Canción: Monochrome no Kiss - SID
Disclaimer: Los personajes son de sus respectivos autores, la historia fue hecha sin fines de lucro ni mala fe.
Parejas: AkaTsukki (Akaashi Keiji x Tsukishima Kei); posible mención de otras parejas. Totalmente Keiji Centric!

Advertencias: Omegaverse, Akaashi Alfa. Mención de uso de drogas el cual no estoy promoviendo, por eso elegí el raiting M. Tragedia y muerte de un personaje. Si no eres tolerante con este tipo de temas entonces te invito a leer alguna otra de mis historias en mi Biografía.

La idea principal sobre la redacción de esta pareja es por ShinobuRei en el universo del fanfic ''De estrellas, gatos negros, Alfas y Omegas'', historia en la cual he tenido la oportunidad de trabajar un par de capítulos como Beta. Gracias por la invitación que me hiciste a crear el punto de vista del fanfic desde uno de mis personajes favoritos.


La luna, colores, Alfas y Omegas

Prelude.

.

''Y no te vayas por favor, no me ames si es por compasión.
Que en tu habitación cada palabra escuché ¡Ven dímelo de frente!
Pero ¿qué me vas a enseñar? Si ya conozco bien tu forma de amar,
de la noche en que, unidos por la luz de luna, descubrí tu pálida piel''.

El día comienza con una noticia que mantiene a la academia Fukurodani, de Tokio, en un minuto de silencio: Bokuto Kotarou, el ace del equipo, amaneció muerto en su habitación durante las primeras horas de la mañana. Akaashi ante la noticia se mantiene estático, ni siquiera puede reaccionar ante la idea. Puede escuchar los lamentos de sus compañeros a su alrededor, al entrenador y a toda la escuela que en su momento lo admiró. Algunos con envidia, otros de buena manera. Pero él solo puede centrarse en el collar que le dio la noche anterior, el cual se quitó antes de salir corriendo sin rumbo. Quizá si le hubiera seguido nada de eso hubiera pasado. Y lamentablemente, un hubiera no existe.

Mantiene su semblante errático mientras aprieta el collar tipo chóker que todo Omega en la sociedad trae puesto en el cuello, lo aferra en su bolsillo y sin mencionar alguna palabra, prefiere dejar el salón polivalente. Con solo ver la fotografía de Bokuto al frente, el aroma a incienso y el gris intenso, lo marearon.

Camina fuera de la institución, llegando a la azotea. La vista desde Tokio siempre ha sido monótona por su condición: no le es posible ver colores. Akaashi desde los cinco años ha visto todo en colores neutro. Blanco, negro, gris. Nunca le ha importado de cierta manera, sus padres de adinerada procedencia tienen la mayoría del tiempo personas a su disposición para su ayuda: doctores oftalmólogos, especialistas, hasta un psicólogo. Sin embargo, rara vez la toma porque está seguro que la calidad de vida en una persona no depende si puede observar una paleta de tonos o no.

Hubo una ocasión en esa misma azotea en donde le preguntó a Bokuto-san de qué color eran sus ojos, por mera curiosidad y por mantener una conversación. Hablaba de los de él, no los propios, a lo que Kotarou respondió: '' ¿Mis ojos? Ah, son de un color estúpido. Como el de la miel que comen los osos, aunque no estoy seguro de que coman miel, ¿Tú qué opinas?... Vale, el punto. Son como miel y dorado, el de las monedas de veinte yenes de 1870''.

Keiji pensó que, si la primera moneda de 1870 fue de oro y de veinte yenes, entonces era muy valiosa, por lo cual el color de los ojos de Bokuto no era estúpido. Jamás se lo dijo y también imaginó sus ojos coloreados. Lucían muy bonitos al contraste de su cabello bicolor.

'' ¿No quieres saber de qué color son tus ojos, Akaashi?''
Ese día le respondió que no estaba interesado, y seguirá así porque lo último que quiere pensar es que ya no podrá decirle a él que ahora quiere saber el color de sus propios ojos, mucho menos regresará la conversación de los osos.

Saca el collar negro y lo extiende entre sus dos manos, aún tenía las rasgaduras que el rematador hacía cada vez que se lo quería quitar. Nunca se aceptó como un Omega.

Mucho menos aceptaría que una persona tan ''asterisco'', como denominaba Bokuto a Akaashi, fuera su pareja destinada.

