Lo siento
Era más de medianoche, cuando Ron, Harry y Hermione terminaron de cenar en la carpa.
Luego de dos días sin comer, Hermione había aceptado entrar furtivamente a una casa muggle y sacar algo de comida (después de dejar algo de dinero, por supuesto).
Estaban muy, muy cansados y luego de un atracón de huevos revueltos, a los tres se les cerraban los ojos de cansancio.
-Creo que hare la primera guardia-musitó Harry mientras se levantaba y reprimía un bostezo.
-Harry creo que sería más conveniente que yo la haga-replicó Hermione, alzando las cejas.-Luces muy cansado y...
-Estoy perfectamente, Hermione-replicó Harry embozando una sonrisa, y se dispuso a salir.
Pero de repente y sin previo aviso, la carpa , los rostros de Ron y de Hermione ,desaparecieron y la cicatriz de la frente le ardió furiosamente al tiempo que todo su entorno se desvanecía.
Se hallaba de pie ante un edificio muy familiar.
Que tonto había sido.
¿Como era posible que no se le hubiera ocurrido un plan así? a él, a Lord Voldemort, el mago más grande de todos los tiempos. Era tan obvio...
Severus había mencionado que Potter estaba enamorado de una Weasley.
Ese detalle le había parecido menor. Solo demostraba que su enemigo poseía las mismas debilidades que cualquier humano, que cualquier mortal.
Pero él estaba muy lejos de ser un simple mortal. El, había desafiado los límites de la magia oscura y había alcanzado el tesoro mas soñado por el hombre: la inmortalidad.
Y esa muchacha, esa despreciable traidora a la sangre...Su muerte no sería de relevancia y el mundo mágico le agradecería por haberlos liberado de semejante contaminación a la sangre.
Con este nuevo plan, que no admitía fallas, conseguiría destrozarle el corazón a Potter y acabar con él, al mismo tiempo.
Sonrió de solo imaginar el rostro de su enemigo, contorsionado por el dolor y luego su mirada inexpresiva, sus ojos en blanco...
Introdujo la mano en su túnica y saco una botellita de vidrio y mediante magia convoco a una escoba. La pequeña botellita de contenía poción multijugos.
Lucius Malfoy le había proporcionado algunos cabellos de Harry, conseguidos la noche en que el muchacho cumplió 17 años.
Vertió estos cabellos en la poción, que se tiño de un color dorado. La bebió, no sin asco, y al cabo de unos segundos, se había transformado en su peor enemigo.
La muchachita Weasley debía de pertenecer a Gryffindor como su despreciable familia.
Paso una pierna por encima de la escoba y se elevo en el aire.
Se dirigió hacia la torre de Gryffindor y se asomo por la ventana. La abrió con cuidado y entro por ella.
No le costó trabajo reconocer a la niña. Su llamativa melena, se hubiera visto a kilómetros de distancia.
Le tapo la boca con la mano y Ginny Weasley despertó muy sobresaltada.
Sus ojos color miel se abrieron desmesuradamente al creer que era Harry quien la estaba observando.
"Necesito que vengas conmigo "susurró con la voz de Potter.
Ginny no lo pensó dos veces y se subió a la escoba con Voldemort.
Pero un vez que llegaron a tierra firme, él elimino los vestigios de la poción multijugos y la apunto con la varita antes de que ella tuviera tiempo de reaccionar.
De su varita salieron cuerdas que la ataron firmemente las manos, los pies y le taparon la boca.
La obligo a desaparecer con él, no sin antes quitarle la varita mágica.
Aparecieron en un patio de aspecto deprimente, en medio de una pequeña isla.
El patio estaba rodeado de celadas vacías.
Azkaban.
Lo único que quedaba por hacer era esperar a que amaneciera. Luego les enviaría un mensaje a la familia Weasley diciendo que la había secuestrado, a ella, a Ginny.
Si Potter se ponía en contacto con los Weasley vendría a buscarla, pero para entonces ella ya estaría muerta y el pronto le haría compañía.
Y si no se comunicaba, la mataría igual, ya que Potter se enteraría algún día y volvería a buscar venganza. En ambas opciones, Potter, moriría y... Sufriría, también.
Harry volvió en sí, muy sobresaltado. Se había desmayado y desplomado sobre el frio suelo de la carpa.
Con la caída, se le habían caído las gafas.
Al ponérselas noto que entre el sudor que empapaba su rostro, también se encontraban las lagrimas.
