#Rota

Eran las doce y media pasadas. Era una noche tranquila como cualquier otra y el último grupo de estudiantes se había marchado hace minutos. Ella siempre era de las últimas, le encantaba quedarse hasta bien entrada la noche porque así el silencio era sepulcral en la enorme biblioteca. Como era un internado para adolescentes, el bibliotecario de turno siempre se marchaba antes del anochecer, los alumnos ya eran mayorcitos para necesitar uno las veinticuatro horas del día. Esa noche la chica estaba en el momento equivocado y en la hora equivocada, menos para los tres desconocidos que entraron silenciosamente para sorprenderla. Habían visto a la chica, la conocían de vista, los tres eran amigos y hablaban de lo bonita que les resultaba aquella chica morena de pelo castaño y pecas. Sabían su nombre, no completo, y por desgracia de ella, que siempre se quedaba hasta muy tarde estudiando. Uno de ellos le tapó la boca mientras el otro le cubría los ojos, cuando esta le mordió para defenderse, otro le amordazo la boca con una corbata. Ciega y muda aun intentaba luchar contra sus agresores, pero lo único que logro fue que le ataran las muñecas.

"esta buena ¿eh?"

"con tanta ropa no sabría decirlo"

"¿a qué esperamos entonces? Vamos a follarnosla"

Le abrieron los botones de la camisa, le quitaron toda la parte baja hasta dejarla desnuda. Uno la sujetaba y la abría de piernas mientras el otro se bajaba los pantalones y los calzoncillos, y el tercero grababa con su móvil a la espera de su turno. Primero uno, luego otro, a la vez, y así sucesivamente. Cuando terminaron la dejaron tirada en el suelo magullada. Se fueron sin decirle nada, sin amenazarla, pensarían que no era necesario, que la vergüenza era suficiente para dejarla asustada y callada para el resto de su vida. Y así fue. Horas más tarde la señora de la limpieza que limpiaba los lavabos la encontró llorando, le pregunto si estaba bien, no lo estaba ya que su uniforme lucia raro como si la hubieran tironeado por todos lados. Al final respondió que su novio la había engañado y que se había peleado con la otra chica y que por eso lucia así de mal. La señora la creyó, no sabía que la chica mentía, que no había ningún novio, que no había ocurrido tal pelea y que nunca contaría la verdad a nadie. La habían roto.