Al instituto de Forks llega una nueva estudiante no muy común. Su piel pálida y ojos color topacio atrajeron la atención del alumnado y sobre todo de uno en especial: Edward Cullen. Aquella joven era un tanto misteriosa para él. (Lean porfa)

"Hoy seria un día aburridamente normal"- se decía Edward Cullen cada mañana al despertar para ir al instituto de Forks.

Todos los días, de lunes a viernes era la misma rutina de siempre: ducharse, vestirse con un conjunto de ropa que le prepara Alice todas las noches antes de dormir, salir de la habitación y encontrarse a Emmett en el pasillo y recibir el revoloteo de cabello habitual, desayunar con su familia compuesta por siete integrantes: Esme, Carlisle, Alice, Jasper, Rosalie, Emmett y finalmente, Edward.

Edward Cullen, al igual que sus hermanos, es adoptado desde prácticamente casi toda la vida; desde que su padre murió de un paro cardiaco y su madre había muerto de un accidente de auto.

Los cinco hermanos se montaron a un flamante Volvo plateado, que se encontraba frente a la hermosa casa blanca de tres pisos con un hermoso jardín cuidado por Esme Cullen.

Las clases transcurrieron con normalidad para Edward Cullen; pero mas sin embargo, algo había cambiado definitivamente al notar que todas las personas presentes en la cafetería del instituto de Forks, susurraban y volteaban a ver a una mesa donde que no era específicamente la de los Cullen.

-¿Por qué todo mundo estará actuando raro?- preguntaba Jasper.

-Al parecer, hay una chica nueva- decía Rosalie quitándole importancia.

-Sí, se llama Isabella Swan. Hija del jefe de policía de Forks- confirmaba Alice.

-Y al parecer, es el nuevo centro de atención- dijo Emmett fijando su vista en la mesa donde se encontraban Jessica Stanley, Angela Weber, Mike Newton, Lauren Mallory y otros chicos; pero específicamente, Edward Cullen se había fijado en un cabello largo y ondulado color marrón, que caía como cascada por la espalda de una joven realmente pálida que estaba de espaldas. Edward Cullen no había logrado reconocerla; pero enseguida supo de quien se trataba.

Isabella Swan, al estar de espaldas, no había notado la presencia de los Cullen, que la miraban fijamente. Ella se sentía incomoda al estar rodeada de tanta gente; pero sobretodo, de tantas miradas que los varones del instituto le lanzaban a ella.

Se escucho la campana, anunciando el final de la hora del almuerzo y enseguida la cafetería se iba vaciando poco a poco. Angela había ido con Isabella al aula de biología, ya que también le tocaba esa clase a ella.

Edward Cullen ya estaba en el aula de Biología, revisando los apuntes de la clase anterior. Todos en el aula estaban charlando animadamente y de un momento a otro, el aula se inundo en un profundo silencio por parte del alumnado. En el umbral de la puerta se encontraban el Profesor Banner, Angela Weber e Isabella Swan. En silencio, Angela Weber se dirigió hacia un asiento vacío que se encontraba al lado de una chica rubia. El profesor se dirigió a su escritorio con Isabella detrás de él; Isabella le entrego un papel al profesor y éste lo leyó.

-Alumnos, hoy se integra en nuestra clase Isabella Swan- dijo el profesor Banner parándose y dirigiéndose al frente de la clase.

Edward Cullen dirigió su vista hacia el frente y se topo con unos profundos ojos color topacio. El profesor le indico a Isabella el asiento vacío a un costado de Edward Cullen e Isabella se dirigió hacia el asiento no muy segura de querer compartir mesa de trabajo con aquel chico.

La clase transcurrió con anormalidad para Edward, ya que ahora tenía compañera de trabajo en la clase de biología. Una compañera bastante rara a decir verdad. Una compañera rara de la cual ya sentía curiosidad al solo conocerla de vista.

Isabella Swan se removía en su asiento, incomoda ante la mirada de reojo de su compañero de clase; lo único que pudo hacer fue cubrir su cara con una cortina de cabellos, haciendo que Edward Cullen entendiera lo incomoda que se sentía al estar al lado de él; pero aun así, Edward Cullen siguió viéndola por el rabillo de su ojo.

Edward, al escuchar la campana sonar, volvió su mirada hacia el asiento de su compañera, el cual ya estaba vacío. "que rara es esta chica. Acaba de sonar la campana y ella ya se había ido." Pensaba Edward.

Isabella Swan entro a las oficinas del instituto para entregar la hoja de las asistencias de las clases y también para cambiar de clase de biología por otra.

-Lo lamento, todas las clases están llenas- decía la secretaria, mitras se escuchaba la puerta de vidrio abrirse –Creo que tendrás que conformarte con Biología

-Supongo que tendré que aguantarlo- murmuro Isabella para si misma pasando al lado de Edward Cullen, quien acaba de entrar y había alcanzado a escuchar lo que murmuraba Isabella.

La hora de salida había llegado y Edward Cullen estaba algo decepcionado por darse cuenta que Isabella Swan no estaba con él en ninguna otra clase, además de la de biología. En el aparcamiento del instituto, se encontraban sus hermanos esperándolo al lado del Volvo. De repente, un estruendoso ruido atrajo la atención de Edward Cullen y enseguida diviso una pick up color rojo desgastado; en el asiento del conductor diviso una cabellera color marrón, y enseguida supo de quien se trataba.

-Tierra llamando a Edward, ¿me escuchas?- decía Alice con los brazos cruzados.

Edward hizo caso omiso.

Jasper le dio un codazo en las costillas a Edward y éste reacciono.

-¿Qué decías?- pregunto Edward a Jasper aun distraído.

-Alice te estaba hablando- Jasper le hizo un gesto con la cabeza señalando a una Alice cruzada de brazos.

