Título: UN CUMPLEAÑOS PERFECTO

Autor: Sirem

Beta: Ninguna, disculpad los posibles errores.

Aconsejado: TP

Resumen: Es una cosa muy cortita para el cumple de Harry. Espero que a él le guste, y a vosotras también.

Disclaimer: Ninguno de los personajes ni situaciones me pertenecen, pertenecen a JK Rowling

Harry se acurrucó contra el cuerpo de Draco totalmente saciado.

Recordó cómo, hacía diecisiete años, pensaba en lo desgraciada que era su vida, en lo poco que le apreciaban sus tíos. Ese mismo día había cambiado su vida, dando un giro de ciento ochenta grados que le había traído amigos, aventuras, buenos momentos y, sobre todo, un novio al que quería muchísimo.

Recordó cómo Draco había intentado regalarle un cumpleaños perfecto. Había montado una fiesta que él creía sorpresa, aunque Harry se había enterado casi un mes antes. Por Ron. Y luego por Teddy.

Se había esforzado por encontrar el regalo adecuado. Hubiera acertado si a Harry le gustasen las joyas. Pero el colgante era precioso, eso tenía que reconocerlo, aunque hablase de vez en cuanto.

Y había querido también darle una noche especial. Su pene pegó un latigazo al recordar la inoche especial/i.

Estaba muy contento con los intentos de su novio por complacerle, aunque estos no saliesen exactamente como Draco los planeaba.

Lucius había intentado matar a Arthur en la fiesta, a pesar de que su suegro no tenía varita. Pero parecía que, por ahogar a un Weasley, podían saltarse la regla de oro de los Malfoy: hacer nada al estilo muggle.

Los compañeros de Harry se habían emborrachado y habían intentado propasarse con Ginny lo que, lógicamente, acabó en un cruce de maldiciones y con Harry haciendo malabares para que sus colegas no detuviesen a su mejor amigo.

El colgante que Draco le regaló siseaba cada vez que un gay se acercaba a Harry. Le pareció tremendamente sospechoso, pero Draco juraba que no sabía que hacía eso cuando lo compró, que lo único mágico que hacía era hablar, según el vendedor.

Y ya en la habitación, a Draco le había dado una contractura al intentar conseguir una postura nueva y complicada. Habían tenido que interrumpir lo que hacían hasta que se le hubo pasado el dolor.

Pero después había sido mágico. Y Harry se abrazaba con fuerza a Draco y pensaba que había sido el mejor cumpleaños de su vida porque, a pesar de todos los inconvenientes, peleas y accidentes, por primera vez lo había pasado junto a Draco.