¡Hola!

Esta es mi primera historia de SNK :D, y la verdad estoy emocionada de escribirla ya que es algo que eh estado pensando desde hace tiempo. Obviamente, como mi OTP es Rivetra, la historia se centrará en Levi y su relación con Petra, aunque me enfocaré más en la vida y el aspecto de Levi.

De verdad espero que la disfruten c:


Al otro lado: ¡En la escuela!

Año 2017, la hera de los titantes había acabado hace más de mil años y ahora sólo eran historias que los padres contaban a los hijos para que fueran a la cama. Nadie recordaba a los heroes que dieron sus vidas para brindarles, lo que es ahora la humanidad. Absolutamente nadie.

—¡Eren!—Mikasa despertó al chico mientras el salón entero estallaba en risas. El castaño levantó la cabeza asustado para toparse con los rasgados ojos de su tutor.

—Niño.

—¡C-Capitán!—Limpió sus comisuras. El abanico de Levi se estrelló en la mesa de Eren haciéndolo brincar.—En estos momentos—Le dijo.— Soy tu tutor.—Eren tragó en seco y miró más allá del chico frente a él, venía acompañado por otras tres personas.

—Como les estabamos diciend...—Una chispa de sangre botó de la boca de Oulo cuando empezó a hablar.

—Les dije que no lo trajeramos—Eld contuvo una carcajada para seguir hablando.— Les decíamos que serán tres noches en el campamento que se viene, deben llevar su propia carpa y cobijas. A propósito...—Dijo muy serio y con un aire misterioso.— Nadie puede estar solo en el bosque, ni de día, ni de noche.

—¿Qué?— Los alumnos empezaron a preguntar una y otra vez.

—Ya escucharon.—Volvió a hablar Levi.— Si quieren dormir, dormirán juntos, si quieren ir al baño, tendrán que llevar a alguien para que los limpien. Si quieren un poco de privacidad, es una pena, pero se van a joder.

El ambiente se puso tenso, todos los alumnos se veían unos a otros con las mismas preguntas en mente. ¿Eran ciertos los rumores de los antiguos años?

Hace cuatro años, en el mismo bosque, se habían perdido 5 estudiantes de la preparatoria Sina, muchos habían dicho que fueron ellos mismos los que se ocultaron para poder vivir libres en el bosque, otros decían que habían comido ciertas planas con las que habían perdido la razón y enloquecido en medio de la nada. Pero hay quien decía... que los mismos tutores les habían gastado una broma de muerte.

—El campamento será hasta el medio curso, en las vacaciones de verano. Estén preparados.— Los cuatro hombres salieron del salón sin decir nada más, ni responder ninguna pregunta.


—Esta es la segunda vez, Armin.— El profesor veía las fosas nazales sangradas del rubio.— Ve a la enfermería.

—Sí, señor.

El rubio se fue intentando trotar a la enfermería mientras mantenía la cabeza inclinada para que la sangre no saliera, era la tercera vez que Jean le golpeaba con el balón en la cara; intentaba darle a Eren, pero Armin tenía la mala suerte de estar, siempre, donde menos le llamaban.

—¡Armin!— Lo saludó la doctora Hanji del otro lado de la puerta. No estaba graduada, y apenas le ganaba con 3 años, pero esa chica sabía lo que hacía si se trataba de un doctor.

—Hola, mi nariz...

—Lo sé, lo sé.— Sacó un frasco lleno de algodón bañado en alcohol y se lo pasó al rubio.—Día dificil, ¿eh?

—Jean volvió a pelear con Eren.— Armin se restregaba un pedazo de algodón bajo la nariz.— Eh pensado en simplemente alejarme de ellos cuando estén así.

—¿Trataste de separarlos otra vez?— Hanji se carcajeaba cuando Armin asintió.— Un día de estos, tú morirás y dejarás a esos dos con una gran culpa.

—G-Gracias por los ánimos...

Armin siguió restregando el algodón en sus fosas nazales cuando voletó a la pequeña cama del cuarto, tras la cortina verde sólo podía ver un par de medias con zapatos café, una chica.

—¿Hay alguien mal, doctora?

Hanji volteó a la camilla sorprendida

—Oh, sí... Será mejor que no la molestes, —Se apresuró a decir cuando sintió que Armin se movía. Le sonrió.— Llegó aquí hace quince minutos, vomitando y escupiendo parte de su desayuno.

