Disclaimer:
Sonic y sus personajes son propiedad de legal de Sega.
Doctor Who y sus personajes son propiedad legal de BBC
Cronología:
Para Sonic y sus amigos esta aventura sucede entre Sonic Unleashed y Sonic Colours.
Para El Doctor (09), Rose Tyle y el Capitán Jack Harkness, esta aventura sucede entre La Alcaldesa de Cardiff (Boom Town 1x11) y Lobo Feroz (Bad Wolf 1x12).
Para El Doctor (10), esta aventura Sucede entre Las aguas de Marte (4x16) y El Fin del Tiempo (4x17)
Este es un Crossover entre Sonic y Doctor Who, pero como nadie lo leyó allí y la aventura era más en el mundo de Sonic, lo dejé en esta categoría.
Sin más que decir, a leer.
Prólogo
Siglos atrás, antes de las Caos Esmeraldas, había tribus que saciaban su poder de control sacrificando a inocentes con las peores torturas, dejándose llevar por el momento. Cada mes sacrificaban a más y más, hasta el punto que las hembras que estaban embarazadas huían con temor de ser escogidas y que les abrieran el estómago para sacar a la cría no nacida. Una pequeña familia había logrado huir del lugar sin ser descubiertos, pero sabían que no podían confiarse. Todas las noches corrían sin ver atrás para poder alejarse de ese holocausto. Un pequeño erizo rojo trataba de ayudar a su madre, de la cual se notaba seis meses de embarazo, llevando sus pertenencias. Ese erizo quería con toda su alma a su madre y no la dejaría sola mientras viviera. Él no permitiría que nada malo le sucediera a ella ni a su hermano no nato. Lamentablemente el destino no lo quiso de esa manera. A lo lejos escuchó como su padre le gritaba que empezaran a correr, no había nada que se pudiera hacer por él, ya era demasiado tarde. Corría lo más rápido, junto con su cansada madre. No iba a entregarla ante esos demonios, si era necesario pelear lo haría. Se detuvieron frente a un rio que no podían atravesar por ser muy profundo, pero que podían hacer ¿Morir ahogados o morir torturados? Madre e hijo fijaron sus miradas y tomaron la decisión que decidiría el destino de sus vidas. Comenzaron a meterse en el río y trataron de nadar en contra la corriente. Pero, para empeorar las cosas, las corrientes estaban muy fuertes y no pudieron seguir. La corriente los llevaba como si fueran simples troncos en el agua. El erizo rojo trato de mantener su mirada en su madre pero, de un momento a otro, sintió como era succionado. Sus pulmones se llenaban del agua igual que su estómago, y era golpeado por las piedras. Lentamente perdió el conocimiento y se veía a sí mismo en un vacío, una oscuridad infinita en el cual flotaba y, por una vez en su vida, él se sentía tranquilo. Luego de unos segundos vio como todo ese lugar desparece y vuelve en sí, abriendo sus ojos viendo su horror más grande, era uno de los cazadores de la tribu llevándolo amarrado en una carretilla. Los cazadores se reían de la suerte del erizo, si ellos no hubieran llegado habría muerto ahogado. Para él, eso hubiera sido mejor, morir ahogado no sería tan doloroso como lo que le esperaba al llegar.
Antes de entrar en la aldea vio los cientos de cadáveres que se encontraban afuera. Todos empalados y mutilados, no tenían consideración ni de los cuerpos. Lo que lo dejo aterrorizado fue escuchar el grito de una mujer. Esa voz la reconocería donde fuera, cayendo en llanto y agonía por el destino de ella, su pobre madre. Al entrar, sin mucha expectativa, mira con horror la trayectoria en que termino su madre. Su cuerpo desnudo se encontraba en una mesa de sacrificio, su cabeza y extremidades fueron arrancadas y su estómago se encontraba abierto. Él sabía, con mucho dolor en el alma, que sacaron a su hermano del vientre y lo más probable es que se lo hayan comido. Lo encerraron en una celda mugrienta, veía como todos se burlaban de él y de cómo terminaría.
En un pequeño trono se encontraba el líder de esa tribu, disfrutando de la dulce carne del erizo no nato. Veía como su hermano menor apretaba los puños en señal de desaprobación por sus actos. No iba a aceptar que nadie estuviera en su contra, ni siquiera su propia familia.
- Tú eres el único de nuestra dinastía que está en contra de nuestras tradiciones. Esta matanza solo se hace en honor a nuestro puesto. Ese ha sido y será nuestro legado – lo miro fulminantemente, sin dejar de saborear su manjar.
