1. Aquella mañana
Maldita mañana de perros – pensó Malfoy, -Es que podía haber un día tan asqueroso? Desde que abrió los ojos esa mañana, supo que sería un día que tenía que pasar rápido, por su bien mental.
Se levantó media hora mas tarde de lo acostumbrado, se estaba duchando cuando se dio cuenta que no había shampoo - ¡Pero que demonios! ¡¿Quién se acabó todo el shampoo?! – y oyó que una voz divertida que conocía a la perfección le decía desde detrás de la puerta.
-¡Sabía que se me había olvidado decirte que me lo había acabado! La verdad es que tuve una ducha muy acompañado esta mañana, y tu sabes, había que ocupar más, es de mala educación invitar a ducharse a una chica y no darle el adecuado servicio…tú me entiendes, ¿No Malfoy? –decía Blaise Zabini aguantándose la risa.
Luego de un montón de juramentos por parte de Malfoy, en los que incluía a toda la familia de Zabini, salió de las duchas hecho un manojo de ira y con una idea clara en su cabeza…venganza, dulce venganza…
Desafortunadamente para Malfoy, no logró ni siquiera comenzar a planear su revancha cuando recibió una noticia desagradable.
-Toma Draco –decía Millicent Bulstrode tendiéndole un pergamino sellado con el emblema de Hogwarts – me lo encontré en la sala común, y tenía tu nombre en él, así que…ehmm bueno, lo tomé y decidí traértelo.
-¿Quién me lo manda? – preguntó cortante Malfoy
-No lo sé Draco – decía Bulstrode -Solo me lo encontré y te lo traje porque yo pensé si alguien lo abriese que tú…
-Muy bien Bulstrode, no tienes porque darme toda la lata – la interrumpió Malfoy de malos modos -Si no lo sabes me basta con que me digas eso, punto. Y dándose la vuelta subió a su habitación con paso firme -Es una suerte que ahora esté en séptimo – pensó Draco, así por lo menos me libré de compartir cuarto con el maldito imbécil de Zabini y de recibir visitas desagradables…Es que Bulstrode se estaba volviendo tan pesada. Quería saber cuando, donde y con quién estaba…ni que estuviese enamorada de mi – Sencillamente ridículo, aunque francamente posible, soy irresistible -.
Apenas se sentó en su cama abrió el pergamino y leyó:
Estimado Sr. Malfoy:
Como ya le informamos a principio del presente curso, todas las asignaturas están siendo estrictamente reguladas, al igual que los estudiantes que las cursan, por lo cuál hemos decidido que cualquier alumno que haya recibido una nota igual o menor a un 4 será recomendado –Malfoy rió ante esto, recomendado sería igual que: obligado – a asistir a tutorías, las cuáles las impartirán los profesores de la asignatura en la que hayan fallado. Adjuntándonos a esto hemos tenido conocimiento de que usted ha tenido una nota insuficiente en Transformaciones, por lo cuál está citado para la tutoría de la ya anteriormente mencionada asignatura en el siguiente horario, a partir de la semana del 2 de Diciembre.
Transformaciones Profesora McGonagall
Todos los Jueves a partir del 5 de Diciembre
Sala 4 Quinto piso
19:00
Como son tutorías y el objetivo de estas es que suba su nivel académico, se harán exámenes para comprobar su esfuerzo y dedicación. Debo recordarle que la asistencia a estas, deben ser con puntualidad y que cualquier inconveniente será informado a sus padres.
