Heeeey, humanos del planeta tierra :D bueno, este no es mi primer fanfic, pero sí el primero de Death Note.
Sé que todos ustedes comprenderán que DN es algo un poco difícil de fanficear, ya que los personajes tienen toda una historia y son bastante complicados, pero creanme que estoy haciendo mi mejor esfuerzo.
Espero que lo lean y les sea de su agrado.
Disclaimer: Los personajes de DEATH NOTE AÚN no me pertenecen.
Una soleada mañana de verano. Sábado.
Niños y niñas habían salido al patio delantero de Wammy's House a jugar, aprovechando el buen clima. Todos excepto una pequeña niña que los veía desde la ventana de su habitación.
Jeannine Lodge – mejor conocida por su seudónimo, Hanni - se separó del vidrio y se tumbó en su cama, mientras unas lágrimas corrían por sus rosadas mejillas.
Tomó el papel que se encontraba en su mesita de noche y lo releyó una y otra vez. Aún no podía creer que eso le estuviera pasando a ella.
DIABETES: POSITIVO.
Arrugó el papel hasta hacerlo una bolita y lo arrojó con fuerza hacía el otro lado de la habitación.
Todo había comenzado un mes atrás, cuando llegaba la época de calor – la cual Jeannine odiaba – y había empezaba a tener los síntomas.
Ella se rehusaba a ir al doctor. Le decía a Roger que no tenía que preocuparse. Era normal tener sed con el calor que hacía, y lógicamente después de tomar toda esa agua tenía que ir varias veces al baño.
Pasaban las semanas y comenzaba a perder peso de la nada, le venían nauseas y vómito.
Después de eso, sin importar cuantas patadas soltara y cuantas veces se negara, Quillsh y Roger la llevaron al doctor.
- ¿Me voy a curar? – preguntaba Hanni, preocupada.
- Me…me temo que no por ahora, cariño – decía Watari, tratando de ponerle el tono más dulce a su voz. Decirle a una niña de 10 años esa clase de cosas no era sencillo.
No volvería a comer dulces, ni pastel ni helado cuando quisiera. Tendría que estar bajo estricta dieta, aparte de tomar medicina y sacarse sangre constantemente.
Aprovechó ese momento a solas para llorar sin que nadie la viera y poder descargar toda esa frustración.
Alguien llamó a la puerta, pero ella no se molestó en atender.
Cuando volvieron a tocar ella calló sus sollozos y se volteó, dando la espalda a la puerta. Se haría la dormida. No tenía ganas de hablar ni ver a nadie.
- Hola – saludó alguien desde la entrada, que a juzgar por aquel rechinido había logrado violar la cerradura y entrar.
Hanni no respondió.
- Sé que estas despierta – la voz definitivamente no era de un niño de Wammy's, pero tampoco era la de los directores o algún maestro – te he escuchado llorar.
Hanni no se movió de su posición. Escuchó unos pasos que se acercaban y luego el peso de alguien más en el colchón.
- Watari me dijo que viniera a hablar contigo – decía el extraño – ¿Por qué no estás afuera jugando?
Lentamente se hincó en la cama y se dio la vuelta para encarar al desconocido.
Era un muchacho mayor que ella. Tez blanca. Alto, aunque su encorvada espalda le restaba centímetros de altura. Tenía una larga y despeinada cabellera negra que escondía unos enormes ojos oscuros.
Se había sentado en la cama de una manera muy extraña, con el pecho pegado a sus rodillas, posando las manos en ellas.
- Me llamo L – se presentó el joven, ya que notó algo de desconfianza en la mirada de la pequeña.
- Yo Hanni – se enjugó las lágrimas y trató de dedicarle una sonrisa a L.
Watari siempre decía que sonreír cuando te presentas es de buena educación.
- Ahora – comenzó L - ¿Vas a contarme porque una bonita niña como tú estaba llorando?
¡Espero que les haya gustado! Recuerden que este apenas es el primer capitulo, y que se pone más interesante conforme avanza la historia :D Pero estoy segura que no fue tan malo y que mi esfuerzo merece algún review por ahí ;-;
¡Nos vemos en el próximo capitulo!
