HARRY POTTER.
EL REGRESO DE QUANTICUS.
VOLUMEN I.
Basado en los personajes creados por J. K. Rowling.
Escrito por: Juan Carlos Contreras [Warrior Angel]
Dedicado con todo mi corazón a mi dulce amiga Noemi (Lina Saotome). Una de las mejores escritoras de Fanfics en Internet y Fan Numero uno de Harry Potter.
INICIA EL SORTILEGIO: "EL SECRETO DE LA CAMARA NUMERO MIL . . ."
. . . . Sentado al costado del tronco de un arbol, contemplo los tenues brillos del sol ser reflejados en las aguas del lago próximas al colegio, la brisa otoñal es fría, pero aún así, ver revolotear las hojas secas al ser empujadas por el viento me produce una cierta calidez y satisfacción. Todo es silencio, nada del bullicio del resto de los alumnos del colegio; solo el cantar triste de los vientos, solo. . . , en mi triste cantar.
¡Ya no se que hago aquí . . .!¡ . . . yo no sirvo para la magia!. A pesar de que en estos años he visto cosas increibles en Hogwarts, aún me reuso a creer que existe! ¡ Quisiera marcharme lejos, perderme en las montañas!, ¡Estoy cansado . . . , de los constantes pleitos. . . , de los estupidos comentarios de los demás . . . , de fracasar una y otra vez . . . .!, ¡Ya no aguanto más . . .! ¡Debieron dejarme morir . . . .!
_ ¡¡Sabía qué te encontraria aqui . . .!!
_ ¡Ah . . ., tú otra vez. . .! , ¿Sabes lo que dirián si vieran a una chica de Slytherin hacer amistad con un Griffindor . . .?
_ ¡Lo que digan los demás no me interesa! ¡Tu eres mi amigo Marcus . . .!
_ ¡ . . . amigos . . .!, ¡Los muggles como yo no tienen amigos . . .! ¡Es dificil de creer que la chica más popular de la Casa de Slytherin diga eso . . .!¡ Y más por la familia de magos a la que perteneces . . .!
_ ¡ Sabes Marcus . . .!, ¡Ese es tu problema, siempre te reusas a creer . . .! ¡Contigo he aprendido que la verdadera magia nace del corazón, si crees en el con todas tus fuerzas . . .!,
Al ver a Marie dar vueltas delante de mi con su perfumada rosa en mano, tarareando su dulce cancion mientras sus lasgos y dorados cabellos son llevados con el viento, hacen sentir en mi corazón una calidez muy especial, latiendo con fuerza y brindandome un sentimiento que nunca antes había tenido.
_ ¡Este lugar es tan hermoso y apasible . . .! ¡Ahora se por qué te gusta venir aqui . . .!
Y por un instante al ver su tierno rostro sonrojado, regalandome una dulce sonrisa, pude creer por un instante que la magia en verdad existe . . . .
_ ¡Sabes Marcus . . . .! ¡Eres un tonto . . .! ¡Eres el tonto más lindo que conozco . . .!
Los tibios rayos del atardecer bañan de cobrizos colores los contornos obscuros de este inmenso mar de nubes donde lenta y cadenciosamente el Astro Rey va ocultando su rostro, indicando la proxima llegada del Crepusculo.
Magestuoso en la libertad de los cielos, una enorme lechuza de color negro azabache vuela contra el viento conocedora de su saber y su destino. Mensajero de los Dioses que con cada batir de sus preciosas alas simbolizas la la fuerza y la sabiduria. Cobijada con el sol a tu costado, das remembranza a la alguna véz sapienza de los antiguos arcanos egipcios.
Como la lanza del mismo Dios Zeus, instintivamente la lechuza negra desciende como centella razante cortando el mar de obscurecidos nubarrones.
Saberosa de hacercarse a su destino, va planeando suavemente mientras desciende y disminuye su velocidad considerablemente. Un leve destello tintinea en sus penetrantes pupilas al visualizar su final arribo: "El Callejon Diagón"
Razante sobre las cabezas de los visitantes vespertinos, retoma el vuelo hacia una dirección en particular ante la mirada atonita de muchos y los señalamientos curiosos de otros tantos al ver a tan magnifica ave.
Al llegar al frente de un establecimiento en particular, bordea el edificio; hasta llegar a la zoteguela e introducirsre por un tragalúz.
