Los personajes no me pertenecen son propiedad de su autora Mizuki y de la ilustradora Yumiko Igarashi.
Espero que les guste. adaptacion Historia diferente.
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Año 2010
El salón estaba lleno de periodistas. Todos los dias al terminar ellos esperaban con la única motivación de meterse en cuanta vida pudieran. Estaba listo para sus preguntas que a veces solían ser las mismas. Bajó al gran salón y un ruido ensordecedor de aplausos nubló sus sentidos. Los saludo con una mano en alto y una sonrisa fingida.
Primera pregunta
-¿Qué le gusta de su vida de famoso?
-Bien…Necesito encontrar a alguien- dijo con toda seguridad- pienso que siendo lo que soy, sera más fácil para mi encontrarla.
Segunda pregunta
Y a quien está buscando?
-Busco a mi "Prometida"- menciono con una leve sonrisa y con una esperanza en su mirada.
Tercera pregunta
-"prometida"? y cuál es su nombre?...
Todo comenzó 20 años atrás
Un muchacho de 17 años conducía su moto por las calles de nueva York junto con sus amigos, pero él se había aventurado a andar sin un permiso de conducir. La policía iba tras los chicos y para su infortunio era perseguido por los uniformados. condujo a toda velocidad las calles perdió el control y salió de la carretera cayendo a un barranco no profundo. Se golpeó la pierna, pero de inmediato se levantó. La moto fue confiscada y el atrapado.
-No vuelvas a conducir de nuevo una moto. Entendido?- dijo con tono autoritario el oficial de la delegación
-sí Señor, el cometió un error y no lo volverá a hacer. ¿No es Así?- le pregunto la madre.
-Entiendes lo que te digo? Eres un estudiante de secundaria, menor de edad y conduces sin licencia. Sabes que tu caso sera enviado a la fiscalía. Cierto? Eventualmente no serás acusado pues es tu primer delito, pero lo del robo cometido…..
-Qué?.. Ha dicho usted robo?- pregunto asombrado- No entiendo!
-No me digas que no lo sabias? Esta moto esta reportada como robo? Quieres decir que andas en algo que no sabes de su procedencia? - el muchacho estaba sorprendido.
Luego más tarde se dirigió donde se encontraba la persona que le vendió la moto.
-Oye tú? Charlie, Por qué me vendiste una moto robada? Se supone que eres una persona de fiar y por eso te la compre.
-Que querías con solo $ 800 dolares?. Claro que es robada!
-Eres un maldito! Cómo pudiste hacerme esto? Ese fue tu precio!. Ahora estoy acusado de robo!-le grito furioso.
-Vete de aquí y no me molestes- levanto una mano el tipo tramposo, en signo de que se largara.
Antes de irse el castaño le asesto tremendo golpe en el estómago hasta tumbarlo al suelo. Luego tirado alli le quito unas llaves que llevaba en su pantalón.
-Supongo que esta no es robada y con esta me quedare. Adiós!
Tomo la moto que obviamente era de su propiedad y salió por aquellas calles húmedas de Nueva York, aminoro la velocidad, pero…todo fue tan rápido que al esquivarla, cayó al pavimento. Desconocía si la habia golpeado y….
-Vamos despierta, despierta. Rayos! ahora qué hago?- la chica estaba respondiendo producto de la agitación constante que el muchacho ejercía en ella- por favor me escuchas?- Te encuentras bien?- de nuevo cayo en la inconsciencia.- por favor ayúdenme, ayúdenme.
Nuevamente fue dirigido a la corte, su madre lo acompañaba de nuevo.
-Anteriormente fue acusado por conducir sin licencia, pero su cargo fue perdonado por ser menor de edad. Se tomaron medidas, pero no se corrigió. Así que cumpliendo con la ley lo sentencio a detención en la corrección juvenil por seis meses - permanecía en silencio escuchando las palabras del juez de menores. se sentía mal muy mal. De pronto ella apareció...
-"No por favor no lo hagan….Yo me resbale y caí. La calle estaba muy mojada y... solo estoy viva porque él me llevo al hospital. Por favor no hagan eso"- la muchacha se retiró.
Estaba sorprendido por la actitud de ella. Jamas pensó que se presentaría y diría esas palabras.
Era un día lluvioso a principios del año de 1990, cuando conoció a Candy. Ese día ella mintió y supo varios años después que le era difícil hacerlo. Desde entonces se sintió agradecido y preocupado por ella.
