desconocida para su novia, como era típico en el llevaba sus tennis rojos con líneas en negro y blanco a los laterales; unos tejones azul desgastado; qué decir de su peinado, tenía el cabello largo y lizo, solía ocultar su ojo izquierdo, no es que fuera atractivo ni mucho menos, pero tenía ese "algo" que atraía a las mujeres. Los tres subieron las escaleras con prisas como si fueran perseguidos por un inexistente peligro.