Atentamente, Minerva McGonagall
Subdirectora
Así que la vieja se había atrevido a citarlo después de todo – pensó Malfoy amargamente, ¡Es que ya no había ni un respeto para la sangre pura como él? No, porque esa vieja chiflada siempre privilegiaba a los impuros y a los sangre sucias, como esa Granger…maldita ella también, dedicada, estudiosa, desagradablemente "perfecta", y santurrona, si eso era lo peor, aunque…pensándolo mejor la sangre sucia desde hacía mucho tiempo había dejado de ser santurrona, específicamente antes de terminar sexto ¿Qué le había ocurrido? Francamente está arrasadora este año –pensó Malfoy muy en su interior. Estaba alta - aunque siempre lo había sido-, delgada y mas…mujer por así decirlo, se le veía cambiada…No, lo que pasaba es que había desarrollado unas curvas especialmente cautivantes, y una boca muy…muy sexy. De repente tenía novios como el simplón y cabeza hueca de Roger Davis, que según el grupito de chismosas de Pansy, no duraron ni dos semanas puesto que ella lo había terminado, Ella! La sangre sucia terminó al imbécil ese! Insólito! Y ahora el actual novio cabeza hueca: Derek Reed, actual capitán del equipo de Quidditch de Ravenclaw…unos verdaderos zopencos, aunque admiro el gusto de Granger…todos son al menos levemente conocidos y perseguidos por las chicas, no tanto como yo, claro, pero tienen arrastre entre las féminas, hay que reconocerlo.
Aunque Granger no queda atrás en eso de "arrasar"…más de un chico se quedaba baboso cada vez que ella pasaba, e incluso recurrían a tácticas que dejaban mucho que desear…¿Pero que demonios me ocurre, yo pensando en si está buena o no Granger?, me debe haber afectado esto de la tutoría con McGonagall.
-Si, eso debe ser -pensó impaciente.
-Muy bien – se dijo tratando de alejar esos pensamientos peligrosos de su cabeza -Si la vieja chiflada quiere mandarme a tutoría tendrá que atenerse a las consecuencias…Y con estos pensamientos bajó a su sala común de Slytherin.
Le gustaba ese lugar, lóbrego y amplio, pero por sobre todo le gustaba porque tenía mucha elegancia y "clase", algo que los de Gryffindor o los ineptos de Hufflepuff no deben tener ni en sueños…
-Ah! Así que a ti también te citaron a tutoría – oyó que Zabini le decía indicando su pergamino. Y luego mostrando el suyo agregó – A mi también me han citado, pero por suerte, sólo a dos, me moriría si me pusieran tres o más clases extras.
-Zabini, tu te mueres por el sólo hecho de asistir a clases normales – le dijo Malfoy
-Es que compartir techo con esos impuros y traidores a la sangre… - comenzó Blaise
-Sí lo sé, pero que se le puede hacer, si hasta que no echen al patético de Dumbledore seguirán reinando esa escoria – contestó Malfoy – por el momento me conformo con hacerles la vida imposible.
-Hey ya vamos a desayunar, sino para colmo de la desgracia tendremos castigo por llegar tarde a Encantamientos – dijo Zabini
-Está bien – replicó Malfoy con un dejo de desdén en la voz.
Como pronosticó Zabini, llegaron a la primera hora de la mañana tarde, por culpa del gusano de Peeves- pensó Malfoy-. Se lo encontraron en la mitad del segundo piso y los había bombardeado "literalmente" con agua y algo viscoso que por suerte no le alcanzó a llegar, por muy poco… granuja si tan solo le pusiera las manos encima a ese bicho.
-Muchachos, primer día de la semana y ya estamos llegando atrasados – dijo el profesor Flitwick con su aguda vocecilla. La próxima vez habrá castigos, señor Malfoy, señor Zabini, están advertidos.
Y así comenzó una interminable hora de Encantamientos, ese día tenían que tratar de invocar un escudo lo suficiente poderoso para dejar aturdido al oponente. Y como siempre la primera en derribar a su oponente había sido la insoportable de Granger, consiguió al segundo intento dejar inconsciente al pobretón de Weasley, con lo que le dejó un chichón del tamaño de Asia…
-Bien hecho señorita Granger – decía el profesor Flitwick mientras se paseaba por la clase – veinte puntos para Gryffindor por ese fantástico hechizo. Ahora todos por favor colóquense en parejas nuevamente para seguir practicando.
-Lo siento Ron, no pensé que te pegarías tan fuerte – dijo en susurros Hermione a su compañero pelirrojo.