Una vez dentro del lugubre lugar, termina posandose sobre un viejo perchero, y con sus chisquidos llama la atención del único habitante del lugar: El Maestro Ollivander, experto en el arte de crear varitas mágicas..
Afanado en la mesa de su taller reparando algunas varitas, deja subitamente su herramienta y mirando por debajo de sus espejuelos, muestra asombro y preocupación al notar la presencia del ave.
Camina algo inseguro hasta donde esta se postra al notar el pergamino que lleva atado a su cuerpo.
_ ¡Oh Lancelot . . .!, ¡Viejo amigo . . .! ¡No es que no me alegre al verte; al contrario, pero siempre que vienes a mi, me traes malas noticias . . .!
De inmediato, Ollivander toma el pergamino del cuerpo de Lancelot y lo lleva a la mesa de su taller, muy cerca de la luz de una temblorosa vela. Rompe el sello de cera que lo guarda, desenvolviendo el rollo por completo; para despues con la ayuda de su varita mágica susurrar unas tenues palabras mágicas sobre él. En el acto, la escritura comienza aparecer en viejo pergamino marron.
Con la ayuda de su brazo derecho, remueve en un solo movimiento todos los utencilios de la mesa de trabajo para tener algo de espacio para posar el pergamino. Coloca la varita a un costado y de inmediato comienza a leer:
Querido Amigo Ollivander:
Lamento no escribirte en momentos mas agradables, pero temo que no había opción. Como ya te habras percatado, la precensia de Lancelot indica la seriedad de la situación.
El plazo se ha cumplido, y personalmente créo que es el momento justo. Tal vez sea solo un viejo tonto que se aferra a sus tristes recuerdos; pero es lo único que me queda de él, y deseo con ansia recuperarlo.
Se del enorme peligro que esto conlleva, pero tomaré el riesgo. Te pido humildemente, que vayas a la cámara, y que por favor lo recuperes por mí.
Estaré en el callejón al siguiente día de que recibas esta carta para recogerlo.
Cielos!, En verdad que ha pasado mucho tiempo . . .
Tu viejo amigo
_ ¡Santo Cielo . . .! _ Suspira agobiado Ollivander, dejandose caer cansadamente sobre una vieja y desvensijada silla y tras varios minutos de meditarlo muy seriamente, toma el pergamino, lo dirige a la vela y comienza a quemarlo; para despues de haberlo destruido, caminar presuroso hacia el recibidor de su establecimiento y salir por la puerta principal, no sin antes colocar un letrero que dice cerrado.
Al momento de darse la media vuelta, choca de frente con uno de sus clientes que lo aborda:
_ ¡¡Maestro Ollivander . . .!! ¡Que bueno que lo veo . . .!, ¡Quisiera . . . . . . . . .!
_ ¡¡Hoy no puedo hijo.!! ¡Mañana . . .!
_ ¡Pero Maestro . . .!
_ ¡Mañana, Mañana!
Y a paso veloz, sale rapidamente del lugar; sumido en sus pensamientos y preocupaciones, no se inmuta por la gente que empuja tan bruscamente y que aparta de su camino.
De su bolsillo izquierdo saca un pequeño relog dorado de bolsillo, checa la hora y mirando las luces del atardecer se percata de que muy pronto será la hora nona. vuelve a dirirgir la mirada a su destino, el edificio más alto de todo el Callejón Diagon; cuyos marmoles blancos, impecables e inmutables, permanecen brillosos e inertes a la corrupción del tiempo y de los elementos. El Banco de Gringotts.
Sube rápidamente por entre las blancas escalinatas en contraste con las personas y gnomos que en gran número bajan tras haber concluido su jornada laboral. Exhausto tras llegar a la cima, atravieza las deslumbrantes esfinges plateadas que se postran a los lados. Al llegar a la puerta principal, un par de gnomos en custodia se le interponen:
_ ¡ Lo siento caballero . . . !
_ ¡ . . . Pero el Banco ya ha cerrado!
Pero Ollivander pasa bruscamente por en medio de ellos sin siquiera tomarlos en cuenta. Con ambas manos abre las puertas de par en par. Caminando al interior con fuertes pasos que resuenan en sonoro eco en medio de la sala medio vacia; se dirige al mostrador principal donde en el centro un viejo y calvo gnomo de largas barbas grises se mantiene atareado en el llenado de sus libros.
