.

Digimon ni sus personajes me pertenecen.

Historia que participa en el reto escribe a partir de un vídeo música del Foro proyecto 1-8 (reciclado de un actividad qu enunca se dio en el Topic Taiora). Consiste en escribir inspirados en canciones de nuestros reproductores puestas en aleatorio. No es song fic.

Capitulo basado en la canción: Endlessly - The Cab.

(constará de dos partes para no sobrepasar las 500 palabras).

.

El viaje mágico de Tai y Sora.

«Y no hay garantía de que esto será fácil. No soy un ángel, pero [...]Alas no es lo que necesitas, me necesitas a mí».

.

.

I

Sora despertó tras una terrible pesadilla. Taichi estaba a su lado. Y no. No habían dormido juntos, estaban en la biblioteca del colegio. Sora no había logrado conciliar el sueño durante las últimas noches. Tenía pesadillas que le hacían despertar sobresaltada, y por más que lo intentara, no volvía a quedarse dormida. Se trataban de sueños muy reales. Taichi había decidido servirle de Baku durante las horas de descanso en el instituto[1]. Su tarea como guardián de los sueños funcionó durante los primeros tres días, pero las pesadillas iban en aumento, incluso si su buen amigo estaba al lado transmitiéndole confianza.

—¿El mismo sueño de ayer? —dijo preocupado.

Sora negó con la cabeza, pasando la mano por su frente sudada.

—No sé que es lo que me está alterando hasta el punto de no poder dormir bien.

—¿Estás teniendo problemas en casa? —preguntó él, hubo hecho la misma pregunta desde que se enteró de sus pesadillas.

Hmm, hm. No. Te aseguro que está todo en orden.

II

Taichi miró hacia los estantes de libros en silencio y Sora contemplaba las arrugas de la camisa de su uniforme. Las hubo ocasionado ella. Se sonrojó al darse cuenta de que había vuelto a quedarse dormida sobre su hombro. No existía comodidad en las paredes blancas del colegio.

—Esta noche iremos al templo y rezaremos para que las pesadillas acaben —dijo Taichi de pronto, ensimismado.

Ella se rió algo enternecida:

—¿Desde cuando eres tan creyente?

—Desde que hemos agotado todas las alternativas para que puedas dormir. Me preocupa que estés decayendo tanto.

Takenouchi bajó la cabeza en dirección hacia su falda. Las piernas largas se extendían en el suelo frío. Suspiró sonoramente ante los recuerdos vagos de su ultimo sueño. «¿Por qué?». Se preguntó desde su adentros. «¿Por qué estaba soñando tan feo?».

III

Taichi fue el primero en lanzar la moneda. Dio las dos reverencias y los dos aplausos, se puso a rezar. Sora lo miraba sin decir nada, el vaho salía de su boca entreabierta, sus labios se movían, pero no escuchaba las palabras salir de ellos. Totalmente conmovida por la disposición del amigo, le imitó con una sonrisa disimulada.

IV

Caminaron por los alrededores, Taichi dijo que iría al baño, Sora lo esperó cerca de un lago que reflejaba como espejo las nubes en el cielo. Se abrazó a sí misma, hacía frío, comenzaba a lloviznar de pronto.

—Lamento haberte hecho esperar —dijo Taichi llegando luego de varios minutos ausentes. Tenía una mano puesta en su nuca vagamente.

La otra le miró llegar hasta ella.

—No pasa nada —Sonrió comprensiva—. ¿Nos vamos a casa?

—Estaba pensando... eh —Taichi ya tenía otros planes—. Hay un puesto de comida calle abajo. Tienen ramen. No sé si quieras acompañarme, sé que no es la gran cosa, pero...

Sora aceptó, sonriente.

V

En las afueras del templo, encontraron un puesto de comida. Tomaron asiento y pidieron sus sopas de fideos. Taichi se notaba con especial distracción.

—¿Qué pasa? —inquirió la muchacha.

—Eto... Nada —Taichi lo pensó un poco, rascando su nuca mientras lo hacía—. Yo... Solo quería darte esto... —Del bolsillo de su abrigo sacó un muñeco rojo, sin brazos, sin piernas. Cabía en la palma de su mano.

Sora lo tomó. Le faltaban los ojos.

—¿Un Daruma? [2]

—Sí —contestó él, no muy seguro, vacilaba—. Eto... estaba pensando, que si le pedías que dejaras de tener pesadillas, podía cumplir tu deseo.

Las mejillas de Sora se sintieron cálidas. Apretó el muñeco en la mano. Rompió el espacio entre ambos cuerpos y lo abrazó con efusión.

—Gracias por preocuparte por mí —le dijo al oído.

Taichi no reaccionó de inmediato, pero terminó respondiendo el abrazo.

Haría cualquier cosa por ella, fue lo que pensó.

VI

Al llegar a casa el Darumi tenía ya un ojo pintado. Aquello solo significaba que Sora pidió su deseo antes de meterse en la cama.

Cerró los ojos, sonriendo, pensando en Taichi y sus buenas intenciones, dándole vueltas en la cabeza el hecho de que se comportó como un caballero en la tarde. Sintiendo que no podía tener mejor suerte.

Estaba segura de que dormiría toda la noche corrida.

Su deseo: Tener siempre a Taichi cerca.

Durama ya había encontrado la manera de hacerlo realidad.


Aclaraciones:

1. Baku: de la mitologia japonesa. Un espiritu devora sueños o pesadillas.

2. Daruma: muñeco sin ojos al cuál se le pide deseos. Se dan en los templos sintoístas. Se dice que fue un monje que meditó en una cueva oscura durante siete años al que se le cayeron las manos y los pies. El monje tampoco tenía ojos, se los sacó para poder concentrarse mejor. Es por ello que el muñeco no tiene brazos ni pies, tampoco ojos. Cuando se pide un deseo se dibuja un ojo, cuando se cumple, el otro.

¡Gracias por leer!