Lamentablemente él ya no está gracias a sus decisiones precipitadas, por fijarse en gatos negros de la mala suerte que, para terminarla de colmar, ya tenían casa a dónde llegar. Tetsurou Kuroo nunca le dio buena espina, a decir verdad, ninguno perteneciente a Nekoma. Transmitían un aire demasiado diferente a lo que se suele ver en la actualidad. Algo que no logra especificar. Son tan unidos, son como el oxígeno mismo. Una vez que te acercas a ellos no puedes alejarte, así le pasó a su superior.

Bokuto murió amando a un Alfa que nunca le correspondió. La misma depresión lo llevó a hacer idioteces, como meterse en drogas (y más imbéciles las personas que lo indujeron a ellas). Sus padres avisaron que lo hallaron en su habitación, con una sobredosis que lo llevó a la muerte seguro por convulsiones y un paro respiratorio. En su nariz había rastros de su 'polvo mágico'.

Akaashi guardó el collar de nueva cuenta en su bolsillo y miró al cielo sin color, en blanco y negro. Estaba seguro que si pudiera tener la capacidad de ver con colores, el cielo de igual manera estaría gris… Porque ha comenzado a llover.

El cielo llora tu partida, descansa… Bokuto-san.

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Han pasado cuatro años desde aquel día, ahora mantiene la vida universitaria como mayor prioridad. Renunció al equipo de vóley después de llevarlos a la última etapa siendo capitán. No ganaron el campeonato nacional, pero llegaron bastante lejos en nombre de Bokuto. Definitivamente les hizo falta su ace. Para la universidad prefirió dedicarse al estudio por completo. Hoy toca el cambio de dormitorio anual, por lo cual sigue arrastrando su maleta por el pasillo en busca de ella.

Una vez llegó, pudo establecerse. Su compañero todavía no llegaba, aunque eso no le importaba, prefería estar solo acomodando las cosas en el lado derecho, justo cerca de la ventana. Irónicamente cada que hay un cambio en su vida… Llueve.

—Con permiso.

Expresa apenas una voz bastante familiar. Al girar la cabeza, se dio cuenta que siempre va a toparse con una persona que no quiere tratar; el contrario también lo reconoce y evade su mirada. Akaashi suspira, deja el desinfectante en aerosol a un lado y se acerca a Kenma.

—Está bien, no tienes que ser tan formal.

El joven de cabello aparentemente teñido, asiente con la cabeza y comienza a acomodar sus cosas también en silencio. Tiene audífonos de cascos puestos, su música puede escucharse incluso en la habitación y como siempre, se pone a pensar sobre las consecuencias. Quizá pierda la audición en uno de sus oídos a los cuarenta o antes por el volumen. Le resta importancia y sigue en lo suyo.

Decide salir esa misma noche a caminar por el enorme recinto, la noche es húmeda porque ha parado de llover. Las estrellas pueden vislumbrarse muy poco porque el smog no permite que sean apreciadas como en el campo, aunque no se imaginaba viviendo en la provincia. La capa de gases tapa las pocas que se pueden ver brillando, opacándolas. Keiji mete sus manos en los bolsillos de la sudadera mientras sus pasos suenan en el pavimento.

Camina un poco más y, cuando le es posible vislumbrar a la persona con quien Kuroo habla, su corazón tiembla. Algo que jamás en la vida le dio su vista estaba haciéndose presente tan rápido que apenas puede procesarlo. Ya lo había visto anteriormente de lejos en la concentración y durante algunos partidos, sin embargo… ¿Por qué sucedía eso ahora?

Tsukishima Kei, bloqueador del equipo de Karasuno. Incluso recibió entrenamiento de Kuroo y Bokuto junto con él mismo. A su lado estaba Yamaguchi, el chico del saque flotante. Hablaban, reían. Su capacidad como Alfa podía percibir el aroma de ambos incluso en la distancia. Lo que no podía creer era precisamente el hecho que… Tsukishima tenía un color en su voz. Una estela ligera, de color azul eléctrico estaba rodeando su cuerpo y salía de su boca.

''Hijo. Cuando encuentres a tu destinado podrás ser capaz de ver las maravillas del mundo en color. Ten mucha, mucha paciencia.''

Las palabras de su madre se habían quedado bloqueadas en primer año de preparatoria, ni siquiera las recordó hasta ahora porque siempre pensó que Bokuto Kotarou era para él y que su madre lo decía de forma retórica. Incluso el contrario lo creía y por eso estaba inconforme. Bokuto amó a Kuroo. Y Akaashi no amaba a Bokuto. Ahora mismo estaba anonadado, de lejos, observando a Tsukishima, la belleza encarnada.

