Hola, hola.

Este es mi primera historia de Snk, y estoy muy emocionada. Bueno sabrán que también es de mis primeras historias que no son de drama. Ya que yo en el mundo hetaliano, la mayoría de mis escritos son de drama. Entones también estoy emocionada por el hecho de variar en el género.

Esta historia como ya se imaginan está basada maso menos en el cuento de la Cenicienta, solo que está será más diferente y randoom, si se puede decir así.

Aún así espero que les guste.

Pareja principal: Rivaille- Eren , RiRen.

Género: Romance, Humor, AU.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama.

Advertencias: Por el momento ninguna.


~Erencienta.~

1.-Encuentro mágico.

Era un nuevo día en el Reino, y el Palacio Rose, estaba repleto de invitados. Había un propósito para todo eso, claro. Y era buscar una prometida para el heredo al trono Rivaille. Pero ninguna de aquellas doncellas lograba cautivarlo. Rivaille era un hombre de carácter duro y especifico. Sabía lo que quería y lo que no. Aparte las que habían escogido eran rechazadas con un rotundo; No. Así que era muy difícil buscarle una esposa a su gusto. No era tampoco muy alto y tenía el cabello negro corto, con ojos color olivo.

-Me niego. –dijo el príncipe.

-Rivaille, sabes que es necesario. –dijo Irvin Smith, el asesor del Rey, y el acompañante del joven heredero.

-Los bailes son estúpidos.

-Sería más sencillo si eligieras una prometida ya.

Rivaille gruñó molesto. No iba a poder oponerse a tales decisiones. Le molestaban esos eventos, mucha gente y desorden. Y más para cosas que carecían de importancia para él.

Así para ese mismo día, al medio día invitarían a las doncellas de todo el reino para que por fin el príncipe pudiera elegir entre algunas de ellas.

.

.

Un poco más alejado del pueblo, del reino vivía Eren Jaeger, un joven de 15 años, se encontraba acarreando dos cubetas de agua, hacia su casa. La mansión de los Jaeger, pero esa ya no era su casa, si no de actual padrastro: Auruo Brossard. Un viejo amigo de su padre, quién al desaparecer se hizo cargo del pequeño Eren, el cual tampoco tenía mamá, ya que esta había muerto cuando era aún más pequeño. Y como no tenía un tutor, su única posibilidad era aquél hombre amigo de su padre, aun que él no era todo el problema, si no su fastidioso hijo; Jean. Oh sí, como le fastidiaba su hermanastro cara de caballo. Siempre le tocaban los deberes de la casa a él, y Jean lo único que hacía era empeorar las cosas o burlarse de él. Pero no podía hacer nada porque su papi le daría más trabajo.

Su padrastro había salido esta mañana por algo de pan, pero lo había dicho que tenía que traer el agua. Siempre él, claro. Pero Jean podía dormir hasta la hora que quisiera mientras él trabajaba. Pero no le quedaba de otra. Una vez que acarreó el agua hasta su casa, dejo los cubos en la cocina para después ir por los instrumentos de limpieza, y dirigirse a lavar todo el piso de la entrada principal, escaleras, ventanas y todo. Sacudir el polvo, barrer, trapear, lavar, recoger la estúpida ropa del cara de caballo, la de su padrastro, lavarla, y ordenar sus habitaciones. Que vida tenía. Y lo peor es que tenía una casa enorme. Volvió a cargar con la cubeta con agua, y se hincó en el suelo principal para comenzar a lavar.

-Hey, Eren. ¿Qué hay de desayunar?- preguntó Jean entrando a donde estaba el otro.

-No hay nada, si quieres algo ve búscate algo tú mismo.-respondió desde el suelo.

-¡¿Cómo que no hay nada?!

-Tienes dos manos. –respondió nuevamente Eren serio, no le gustaba que abusaran de él. -…idiota.

-¡Idiota serás tú!, imbécil. No estás haciendo tu trabajo.

Al escuchar eso, Eren se volteó hacia el toro molesto.

-yo no soy tu maldita sirvienta, zopenco cara de caballo.

-¡Ahora sí, inútil! –Y con esas palabras el castaño más claro se abalanzó con el otro.

A los pocos minutos la puerta se abrió con una cantarina voz, que se detuve al ver a los jóvenes discutiendo tirados en el suelo golpeándose.