Inicio Flash back
Ese una niña caminaba de regreso a su casa. Todos los días recorría esas calles para ir al colegio. Llevaba consigo un pedazo de plástico en la cabeza y por eso no pudo ver al chico que se acercaba en la moto. Debía apresurarse a llegar pues ayudaba a su abuela a los quehaceres del hogar. Desde los 10 años era huérfana, sus padres murieron en un accidente de auto y la anciana quedo a cargo de la jovencita de 14 años, una niña alegre que a pesar de las carencias, mantenía siempre su optimismo. Su abuela Paulina estaba enferma muy enferma.
El jovencito estaba muy asustado. Decidió llevarla al hospital por algún inconveniente. Su impetuosidad, falta de responsabilidad e inmadurez lo habían hecho tomar prácticamente un arma con su cuerpo. Sí, porque también su vida la puso en peligro. Sus padres ya le habían amonestado al respecto, pero el en su rebeldía hacia siempre lo que le daba en gana. Hijo de Eleonor y Richard Granchester. No poseían grandes riquezas, pero si la comodidad que necesitaban para vivir y no le faltaba nada.
-Dr. Como se encuentra ella?- dijo señalando a Candy, quien se encontraba postrada en una de las camillas del Hospital- dígame por favor cuanto tiempo tardara para que reaccione?
-Calma muchacho, ella estará bien. Solo fue el susto, la impresión uno que otro raspón en sus rodillas. Eso tiene solución, no es nada grave- el muchacho respiro con alivio, realmente estaba preocupado
Terry pensó en su comportamiento y por un momento pensó en lo peor, sacudió su cabeza para quitar esos malos pensamientos
-Y a todo esto, ¿dónde están sus padres?- Pregunto el médico
-Con todo lo sucedido apenas me dio tiempo traerla aquí Dr. Creí lo más prudente.
-Entiendo, bueno ella se puede ir. Tú te harás cargo?
-Si Dr. Es mi responsabilidad-respondió con absoluta seguridad-
-Bien... Confió en ti
Pasada media hora el muchacho saco a la chica del hospital y como habia recuperado el conocimiento y podía caminar le pidió su dirección para llevarla en un taxi hasta su casa. Debía asegurarse que estuviera bien.
-Te sientes mejor?- te duele algo? No dudes en decírmelo. Lo que necesites.
-Estoy bien, no te preocupes. La verdad fue mi culpa…estaba muy distraída, por eso no te vi.
-Claro que no!….Bueno…menos mal que baje la velocidad si no…ni quiero pensarlo.
Ella entro en su casa ubicada en la zona del Bronx.
-Bueno es hora de irme, adiós.
Fin del Flash back
-No puedo creer que hayas hecho esto Terence!- le decía su padre muy enojado de la imprudencia del muchacho. Eres un irresponsable! Te atreviste a andar por esas calles sin un permiso y con la humedad que hay es muy peligroso. Que habrías hecho de pasar lo peor?
-Basta padre!, no pasó nada más y sé que cometí un error al conducir en carretera húmeda. Reconozco que fue una estupidez de mi parte. No volverá a suceder.
-Eso espero!- dijo Richard con mucha molestia, pero desistiendo de continuar.
-Por favor- intervino Eleonor- Basta de discusiones. Richard sé que fue un mal rato, que las consecuencias pudieron ser trágicas, pero todo está bien gracias a Dios, por favor vamos a cenar- dijo tocando sus manos para apaciguar al gruñón padre.
Se dispusieron a cenar y la discusión acalorada termino para dar paso a tratar otros temas de interés. Sentados a la mesa sus padres, su hermana Karen y el, analizaban sobre la educación de la menor. Esta Tenia 12 años y estaban pensando en donde ingresarla para llevar a cabo sus estudios, pues recién se habían mudado a Nueva York. No era una Familia rica, pero si, Vivían cómodamente. Tenían lo suficiente.
De pronto volvió a sentir la inquietud de saber cómo estaría aquella niña del accidente y también deseaba saber porque le había ayudado aquella vez en la corte juvenil. La espero afuera en la acera de su casa. Vio cuando ella se acercaba.
-Hola! como estas?-pregunto el joven castaño.
- Estoy bien - Candy sonrió- estaba sorprendida de ver al chico nuevamente- estoy muy bien. Mírame no tengo nada, no debes preocuparte- decía mientras daba vueltas y brincaba. A Terry le pareció la chica más linda que jamás hubiese conocido.
-Me alegra….eh, pero ya sabes si tienes dolor solo me avisas y te llevo al hospital de inmediato…-se quedó en silencio….. y … cómo te llamas?
