1. ¿Y la noche se hiso para qué?

En una de las tantas cuevas de Canterlot, una bella noche de otoño, dos criaturas completamente distintas tomaban posiciones graciosas frente a su entrada; un pony terrestre color café y un dragón color azul con blanco permanecían en posiciones extrañas, parecía que sostenían algo.

-¿Qué tanto están esperando?, casi no puedo sostener esto más tiempo-. El pony café estaba sosteniendo una palanca, parecía vieja pero firme, y se dirigía al dragón como a cualquier otro de su familia.

-Aguanta un poco más, hermano, ellos dependen de nosotros-. Por la obscuridad no lo parecía, pero el dragón sostenía una especie de puerta, que por la forma en la que el estaba parado, la estaba sosteniendo para que no obstruyera el camino.

Dentro de la cueva, un grifo y un pegaso estaban peleando con criaturas extrañas, cortándoles el paso hacia la salida. Parecían ser ponis, pero no tenían piel, y sus ojos estaban cubiertos por una capa gruesa de piel, parecía que no necesitaran los ojos de cualquier forma.

-¿Por qué rayos tenemos que encargarnos nosotras de los espectros? estas cosas son asquerosas-. La grifo decía esto mientras aplastaba la cabeza de uno de esos "espectros", el líquido que salía de su cuerpo era viscoso, pero se evaporaba casi al momento de tocar el suelo.

-Deja de quejarte, además, viste lo que me paso cuando intente ir más lejos, ese lugar no aceptara a nadie que no tenga magia-. La pegaso le contesto mientras esquivaba a algunos espectros que se apilaban para lanzarse contra ellas.

Las vestimentas de estas criaturas, el pony terrestre, la pegaso y la grifo, tenían mucho parecido, eran color negro y tenían líneas blancas cerca de los cascos, las garras y en sus lomos.

Mas en lo profundo de la cueva, un pony unicornio de pelaje gris y crin negra corría esquivando flechas, espectros y saltando entre grietas que habían aparecido en el suelo. En su boca traía un pedazo de pergamino, se veía muy viejo, pero con un brillo singular.

Tal era la cantidad e peligros que lo asechaban, que sin darse cuenta cuando, tropezó con una piedra y cayó al suelo. Al ver que no podría defenderse lo suficientemente rápido, se preparó para el dolor, pero este nunca llego. De hecho, las flechas se habían convertido en flores, los espectros en perritos pequeños y las rocas en malvaviscos, no era algo muy común de ver.

-¿No me digas que ya te cansaste?, según tú eras más fuerte físicamente que con tu magia, ¿no?-. Una voz burlona vino desde la nada, pero después de materializo frente del unicornio un draconecuus, tal vez el ultimo que existía.

-Solo esperaba que quisieras ayudarme, Discord-

-Si claro, como si las lecciones con Lulu no hubieran sido suficientes, "Speedy"-. Discord le dijo esto con un tono como si sintiera un poco de desprecio por su nombre, aunque a Speed no le pareció tan gracioso.

Ambos se levantaron y salieron lo más rápido posible, solo para ayudar a sus compañeros en la entrada. Speed invoco una ráfaga de viento que quito del camino a los espectros con los que peleaban Gilda y Lightning Dust, mientras que Discord las hacia desaparecer y las aparecía entre sus garras cargándolas. Gilda trataba de soltarse, pero Lightning simplemente se quedó sin decir nada, de hecho estaba algo sonrojada por la forma en que la cargaban.

Justo cuando salieron, Apple Bock y Sylver Fire dejaron sus puestos, y al instante una gran roca paso a cubrir la cueva, sellándola como si nunca hubiera estado ahí.

Una vez fuera, Gilda logro finalmente zafarse de las garras de Discord, aunque el simplemente había dejado en el suelo a Lightning, de una forma tan delicada como a un niño pequeño.

-¿Por qué rayos tardaron tanto, estar frente a esas cosas fue tan… aaaah… necesito un baño-. Gilda trataba de todos los modos de mantener la compostura, pero desde hacía un tiempo le costaba un poco más de trabajo.

-Lo siento, se complicaron un poco las cosas-. Speed seguía disculpándose de todo, aunque el solo se había hecho cargo de bastantes cosas.

-¿Al menos lo encontraron? -. Sylver pregunto con una preocupación real, pero no por repetir la misión, sino por la condición física de Bockly, quien había forzado su cuerpo hasta el punto en que se fracturo uno de sus cascos. Sylver le estaba ayudando a levantarse.

Speed levanto el pergamino, un simple pedazo de papel, o al menos eso parecía.

-¡¿Qué, esa era la gran reliquia?! La princesa Luna está loca-. Lightning ya había tenido suficiente por esa noche, de hecho no había podido dormir bien hacia dos noches, por lo que estaba algo irritada.

-Vamos, las sesiones de entrenamiento con la princesa son más duras-. Speed trataba de levantarle el ánimo a sus compañeros, aunque eso ya fuera mucho decir.