- Legado, a esto llamas legado. Que nos recuerden por nuestras masacres y destrucción. Nunca me ha gustado esto y he hecho todo lo que ustedes me piden. Pero mi corazón me dice que ya ha sido suficiente. Yo no volveré a hacer nada que me pi≈- sus palabras fueron frustradas cuando sintió el frio filo del cuchillo del guardia leal a su hermano.
- Te lo advierto. Si tú no sigues con lo que hacemos ¡Te mataré, no me importará que tengamos la misma sangre! ¡Si te niegas te mato! – lo miraba con un odio infinito. Su propio hermano negarse al legado de su familia. Su hermano quería pararse y que lo mataran de una vez pero sabía que si moría mucha gente sufriría su locura. Lo vio, se paró y le hizo un ademan de respeto.
- Tienes razón. Por mucho dolor que sienta debo aceptar que esto es lo que nuestra familia quiere que dejemos como legado – mintió para evitar ser atacado de nuevo – así que para enmendar mi error traeré nuevas víctimas, jóvenes y ancianos, para esta noche. – termino decir ganándose su respeto.
- Que bueno que aceptes el destino que te ha tocado. No quiero matar al único hermano que me queda, de nuevo. – dijo esto con una sonrisa macabra. Su hermano se retiró velozmente, esa herida no se iba a sanar sola.
El hermano caminó directamente donde el curandero, mientras en su mente pensaba un plan para detener toda esta barbarie. A su llegada vio que este estaba atendiendo a su fiel amigo por una pierna lastimada.
- ¿Qué paso? – pregunto discretamente.
- Nada. – dijo fríamente, muy diferente a como lo recordaba.
- Ese "Nada" es una manera secreta de decir que los soldados de mi hermano te volvieron a lastimar. –
- Me temo que sí. – Dio la vuelta y vio la cara de su amigo y una pequeña sonrisa de culpa le salió – Y supongo que a ti tampoco te pasó "nada".
- Si, así es. – le devolvió la sonrisa a su compañero – Pero creo que muy pronto llegara a su final. –
- Hablas enserio. ¿Tienes algo planeado? –
- Solo sé que para mañana, antes del amanecer, todo esto habrá acabado – una pequeña sonrisa sale de él, dándole confianza al joven y al curandero.
El líder de la tribu se encontraba buscando entre sus cosas algo especial para esa noche, algo muy importante, con lo cual disfrutaría mucho la matanza del erizo rojo. Luego de muchos minutos, y griterías por no encontrarlo y creer que se lo robaron, lo ve en el rincón más alejado de su habitación. Un pequeño collar con un pequeño símbolo en el medio. No podía estar más feliz, tanto que salto de alegría.
La noche llegó pero eso no significaba que el destino del erizo cambiara. Ese pobre erizo miraba la luna, quería creer con todo el corazón que podría volver a ver otro amanecer pero ¿Para qué? Toda su familia había sido asesinada, más bien dicho masacrada, todo lo que le quedaba ya lo había perdido. Para que seguir, lo único que debía hacer era esperar su destino, cuando ve que lo venían a buscar.
- De esta noche no pasas inútil. Ja ,Ja. – dijo el guardia, amarando sus brazos y llevándose arrastrado a la sala de sacrificios.
A pesar que no quería llorar unas lágrimas salían de sus ojos, no quería morir de esa manera. De la soga que colocaron en sus brazos pasaron otra en el medio para poder levantarlo y dejándolo colgado. Vio como el líder entraba con un látigo y en la punta de este había una pequeña cuchilla, debía ser para dar más dolor. Se acercó a él y lo miró fijamente.
- Esta noche me vas a dar mucho placer. Más que el que cualquier otro me ha dado. – dijo lamiéndose los dientes en un acto de morbosidad.
- ¡Pues comienza de una maldita vez! ¡Inmundo desgraciado de mierda! – dijo enfrentándose a su destino inminente.