-No te preocupes la verdad es que estoy bien, no pasa nada- respondió rápidamente Ron Weasley, con la cara tan roja como su cabeza.
-Nauseabundo –dijo Pansy mientras observaba la escena- ¿Porqué siempre esa estúpida de Granger tiene que ser tan insufriblemente sabelotodo? La detesto…
-Celosa Parkinson? – preguntó Malfoy con una sonrisa de suficiencia.
-Como crees Draco, ¿Yo celosa de esa sangre sucia? Ni en sueños, prefiero mil veces mirar a un basilisco a los ojos que ser como ella – replicó afectada Pansy
Media hora después tocaban el timbre dando por terminada la clase, y Draco Malfoy seguía de mal humor, no había podido hacer que Crabbe quedara inconsciente como lo había hecho esa Granger, lo más que le pudo hacer fue que cayera al suelo…Aunque pensándolo bien, el hechizo no había funcionado porque Crabbe no era ni una sílfide, en cambio al pobretón con un pequeño esfuerzo lo hubiese derribado, era un palo de escoba.
Y con todos los desafortunados eventos de la mañana arremolinándose en su cabeza, se encontraba ahora dirigiéndose a Pociones.
-Quizás ahora me divierta un poco –pensó Malfoy, a Snape le encanta dejar en ridículo al trío dorado. Era un hecho conocido universalmente que Snape odiaba a la sabelotodo Granger, al cabeza rajada de Potter y al pobretón. Weasley por supuesto, su familia tenía mas hijos de los que alguien medianamente bien económicamente pudiese mantener, y en el caso de los Weasleys era aún peor.
-Silencio –decía Snape ni siquiera elevando la voz. Espero que en el examen que viene saquen mas allá de los mediocres 6 y 5 que estoy acostumbrado a recibir, ya que sino personalmente los haré sufrir…las consecuencias –dijo ácidamente dirigiéndose a Harry Potter específicamente.
-Veritaserum –pensó Malfoy al instante. Desde hacía años que Snape los amenazaba con probar la poción en alguno de los alumnos que fallara su asignatura, aunque afortunadamente para aquellos, llegó a oídos de Dumbledore el macabro deseo de Snape y la cosa quedó hasta allí.
-Está bien – decía Snape, hoy comenzarán la poción de dormir sin sueños, y ya que es una poción que necesita reposar dos días antes de poner la siguiente ronda de ingredientes, dejará cada uno su caldero con su nombre en él. El que no tenga su nombre en él será arrojado a la basura y tendrá su respectivo cero…están avisados. Las instrucciones están en la pizarra, pueden comenzar.
De súbito comenzó un revuelo de balanzas, pequeños frascos e implementos para llevar a cabo la poción.
En la primera fila Hermione Granger ya había comenzado a cortar patitas de ciempiés…
Que complicada esta poción – pensó Hermione, pero por Merlín! Si hasta tiene pelo de rugnarck!, de verdad Snape se esmeró en hacernos sufrir. Aunque la verdad es que esta poción es muy importante pues va a salir en los Éxtasis –pensó alegremente.
-Como vas Harry – oyó que decía Ron Weasley con preocupación, pudiste hacer esas maniobras para revolver el caldero?, a mi sinceramente no se me quiere poner azul diáfano como dice en las instrucciones…
-Ron, pero si ni siquiera lo estás revolviendo –decía Harry, tienes que hacerlo en forma antihoraria…creo, aunque a mi tampoco me esta quedando tan transparente como debiera ser – dijo en un tono que denotaba preocupación.
-Que te apuesto que Snape va a mirar nuestros nombres en los calderos esta tarde y los echa al bote de la basura – dijo Ron amargamente.
-Que lo intente – replicó Harry -No le pienso aguantar ni una a Snape, aunque me quede todo el curso castigado.
-Harry, por favor no te metas en problemas, se acerca la navidad…-dijo Hermione sin mirarlo pues estaba muy concentrada echando escamas de dragón a su poción.