Voltea una leve y despreciante mirada a Ollivander que yace parado justo frente a él, para posteriormente seguir con lo suyo:
_ ¡El Banco ya esta cerrado señor . . . ! _ Le responde sin siquiera mirarlo.
_ ¡Vengo a hacer un retiro . . .! _ Responde firme y con fría voz el Maestro Ollivander.
_ ¡ . . .Si quiere hacer un retiro, venga mañana a primera hora . . .!
Ollivander introduce su mano dentro de su vieja camisa y arranca algo que le cuelga en su pecho, para despues colocarlo violentamente en el mostrador. Un anillo.
_ ¡¡ Vengo a la Camara Mil . . .!
De inmediato, y como si hubiese recibido un valde de agua fria, el gnomo tira su pluma y deja sus deberes para voltear a verlo con los ojos muy entreabiertos.
Se deja caer sobre el respaldo de la silla y lentamente recorre su rostro con su mano izquierda en inequivoco signo de preocupación, sólo para despues introducir su mano al pecho y arrancar un anillo gemelo al de Ollivander que traía colgado y celosamente guardado sobre sí.
_ ¡¡Griphook . . .!! _ Voltea a su costado, y con su grito reclama la presencia de un gnomo a punto de hacerse de su morral y partir. Curioso al oirse llamar, acude a la presencia de su jefe.
_ ¿Si Señor . . .?
_ ¡¡ Llevanos de inmediato a las camaras . . .!! _ Le ordena con voz energica.
_ ¡Eh . . .!, ¡Si señor . . .! _ Responde curioso y titubeante.
Momentos despues; guiados por Griphook, los tres cruzan el vestibulo de atención para adentrarse por el agreste pasaje levemente iluminado con antorchas que escaleras abajo llevan al paradero de los rieles.
A punto de silvar Griphook, para pedir la asistencia de un carro; el viejo gnomo se le adelanta, y en el acto un viejo y desvencijado carro se desliza por los rieles para posarse justo frente a ellos.
_ ¡¡De prisa!!, ¡¡Suban!! _ Replica malhumorado _ ¡¡Acabemos con esto de una vez . . .!!
Los tres abordan, y velozmente parten a lo profundo del laberinto de cuevas. Vifurcando rápidamente a la izquierda y luego a la derecha mientras aumenta la velocidad, adentrandose más y más en lo profundo de las cavernas.
Tras un largo rato, el carro comienza a reducir su velocidad a pesar aún de encontrarse en tan empinada caida. Lentamente termina deteniendos sobre un rustico y viejo paradero a escasos metros al final de la vía.
Los tres bajan, y ambos gnomos toman sus linternas y comienzan a caminar por las penumbras del obscuro sendero, seguidos detras por Ollivander que toma una vieja antorcha y la enciende por medio de su magia.
Caminan alrededor de medio hora en medio de la profunda obscuridad y por en medio de tierra suelta, y priedras con las que constantemente andan tropezando, hasta llegar justo a la base de una supericie empedrada; al subir sobre ella y dar unos cuantos pasos, dos enormes caliz encienden su fuego mágico sobre los pies de dos grandes quimeras que se apostan espada en mano a ambos lados del porton de la camara.
Asombrado, Griphook no aparta la mirada de la puerta de la camara alumbrada tenuemente con el danzar de las luces y las sombras carmesi infundidas por el fuego. Especula así mismo sobre el contenido que pudiera tener. El secreto que tan celosamente es guardado en su interior.
Nunca antes habia bajado hasta este lugar, del que solo habia escuchado como mera leyenda. Pero su meditar es de pronto interrumpido por el discutir de Ollivander con el anciano:
_ ¿¿Está seguro de hacerlo Ollivander . . .??, ¡¡Corremos un grave riesgo . . .!!, ¡¡Si el Ministerio de Magia se entera de esto . . .!!
_ ¡¡ . . . Al Ministerio de Magia no le interesa, están preocupados por asuntos más tribiales !! _ Reniega _ ¡ Se del peligro que esto conlleva, Además, Él mismo me lo pidio . . .!
_ ¡¡Maldición . . .!! _ Refunfuña el gnomo mientras bruscamente le da la linterna a Griphook _ ¡Toma . . .!