Se las seco lo más rápido que pudo para que ni Ron ni Hermione, arrodilladlos a su lado, se dieran cuenta de que había estado llorando.
Se sentía realmente mal como si tuviera fiebre y la cicatriz le latía furiosamente, con un dolor agudo, demasiado conocido.
Giro hacia un costado y vomito. Ron le puso una mano en el hombro, preocupado.
-Que sucedió, Harry? ¿Qué fue lo que viste?
-Ginny...Ginny -Balbuceo Harry con la voz entrecortada.-La tiene...debo ir...a buscarla...
- ¿QUE? ¿COMO QUE LA TIENE? ¿DONDE? ¿QUE ES LO QUE VISTE?- Las exaltadas preguntas de Ron y Hermione lo aturdieron aun mas, mientas sus amigos ayudaban a Harry a acostarse en la parte inferior de la cucheta.
Harry les conto muy entrecortadamente, todo cuanto había visto y oído en su pequeña incursión a la mente de Voldemort.
Cuando termino, los tres guardaron silencio. Harry se froto la cicatriz, al mismo tiempo que notaba como el dolor disminuía. Por fin Hermione rompió el silencio.
-¿H-Harry...? ¿Y si...sucedió lo mismo que con...Sirius?-Susurro ella vacilante.
-¿Y si no? ¿Debo dejar que muera?-hizo un ademan de levantarse pero Ron lo volvió a empujar contra la almohada.
-Harry, creo… creo que Hermione tiene razón.-Dijo despacio Ron. Pero al ver que Harry iba a replicar, dijo.-Mira esta vez, El Innombrable, piensa mandar un mensaje a mis padres. Nos comunicaremos con ellos y si es verdad, iremos en su búsqueda. Ahora intenta dormir y mañana a primera hora nos comunicaremos.
-Ahora no podemos hacer nada, Harry. Por favor no intentes nada, esperemos hasta mañana. Será lo mejor. Si es verdad, iremos, no lo dudes, pero en compañía de la orden. No podemos solos. -Añadió Hermione. Harry asintió con la cabeza, admitiendo la derrota.
Ron subió a al aparte superior de la cucheta y Hermione se apresuro a salir a hacer la guardia.
Harry, muy frustrado, se dejo caer entre las almohadas.
Al poco tiempo se comenzaron a oír los ronquidos de Ron, lo que indicaba que su amigo se había quedado profundamente dormido.
Pero Harry ni había pensado en dormir. Su mente era un torbellino de pensamientos, todavía aturdidos por la conmoción.
Voldemort no se arriesgaría a pensar en mandarle un mensaje, ya que era una forma muy evidente de comprobar si lo sucedido era cierto. Debía de ser cierto .No iba a dejar que a Ginny le pasara nada por su culpa.
Tampoco dejaría que pasara lo mismo que con Sirius. Esta vez debía ir solo y comprobar si era cierto.
Se incorporo con cuidado, para no hacer ruido. Luego se acerco al bolsito de cuentas de Hermione y extrajo: su capa para hacerse invisible, la varita de endrino, la espada de Gryffindor (por si encontraba a nagini), una pluma, tinta y un pergamino.
Ron y Hermione se merecían una despedida y una explicación. Confiaba en que algún día pudieran perdonarlo.
Los echaría mucho de menos.
Mojo la pluma con tinta y comenzó a escribir:
Queridos Ron y Hermione:
Lo siento mucho .Espero que algún día puedan perdonarme
por haberlos dejado en esta oscuridad tan inmensa y con la gran
responsabilidad de destruir los Horrocruxes, para ustedes solos.
Pero tiene a Ginny, que es una de las cosas más importantes
y hermosas que me paso en la vida. Es el sentido de mi vida.
No podre sobrevivir sin ella. Sé que si muero al intentar
salvarla, moriré feliz, porque sé que ella estará bien.
Díganle que la amo, y expliquen lo de los Horrocruxes. Pídanle
que los acompañe. Los voy a echar mucho de menos.
Por favor, no me sigan. El mundo mágico los necesita.
Ron, cuida mucho a Hermione por mí.
Los ama
Harry
Espero que les haya gustado mucho, mucho
.Me harían muy feliz si dejan sus comentarios que me van a dar fuerza para continuar esta historia!
Es mi primer fic... que emoción... no estaba muy segura de publicarla pero...
ya veremos. Por otra parte...
¡JURO SOLEMNEMENTE QUE MIS INTENCIONES NO SON BUENAS!