-No Hermione ya me tiene harto – dijo Harry. Me tiene enfermo que siempre se quiera meter conmigo, pero ahora aún más, no me arrebatará de las manos el sueño de ser Auror.
-Compórtate quieres –decía Hermione -La verdad es que aunque te portes como te portes Snape no será mas justo o menos justo contigo, tenlo claro. A mí personalmente me gustaría que te pusieras a trabajar para no darle motivos…
-Hermione, si sabes que aunque Harry llegara a ser el primero en la clase no le pondría un extraordinario –decía Ron -El muy maldito nos tiene en su lista negra personal.
-Faltan diez minutos –dijo Snape en tono autoritario. Ya debería aparecer un vapor violeta en sus calderos, claro si la poción está bien hecha.
-Oh, Harry a tu caldero le está saliendo vapor violeta! – exclamó Ron tiritando de la emoción - Ya era hora que aprendieras algo en los últimos seis años, no te parece? –dijo dándole una palmadita en el hombro. -Lástima que al mío no le pasó nada – añadió melancólico.
-Que bien Harry! –exclamó Hermione admirando tanto su caldero como el de ella.
-Muy bien, eso es todo coloquen cada caldero con su nombre, y retírense –dijo Snape.
Más tarde en el Gran Salón, Harry y sus amigos estaban conversando muy animados sobre lo que harían ese fin de semana en Hogsmeade. Como se acercaba la Navidad a los de tercero en adelante les habían dado ese día libre para poder ir a hacer las últimas compras.
-Tendré que cambiar mas dinero muggle, del mágico ya casi no me queda – se quejó la castaña.
-Nosotros te acompañaremos –sentenció Ron. Además luego debemos hacer las compras "difíciles", y tu eres nuestra asesora particular, a mi y a Harry nos cuesta mucho hacer regalos a chicas, son tan complicadas…-suspiró el pelirrojo.
-Oye! Que yo también soy una chica y yo no soy complicada –exclamó Hermione un poco molesta.
-Sí lo sé, y sí, si lo eres – dijo Ron.
Hermione abrió la boca para discutir pero quedó sellada con un beso de su novio, quién se sentó a su lado. Ron farfulló algo de un inodoro explotando en la cabeza de alguien y se perdió de la vista.
-Hola Herms – la saludó Derek. Pasaba por aquí y decidí venir a ver a mi perfecta novia. ¿Qué planeas hacer este fin de semana?
-Ah, bueno tengo que cambiar dinero muggle porque ya casi no me queda del mágico, y como tengo que hacer las compras navideñas…-comenzó Hermione
-Que bueno! Si tu quieres te acompaño y luego podemos…-empezó a decir Derek.
-No, no te preocupes que ya quedé de ir con Ron y Harry – se apresuró a interrumpirlo la chica. ¿No es cierto?- dijo con la voz tensa, pidiendo auxilio con los ojos.
-Sí, lo siento Derek, pero te la robaremos un momento, no demoraremos – dijo Harry entendiendo la mirada de su amiga.
-Aaah bueno esta bien, entonces luego nos vemos en Las Tres Escobas- dijo Derek. Bueno me voy, ahora tengo herbología, luego nos vemos. Y diciendo esto le dio un beso suave en la boca a Hermione y luego se marchó.
-Por Merlín Hermione –exclamó el moreno, ¿Cuándo le dirás que ya no quieres salir con él? Va a empezar a sospechar, deberías decírselo…
-Está bien – suspiró la chica -Le diré, pero es que es tan considerado y tierno, me da mucha pena decirle que se acabó.
-Pues se lo tienes que decir, sino luego será peor – sentenció el moreno.
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Al otro extremo del Gran Salón un chico de ojos grises observaba la escena con malicia.
Así que Granger se cansó del zopenco, me lo imaginaba ella es mucho para ese idiota –pensó Malfoy. Es que es tan aburrido, lo único que sabe hacer es jugar Quidditch, y no digamos espectacular…
-Draco, querido vendrás a mi cuarto esta noche? –le instaba Pansy lo mas seductoramente posible. Desde hace días que no me vienes a ver, si sigues así tendré que buscarme otra compañía…-dijo ella en un puchero.
