Aquí va mi primer fanfic de Naruto. Déjenme saber si les gusta.
Disclaimer: Naruto le pertenece al genio de Masashi Kishimoto no a mí, yo solo tomé prestados los personajes para crear mi historia.
Madness
Capítulo 1
-Naruto… -susurró en medio de un charco de sangre en el suelo –huye… -fueron las últimas y apenas audibles palabras del hombre rubio a su pequeño hijo que al observar claramente como la vida abandonaba los ojos de su padre no hizo más que quedarse estático unos segundos, negándose a creer lo que acababa de pasar.
-Papá…-trató de seguir hablando pero un helado y crudo dolor atravesó su pecho, no pudo pronunciar palabra, pronto un mar de lágrimas se acumularon en sus ojos, pero él se negaba a dejarlas salir, si lo hacía significaba que lo que estaba ante sus ojos era verdad, su padre y su madre estaban muertos y tirados en el sangriento piso, pero él no podía aceptarlo, no pudieron haberlo dejado solo, se supone que los padres debían proteger a sus hijos para siempre, y más cuando el solo tenía trece años. -No, no, no, no, ¡NO! -gritaba su mente y sin siquiera darse cuenta él mismo comenzó a susurrar esas palabras. Miró una vez más el rostro de su padre y esta vez ya no pudo negarlo, sintió como al fin sus lágrimas se derramaban por sus mejillas pero no pudo importarle menos. El dolor en su pecho se hizo más y más agudo hasta el punto que pensó que él también moriría allí mismo. De repente se dio cuenta de algo, su padre le había dicho que huyera, pero de que podría…
-Vaya –Naruto sintió la presencia de alguien más justo a tiempo que escuchó a alguien hablarle –al fin llegas, mocoso. –siguió hablando aquella voz que le heló la sangre al darse cuenta de su situación.
El rubio volteó su cabeza lentamente hacia la voz y luego se quedó paralizado. -¿Q-Quien eres…? –logró decir con un tartamudeo –Tu… -no logró terminar de preguntar, pero al parecer el sujeto sabía bien lo que él quería saber.
-Oh, ¿quieres saber si fui yo quien ha masacrado a tus queridos padres? –Preguntó sin el más mínimo tacto y hasta con un aire burlesco –Mmmm… pues sí, he sido yo –finalizó con una tenue y arrogante sonrisa.
A pesar del creciente pánico que sentía Naruto no pudo evitar sentir un chispazo de cólera por la manera tan natural y desinteresada en que el hombre le había respondido, como si disfrutara la expresión de dolor que era claramente visible en el rostro del chico. –Tu… -susurró para después gritar con mucha más fuerza que nunca -¡ERES UN MALDITO BASTARDO!, ¿¡CÓMO PUDISTE!, ¡VOY A ARRANCAR CADA PEDAZO DE TU PIEL LENTA Y DOLOROSAMENTE ANTES DE MATARTE!.-
El hombre solo levantó levemente las cejas antes de sonreír, ese mocoso era más valiente de lo que parecía. –Mmm… bueno chiquillo, eso es interesante y todo –dijo como si la mirada asesina del rubio no le impactara mucho, y no lo hacía –pero… -sonrió –pero ahora solo empieza la mejor parte –dijo con un brillo de emoción que enseguida mató todo rastro de valentía que Naruto había sentido momentos antes -¿Te gustan los juegos, pequeño?, porque nos vamos a divertir mucho –decía mientras se acercaba al ojiazul lentamente mientras éste retrocedía…
.
.
.
Naruto abrió rápidamente los ojos, encontrándose con la oscuridad de su habitación. Maldijo unas cuantas veces por haber tenido otra vez esa pesadilla, la tenía casi todas las noches y sabía muy bien que no podría volver a dormirse. Siempre quedaba atormentado después de eso.
La puerta de la habitación se abrió bruscamente dejando que un rayo de luz proveniente del pasillo entrara al cuarto y Naruto pudo observar la figura recortada de su padrino contra la luz. Tuvo tiempo de recomponer su expresión un poco antes de que el peliblanco encendiera la luz.
