Este es mi primer FanFiction. Espero que les guste.

NO MÁS

-Finn, tenemos que hablar-, dijo seriamente la Princesa Flama

Finn sabía muy bien lo que esas palabras significaban (gracias a las enseñanzas de Jake) y trató de defenderse.

-No, espera. Si es por que deje de verte tanto tiempo, tengo una explicación-, dijo el chico mientras intentaba crear una mentira para no decir que se había quedado jugando con unos muñecos mágicos por 4 meses.

-No, ya no podemos seguir así. Nos lastima a los dos, pero más a ti-

Ahora Finn sabía que se refería a la naturaleza tan diferente de los dos.

-Por favor, no digas eso. Podemos hacerlo, no hay que rendirnos-

-¿No entiendes? ¡Es imposible! ¡No podemos desafiar a la naturaleza!- gritó con lágrimas de lava saliendo de sus ojos.

El pobre chico no sabía qué hacer. Solo se quedó ahí, mudo, pensativo.

-¿Ves? Lo sabes. No podemos abrazarnos normalmente sin lastimarte, no podemos darnos ni un solo beso por miedo a que pueda destruir el mundo. No podemos seguir así. ¡Yo no puedo seguir así!-

Habían pasado siete meses desde aquel primer beso que puso en peligro a todo Ooo. A partir de ese momento, contrario a lo que se pensaría, las cosas se habían puesto más difíciles para su relación.

-Pero yo… yo… yo te quiero- dijo el humano sollozando, con la cabeza gacha.

La princesa se acercó a él. Quería tocarlo, secar sus lágrimas, pero era imposible.

-Yo también te quiero Finn, pero esto ya no puede mantenerse en pie. Lo siento-, la princesa entró en su casa, dando la espalda a Finn. En los ojos de él, agua. En los de ella, ríos de lava.

El pobre chico se quedó allí un momento, todavía mirando hacia abajo, llorando. Se fue de allí, caminando lento, bajo el cobijo de las estrellas y la luna. La noche era cálida, pero por dentro sentía un frio más intenso que el que hace en el Reino Helado. Solo quería llegar a casa e intentar relajarse, aunque sabía que sería casi imposible. Antes, había sido herido, cortado con espadas, con garras, sus piernas rotas por un venado. Pero este dolor era insoportable, el dolor de su corazón destrozado, el mismo dolor que sentía apenas unas horas antes de conocerla.

Jake estaba jugando con BMO cuando Finn entró en la casa.

-¿Qué pasó hermanito? ¿Cómo te fue con tu chica?- preguntó alegre y curioso.

-No quiero hablar de eso- contesto una voz triste y derrotada proveniente de un cuerpo lento que subía las escaleras hacia su habitación.

-Creo que será mejor que hables con él- le dijo BMO a Jake.

-Sí. Creo que a mi muchacho le han roto el corazón otra vez- dijo Jake con cara triste y preocupada. El perro se estiro por las escaleras hasta la habitación, donde encontró a Finn en un rincón, sentado, con la cara detrás de sus rodillas. Sus sollozos demostraban el enorme dolor que sentía.

-Finn, ¿estás bien?-

No hubo respuesta.

-Finn, hermanito, por favor, no me preocupes. Dime que paso. Soy tu hermano, estoy aquí para apoyarte- dijo mientras se acercaba al humano.

-Ella tiene razón. Desde el principio estábamos condenados. No podemos desafiar la naturaleza. Fui un estúpido- decía Finn entre llantos.

-Oh vamos Finn, no digas eso. Seguro que podrán sortear esta dificultad- dijo Jake mientras estiraba su brazo para abrazar a Finn.

-¿Y cómo? Desde que empecé a salir con ella, tú y yo hemos estado buscando en la biblioteca por formas de neutralizar su fuego sin ponerla en riesgo o formas de que yo fuera inmune a su fuego. Probamos el escudo de Flambo pero solo era temporal. Demonios, ¡hasta le pedimos ayuda el Rey Helado! ¡Y nada! Nada funciono- recriminó, más que con furia, con impotencia.

Jake se quedó muy pensativo, triste por su hermano. Podía sentir todo ese dolor que cargaba. Hasta que una idea pasó por la mente del perro. Era demasiado loca, pero podría funcionar. Todo por ayudar a su hermanito.

-Escucha Finn, quizá haya una forma de que tú y la Princesa Flama puedan estar juntos-

Finn paró de llorar y volteó a ver a Jake, primero con cara de sorpresa, pero que después se transformó en enojo. Se abalanzo contra su hermano y lo tomó por la flexible piel de su cuello.

-¿Y por qué no lo dijiste antes?- gritó.

-¡Wuo! Tranquilo hermano. Es que no estaba seguro de si funcionaria. Cálmate por favor-

Finn soltó a Jake y suspiró.

-Tienes razón. Perdóname. Estoy demasiado alterado- Finn se volvió a sentar en el suelo mientras cerraba los ojos y se ponía las manos sobre ellos.

-Oye, tranquilo, no hay problema. Entiendo cómo te sientes-

-Gracias Jake, eres un gran hermano- dijo el humano mientras levantaba la vista y dibujaba una sonrisa, débil, pero sonrisa al fin.

-Mira, déjame contarte sobre mi plan. No quería hablarte de él porque era demasiado loco. Además de que no sabía si funcionaria, ni siquiera sabía cómo ponerlo en marcha. Pero ya he investigado un poco, y creo saber cómo hacer para que funcione-

Y asi, Jake contó su plan a Finn esa noche.