Disclaimer: si Harry Potter me perteneciera Fred seguiría vivo y Adrian y Michael serían una pareja canon. Vamos, que no soy Rowling.
Este fic participa en el minirreto de mayo para "La Copa de las Casas" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Michael está en el vestíbulo de San Mungo, esperando a Adrian, cuando lo oye; es la voz de su madre.
Antes siquiera de que pueda moverse ella tiene la mirada clavada en él y su padre le mira con una mezcla de estupor y desprecio. Su madre intenta abrazarle, pero su orgullo le obliga a apartarse, si no había hecho nada cuando le echaron de casa no tiene derecho a hacer nada ahora.
—¿Qué hacéis aquí? —pregunta, fulminándoles con la mirada.
Su padre le mantiene la mirada, pero ni siquiera se acerca a él. Le mira desde la distancia, con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—Tu hermano se cayó de la escoba—dice su madre, mirando al suelo—se rompió un brazo y una costilla le perforó el pulmón, pero ya está mejor.
—¿No piensas ir a verle? —sisea su padre, mirándole con rencor.
Michael enarca una ceja y suelta una carcajada sin una pizca de humor.
—Ni de coña—responde secamente.
—No te mereces la familia que te ha tocado—le provoca su padre.
Adrian llega antes de que Michael se abalance sobre su padre y le rodea la cintura con el brazo.
—Les agradecería que se limitasen a visitar a su hijo hospitalizado; su otro hijo está perfectamente sano, pero no les conviene que se altere—dice de forma educada, aunque con cierto retintín—. Nosotros nos marchamos ya. Y, ah—Clava la mirada en el padre de Michael y esboza lo que a primera vista podría parecer una sonrisa conciliadora—, como sanador que soy le informo de que en los hospitales se curan enfermedades, no podemos hacer nada contra intolerancias absurdas.
O-o-O
Adrian decide que no es un buen día para salir, así que simplemente deja que Michael le acompañe hasta su casa.
—Gracias—murmura Michael, tras pasar todo el camino en silencio, cuando Adrian está a punto de abrir la puerta de su casa.
Adrian deja las llaves en la cerradura y mira a Michael.
—De nada, ¿estás mejor?
Michael se encoge de hombros y suspira.
—Supongo.
Adrian le atrae hacia sí y le abraza, dejando que apoye la cabeza sobre su hombro.
—Quédate aquí esta noche ¿Vale?
Como toda respuesta Michael se aferra a él con más fuerza y la sonrisa de Adrian se amplía.
Se tragará su orgullo las veces que haga falta si así Michael deja de sufrir.
Notas de la autora: Que conste que yo no quería escribir sobre ellos, porque parezco monotemática, pero es que me tocó Hurt/Comfort y me lo pusieron a huevo.
Y aquí van las aclaraciones. Resulta que el padre de Michael es un poquitín homófobo, cosa que le ha pegado a su hijo menor, así que, cuando Michael les informó de que estaba saliendo con Adrian tuvieron una fuerte discusión que acabó con Michael largándose de casa. La madre de Michael no tenía nada en contra de que su hijo fuera gay, pero tampoco hizo nada para impedir que se marchara, por lo que Michael le guarda un poco de rencor.
Y ya. La segunda parte me ha quedado un poco cursi (Solo un poco, ya, ya...) y el límite de palabras me ha hecho recortar la historia porque tenía 404 palabras, ahora tiene 399 según word.