- No vas al colegio? Lo pregunto porque es temprano aun.
-sí, solo que hoy me salte algunas clases- A Candy no le gusto escuchar eso.
-Yo estoy bien y no quiero que te sigas preocupando por mí. Por favor se una mejor persona. Si por alguna razón mentí…. no quiero que lo que hice no haya valido la pena…..Me sentiría muy triste.
Ambos se dieron la mano, sonrieron y se despidieron dándose sus nombres.
días después
-Buenas Tardes- saludo El joven.
-Buenas Tardes- contesto la abuela quien abrió la puerta pues ya se sentía un poco mejor. Su nieta lavaba la ropa y estaba distraída..
-Soy Terry- En ese momento Candy escucho la voz del chico inconfundible para ella entre mil. No se explicaba porque ese muchacho le provocaba sentimientos que nunca antes había sentido.
-Hola!- Salió en ese momento Candy- que tal? – le extendió su mano en señal de saludo. Abuela, te presento a un amigo
-Bienvenido jovencito, pero pasa. Candy- se dirigió a la rubia- voy a descansar un rato en el sillón. Mientras tú atiendes a la visita, estoy un poco cansada.
-Si abuela. He Terminado de hacer el lavado. En un rato hago la cena.
-Vine porque…. queria saber cómo sigues. Todo está bien? No te duele nada?- cada palabra del chico y su tono de preocupación le hacía cosquillas en el alma. El muchacho le gustaba, pero, ¿como si recién lo acaba de conocer? Además apenas tiene 14 años.
-No, estoy bien, ya te lo dije que no te preocuparas Terry- dijo Candy bajando su mirada y con leve rubor en sus mejillas.
-Está bien- el chico vio el rubor y se preguntó a que se debía que Candy estuviera nerviosa, a decir verdad, se hacia esa misma pregunta, porque también él estaba nervioso.
Terry vio a su alrededor y observo las carencias en las que vivía Candy desde la comida hasta donde dormía, su ropa, sus zapatos, en contraste con él, tenía una casa, la comodidad de una cama y….una familia, Candy no tenía nada de eso. Solo tenía a su abuela. Pensó en todo lo que poseía y lo que a ella le faltaba- Quieres que te ayude a tender la ropa? Le pregunto al ver que la muchacha se dirigía con un recipiente que contenía la ropa recién lavada y unos ganchos para prensarla. Ella solo sonrió y Terry comprendió que ella aceptaba su colaboración. A ratos se quedaba viendo a Candy embelesado mientras ella hacia la labor, luego disimulaba cuando volteaba a verlo, le parecía…, bonita. A Candy le sucedía igual, ese chico de ojos azules le emocionaba de tan solo escucharlo, de repente dijo Terry: "yo…. aun quiero pedirte disculpas-"dijo con tono serio
-Está bien…si eso te hace sentir mejor…las acepto- el chico se percibía más tranquilo.
Terry se quedó a cenar con ellas y así compartieron anécdotas de cuando eran más chicos y fue comenzando una tierna y linda amistad. Ambos sentían que les hacía falta uno al otro cuando no se miraban en todo el día. La esperaba fuera de su clase y la dejaba en su casa, luego se iba a la suya.
Hacía un año atrás había conseguido un trabajo de medio tiempo entregando correspondencia publicitaria a bordo de una bicicleta, sueldo que le había dado la oportunidad de comprarse una moto. En inicio sus padres no estaban de acuerdo, pero luego la terquedad y rebeldía del chico ganó, pues los convenció de querer ganarse su propio dinero. ellos vieron que no había nada de malo el permitírselo al contrario eso contribuía a su crecimiento como individuo.
- Hijo, no es necesario! por ahora estudia solamente. en un futuro te harás cargo del negocio – le había dicho una vez su Padre- ellos posean dos pequeñas Fabricas de ropa muy bien sostenidas.
-De acuerdo padre, pero mientras eso suceda trabajaré. No quiero depender cien por ciento de ustedes. No quiero ser malagradecido ni nada parecido, pero déjenme que vaya abriéndome paso en la vida.- Ahora él tenía una motivación nueva. Con ese dinero ayudaba a Candy y su abuela. La anciana trabajaba todo el día lavando y planchando ajeno. Candy le ayudaba más con el planchado ya que ella tenia un padecimiento en sus huesos.
