Prólogo: "El Niño que vivió"
Todos conocemos la historia y podemos asegurar que durante toda su vida Harry James Potter había vivido muchas injusticias y tenido que afrontar varios retos: vivir en una familia que no lo deseaba, los Mortífagos, Voldemort, el Torneo de los Tres Magos, horrocruxes, el Baile de Navidad, más de una pérdida de alguien importante para él e incluso estar enamorado de la hermana de su mejor amigo, pero aún a pesar de las dificultades y los riesgos él afrontó y superó, quizás con algo de ayuda, cada dificultad que se le cruzó en el camino.
En algún momento de su vida Harry pensó que disfrutaría enormemente una vida monótona y libre de preocupaciones por lo que una vez que Voldemort fue vencido y las labores de reparación en el castillo concluyeron y él junto con Hermione decidieron volver a terminar su último año en Hogwarts, el para probar ser un estudiante normal de una vez por todas y ella rehusándose a buscar algún empleo "sin estar lo suficientemente preparada" aunque prácticamente todo aquel que hubiera participado en La Batalla de Hogwarts había acreditado ya el colegio.
Los años pasaron, Potter decidió convertirse en Auror y eventualmente llegó a la conclusión de que tener una vida tranquila no era para él, no luego de vivir todas esas experiencias llenas de adrenalina e incluso peligro, ser alguien acostumbrado a las emociones fuertes, a ser perseguido y mirar siempre atrás por seguridad... tanta paz era algo totalmente desconcertante. Una parte de él extrañaba la emoción que solía sentir pues a pesar de ser un Auror de alto rango como la mayoría de los mortífagos habían terminado en Askaban, desaparecidos, esparcidos por todo el mundo o simplemente muertos durante la guerra no había mucho que hacer.
Para nadie fue gran sorpresa cuando decidió contraer matrimonio, sí, se había casado con Ginny y, sí, había tenido con ella a sus 3 adorados hijos James Sirius, Albus Severus y Lily Luna pero junto con lo maravillosa que es la paternidad también descubrió algunas cosas como el adulterio, pues Ginny, su entonces adorada esposa, lo había engañado con Anthony Goldstein (y con otros hombres más según supo después) teniendo como consecuencia una pequeña depresión para él, acompañada por dolor y enojo lo cual por supuesto provocó entre ellos más de una pelea y obviamente una discordancia terrible que tuvo como consecuencia a largo plazo el divorcio y tener que cuidar él solo a sus hijos pues en cuanto habló con Ginny acerca de la separación ella se había puesto como loca lanzándole hechizos y maldiciones sin importarle que había intentado hacerla entender de una manera razonable que aquello era lo mejor para ambos pues si ella ya estaba cansada de la monotonía de su vida podría hacer lo que quisiera libremente y él encontrar a alguien con quien quisiera estar a su lado realmente y no solo por interés u obligación.
Antes de concluir con los trámites del divorcio Ginny intentó convencer a su hijo James, el mayor de todos, de que había sido culpa de Harry que todo acabara en el divorcio diciendo que había sido él y solo él quien de diversas formas la había engañado pero lo que no sabía era que Harry ya había hablado antes con sus tres hijos intentando explicarles que era necesaria la separación, y aunque no tuvo el valorpara hacer quedar mal a Ginny frente a sus hijos, pues no quería dañarlos y aún contra todo lo pasado una parte de él aún la quería, los menores lo aceptaron.
Sus hijos comprendieron aunque sintieron dolor al saber que ya no estarían sus padres juntos pero ni James ni el resto hicieron caso a las historias que su madre intentó meterles en la cabeza y fue así como Harry acabó consiguiendo el odio de Ginevra y algunos miembros de su familia como George, Arthur y sorpresivamente también su "mejor amigo" Ronald Weasley quien, por el error de su hermana, terminó por odiarlo.
A Molly se le veía triste pero ella amaba a Harry como a un hijo más y simplemente darle la espalda era algo que no podía ni quería hacer por lo que decidió no intervenir en el pleito que surgió, quedar en un punto neutro y seguir viendo de vez en cuando a sus nietos. Percy y Bill parecían creer casi completamente que Harry no era el culpable de aquella separación, conocían a su hermana y aunque a nadie le pareciera ella no era una santa, pero no podrían expresarlo sin incordiar con el resto de su familia y si, por ejemplo, nos remontamos unos años atrás en la vida de Percy y recordamos como fue tanto para él como su familia cuando creyó que estar del lado del ministerio era lo correcto, cuando peleó con ellos y se distanció... era bastante obvio que no querrían pasar, por primera vez para Bill o de nueva cuenta para Percy, por algo ni remotamente similar.
A pesar de todo Harry creía que su vida no era tan mala después de todo aún estaba con sus hijos y se las arreglaban bastante bien pero llegó un día en el que comenzó a cuestionar cada una de sus decisiones desde pedirle al Sombrero Seleccionador que no lo pusiera en Slytherin, creyendo que eso podría ser lo peor que habría de llegar a ocurrirle, hasta la decisión de casarse con Ginny Weasley. Realmente amaba a sus hijos y por eso no podía arrepentirse del todo por ello pero, quizá, si las cosas hubieran sido diferentes, si él hubiera hecho las cosas mejor o hubiese pensado dos veces, su familia habría sido increíblemente feliz.
Fueron tantas las preguntas y dudas de lo que hubiera podido ser de su vida si tan solo hubiese tomado alguna decisión diferente que llegó un momento en el que sólo pensaba en que tal vez y solo tal vez hubiera sido mejor ser un Slytherin relativamente libre de presiones, que no tendría por qué soportar las burlas de los demás fueran de la casa que fueran, ni hacerse responsable de problemas que no eran suyos a pesar de que eso era parte de su naturaleza, todo eso que implica ser un Slytherin, la mala fama y temor de otras Casas, le parecía ahora más fácil que haber sido un Gryffindor que tenía que dar todo por gente que al final no valoró ni un ápice lo que hizo, lo que sufrió y en lo que ayudó.
Entre tanto drama y cansancio fue como un día, harto de tantas cavilaciones, tomó la decisión de usar el Último Giratiempo, el último de todos que quedó sobre la faz de la Tierra luego de la guerra, que se rumoreaba que tenía poderes, una magia especial, desconocida para todos, y que le había sido otorgado por el Ministro de Magia en persona como recordatorio y reconocimiento de su victoria sobre Voldemort.
Y así con algo de tristeza pero lleno de determinación, retrocedió hasta la noche en la que dentro de una miserable choza sobre una gran roca en el mar y bajo una terrible tormenta él esperaba ignorante de todo lo que el futuro tenía preparado para él su cumpleaños número once...