—Oh...— El rubio se quedó viendo el par de zapatos.


—Debes crear el centro. Sin la idea principal no llegarás a ningún lado.— Levi lo veía desde el otro lado de la mesa.

—Hoy vi a Mikasa viendo las flores...

—¿Y cómo te sentiste?

—Relajado.

—¿Ver a la chica que te gusta ver las flores te hace sentir relajado?

—¿¡Q-Qué!?, ¡yo no dije que era la chica que me gustaba!— Casi se le caía el pequeño cuchillo que llevaba en las manos. Eren bajó la cabeza para ver la bola de masa gris que tenía en frente.— Y sí, es lo que me hizo sentir.

—Escuchame, niño. Ni tú ni yo sabemos de arte, pero soy tu tutor y como tu tutor debo obligarte a aprobar tus materias aunque esté jodidamente descuidando las mías, gracias, por cierto.— Lo miraba mal.— Pero cada condenada vez que estamos aquí porque cuelgas de un hilo en artes, tu idea central parte de esa chica, así que vas a tomar esas herramientas y vas a crear alguna estúpida obra de arte sobre una mujer viendo las flores, ¡o mejor!, una simple y puta flor. Y rápido para que pueda ir a comer.

Eren empezó a moldear vagamente la masa con sus manos, sólo estaba creando la forma en la que estaría la pequeña escultura para después poderla delinear con el cuchillo.

—¡Levi!— Erwin entró de golpe al salón donde estaban.— Ven, ahora.— Eren se hizo pequeño en su silla. Erwin era el profesor más amable y paciente que alguna vez había conocido, pero cuando se trataba de su hijo Levi, perdía control de sí.

—Bien...— Dijo Eren una vez que Levi había salido. El chico tenía razón, debía hacer una buena obra o su profesora lo iba a reprobar, y seguramente su madre lo obligaría a dormir con el perro.— No otra vez.

Cuando empezó a moldear la pequeña rosa que Mikasa sostenía, el cuchillo tomó más velocidad de la que él pensaba darle y terminó incrustado en su dedo índice.—¡Demonios!


Eren caminaba por los pasillos sosteniendo su mano envuelta en un trapo que se manchaba cada vez más de sangre. Cuando por fin llegó a la enfermería, entró para ver la puerta del cuarto cerrada. Era muy raro que estuviera cerrada, incluso cuando habían enfermos adentro Hanji siempre tenía la puerta abierta para que pasaran, algunos chicos se sentían intimidados con las puertas cerradas, se decía.

Se sentó en una de las sillas pegadas a la pared del consultorio cuando un golpe le resonó en la espalda.

—¿Cuál es tu problema?— Se escuchó adentro. Eren pegó el rostro a la pared.


—¿Me puedes explicar— Erwin con Hanji, del otro lado de la mesa.— por qué Petra está vomitando desde hace cuatro días?, ¡no, no!, mejor, ¿me puedes explicar por qué no estaba enterado?— Volvió a patear la pared.

—Mi pared...— Hanji estaba echa bola en su silla.

—No lo sé.

—¡¿Por qué?!

—No lo sé.

— Vuelveme... vuelveme a contestar 'no lo sé' y romperé el monitor en tu cabeza.

Levi estaba de frente a ambos con la misma cara inmutable de siempre. Veía a Hanji intimidada pegándose a su silla, y a Erwin, que parecía iba a estallar. Debía admitirlo, nunca lo había visto así.

—Profesor...— Petra estaba tras la cortina, aún mareada y tumbada en la camilla.

—No, Petra.— La calló Erwin.— Ten por seguro que eres una chica ejemplar, pero tampoco te entiendo a ti, ¿por qué?, ¿por qué ahora?, ¿qué demonios están pensando?Petra se levantó para retirar la cortina del medio.
—Yo... Fue una cosa tonta, yo...

—Sentí que ya había esperado mucho.— Levi habló de nuevo.

—¿Esperar?, ¿¡mucho!?, ¿de qué demonios hablas, Levi?, ¡tienes 19 años!

—Lo sé...

—¡Ah!, ¿lo sabes?, ¡entonces, ¿por qué?!