-Naruto –dijo Jiraiya no pudiendo ocultar su preocupación -¿De nuevo tienes…?-
-No te preocupes –le cortó el rubio un poco bruscamente –estoy bien.-
Jiraiya se lo quedó viendo un momento –Está bien –dijo al fin –si quieres hablar sobre eso yo te podría escuchar… -el peliblanco paró de hablar cuando se dio cuenta de la mirada que le estaba lanzando el ojiazul, una mirada que decía claramente que no quería hablar del tema. –Bueno… -suspiró –descansa… -cerró la puerta.-
Cuando Naruto vio que su padrino salió solo pudo suspirar recostarse nuevamente en la cama. Sabía que Jiraiya estaba preocupado por sus pesadillas y que trataba de acercársele para ayudarlo pero el simplemente no podía… abrirse, le costaba mucho hablar sobre cosas personales y aunque quería seguir adelante… aun así se sentía incómodo con temas personales. Después del "incidente" causante de sus pesadillas Naruto fue llevado a varios psicólogos y psiquiatras que le habían diagnosticado quien sabe qué, en realidad no había prestado mucha atención y le importaba muy poco si estaba loco de remate, solo sabía que debía tomar algunos medicamentos para no perder completamente la locura, supuso. Aunque en verdad quería que pararan sus pesadillas y sus ataques de pánico, porque aun estando despierto a veces se le venían de golpe a la cabeza esos horribles recuerdos haciéndolo gritar y gritar sin importar donde estuviese. Quizá sea por eso que sus compañeros de clase lo evitaban, porque estaba loco y creían que en cualquier momento el decidiera matarlos a todos de repente y sin ninguna contemplación. Tal vez no están tan lejos de la realidad, porque aún después de tres años el sentía como si hubiese sido ayer la noche que marcó su vida para siempre, la noche en que el… que el… la noche en la que cayó en ese gigantesco agujero negro lleno de oscuridad, tristeza y odio.
.
.
.
Hinata iba de camino a la escuela cuando vio por el rabillo de su ojo un destello dorado. Su corazón enseguida empezó a latir a mil cuando se dio cuenta de quien se trataba. Nada más y nada menos que de Uzumaki Naruto, el chico solitario de su clase, el chico que solo sobresalía por su mirada ausente y sin emoción que siempre tenía cuando pensaba que nadie lo estaba viendo, pero ella siempre lo veía, siempre estaba al tanto de todo lo que decía o hacía, porque el rubio de ojos azules que ahora se encontraba justo al lado de ella con la mirada fija en la nada sin siquiera notar la presencia de la chica era el amor platónico de Hinata desde que tenía memoria. No pudo evitar sonrojarse cuando fijó la vista en sus labios un segundo, pero se obligó a apartar la vista antes de ser descubierta, cosa que dudaba mucho porque aunque el chico caminaba justo a su lado, parecía estar a millones de años luz de distancia, un zombie andante, una cáscara vacía sin vida. A Hinata no le sorprendió verlo en ese estado, aunque no siempre había sido así, el solía ser un niño extremadamente alegre, ruidoso e hiperactivo, pero desde hace tres años todo había cambiado, desde hace tres años el amor eterno de la ojiperla se había convertido en un muerto en vida. Esos pensamientos la entristecieron un poco, porque aunque Naruto se esforzaba por actuar como siempre frente a todos, ella sabía que el rubio solo finjía, su sonrisa ya no era la de antes, sus ojos ya no brillaban de alegría y hasta ahora no había vuelto a escuchar su risa. Antes de deprimirse demasiado la peliazul decidió hablarle para saludarlo.
-N-Narut-to-kun –tartamudeó –B-buenos d-días –se maldijo así misma por su tartamudeo y el sonrojo más que evidente que debería tener en su rostro.-
-Hinata… -Naruto parpadeó un poco por la sorpresa, ya que no se había dado cuenta de la presencia de la Hyuga –Buenos días. –respondió dándole una de sus usuales sonrisas falsas que ella regresó aunque sabía que el rubio solo fingía. -¿Desde cuándo estás ahí? –preguntó.-
-Etto… Y-Yo… b-bueno… d-desde hace p-poc-o –A penas pudo tartamudear sintiéndose una imbécil por no poder dejar de sonrojarse y ponerse nerviosa por la presencia del rubio.
Naruto no entendió muy bien lo que la chica dijo, pero por suerte ya habían llegado al instituto. –Okay… -dijo el Uzumaki no muy seguro de que decir –Bueno, Hinata adiós. –y se alejó lo más pronto posible de Hinata, ya que no le gustaba hablar con alguien mucho tiempo.
Por su parte la peliazul no pudo hacer más que verlo alejarse y suspirar con un poco de tristeza, le preocupaba Naruto y sabía que él no actuaba de esa manera por mera grosería, simplemente no le gustaba acercarse mucho a nadie. –Naruto-kun –susurró antes de ella seguir por su propio camino.
.
.
.