-¡Ustedes dos, apártense ya! –les gritó. Pero no le hicieron caso. Así que personalmente tuvo que ir a separarlos. -¿Qué está sucediendo aquí?- preguntó molesto, él venía con el mejor humor del mundo hasta que llegó a su hogar.

-¡Fue Eren!, el empezó. –declaró al instante Jean, con un dedo acusador hacia el otro.

-¿qué? , ¡Claro que no!, yo….

-Basta. Eren sabes…-iba a continuar hablando pensando de que manera podía castigar al menor, pero recordó un secesos de esta mañana. Sus ojos se iluminaron y su sonrisa se ensancho de una manera tétrica.

-Eren, tú sabes nuestra situación. Nos estamos quedando un poco más pobres.

El nombrado solo asintió.

-Y Palacio, acaba de hacer una proposición. Están buscando prometida para el heredero al trono.

Jean escuchaba atento todo, pero eso lo confundió más igual que a Eren.

-Pero aquí solo somos varones, papá. Aunque eren puede contar como marica.

-¡Oye!- se oyó reclamar al otro.

-Silencio los dos. Aquí va mi maravilloso plan. Eren, a causa de tus acciones, y tu físico has sido elegido.

-¿Elegido?, ¿Para qué? –preguntó con miedo el menor. A su padrastro se le podían ocurrir cosas muy extrañas.

-serás ahora en adelante nuestra doncella.

-¿Doncella?, ¡Soy hombre!- exclamó aterrado.

-Te disfrazaremos, e irás. Intentarás seducir al príncipe, y si eres elegido viviremos repletos de lujos. En caso de que falles, yo intentaré cortejar a la duquesa Petra Ral. Igual y tenemos doble ganancia.- empezaba a decir con un aire de grandeza. Estaba loco definitivamente.

Mientras Jean se atoraba entre sus carcajadas imaginando a su hermanastro en un vestido grande y esponjoso y colores femeninos. Y Eren…él solo miraba horrorizado la situación. Al caer la tarde, Auruo había regresado con ciertas cosas que les ayudarían a cumplir su cometido y extraño plan.

¿Por qué no podía tener una vida normal?, se preguntaba internamente Eren. El quería salir con sus amigos Armin y Mikasa, no jugar a enamorar a un príncipe desconocido, pero los rumores decían que era un gruñón amargado. Peor tantito, Jean no dejaba de molestarlo.

-Eren…Eren, Eren, mi querido hermanastro. –empezó a decir de forma suave. –Hoy serás la mujer que siempre quisiste ser.

-¡Yo nunca he querido ser mujer!

-claro, ahora es hora de tu transformación.-y con una sonrisa cómplice y tétrica a su padre, empezaron la operación.

Y después de 3 horas y medias, su esfuerzo dio resultado.

Las piernas esbeltas y perfectamente depiladas de eren, tenían unas mallas que le acentuaban su figura, pero lamentablemente no las podía lucir por el vestido bombacho azul marino, con encajes dorados, celeste, y blanco. Debajo de la falda de la prenda tenía una crinolina esponjosa de tul para agradar aun más el vestido. Llevaba unos pequeños tacones, con los que le costaba caminar, aparte de que el corset le quitaba un poco de aire. Sus rasgos no eran tan difíciles e manejar, así que con la peluca bastaba para poder feminizarlo. Para ese momento Eren ya no tenía su cabello castaño obscuro corto, sino una peluca del mismo color hasta la cintura, sus ojos verdes azulados combinaban con el vestido haciendo juego con piel medio bronceada.

Un joven doncella muy apetecible.

Eren se miraba al espejo perturbado. Gracias a dios que no le maquillaron. La verdad es que no esperaba engañar a nadie con su disfraz y menos a su alteza.

Auruo y jean se vistieron de traje, y después llamaron al cochero. Jean empujó a Eren para que entrará en el carruaje, y después subieron él y su padrastro. Eren pensaba en la humillación que podía llegar a provocar si era descubierto. Y él no quería eso.

Al llegar los recibieron en la entrada, un hombre de la guardia los guió hacia el gran salón. Eren pasó desapercibido por el momento. Por el momento….

.