El líder comenzó a darle latigazos al pobre erizo, y gracias a la pequeña navaja en la punta, el dolor que debía sentir era colosal pero lo peor lo dejaría al final, el final será lo mejor. Luego de muchos, muchos latigazos nota como la sangre empieza a brotar de este pobre ser. A pesar de lo mucho que le encantaba hacer eso sabía que ya era hora de cambiar la tortura. Cogió un pequeño cuchillo y lo acerco al ojo de su víctima. Este lo miraba pero no con temor sino que con odio. El dolor ya no era un problema, solo había rencor y rabia en esa mirada. Él no aceptaría que un ser tan inferior lo viera de esa manera. Metió el cuchillo en ambos ojos y se los arranco de tal manera para que no muriera desangrado. Se sintió excitado al oír el grito de ese inútil, ver y escuchar sufrir a otros era lo mejor de la vida. De esa manera continua torturándolo toda la noche, violándolo, apuñalándolo, asfixiándolo. Cuando el cuerpo del pobre erizo estaba al punto final de su vida el líder le pone el collar que busco en toda su habitación. Este collar era una reliquia muy maligna, tanto que hasta sus padres querían botarlo. El collar comenzó a brillar y adherirse grotescamente al erizo, como si derritiera a piel de este. El cuerpo del pobre erizo empieza a retorcerse, gritando en el acto. A pesar que el líder cree que el collar es el "método" perfecto de tortura, resulta que es una reliquia mucho más oscura de lo que cualquiera habría pensado. El uso de este collar era para algo más siniestro.
El pobre erizo se encuentra en una zona donde la oscuridad es infinita. El trata de correr creyendo que podrá huir de allí. Lamentablemente no importaba que tanto corriera no hubiera escape.
- Pobrecito, crees que ya eres libre. Patético. – una voz macabra se escuchaba a lo lejos.
- Déjame que me vaya. Ya no quiero vivir más. No quiero sufrir. –
- Yo te puedo conceder eso pero ¿No te gustaría vengarte del mundo que te dejo morir? –
- ¿A qué te refieres? Solo el líder es el único culpable. –
- ¿Eso crees? Dime, ¿porque nadie más te defendió? ¿Porque nadie más se sacrificó por ti? El mundo que tú quieres solo es una maldita mierda. – en eso una grieta se abre y muestra al hermano del líder planeando un contraataque.
- Una vez que termine de matar al erizo todos nosotros entraremos y mataremos a ese maldito. Están de acuerdo. – vio como todo el pueblo, mientras se mantenían escondidos, le respondían con aceptación.
- Te dejaron morir para que solamente ellos pudieran sobrevivir ¿No debía ser lo contrario? – a pesar de no verse ninguna cara se sentía en el aire como si sonrieran.
- Yo, yo, yo… – no tenía respuesta para eso. Pudieron salvarlo a él y a su madre pero fueron unos egoístas. El dolor que ha sentido solo para que otros disfruten de la libertad lo llena de ira hacia todo el entorno.
- Por tú expresión veo que me entiendes. Y tengo la propuesta perfecta para ti. –
- Y esa ¿Cuál sería? – dijo, sin poder creer todavía en donde estaba. –
- Bueno primero te narraré algo de historia. Durante siglos me han puesto en cuerpos de diferentes criaturas, para que pueda liberar todo mi potencial. Lamentablemente, ninguna ha sido suficientemente bueno para mí. He esperado tanto que ni recuerdo cuando fui creado y eso me decepciona a mí mismo. También, con el pasar de las eras, ha disminuido mi conciencia a tal punto, que si no me utilizaban esta noche ya habría perecido. Cuando me pusieron en ti sentí que tu alma emanaba un aura fuerte y poderosa, que me indicaba que eras a quien estaba esperando. – La voz se detuvo por unos segundos antes de continuar hablando – Lamentablemente tú cuerpo no es lo capaz de resistir toda la fuerza de mi poder. Así que te propongo esto ¿Por qué no tomas mi lugar? Como lo dije antes, mi conciencia se ha debilitado pero tú tienes un ideal lo suficientemente fuerte para esperar un nuevo cuerpo. ¿Qué me dices? – La voz termino de hablar, esperando una respuesta. Esta respuesta decidiría el destino de todos.
- En pocas palabras ¿Tú mueres y me dejas a mi vivir como un collar esperando el cuerpo perfecto para poder desatar todo el caos y la destrucción al mundo? –
- Con ese resumen, sí. – respondió. No podía esperar la respuesta que quería escuchar.
- En ese caso ¿Cuándo comenzamos? – respondió el erizo rojo con una expresión de felicidad en su rostro.
Todos los aldeanos que estaban cansados con la masacre que propinaba el líder, aceptaron con felicidad la propuesta que les daba el hermano menor de este. Un ataque certero, mientras hacían sus rituales de sacrificio, sería lo mejor. Esperaron a que los guardias estuvieran entretenidos para en el último momento atacarlos sigilosamente. Cuando todos estaban muertos, especialmente los cazadores que eran los más fuertes, se dirigieron directamente a la sala de sacrificio. El líder vio cómo su hermano dirigía el pueblo para llevarlo a su muerte. Lo que el pueblo no esperaba era que en vez de pedir por su vida empezara a reír.