Ya en el salón de clases, un grupo de chicas realmente escandalosas rodeaban como buitres aun joven de cabellos y ojos azabache que les prestaba la más mínima atención al grupo de fastidiosas que parecían seguirlo a todos lados sin notar que el chico obviamente se fastidiaba por eso y les era indiferente, aunque esto al parecer solo las animaba a hostigarlo más. Sasuke nunca lo diría en voz alta, pero no le molestaba del todo que la atención femenina siempre solía robársela el, después de todo era un chico y esto solo hacía que su ya de por si gigante ego se agrandara aún más.
-Oh Sasuke-kun, eres tan guapo cuando finges indiferencia –suspiró una pelirosa que se hizo camino a través del grupo de fangirls
-hmp –fue todo lo que dijo Sasuke, haciendo que cada una de las chicas gritaran de emoción y cayeran desmayadas al piso. El azabache tuvo que ocultar una pequeña sonrisa de suficiencia, nunca se cansaría de eso.
-Teme –dijo un ojiazul sin mucha emoción en su tono sentándose al lado de Sasuke esquivando a las chicas desmayadas por todo el piso –deberías dejar de hacer que todas las chicas caigan por ahí inconscientes, eso no puede ser bueno. –Finalizó el Uzumaki.-
-Es solo mi encanto natural, dobe, no puedo evitarlo –dijo Sasuke con una pequeña sonrisa arrogante –Solo estás celoso porque nunca ninguna chica se te acerca.-
-Claro… -dijo distraídamente el rubio, haciendo que Sasuke le prestara más atención. Se veía de un humor más sombrío de lo habitual y eso era decir ya mucho, el pelinegro se preguntó si había tenido otra pesadilla, eso le preocupó un poco, pero sabía que Naruto no querría hablar de ello, así que lo mejor era tratar de distraerlo.
-Me pregunto… -dijo Sasuke casualmente –si la razón por la cual ninguna chica se te acerca es por esos rumores… ya sabes… -el azabache se dio cuenta de que el rubio se tensó un poco así que habló rápidamente –lo que dijo Sai aquella vez sobre que tu… "amiguito" no es nada del otro mundo. –Sasuke no pudo evitar sonreír cuando vio como todos los colores subían al rostro de Naruto. 3… 2… 1…-
-¡TEMEEEEEEE! –Rugió Naruto levantándose de golpe de la silla, haciendo que todos voltearan a ver y señalando a Sasuke con un dedo acusador -¡TIENES QUE SALIR CON ESE TEMA! ¡YA TE HE DICHO QUE MI "AMIGUITO" ES LO SUFICIENTEMENTE GRANDE! ¡MALDITA SEA! –Todos los presentes quedaron anonadados para después estallar en fuertes carcajadas, haciendo que el rubio se avergonzara más y sujetara a Sasuke por el cuello de su camisa acercándolo a el –Ahora sí que acabaré contigo teme –amenazó el rubio conteniendo su ira. Sasuke solo sonrío.
-Naruto –habló una voz detrás de ellos que ambos conocían –lo siento pero Sasuke tiene razón, tu pene es muy pequeño –dijo Sai de manera neutra, haciendo que todos se doblaran de la risa aún más.
-Mmm, sabes Naruto, me pregunto cómo es que Sai sabe tanto sobre tu "amiguito" –el azabache sonrió con burla ante el tremendo sonrojo de Naruto –Es muy sospechoso…-
-¡CÁLLATE TEME! ¡Y TU SAI, DEJA DE DECIR QUE MI MALDITO PENE ES PEQUEÑO! –dijo el ojiazul volteándose hacia el pálido chico que permanecía con esa extraña sonrisa en su cara. -¡ESO SUENA RARO, DEMONIOS! –Terminó fulminándolo con la mirada.
Sasuke sonrió viendo la escena, había conseguido distraer a Naruto. Objetivo logrado.
.
.
.
En el descanso, una chica de cabellos negro azulado y ojos que recordaban a la luna observaba desde lejos a su amor platónico sentado solo a la sombra de un árbol mientras dormía. Ella sabía que observar al chico que te gusta mientras duerme era bastante raro pero no podía evitarlo, el rostro de Naruto reflejaba mucha calma y paz mientras dormía y ella nunca lo veía tan tranquilo, siempre estaba con una expresión de dolor como si cargara como muchos kilos encima de él y tal vez era así, lo que hacía que la Hyuga se deprimiera un poco. Miró a todos lados para saber si había alguien cerca, pero al parecer los únicos cerca eran el rubio y la chica acosadora, pensó con un pequeño sonrojo. Caminó lentamente hacia el chico y se paró delante de él observándolo más detenidamente, importándole ya poco el nuevo nivel de acosadora que había alcanzado. El rostro del Uzumaki estaba siendo tenuemente iluminado por los rayos del sol que se filtraban a través de las ramas del árbol, haciendo parecer como si brillara con luz propia con un aspecto angelical. Las marcas en sus mejillas que ella siempre había considerado adorables estaban ahí presentes y ella sintió un deseo de tocarlas pero se contuvo, aún no cruzaría eses límite de acosadora. Su cabello rubio estaba desordenado como siempre y le daban un aire salvaje contrastando con la apariencia angelical de antes. Sus pestañas eran largas y rubias que solo podía n admirarse desde cerca. Por último sus labios, la joven sintió un escalofrío al observarlos y se sonrojó un poco. Estaban entreabiertos, dejando escapar el aliento del rubio y esta vez tuvo un momento muy difícil al tratar de no besarlo.