Una vez por quincena compraba comida enlatada y de cocción inmediata y las depositaba en una caja la cual dejaba en la entrada dentro de la vivienda de Candy, tanto la abuela como la rubia se preguntaban tal cosa. Candy tenía leves sospechas que se trataba de él. Hasta que una tarde encontró una caja pequeña en el mismo sitio se trataba de un par de zapatos de su medida, confirmo que se trataba de él, pues el día anterior le había visto fijamente sus zapatos tanto así que Candy le dio vergüenza y trato de ocultarlo uno tras otro.
Al día siguiente ella le dio las gracias, pero también le dijo que no siguiera gastando su dinero en ellas.
-Terry, no es justo que gastes todo lo que ganas en nosotras. se que tu fuiste el de los zapatos, en verdad te agradezco pero es tu dinero, fruto de trabajo. también sé que nos has estado comprando comida y te lo agradezco, pero ya no por favor.
-Candy, por favor no digas nada. Yo quiero hacerlo porque…. –se quedó sin palabras-
- Por qué Terry?
-Porque….porque deseo ayudarlas. Además somos amigos no?
No hubieron más palabras al respecto pasaron la tarde juntos en el parque, día a día se iban conociendo uno al otro, a Candy le gustaban los dulces, sobre todo los chocolates, cuando comía demasiado le provocaba dolores de estómago, le encantaban los pasteles y le daba miedo el encierro. El por su parte le contó sus ganas de ser actor. Se contaron sus miedos y sus aspiraciones, por alguna razón empezaron a hablar de la posibilidad de una separación por la circunstancias. Terry sentía que algo que no lograba descifrar pasaría.
-Candy, si por alguna razón nos separamos, como llegarías a reconocerme?
-Por qué hablas de eso Terry? No digas tonterías… No lo sé… creo que tus ojos. Tu mirada la reconocería en cualquier lado aun si pasen años, tu voz y…..creo que-por el calor y la forma de tu espalda- al decir esto bajo la vista pues recordó una ocasión que ella lo abrazo por detrás en unos de sus juegos que solían inventar.- por favor no hablemos de no vernos nunca, eso no pasara.
Con el tiempo sintió la necesidad de escribir un diario y plasmar en cada linea en cada espacio sus sentimientos por Terry, le daba vergüenza admitir lo que sentía y la única forma de sacarlo era escribiendo sobre él. Después de 6 meses de conocerlo
Julio 1990
"Cada vez que lo veo, siento mi corazón como si mil mariposas lo acarician con sus suaves alas, debo admitir que estoy enamorada de Terry….pero tengo miedo que esto solo sea un sueño. Me avergüenzo de decir esto, pero quisiera algun día cuando sea mayor, casarme con él, porque me gusta, me gusta mucho…Terry."
Esas eran siempre las palabras que Candy escribía en su diario. Día a día lo iba llenando con sus memorias todas esas lineas hablaban de su amor por el, desde que lo conoció.
Agosto 1990
"Me da miedo reconocerlo y tengo tantas ganas de decírselo, pero no, no puedo. Siento que también me quiere, me lo dicen sus ojos, cuando estoy a su lado tengo miedo que escuche como late mi corazón, pero si he a callar lo haré, pero... lo amo…. tanto"
. El tiempo pasaba y su abuelita empeoraba. Candy se sentía muy triste, pero un día la señora Paulina amaneció tan bien que Candy estaba feliz porque la escucho tararear una canción que según su abuela era de cuando la anciana era niña. La rubia se fue al colegio como todos los días, el día anterior había trabajado mucho, pero aun así se levantó dispuesta, le dejo alimentos hecho a su abuela y se fue. La mañana transcurrió normal. Terry había ido por ella al colegio para irse juntos a la casa iban tan felices, contentos por compartir, por vivir, pero todo eso vino abajo. El no llego hasta la casa pues había prometido a sus padres llegar temprano. Candy al llegar vio salir a una vecina quien al verla con ojos llenos de lágrimas supo de inmediato que había pasado lo peor.
-No por favor …no me diga que mi abuela…no….mi abuela no.- entro corriendo al cuarto y encontró el cuerpo de su abuela inerte, se acercó lentamente y tomo su mano estaba fría, la señora había dejado este mundo media hora después que Candy salió. Su Vecina, la Señora Katy algunas veces entraba para ver cómo estaba de salud otras veces para dejarle ropa de trabajo, pero al no escucharla entro, hallando el cuadro triste que yacía en su cama inmóvil. Le hablo, pero no respondió. Había llamado al cura del Barrio, este corroboro el hecho y a su vez dieron parte a las autoridades quienes por obvias razones llevaron un médico para constatar el motivo de la muerte, siendo que por la intensidad de su artritis y por la presencia de diabetes, hipertensión y el nivel de sus triglicéridos le provoco un paro cardíaco fue la que le termino por quitar la vida. Candy se sentía tan triste. Terry no estaba a su lado para consolarla, no hubo tiempo para un velorio y de inmediato después del entierro de su abuela Candy seria llevada a una hogar sustituto hasta encontrar a alguien que la adoptara o bien alguien que la empleara para trabajar. Eran 14 años y era difícil.