- Me preguntaba cuanto tiempo se tardarían en revelarse. ¡Pues vengan imbéciles! – reía maliciosamente, no le importaba que lo mataran. Para él solo era el inicio de lo que venía después de la muerte.
Todos los aldeanos, que tuvieron oportunidad, apuñalaron a ese bastardo que les causo mucho daño. El hermano se acercó al cadáver de erizo rojo. Ni siquiera supo cuál era el nombre de esa pobre criatura. Este sería el último sacrificio que se hacía por placer. Se acercó, con el pensamiento de enterrarlo, pero se detiene al ver como empieza a pararse. Esa imagen lo hace quedarse pasmado, como era posible. A pesar de no tener ojos, sentía como este lo miraba. Todos los presentes tampoco podían creer lo que veían. De un momento a otro este empieza a hablar.
- Supongo que deben estar felices. Ya son libres. – Su voz se escuchaba un poco distorsionada, como si hablaran dos personas – Una libertad que yo jamás pude sentir. Mi vida se basó en miedo y llanto, pero ya no. ¡No más! – estas palabras salían con un odio que se podía sentir en el aire. – Todos morirán pero antes sufrirán sin consideración alguna. Yo seré el destructor de este mundo. ¡No puedo esperar la llegada de ese día! – empieza a reír maquiavélicamente, mientras su cuerpo empieza a quemarse.
Luego de que su cuerpo se convirtiera en cenizas el líder de la tribu, que ahora era el hermano menor, se acercó a lo que quedaba de esa pobre criatura. Con dolor por los actos tomados, cogió el collar y lo encierra en un cofre. Luego de varios días guardado y pensando que haría con él, decidió votarlo. Esa cosa no podía estar cerca de nadie. Le dio órdenes estrictas a uno de sus soldados que lo llevara a lo más lejos de allí y que lo enterrara. El soldado hizo todo esto, se alejó y nunca le dijo a nadie sobre la ubicación de este. El líder pidió a todos los presentes de esa noche que no contaran esta historia a sus descendientes. La historia se perdió con el paso de los años. Las décadas pasaban y pasaban hasta que el cofre fue descubierto en medio de una excavación. Luego de ser descubierto, este objeto maligno, paso de mano en mano. Dueños que veían este collar con fascinación y luego con temor por las cosas terribles que pasaban a su alrededor. Luego de tener muchos dueños el collar se perdió en el tiempo, sin saber a dónde fue a parar. Pero todo lo perdido puede regresar. Un joven lo encontró cerca de un río y se lo llevó al castillo de su padre. Poco tiempo después todos los habitantes del castillo, a excepción del niño, murieron sin ninguna explicación razonable. Los chismes contaban que fue el niño, que pudo haber cambiado un condimento por veneno sin darse cuenta en la cocina. El castillo se llenó de muchos rumores y muchos de los que iban se sentían observados por una especie de espectro. Muchos murieron porque quedaron atrapados o porque bloques caían sobre sus cabezas. Todos estos hechos hicieron que clausuraran el lugar por los peligros de este, pidiéndoles a todos los habitantes que no entraran.
Luego de muchos siglos, el castillo seguía manteniéndose en pie. La leyenda sobre este continuaba manteniéndose. Todas estas leyendas atraían a cientos de turistas que, con un poco de valor, se atrevían a entrar. Muchos afirmaban ver una sombra merodear el lugar, pero nada se podía probar. Todas estas leyendas atrajeron la atención de un erizo azul que, a pesar de las advertencias dadas, no dudaría en entrar. En una ventana una sombra se alzaba en ella, viendo al objetivo que había esperado en siglos. Esta sombra era la esencia del collar, que con el paso de los siglos había logrado librarse de esa vieja reliquia, manteniéndose en forma de sombra.
- Al fin. Luego de tanto tiempo podré completar mi trasformación final. Este mundo caerá con todo el dolor que se pueda imaginar. – comienza a reír maquiavélicamente. Sus pensamientos solo están fijados en matar a todo ser viviente y muy pronto se iba a cumplir.
EL BIEN Y EL MAL QUE DESEES TRASMITIR AL MUNDO PUEDE SER TAN GRANDE COMO TÚ IMAGINACIÓN.