Mientras camina hacia la puerta, saca el anillo de su bolsillo y misteriosamente la estraña inscripción en su joya roja comienza a palpitar. Al llegar a la puerta, la examina detenidamente; y al dar con un pequeño orificio sobre esta, resopla para retirar el polvo acumulado. Tembloroso dirige la cara del anillo muy lentamente hacia el orificio . Una gota de sudor frio recorre su frente y tras un instante de indecisión, lo introduce; y hace girar como si fuese una llave.
Se aleja unos cuantos pasos, mientras los contornos de la puerta comienzan a generar un mágico brillo.
La puerta comienza a abrirse de par en par en un tremendo y agudo chillido. Trás abrirse completamente y disiparse el polvo levantado, se deja ver otra gran puerta pero adornada con extrañas inscripciones.
_ ¡Muy bien Ollivander, áhora . . . , haga lo suyo!
Ollivander mete la mano a su bolsillo y saca el otro anillo, lentamente entra en el umbral de la puerta y a tientas busca el orificio que sirve como cerradura, al dar con el, de inmediato inserta el anillo.
Griphook no pierde detalle de lo que sucede, y al voltear a ver a su jefe lo nota azorado, no con la vista en Ollivander y la camara, si no en las dos quimeras de piedra. Al subir su mirada, su corazón se vuelca de un susto al ver como sus profundos ojos de piedra comienzan a brillar maleficamente.
_ ¡¡DE PRISA OLLIVANDER, NO TENEMOS MUCHO TIEMPO . . .!!
_ ¿PE-PERO Q-UE ESTA PASANDO . . .? _ Pregunta Griphook asustado.
_ ¡¡LOS GUARDIANES ESTAN DESPERTANDO . . .!!
Pero Ollivander no se inmuta por lo que sucede afuera. Silenciosamente posa ambas manos sobre la puerta y comienza a murmurar una serie de palabras mágicas en una extraña lengua.
Las cabezas de las quimeras comienzan a girar tetricamente y fijan su mirada en los dos gnomos. Los mounstros monoliticos comienzan a despertar y lentamente blanden con fuersa sus enormes espadas.
_ ¡¡DATE PRISA OLLIVANDER . . .!!
El Maestro Ollivander termina de conjurar el hechizo, cierra los ojos, y nerviosamente y no muy seguro gira del anillo. Los contornos de la puerta, al igual que sus grabados comienzan a brillar intensamente; y cuando esto sucede, las quimeras de piedra, dan un estruendoso paso en direccion hacia los gnomos. Amenazadoramente una de ellas levanta su espada, solo para despues sorpresivamente perder el brillo de sus maleficos ojos y volver a quedar silenciosamente inmoviles al escucharse el crujido de la puerta al ser abierta.
Los agudos rechinidos de las enormes y gruesas puertas indundan por completo el lugar al abrirse muy lentamente.
Ollivander penetra en la camara, devilmente iluminada por las luces de las linternas de los gnomos de Gringontts que curiosos y atemorizados yacen parados sobre el umbral. Ollivander logra ver una enorme loza de piedra saliente desde el piso en el mero centro de la enorme camara, y sobre esta, dos largos y pequeños paquetes envueltos en polvorientos y desgastados arapos de color grisaseo.
_ ¡Cincuenta años . . .! _ Reflexiona para si Ollivanders _ ¡ . . . No puedo creer que yá haya pasado tanto tiempo!.
Camina a la loza, y tembloroso, toma los paquetes. Dandose media vuelta sale apresuradamente de la camara, pasando por en medio de los gnomos a los cuales exhorta:
_ ¡Salgamos de aquí . . .!
Y estos corren tras de él presurosos tratando de igualar su paso.
Tras recorrer de regreso el rocosso sendero, llegan al camino de los rieles y vuelven a abordar el carro con direccion a la superficie.
Momentos mas tarde, al salir Ollivander del Banco de Gringotts, se percata de que la noche ha caido por completo en el callejón. Camina veloz y sigilozo por las obscuras y desoladas callejuelas desconfiando de todo, mientras guarda con recelo los paquetes sobre su pecho. Al llegar a su establecimiento no se percata del brillo expectante y misterioso que lo observa desde la obscuridad de un callejón próximo. Tembloroso y apresurado, torpemente trata de abrir la puerta; al lograrlo, vuelve a voltear en todas direcciones serciorandose de que se encuentra seguro y a salvo. Y una vez al entrar, vuelve a cerrar fuertemente con llave y recorre por completo todas las cortinas.