Levi y Petra mantenían la cabeza abajo, ambos sabían desde un principio que los dos la tendrían muy dura por los próximos meses, sabían que ambas familias iban a caer en desesperación, pero también sabían que sus almas vacías ya habían esperado mucho para poder estar juntos... ¿cómo lo sabían?, quién sabe. Sólo se necesitaban.

—E-Erwin...— Hanji se animó a acercarse a él y frotar su espalda.—Levi, Petra, pueden ir a sus clases.

—¿Qué?— Erwin la miró enojado.

—Por favor, vayan ya.

Petra y levi salieron del cuarto mientras Erwin y Hanji susurraban cosas. Lo primero que vieron fue a Eren sentado en las sillas completamente rojo.


Levi estaba en el balcón de su habitación. Desde que llegaron a casa él y Erwin no habían cruzado palabras, ni siquiera había bajado a cenar. Erwin respetaba eso, al principio lo obligaba a comer, pero después de un tiempo, o desde que Levi empezó a vomitar por la comida ingerida a la fuerza, dejó de hacerlo.

Veía el cielo. Él era una persona seria, su humor era amargo, sus chistes eran negros y cuando sonreía lo hacía más por malicia que por felicidad. Su madre murió a los cinco años y desde entonces su tío Erwin lo había criado, era su padre desde entonces.

Erwin no lo sabía, pero cuando Levi iba en secundaria, en su escuela se originó el rumor de que era el hijo del profesor Erwin, de preparatoria. Él no presentaba a Levi como su hijo, más por respeto a Levi y a su padre que por no sentirlo, pero de la nada un rumor como ese había crecido; era natural, cualquiera que los viera lo diría, él lo había criado, vivían juntos, era su tutor... pero nunca supo, que fue Levi el que había afirmado que Erwin era su padre.

Levi no se concideraba una persona amargada, no había sufrido en la vida, pero tampoco sentía la necesidad de ir por el mundo sonriendo y aprobando todo y todos en él. Sólo se sentaba a observar, y esperar que algo pasara... un milagro, tal vez.

¿Era un enamoramiento estúpido por el que estaba pasando?, conoció a Petra ral en primero de preparatoria, ella estaba a punto de graduarse de la secundaria, ¿quién lo diría?, ella tenía 15 y el 17. ¿Estaría haciendo bien?, ¿era muy apresurado? Tal vez Erwin perdió la cabeza al enterarse de que su pequeño ya no era un niño, y que tenía una vida sexual muy activa.

—Tu madre venía aquí a pensar.— Erwin salió por el otro lado del balcón.— Decía que la luna era su amiga.— Levi torció los labios en una sonrisa.

—Ojalá pudiera recordarla... siento como si nunca la hubiese conocido.

—Pero lo hiciste, Levi. Era una hermosa mujer... una hermosa mujer.

—¿De qué murió?

—... Escucha, Levi. No debes preguntar la muerte de una persona, sino su vida...— Erwin miraba el cielo. Siempre que Levi hacía esa pregunta él la desviaba.

—Ella, ¿ella estaba emocionada por mí?— Titubeó al preguntar.

—¿Emocionada?, ¡ja!, ella no dejaba de hablar de ti. No paraba diciendo que serías el hombre más fuerte del mundo... Que serías perfecto.— Levi sonreía amargamente.— Presumía de que hablarías francés, italiano y aleman, que viajarías a todas partes del mundo y conocerías las criaturas más extrañas e inimaginables.

—Supongo que le fallé. No soy para nada ni la sombra de eso.

—Levi... tu madre siempre te amó, y te amaría aunque no fueses lo que ella quería, y yo también.— Alzó la mano para ponerla en su cabeza.— Perdoname por haber actuado como loco esta mañana.

—Lo siento.—Dijo Levi.— Por haberlo hecho sin tu consentimiento.

—Está bien... papá estaba igual el día que mi hermana le dijo que te tendría.— Erwin se rió con Levi, pero después de un segundo su sonrisa se fulminó para abrirle paso a una cara más seria y sombría.— Pero prométeme algo, Levi... promete que nunca, nunca serás como tu padre.

—No sé quien es mi padre...— Levi lo veía con asombro.

—No quieres saberlo.


¡Fin del capítulo uno!