No hubo modo de buscar a Terry. Ella no regreso a la escuela y no conocía la casa de él. Además tiempo tampoco había suficiente. Fue trasladada y allí tenía que esperar la suerte que le tocara.
El, ajeno a la situación de Candy, se sentía tan feliz. Había decidido abrirle su corazón.
-Sera el día de mañana, si…. Hoy no se pudo, pero mañana si, se lo diré.- fueron sus consideraciones mentales con respecto a sus sentimientos.
La esperó afuera del colegio, pero ella no apareció. Fue entonces que decidió ir a buscarla a su casa, pensó que tal vez estaría enferma o su abuela se sintió mal. Así que con mucha más razón "debo ir a verlas" se dijo. Al llegar golpeo varia veces la puerta, pero nadie salió. Le reconoció la vecina que al escuchar ruidos salió.
-Muchacho, Muchacho -volvió a llamarle- Terry estaba ido en sus pensamientos, no acaba de comprender que estaba pasando? Donde podían haber ido? Pues la anciana caminaba con dificultad y era más de mediodía. Será que empeoro? La mujer tuvo que acercarse y sacarlo de sus cavilaciones- Muchacho grito de nuevo.
-Eh? – Terry volteo a ver -Disculpe, no la escuche- dijo Terry apenado.
- Ven necesito darte algo
-Que está pasando? Por qué no está Candy y su abuela en casa?- Fui a esperarla a su salón, pero no llegó.
-Oh ,hijo, aun no te has dado cuenta de lo que paso?.
-Que ha pasado señora?- preguntó Terry sintiendo un escalofrió por todo su cuerpo plantándose en su corazón- dónde están? Donde esta Candy?
-Candy ya no está aquí. Se la llevaron-Terry no podía dar crédito a lo que estaba escuchando- Su abuela murió ayer….la niña fue llevada a un hogar sustituto mientras alguien la adopta, si es que hay alguien que lo haga.
-No puede ser!- Ayer? Y yo? Dios santo! No pude estar con ella, no pude, no pude- Terry sintió un gran dolor- donde? A que hogar?- sus ojos estaba brillantes.
-Ni idea hijo!, Mira! – Señalo lo que había en su mesa- dejo esta caja. Tiene una nota y va dirigida a Ti. Supongo que tú eres Terry- el asintió con su cabeza.- bien, entonces he cumplido. Si piensas buscarla te deseo mucha suerte.
Terry se quedó en la cera de la casa. Sumido en sus pensamientos, recordando los momentos que pasaron juntos. Las mariposas en su estómago habían caído de su vuelo .Abrió la caja y en ella encontró aquellos zapatos que una vez le regalara. Ella se llevó puestos los viejos. Siguió viendo el interior de la caja y…. vio un cuaderno, si, era el diario de Candy. El diario que había escrito sobre él, sobre el amor que sentía. Lo abrió y….
Agosto finales 1990
"cada día que pasa me siento más enamorada de él. Este sentimiento es tan grande que no me cabe en el pecho, me quita la respiración cada vez que lo pienso Quisiera decirle cuanto me gusta…. Me gustas mucho Terry".
Eso fue lo último que Candy escribió en su diario. No sabía si lo volvería a ver, pero quería que el supiera sobre sus sentimientos.
Terry sonrió al leer esas líneas. "Ella lo amaba", de verdad , pero ahora….. No sabe dónde estará. Quien se la llevo? Como buscarla? Aún era un jovencito, como hacer para encontrarla? se prometió que la buscaría, aunque se le fuera la vida en ello. Corrió y corrió hasta llegar a aquel pequeño arroyo junto a la grama que una vez conversó con ella. Grito su nombre a voz en cuello y derramo las lágrimas que había contenido en su pecho. Hincado en el suelo y las manos en el mismo se dobló del dolor de saberla perdida.
-"prometo que he de encontrarte Candy ". ...Por qué te tuviste que ir, dejándome el corazón así?- decía con voz entrecortada por su sufrimiento, Candy…Candy. Estés donde estés, deseo que siempre estés bien. Mi amor.
Continuara…..