Apresura el paso mientras cruza el mostrador de su negocio, casi tropieza en las escaleras al subir rapidamente a su taller. De un fuerte golpe abre la puerta y se adentra, cuyo estruendo despierta violentamente a Lancelot de su letargo en el viejo perchero.
Colocando los viejos paquetes sobre la mesa de su taller, enciende todas las lamparas y velas que tiene a su mano; para finalmente fijar su mirada en aquello que le atañe y preocupa.
Comienza a abrir los paquetes. Ansiosa y desesperadamente rasga los viejos trapos que los envuelven, dejando al descubierto dos delgadas cajas alargadas.
Sumamente nervioso abre dichas cajas.
Mientras tanto, en las obscuras calles del Callejón Diagon. Tres sombrios encapuchados venidos de distintas direcciones se dan cita justo frente a la puerta del negocio de Ollivander. El viento comienza a resoplar en forma tan extraña, tormetosos nubarrones se arremolinan justo sobre el edificio. Del cielo, resuenan truenos atemorizantes que deslumbran y por segundos iluminan el lugar. Los cielos saben que algo va a pasar.
Uno de los encapuchados; al parecer un hombre de edad, con baston en mano, mira azorado la extraña tormenta formada sobre ellos:
_ ¡ . . .Abre . . .! _ Ordena con gruesa y ronca voz a uno de sus acompañantes.
Aquel postrado a la siniestra de este, saca su varita y la aproxima a la chapa de la puerta.
Y en el Taller de Ollivanders.
Lancelot vate fuertemente sus alas, y muy perturbado emprende el vuelo por el tragaluz hacia la tormentosa noche. El soplar del viento levantado hace danzar las candelas de las lamparas y las velas. Ollivander no da importancia a lo que sucede a su alrededor. Yace por completo sumergido en su contemplación. No es la primera vez que la ve, pero aún asi, no deja de asombrarse:
_ ¡ Volvemos a vernos . . ., Cincuenta centimetros de largo, madera negra de las profundidades del Tibet y más dura que el diamante mismo. Una varita muy, muy especial para realizar encantamientos y canalizar las energias mágicas!, ¡Nunca hubo y dudo que nunca más vuelva a existir una varita como tu; conjurada con la sangre de los unicornios, vampiros y otros demonios del bajo mundo. Forjada solo para una persona en particular! ¡Mi mejor obra de arte . . .! ¡Ahora mirate . . .! ¡Partida a la mitad cual vil trozo de madera! ¿Donde quedo todo tu poder y gloria . . .? ¿Acaso se extinguio junto con la vida de tu Amo?.
Ollivander toma en sus manos los pedazos desiguales de la que otrora antaño fuese una poderosa varita mágica. Ahora para cualquier extraño que la observara, no serán más que dos trozos de ramas secas y podridas.
Curioso las contempla, y por una extraña razón, no entiende el porque, desea fervientemente unirlos.
El viento comienza a agitarse con más fuerza y el retumbar de los truenos se hace más intenso que nunca a medida que lentamente hacerca los trozos para pretender unirlos. Y entonces:
_ ¡Cuanto tiempo sin vernos Maestro Ollivander . . .!
Una ronca y tosca voz de edad se deja escuchar desde la obscuridad del umbrla de la puerta del taller. Asustado, Ollivander voltea ver a las siniestras figuras encapuchadas que se adentran a la habitación.
_ ¡Mor-Mortifagos . . . .!
El siniestro anciano de negro avanza con el paso lento de su vaston justo frente al artesano:
_ ¡Maestro Ollivander . . .! _ Le Dice _ ¡ . . .Usted tiene algo que quiero!
Ollivander lo comprende y fuertemente aprieta los trozos en sus manos. Pero el anciano al ver su actitud:
_ ¡¡Expelliarmus . . .¡¡ _ Grita con ronca el viejo, que con sorprendente agilidad para su edad levanta su vaston y conjura su hechizo contra el maestro artesano, el cual vuela por los aires y termina impactandose fuertemente contra el muro; y que a pesar de ser gravemente lastimado no suelta ni por un momento los trozos de la varita.
