Descargo de responsabilidad: Katekyo Hitman Reborn no me pertenece, si no a su creadora Akira Amano que fue tan cruel de dar un final así :|
Resumen: Hibari Kyoya no sabe que es padre.
Las cosas que no importan
Makoto nunca supo lo que era tener un padre. Makoto piensa, nunca le hizo falta uno. Los veía en la televisión, en esos programas donde abundan las familias perfectas, donde la sociedad te da un modelo a seguir para sus propios fines, donde todo es sugestión. Y no, no le ha hecho falta, ella y su madre viven muy bien solas. Eso piensa.
Cuando aun era pequeña y apenas estaba conociendo el mundo recuerda ver a sus compañeros del jardín de infantes siendo recogidos a la salida por su mamá o papá, a veces ambos. Ella, se quedaba un par de horas más; coloreando, recortando, moldeando, casi siempre sola. A veces, se quedaba con ella Maya, hija de una maestra, también esperando a su mamá. Le agradaba porque no era egoísta y caprichosa como los otros, ni hablaba mucho, no hacia ruido y sobre todo porque casi no se notaba su presencia. Y un adicional, la hacía saber, no estaba del todo sola.
Su mamá trabajaba todo el día, tenías dos empleos y no podía llegar por ella a la hora común, resultaba más conveniente pagar horas extras que quedarse sin la paga de uno. Iba por ella en la hora libre que separaba ambos trabajos, la dejaba en casa, sin niñera, porque eran caras y quién sabe que podrían enseñarle. Así paso su infancia, en la escuela a deshoras, sin casi ningún amigo, con una familia minúscula y sola en casa. No le importaba, siempre disfruto la soledad, eran intimas.
Tampoco le reprochaba nada a su madre. Desde pequeña entendió que lo hacia por ella y para ella, que era lo más importante en su vida. Ahora lo piensa y sabe que es verdad pero nunca lo comprendió del todo hasta ese momento, sólo era una frase mecánica que se memorizo.
Y ahora, también lo piensa y cree entender un poco de qué la llevo a pegarle a una de sus compañeras de secundaria, tal vez fue que le guardaba cierto resentimiento cuando veía a su padre llegar por ella y comprarle cosas, tal vez que tenía a su madre en casa para consolarla de cualquier estupidez que creyera acabaría con su mundo-rosa-adolescente o el que le dijera que su madre era una puta promiscua que se embarazo a los 17 años de algún drogadicto patán. Tal vez fueron todas esas cosas juntas agregándole que tal vez podía tener razón, ya que ni ella misma sabía quién era su padre.
Sucedió en un día de excursión, donde todos solía ir con el entusiasmo por los cielos, donde todos reían con sus amigos y donde se hacías las parejas de enamorados. Ella era una de las rezagadas, sólo tenía una amiga: Eri, y a veces no le gustaba del todo su presencia constante. Era fría y tenía una mirada que le causaba incomodidad a varios y miedo a otros, nunca tomo en cuenta las miradas que le dirigían los chicos, tampoco las que le dirigían las chicas, aunque sabía por su amiga que no eran gratas; les fastidiaba que los hombres la consideraran atractiva siendo tan "anormal". Una más de las cosas que no le importaban.
Yuko, la chica de la familia sudo-perfecta, se sentó frente a ella con su novio en turno, todo hubiera ido bien, sólo hubiera terminad de comer y se retiraría un poco hastiada de ver a personas tan huecas tanto tiempo frente a ella, se hubiera ido a dormir al pasto que se miraba bastante cómodo, aprovechando que comían al aire libre y olvidaría el mal humor. Pero el tonto noviecillo de la Barbie asiática tenía que abrir la boca y decir su estupidez Mako, tus ojos son grises, que bellos! Eso desato además de los celos, la histeria de su domadora. Hizo comentarios despectivos, los ignoró, hizo insinuaciones desagradables respecto al mestizaje, también los ignoró, le hablo directamente acerca de los embarazos prematuros, ignoro, le dijo que su madre era una puta promiscua que se embarazo a los 17 años de alguno de los tantos patanes drogadictos con que se acostaba. Le soltó un golpe, la piel de la mejilla se sintió tan bien bajo sus nudillos que dio otro, entusiasmada por la facilidad de su talento apenas descubierto, se le fue encima sin dejar de asestar golpes. Todos paralizados por lo rápido de los acontecimientos no supieron como reaccionar, hasta que oyó los gritos de Eri paro por uno momento, fue entonces cuando los profesores prácticamente se le abalanzaron para detenerla y poder proteger a la victima.
La expulsaron del instituto, demandaron a su madre, perdió uno de los dos trabajos, ya no pudieron sostenerse económicamente. Era hora de volver con los abuelos.
Casi nunca los veía, aunque vivieran relativamente cerca, el pueblo vecino más específicamente. Por lo que sabe, su madre, al momento de embarazarse, asumió la responsabilidad y la deshonra, y se fue por su propia cuenta a vivir lejos de las miradas juzgadoras. Los abuelos no se opusieron, eran parte de una familia con historia, tradición y moral intachable. Eran respetados en el pueblo (que ya desde hace varias décadas no era pueblo, pero ese tipo de familias seguirán llamándole así a pesar de todo) tenían, convenio y buenos tratos con las familias más respetables e influyentes de Japón, aunque eran más bien sólo formalidades, porque ellos no poseían ya poder, ni estatus para poderse codear al nivel con dichas familias. Y precisamente con eso tenía que ver la gran deshonra que hizo su madre. Los abuelos estaban prácticamente ofreciéndola a una familia de Namomori, el plan era que se casara con el heredero del Clan y volvería la gloria a la familia. Tenían la victoria virtualmente. Pero mamá, se embarazó de ella y jamás dijo el nombre del padre.
Se supone los abuelos la habían perdonado, pero aun insistían en saber el nombre de quién se atrevió a echar por la borda el asenso de la familia. Con todo y eso, se mudaron a Namimori.
Nunca había estado en el lugar natal de su mamá. Los abuelos eran quienes las visitaban, su progenitora no había querido volver. Pero ahora estaban ahí y desde el primer momento en que toco el suelo percibió la comodidad, la paz.
En ese momento debió haber sabido de qué ese lugar no le traería nada bueno.
Me encuentro en un tipo de bloqueo mental y físico(por la universidad) que me hace incapaz de terminar alguno de los fic's que he comenzado a escribir, las ideas están ahí flotando sin que las pueda pescar y poner en un documento de word y eso es muy frustrante. Tengo un par de historias que muero por acabar y publicar, pero soy incapaz, pobres bebes. Y por eso es que publico esto que tenía abandonado desde hace casi un año. Por qué, quién sabe. Tengo su continuación, aun sin corrección(no es que este capitulo este del todo corregido) y dependiendo de la respuesta es como veo si lo subo o dejo las cosas así, aunque la aclaración de todo esta en el siguiente capitulo. Y también en parte porque veo el fandom un tanto abandonado, y no, no hemos muerto!
Ya saben, me encantan sus comentarios.