El color de su voz cambia cuando él voltea hacia atrás y ve a Keiji.

—Oh… Keiji-san. ¿Eres tú?

Pero Keiji ignora el color verde que hay en su voz, se da la vuelta y regresa a su habitación. La última del pasillo.

Kenma está ahí con los cascos puestos y Kuroo está con él. Él se alarma, así que toma a Kuroo del brazo cuando se levanta. Keiji permanece en su lugar, encarando luego de tanto tiempo a esa persona que tanto daño le hizo a su superior.

—Akaashi Keiji… No pensaba encontrarte aquí. ¿Psicología?

—Psiquiatría. —comenta en un tono de voz cortante. Observa la sonrisa socarrona del adverso, es tan gris que ni siquiera vale la pena adivinar en qué estará pensando. Todo atisbo de emoción al ver por primera vez esa estela de colores y la posibilidad de que Tsukishima sea una persona que definitivamente necesitará en su vida, se fue con esa presencia de ojos afilados.

—Uh. Qué tenso, tranquilo.

—Kuroo-san, con todo respeto, no puedo verte de manera amable después de lo que sucedió con Bokuto-san. Es tu culpa que haya llegado a ese extremo, y por ende las heridas del pasado son difíciles de borrar. Lo sabes.

Kuroo está desarmado, borra su sonrisa y no puede evitar recordar la noche en la cual, en la habitación de Bokuto, él se le declara. ''Te amo, es diferente al amor de hermanos. Te amo como un omega idiota empedernido amaría a su alfa aún más idiota y melancólico… Te amo, Kuroo''. Frunce el ceño, recordando su estúpida reacción. ''Estás muy drogado, tú eres un omega y estás con Akaashi, ¿No?''; ''Para nada, Akaashi es mi asterisco favorito, solo eso. Y ya sabe que yo te amo a ti. Decidió que sería muy bueno conmigo y me dejaría intentarlo contigo''. Las palabras de Bokuto siguen en su cabeza tal y como las dijo ese mismo día, pero al final de cuentas… ''Yo… Bro. Eres mi hermano, no puedo quererte así''. Y entonces Bokuto a comparación de todas las reacciones que imaginó que tendría, se carcajeó. Lo último que dijo fue que necesitaba estar solo. Nunca debió dejarlo.

—Es cierto… Lo dejé cuando me lo pidió aun sabiendo que no estaba bien de la cabeza. Aun cuando me advertiste que salió corriendo sin rumbo. —una risa melancólica surcó sus labios y Kenma prefirió salir, odiaba ver mal a su mejor amigo. —Con dejarlo solo firmé su sentencia.

—Se metió casi un gramo y medio de cocaína por la nariz, Kuroo-san. Porque decía que eran polvos mágicos que curaban dolores del corazón.

— ¡Ya lo sé, Akaashi! —su impotencia creció al momento que recordó los hechos; golpeó tan fuerte la pared que dañó sus nudillos. — ¡¿Crees que no tengo suficiente con el remordimiento?! ¡Era mi hermano! Mi hermano… El mejor hombre que conocí.

Keiji bajó la mirada, dejando que el silencio calmara un poco la situación que ya de por si estaba a punto de explotar. Soltó un suspiro, ignorando la pequeña lágrima de Tetsurou. Él, al percatarse que se había visto débil ante Akaashi, se limpió con la manga de su camiseta y preguntó otra cosa: —Siempre… ¿Qué pasó con Konoha y su banda de ilegales?

—En la cárcel cumpliendo una condena por distribución de droga.

—Eso es bueno.

—Sí.

—Vale, si ya es todo y te sientes mejor ahora, me voy a mi dormitorio. —musitó. Antes de cerrar la puerta tras de sí, se detuvo: —Kenma no tiene que ver en el asunto, evita desquitarte con él.

Keiji está extrañado por la pregunta así que responde lo primero que se le viene a la mente: —Me gusta la música de Kozume… No tiene letra. Así que puedes estar tranquilo.

—Si tú lo dices.

Pero tú no. Tú definitivamente no mereces estar tranquilo.

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En la noche sueña con Tsukishima Kei.

Le habla, y sus ojos son color miel… La que comen los osos.


Keiji padece sinestesia en forma de soulmate, muchos fanarts me inspiraron.
Espero que les haya gustado el preludio.

Gracias por leer, y también les pido que lean ''De estrellas, gatos negros, Alfas y Omegas'' para que puedan entender bien la historia.

Lucas.