-Edward, algunas personas tenemos mejores cosas que hacer además de estar embobado viendo a la chica nueva.- espeto Alice.

-No estaba embobado viéndola- objetaba Edward.

-Claro y yo odio ir de compras ¿cierto?- pregunto Alice sarcástica.

-No seas absurda

El resto del día transcurrió con normalidad para los Cullen, a excepción de de Edward. Él seguía pensando en aquella chica tan rara y antisocial que quería cambiarse de clase por culpa de él. "¿Qué hice para que ella quisiera cambiarse de clase?" se preguntaba Edward.

Edward Cullen estaba dispuesto a preguntarle a Isabella Swan cual era su problema y exigirle una explicación; pero no apareció por el instituto al día siguiente.

Conforme pasaban las clases, Edward comenzaba a sentir una angustia inexplicable ¿Era posible que con solo conocer a una chica un par de horas, de la cual no sabias nada, podrías sentir angustia al no verla? Era imposible, total e irracionalmente imposible.

Al llegar a casa, Edward Cullen se encerró en su habitación, que se ubicaba en el tercer piso de la casa. Todo el día se la paso escuchando música clásica; en sus pensamientos, siempre aparecía una cabellera larga y ondulada, color marrón y unos penetrantes ojos color topacio…

Edward Cullen se paro de golpe "No puedo estar pensando en ella, es ilogico" se decía Edward. Se dirigió escaleras abajo, corriendo prácticamente; salio de la casa, dejando a unas aturdidas Esme y Alice al notar su comportamiento. Él se monto en su Volvo y se fue quemando llanta por todo el pueblo, hasta llegar a las afueras de Forks. Dejó su auto aparcado a la orilla de la carretera y se fue caminando por el bosque sin lugar a rumbo. Alrededor de una hora, Edward había llegado a un claro hermoso para él; coloridas flores, árboles enormes en los alrededores y el sonido de la naturaleza fue lo que a él le atrajo. Comenzó a caminar por el prado y se paro en seco al notar en las sombras de los árboles una cabellera larga y ondulada color marrón…

Isabella Swan se encontraba hincada frente a un árbol de aquel hermoso prado que había encontrado el pasado fin de semana, antes de haber entrado a su primer día de clases en el instituto de Forks. Isabella volvió su mirada por encima de su hombro al escuchar el crujido de una de las ramas tiradas. Ella enseguida se paro y comenzó a caminar en dirección contraria a la persona que se encontraba ahí.

-Espera- le decía una aterciopelada voz

Ella lo ignoro y comenzó a correr entre los árboles…

Edward también comenzó a correr, tratando de alcanzarla; pero desistió al notar que la había perdido de vista.

Al día siguiente, Edward llego al instituto con la esperanza de que Isabella viniera. Él no la había visto en ninguna de las clases de las primeras horas, ni tampoco en el almuerzo. Al llegar a la clase de biología, todas sus esperanzas regresaron al encontrarla sentada en la mesa de trabajo que compartían. Él se dirigió hacia la mesa con una sonrisa torcida de lado.

-¿Por qué no viniste ayer?- le pregunto él.

Ella no contesto, estaba con su nariz pegada a un libro.

El resto de la clase, Edward intentaba hablar con Isabella, pero ella lo evadía. Cuando por fin, el sonido de la campana anunciando el final de las clases del día, Edward fue corriendo lo más rápido que le permitieron sus pies, hacia la salida; quería hablar con Isabella Swan. En el aparcamiento del instituto, logro divisarla; ella se dirigía hacia su monovolumen y Edward fue tras ella.

-Isabella, espera- le grito Edward. Ella se volvió y rodó los ojos al verlo dirigirse hacia ella.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunto ella una vez que Edward había llegado hacia ella.

-Quiero pedirte una disculpa- ella lo miro extrañada.

-¿Por qué?...

-No se lo que te haya hecho para que tu quisieras cambiarte de clase, pero aun así, quisiera que me perdonaras. No era mi intención hacerte sentir incomoda ni nada por el estilo

-Mira, tengo mis razones para quererme cambiar de clase de biología y sinceramente no eres tú la razón.- respondió ella, no muy segura de lo que decía, montándose a su monovolumen.

-Se leer las expresiones de las personas y se que estas mintiendo- la acuso

-No me conoces lo suficiente como para saber si estoy mintiendo o no.- entonces Isabella echo arrancar el auto.

Edward se quedo ahí parado sin decir o hacer algo "Entonces, si no era yo la razón ¿Por qué habrá solicitado el cambio?" se preguntaba mientras veía como desaparecía el monovolumen de su vista.

Al llegar a casa, Edward trato de no encerrarse en su habitación ya que había el riesgo de que él comenzara a pensar en Isabella; así que para entretenerse y no pensar en eso, decidió leer Orgullo y Prejuicio. De repente, el recuerdo de Isabella leyendo un libro se le vino a la mente. "Es absurdo que aun así piense en ella" se reprendía Edward.

Los días pasaban y Edward Cullen aun no encontraba la forma de descifrar lo que le sucedía a aquella muchacha; ella era un tanto misteriosa en todos los sentidos: No tenia amigos a excepción de Angela Weber, su vestimenta siempre era de colores obscuros, en clase era muy callada, cada vez que un chico se le acercaba, ella trataba de rehuir de ese lugar y nunca la veía que comiera algo en la hora del almuerzo. Lo único que Edward Cullen sabía de Isabella Swan era que vivía con su padre el Jefe de Policía de Forks y que anteriormente vivía en Phoenix, Arizona con su madre, su padrastro y su hermanastro, los nombres los desconocía.

Eso es todo lo que se me ocurrió para el primer capitulo, espero que les guste.

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