Este es mi primer fic en este fandom, espero que este pequeño principio sea de su agrado; les agradecería sus opiniones, me ayudarán en el desarrollo de esta historia. Habrá de todo, desde humor hasta drama y lágrimas =).

Espero y les guste...


¿Quién se podría imaginar, que un simple muchacho, común y corriente como cualquiera, sin nada realmente impresionante qué mostrar, pudiese acabar con el magnate más importante de Rusia?

Yo, Yuuri Katsuki, un japonés de ojos marrones de 23 años, estoy comprometido con el hombre que gobierna prácticamente la economía de San Petersburgo.

Si era lo suficientemente honesto, no estoy muy seguro de cómo carajos fue que me metí en este embrollo, sin embargo, no puedo hacer algo en lo absoluto para poder acabar con esta situación.

Tan simple, vi mi vida trabajando en una corporación dedicada al acero, (ya que mis estudios están encaminados en la administración y en la ingeniería). Y fue por esta meta, que terminé en una de las sedes más importantes -Detroit- siendo el asistente personal del dueño de las empresas VikNik Cop., Viktor Nikiforov, también conocido en el mundo de los placeres como Vitya.

Todo lo que deseaba era tener un empleo, ejerciendo la carrera que, con mucho esfuerzo, mis padres pagaron haciendo un enorme sacrificio, obtener mi propio dinero, el tener la oportunidad de regresar a mi ciudad, Hasetsu, y ver a mis padres, entregarles un poco de lo mucho que hicieron por mi.

Pero no contaba, que el conocer al que es mi jefe, cambiara mi vida en sólo cuestión de semanas, para que el mundo que yo conocía diera un giro inesperado.

Viktor es un ser envolvente, tentador, posesivo y con un encanto que provoca que hagas lo que él quiera y en el momento que desee.

Fue este encanto, el que me sedujo y me hiciera caer en sus redes, sí, tan idiota fui que no pude ser inmune al embrujo de sus ojos azules como el mar, el embrujo de su voz ronca, pero a la vez dulce, el embrujo de su cuerpo, de sus brazos, de su boca. No pude resistirme a caer en su juego.

Su juego, uno en el que el compromiso sólo es por el ansia de poder, un juego en el que Viktor sólo puede creer y disfrutar de los placeres de la carne, pero en especial, el placer que otorga el tener dinero.

Un juego donde el único que pierde, es un ser que tenga la desgracia de enamorarse de su verdugo, un ser que aunque desee odiar al que tanto daño le hace, un ser que soporta ser una mentira más en la vida del hombre al que ama…

Ese ser, para mi completa desdicha, soy yo.