-Ah… hasta tu sabes lo terribles que son, ¿cómo las tomas como si no significaran nada?-. Gilda se acercó a Speed para limpiar una herida que tenía en su cara, aunque esto lo hiso con su lengua. Pocos lo sabían, pero la saliva de Grifo es muy curativa, pero cada vez que Gilda hacia esta clase de gestos, todos la miraban de una forma extraña. La herida que Speed tenía en su cara se había cerrado prácticamente al instante, aunque a nadie le importo aquel milagro.

-Creo que es hora de regresar ¿no creen?-. Lightning hiso reaccionar a todos de un solo golpe, parecía que estaba muy nerviosa, su cara estaba algo roja. El castillo estaba cerca, y no les costó mucho llegar hasta él.

Justo en la sala del trono, la princesa Luna esperaba pacientemente. A pesar de que también era una regente, su lugar en la sala del trono no era el más grande, solo estaba al lado del de Celestia, sin embargo no le importaba tanto, ella jamás querría las responsabilidades que tenía Celestia por la mañana.

Fue Discord, quien con su magia tan "interesante" había traído a todo el grupo de Especialistas hasta la sala del trono, y a pesar del tamaño de Sylver, él pudo entrar en un cuarto tan grande.

-Me alegra verlos aún con vida, aunque me gustaría decir que sin rasguños, pero son gajes del oficio-. La actitud de la princesa Luna no había cambiado, seguía siendo igual de sincera, pero amable al mismo tiempo. Al momento de ver a Bockly no dudo un momento en curarlo; su hueso se puso en su lugar otra vez, aunque aún seguía inflamado.

-Princesa, aquí tiene, la reliquia que nos pidió, espero con esto esté más complacida con nuestro desempeño-. Speed otra vez se comportaba muy raro. En otras ocasiones se había comportado de esa forma tan política y educada, pero el prefería no decir nada acerca de cómo había aprendido a comportarse así. A Luna le encantaba que él se comportara de esa manera, después de todo, era como si su hermana, indirectamente, la tratara con más respeto.

-De hecho, lo estoy, espero que estén listos para su siguiente misión-. Esto lo dijo mientras habría aquel papiro, por lo que no pudo ver la expresión en la cara de sus queridos súbditos. Aunque Speed si lo noto, por lo que decidió hacer algo que ninguno de los demás se atrevía a decir, a excepción de Discord tal vez, quien para ese momento ya estaba leyendo la revista pony ilustrado.

-Disculpe princesa, pero creo que hablo por mis compañeros cuando digo que necesitamos un pequeño descanso, después de todo, hemos estado con usted por un mes, y aunque me encanta aprender nuevas cosas, tengo una promesa que cumplir-. Speed aun recordaba la promesa que le había hecho a Pinkie antes de irse, y para él era muy importante cumplirla antes de que ella se enojara.

-¿Ahora hablas por los demás? Y dime, ¿tus compañeros están de acuerdo contigo?-. Luna esperaba una respuesta diferente a la que recibió, pues cada uno de los especialistas ahí presentes dio un paso al frente, era ya demasiado para cualquiera.

-Aaah… está bien, pueden tomarse un descanso-. Luna los miro un poco indignada -pero en cuanto los llame deberán venir de inmediato-. Ninguno de los ahí presentes parecía importarle esta última sentencia, pues simplemente comenzaron a cuchichear sobre que harían fuera de las paredes del castillo.

Bockly regresaría a Applelooza y Sylver lo llevaría. Gilda y Lightning no tenían ningún lugar a donde ir, por lo que decidieron simplemente pasear cerca de Cloudsdale, después de todo, tenían suficiente dinero para comprar lo que quisieran, incluso una habitación en algún hotel.

Era raro, pero aun después de mucho tiempo juntos, Speed se comportaba de una forma muy callada con sus compañeros, ni siquiera se molestó en pedir ayuda para regresar a casa, de hecho tenía pensado regresar en globo como la última vez.

-¿Vas por mi camino forastero?-. Discord interrumpió a Speed en su momento de meditación, era algo que él tenía en común con Pinkie, cosa que Speed no entendía muy bien.

-Solo quiero regresar a casa. Hoy se cumple un mes de que me fui-. Speed había pasado solo un mes en compañía de la princesa, pero se expresaba de una forma como si deseara que eso nunca hubiera pasado.

-Descuida, no creo que a tu amiguita rosada le moleste que llegues una o dos horas después-. El tono de voz de Discord era muy convincente, pero de alguna forma, seguía siendo burlón.

Speed no tuvo tiempo para contestar, pues Discord lo había tomado de un hombro y habían desaparecido del lugar.

Una vez sola, la princesa Luna reviso nuevamente el pedazo de pergamino, parecía estar en blanco, pero fue solo hasta que ella utilizo un hechizo de magia antigua que este reacciono, revelando un mapa con varios puntos luminosos.

-Como odio cuando tienes razón de esta forma hermana-.