-Haz lo que te apetezca –respondió Draco incólume.
Obviamente esa no era la respuesta que Pansy esperaba…
-Pero Draco, es que esperaba que tú fueras a verme – insistió Pansy.
-Estoy cansado, déjame tranquilo – replicó Draco. Y dicho esto se levantó y caminó en dirección a la salida.
-Estoy cansado de que quieran apoderarse de mí, yo no soy de nadie – pensó Draco. Soy libre de hacer lo que me plazca, si voy a su habitación será cuando a mi se me antoje y cuando quiera, malditas mujeres, creen que porque tengo sexo con ellas, es como pedirles firmar un contrato de exclusividad -bufó Malfoy.
En el corredor se encontró con una pareja, al parecer discutían – bah! Alguna otra chica celosa haciendo escándalo - pensó Draco. Pero al parecer no era la chica la que le ponía los puntos en las íes sino que era el chico, y ahora que los veía mejor…era Granger y el estúpido de Reed.
-Pero Hermione dime porque me estas dejando – decía Reed, es que andas con otro?, me estás dejando porque hay alguien más, no creas que no veo como se te queda mirando Ernie Macmillan cuando vamos por los pasillos! Además del imbécil de McKinnon que no te quita los ojos de encima en clases…no, estoy harto de que cada vez que salimos de clases los chicos te quieran comer con la mirada!!
-Derek, por favor –empezó Hermione -Sabes que no ando con ningún otro es solo que….
-Pero ¿entonces? – la interrumpió Reed, ¿Es que acaso no soy lo suficientemente atractivo para ti?, te he tratado mal?
-No, como crees como piensas esas cosas, sabes que eres muy guapo y por supuesto nunca me has tratado mal –decía Hermione -Es solo que…
-Se cansó de que fueras tan pegote y cabeza hueca Reed, eso es lo que pasa –dijo Malfoy saliendo desde atrás de una armadura –Reed, tan pocas neuronas te quedan que aún no te das cuenta? Cielos, pensé que Longbottom era tonto pero tú te llevas el premio.
-No le hagas caso Derek – refunfuñó Hermione. Porque no te largas Malfoy? No tienes que firmar algún autógrafo a alguna admiradora?
-Que perspicaz Granger, la verdad me sorprendes, si querías un autógrafo tenías que decírmelo, no tenías para que hacer un numerito de celos – dijo Malfoy,
-Que oportuno Malfoy pero si quisiera limpiarme los zapatos no buscaría papel tan…maloliente- dijo Hermione con una sonrisa tan cínica, envidiable hasta para un Malfoy.
-Auch Granger, eso casi me dolió – se mofó Malfoy -Pero viniendo de una sangre sucia como tú…
-¿Cómo la has llamado imbécil?-exclamó Derek, como te atreves en hablarle así a mi novia? Dijo avanzando unos pasos en dirección a Malfoy con un puño amenazante.
-Derek vamonos, este imbécil no tiene nada mejor que hacer- empezó Hermione.
Y luego tomándolo del brazo para evitar que Derek se tirara encima de Malfoy lo comenzó a guiar hasta la salida.
-Te espero cuando quieras cabeza hueca- gritó Malfoy por el pasillo -Claro si es que tu noviecita no te detiene antes…marica.
El efecto fue automático, Derek se liberó de Hermione y se lanzó sobre Malfoy dándole puñetazos por todo el rostro y estómago. Cierto era que ambos eran altos, pero Reed era mas corpulento que Malfoy, le llevaba ventaja.
-¡No! ¡Alto! Malfoy suéltalo! –gritaba Hermione enloquecida. - Derek alto! Para! No vale la pena, los castigarán..!!
-Así es señorita Granger- dijo una voz conocida detrás de ellos. - TODOS serán castigados. Quiero una explicación!
La profesora McGonagall estaba parada con los brazos en jarras y con la varita lanzando chispas rojas de furia. Estaban perdidos.