Pero de repente Naruto comenzó a fruncir el ceño y removerse un poco, luego empezó a respirar agitadamente y su expresión de paz se transformó en una de angustia, dolor y sufrimiento que alertaron a la ojiperla. El rubio empezó a murmuran entre sueños como un niño pequeño suplicando. Hinata supo enseguida que estaba teniendo una horrible pesadilla y su alma se partió en mil pedazos cuando el chico empezó a decir "mamá" y "papá" de una manera muy angustiada. Ella no sabía qué hacer, pero al final solo actuó por instinto, sentándose al lado de su amor y abrazándolo con dulzura y cariño. Naruto al sentir un nuevo calor a su lado se aferró a él y su respiración fue regulándose poco a poco sin soltar a la chica, pegándola más hacia su cuerpo. Hinata al ver que ya se había relajado se sonrojó furiosamente por lo que había hecho, trató de soltarse del abrazo pero Naruto apretó aún más su agarre así que se quedó quieta pensando en qué hacer.
-No me dejes… -murmuró el rubio aún dormido.
Hinata no pudo contra eso así que simplemente se dejó abrazar y se dejó disfrutar de la sensación de tener los brazos del rubio a su alrededor, mientras se relajaba cada vez más y más… y finalmente sus ojos se cerraron.
.
.
.
Naruto abrió lentamente los ojos para observar el cielo azul a través de las ramas de los árboles, no tardó en darse cuenta que había dormido más de lo debido, así que cuando intentó levantarse y sintió un peso sobre él se extrañó así que volteo el rostro a un lado. Lo que vio no pudo dejarlo más sorprendido. Una chica con cabello largo y negro tenía los brazos alrededor suyo y el a su vez la tenía a ella abrazada como si fuera un maldito salvavidas. ¿Cómo es que Hinata estaba a su lado dormida y abrazándolo y el a ella? Se acordó que justo cuando estaba a punto de tener una de sus pesadillas sintió un extraño calor y se aferró a él como la vida misma porque le hacía sentir seguro. ¿Ese calor era… Hinata? El rubio estaba muy confundido e incómodo pues no sabía cómo hacer para despertarla. La miró y se sonrojó levemente al darse cuenta de lo cerca que estaban. No podía negar que la chica era linda. Nunca le había prestado especial atención pero ahora que la miraba… sacudiendo su cabeza sacó esos pensamientos y dispuso a despertarla.
-Hinata –dijo mientras la zarandeaba suavemente –Hinata, despierta.-
La chica solo se quejó y se aferró más a Naruto que no sabía qué hacer, sabiendo lo roja que debería estar su cara ahora. –Hinata -le habló al oído y no pudo evitar sentir el aroma a lilas que despedía la Hyuga. –Hinata –la sacudió más fuerte.-
Hinata abrió perezosamente los ojos y el rubio se quedó admirado al ver esas dos lunas que tenía, la chica le recordaba a la noche. Ella lo observó un momento confundida para luego abrir desmesuradamente los ojos y sonrojarse furiosamente al mismo tiempo. Naruto pensó que se veía adorable.
-N-Nar-ruto-kun –dijo antes de alejarse rápidamente del rubio como si le quemara. El ojiazul trató de no efenderse. –Etto… y-yo no… -empezó a jugar con sus dedos –N-No es l-lo que… -la pobre chica estaba muy mortificada –Y-Yo…-no pudo más así que se alejó corriendo del lugar como alma que lleva el diablo, dejando a un ojiazul bastante confundido por su comportamiento.
.
.
.
FIN DEL PRIMER CAPÍTULO, espero no haberlos aburrido mucho.
Debo decir que este FanFic fue inspirado en otro llamado "Uzumaki Naruto Orenji no Kitsune" de alvaraiz. Deberían leerlo si no lo han hecho.
Dejen comentarios (ojalá positivos).
…