Mientras tanto, Rivaille se encontraba paseando entre la gente en el gran salón. Ninguna chica era de su gusto o preferencia. Todo está porquería era una pérdida de tiempo. A lo lejos vio algo muy peculiar, un vestido muy esponjado color azul, en una chica muy…extraña. Reconoció al hombre que iba con ella y otro chico, era un amigo de su padre. Vio como se separaban de ella dejándola sola. Era bastante torpe, caminaba bastante estúpido, parecía tener algún retraso mental según Rivaille. Una mocosa más en su palacio, una mocosa que podía romper las lujosas cosas. Y como si l hubiera predicho, la chica se iba acercando más hacia los jarrones de porcelana del lugar y otras decoraciones. Oh, no. No iba a permitir ningún desastre en su palacio por una inútil.

Cuando se acercó pudo verla más de cerca, no llevaba ningún rastro de maquillaje, su piel se veía muy lisa de todos modos. Tenía un color de ojos muy bonito, al parecer lo único rescatable era su rostro pues era muy, muy plana.

Eren trataba de caminar con los zapatos pero aún no se acostumbraba, no tuvo tiempo de practicar, y lo peor fue que se le ocurrió ir hacia las cosas costosas para entrenarse a sí mismo, lejos de tanta gente. En uno de esos pasos casi tropieza contra una de los jarrones si no fuera que algo, mejor dicho alguien lo sostuvo.

Volteó su mirada estremecida y vio ahí, el gesto fruncido del quien parecía ser el príncipe.

-Estúpida mocosa, casi rompes el jarrón.

-¡Perdón! , no ha sido mi intención. ¡Lo juro!

Rivaille se percató del físico contrario.

-Hey… ¿Acaso eres varón?

Eren se puso rojo.

-¡No ha sido mi intención, su majestad!, mi familia me ha obligado….y

-Quítate la peluca. –dijo con voz severa. Y el castaño obedeció al instante.

El príncipe observó cada detalle del chico. Dijeron que tenía que conseguir pareja esa noche. Y el joven eren era lo más decente que había visto. A parte esos ojos de borrego degollado, le causaban cierto efecto. Tomó sus manos y lo jaló cerca de él. Cuando eren se dio cuenta estaban en posición para bailar un vals.

-¿Qué está haciendo?- preguntó confundido.

-Aparte de retrasado, ciego. Vamos a bailar. –y con esas palabras no le dio tiempo de reclamara Eren, para después bailar, aunque el castaño piso varias veces al mayor por no contar experiencia con los zapatos.

La música se oía a los lejos, y los ojos de Rivaille no se apartaban del menor. Aunque fuera más bajo que el otro, eso no quitaba efecto entre ellos. Y después de un rato de compartir miradas, el príncipe paró.

-Eres pésimo bailando. Un asco.

-P-perdón, su majestad. –dijo bajando a cabeza. No era justo, los zapatos se lo impedían, a parte le ponía nervioso todo lo que pasaba.

Rivaille lo repasó con la mirada, y después se le acercó para levantarle la falda del vestido. Automáticamente Eren con las mejillas rojas, se le bajó enseguida.

-¡¿Qué está haciendo?!-reclamó avergonzado.

-Quería saber si traías el juego competo, mocoso. Y no debes de hablarme así. –dijo aumentando su severidad en las palabras propias.

-Yo…yo….-Eren no sabía que decir estaba humillado, y siendo avergonzado por la futura corona del reino. Qué dirían de él. Él solo se dejo llevar por el momento. -¡Perdón!- al decirle eso al mayor hizo una reverencia y salió corriendo.

El príncipe intentó detenerlo. Estaba seguro de su decisión. Sin embargo el otro corrió más rápido, y bastante torpe a decir verdad.

Intentó perseguirlo, pero Irvin lo detuvo unos momentos. Lo perdió entre la multitud.

Pero no se daría por vencido, el encontraría a ese mocoso disfrazado de doncella costara lo que costara.


Y bueno, este ha sido el primer capítulo, espero que les haya gustado. Sí, está algo raro, eso creo. Pero igual espero que lo hayan disfrutado.

Ya en el siguiente capítulo saldrán más personajes c: , trataré de actualizar pronto. Eso espero. Quiero empezar a actualizar mis historias como que parejas xD.

Muchas gracias por leer. ¡Los quiero!.

Hasta la próxima.