A paso lento, el anciano camina hacia Ollivander cubierto por las sombras, seguido muy de cerca por sus mortifagos.
El eco del chocar de su baston con el piso resuena hasta el último de los rincones del taller. Con dificultad el Maestro Ollivander logra ponerse de rodillas, y al levantar el rostro cubierto de sangre se ve sometido por la punta del baston del anciano apuntandole directo en la frente.
_ ¡Entregamela . . .! _ Le ordena.
Pero Ollivander solo ciñe su rostro y mantiene firme sus puños, y sin más miramientos, del baston del anciano suren feroces rafagas luminosas que atraviezán su cabeza y recorren sus facionoes. Sus pupilas se dilatan, y finalmente derrotada su voluntad, cae desmayado.
Los mortifagos se hacercan, y de los aún cerrados puños del Maestro Artesano arrebatan los trozos para despues entregarselos al anciano.
_ ¡Despues de cincuenta años . . ., La varita de Quanticus . . ., esta en mis manos . . .!
* * * * *
Las tibias luces del Alba bañan el libre aletear de una blanca lechuza, que vuela libre por las extensas prederas de la campiña inglesa. Planea por entre los frondosos y verdes pinos cortando la fresca brisa matutina.
Proxima a las colinas que se alzan en el horizonte, vislumbra su proximo destino: La desvencijada y algo extrañamente levantada casa de la Familia Weasley; mejor conocida por sus amigos como La Madriguera.
A vuelo lento, la lechuza blanca penetra por una de las descuadradas ventanas entreabiertas del segundo piso. Da una vuelta por el estrecho cuarto y deja caer la carta que lleva aferrada a sus patas sobre la cara de un joven de cabello negro azabache y curiosa sicatriz en forma de trueno en su frente, que de inmediato despierta al sentir el golpe del sobre en su nariz. Adormilado, lo toma de su rostro mientras que talla sus ojos. A tientas, toma sus anteojos redondos que estan en un desbencijado taburete junto a la litera. Se los coloca, y lo primero que voltea a ver es la lechuza blanca que postrada sobre la cabecera de la rustica cama, llama la atención con sus chisquidos
_ ¡Ah. . ., Hedwin, eres tu!, ¡Buenos dias amigo . . .! _ Le dice alegre al verlo _ ¡Dime . . .! ¿Que me has traido . . .?
El chico voltea a ver el sobre marron, perfumado deliciosamente con aroma a cerezas. Mira extrañado el curioso sello de cera en forma de corazón. Lo rompe y abre el pergamino. Y al verlo a primera vista una sonrisa se dibuja en su rostro:
_ ¡Una carta . . ., de Hermione . . .!
Continuara . . .
Proximo Cápitulo: Una tierna mirada, el volar de tu cabello con el viento y el dulce perfume de cerezas. No olvides poner una flor en mi cabeza pues el verano no volverá a ser igual. "Primer Sortilegio: Sueño de una Noche de Verano en el Callejón Diagon"
Notas del Autor: "Konnichi wa a todos los Fans de Harry Potter". Antes que nada les ofresco una disculpa a todos aquellos que son lectores de mis historias, por casi seis meses de inactividad y de haber guardado silencio absuluto. En especial una disculpa a mi querida Lina-Chan por no haberle escrito en todo este tiempo, como te lo prometi;. este Fic y la Obra Completa estan dedicados a tí con todo mi corazón. Espero que les haya gustado el primer cápitulo de esta historia que estará llena de triangulos amorosos y de corazones rotos. La cual, prometo, tendrá un final totalmente inesperado y en cierta forma trágico, como es mi costumbre. La historia esta situada posterior a los sucesos del Cuarto Libro, pero trataré de que vaya a la par de la continuidad original de la historia. No olviden escribirme sus criticas, todas son bien recibidas. Espero de tenerles listos los siguientes capitulos lo más pronto posible. Por cierto, no se olviden de leer mi otro fic de Harry Potter, originalmente lo tenia planeado para esta historia. Bueno, sin más que decirles, me despido esperando verlos en el siguiente capítulo.
Sayonara
Estarás en mi corazón, y estarás en mi alma.
Si realmente crees con todo tu corazón en la Magía y la Fantasía,
me encontrarás en tu corazon,
me encontrarás en tu alma .
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