Durante una tibia tarde domingo, la Dra. Lisa Cuddy leía tranquilamente en el living de su casa. Pero en el fondo, lo último que le importaba en esos momentos era la aburrida historia en la que se trataba de concentrar. Pensaba, en su vida, en su paso por la universidad, como había llegado hasta esta edad, sola, con sus intentos de fertilización in Vitro, los intentos de adopción, el último caso de House y lo agobiante que era su trabajo al lado de este doctor, y en fin, todos los problemas que tenía.

Hacía ya algunos días que venía con esta actitud nostálgica, pero pasarse toda la tarde pensando, le hacía sentirse un poco mal. Pasó así toda la tarde, solo cerca de las once de la noche se dio cuenta que al otro día tendría que levantarse temprano para ir al hospital.

- Necesito que me autorices hacer una biopsia cerebral- Irrumpió la voz del dr. House en la oficina de su jefa

- Bueno- Respondió Cuddy, sin apartar la vista de los informes que tenía en su escritorio.

House se quedó trastornado, ¿desde cuando la jefa le daba autorización así, sin preguntas?

- Algo te sucede- Dijo el doctor señalándola con su bastón – O bien tuviste una mala cita con uno de tus nuevos pretendientes por Internet, o tienes trastornos de personalidad por tu embarazo.

- No estoy embarazada – respondió con un tono tan natural que era evidente que algo no estaba bien. – Solo… explícame por que la biopsia.

- Hombre de 47 años, presenta vómitos, cefalea, no es infección porque no presenta fiebre, en su casa no encontramos nada. Hoy presentó edema de papila y trastorno de personalidad. Wilson vio el MR y la TAC. Dice que es probable que tenga un tumor en el lóbulo izquierdo.

- De acuerdo, haz la biopsia –

House se quedo parado por un momento, pensando, y luego se fue a su oficina.

La semana transcurrió del mismo modo, la biopsia cerebral demostró que el hombre de 47 años tenía un tumor cerebral maligno. A House le intrigaba que pasaba con su jefa, su cambio de humor fue muy repentino, durante toda la semana estuvo muy callada, no le dijo nada a House por no cumplir sus horas de clínica, pero pareciera que nadie más en ppth se diera cuenta.

El viernes, después de toda la tarde jugando con su psp en su oficina, House se dirigía en moto a su casa, hasta que algo le llamó la atención. Mientras estaba esperando que dieran la luz verde, miro a través del ventanal del bar de la esquina, al que más de una vez fue con Wilson, y se dio cuenta que la doctora Cuddy estaba sentada en la barra.

House estacionó su moto frente al bar y entró.

- ¿Desde cuando frecuentas bares?- Le dijo el doctor a su jefa, sentándose en un taburete al lado de ella.

Cuddy se tomó de un trago el vaso de ron que tenía, y respondió después de un suspiro que le erizó los pelos a su colega

- ¿Qué quieres?-

- Nada-

- ¿Y por qué estas aquí?

House en verdad no tenía como explicarle que estaba… preocupado por ella

- Estás un poco ebria, vamos, te llevo a casa – Fue lo único que se le ocurrió responder. Aunque a su jefa se le notaba que había bebido un poco de más.

No se dirigieron la palabra en todo el camino desde la dificultosa tarea de que ella se acomodara en la moto con una falda.

- ¿Quieres pasar? – Preguntó Cuddy tratando de meter la llave en la cerradura, pero su estado de ebriedad era suficiente como para que no pudiera.

- ¿Prefieres que abra yo?-

- Ah, bueno-

Ambos entraron en la casa. Cuddy se dirigió a la cocina, y él se sentó en el sofá más grande y dejó su bastón al lado del sofá. Al rato ella apareció con dos tazas de café.

Pasó un rato con un incómodo silencio, sentados cada uno frente al otro, hasta que, invadido por la curiosidad, House se decidió a preguntar

- ¿Necesitas hablar de algo?-

- Si – respondió, revolviendo su café que ni siquiera había probado – Pero no eres la persona más indicada con quien hablar.

- Si es un asunto sentimental, puedo llamar a Cameron –

Sonrió, y al final igual habló

- Es solo…que – Balbuceó- He estado pensando, y… mi vida no es como…esperaba

- Nada es como quisiéramos

- Si, solo es… que me siento… sola. He tratado por varios medios de tener un hijo, una pareja estable, además, mi trabajo me agota, y para colmo mi trabajo te involucra a ti.

Cuddy se paró y dejó su tasa de café totalmente llena en la cocina, y volvió a sentarse ahora al lado de House.

- Ni siquiera se por que te hablo de eso –

- La verdad, me preocupaba por que te pasaba, ya no eras la jefa gruñona.

Cuddy sonrió de nuevo, y se quedó mirando a su compañero, a los ojos, igual que el a ella, su sonrisa se borró de su rostro, se lo quedó mirando, atontada, sumergida en sus ojos azules. Siempre había querido hacer eso, mirarlo a los ojos, esos enormes y hermosos ojos que daban la impresión de estar en el cielo.

- ¿Qué mir…?- Cuddy no lo dejó terminar, se abalanzó rápidamente sobre el y lo besó, primero tiernamente, pero luego se puso más apasionado. A él le tomó por sorpresa, pero le siguió la corriente por unos minutos. Al final, House se separó

- ¿Cuánto bebiste? – Preguntó confundido

- Solo… – Pensó Cuddy- no lo suficiente para que te sientas culpable. Lo suficiente para que me diera cuanta que hice algo que quería hacer.

Ella volvió a besarlo, y el se dejó, la boca de la decana tenía un sabor amargo a causa de todo el alcohol que había bebido, pero no le importó, en el fondo, sentía que quería estar ahí. No le importó que fuera su jefa, lo que Wilson pudiera decir después, solo le importaba, extrañamente, besarla.

La cosa fue subiendo de tono. Cuddy comenzó a sacarle la chaqueta y desabrocharle los botones de la camisa. House se dejaba, le acariciaba detrás del cuello y la sostenía firmemente contra él abrazándola por la espalda. Su mano comenzó a bajar hasta donde la espalda termina, y le desbrochó el cierre de la falda.

En un momento, Cuddy se separó, se levantó, y con una sonrisa picarona lo levantó de un brazo a él también y se lo llevó a su cuarto, lo acostó en la cama y se tendió sobre él. Todo siguió su curso. Cada uno desnudó al otro, los cuerpos juntos, carisias y besos por todo el cuerpo, sudando, alegres. La luz que entraba por la ventana era suficiente para que cada uno viese lo que quisiese ver. A el le encantaba sentir su peso encima, su respiración agitada sobre su rostro, recorrer cada centímetro de su cuerpo. Ella se sentía en el cielo, adoraba sus calidas manos recorriendo su piel, sus besos en el cuello, y ya sentirlo adentro hizo que estallara en gemidos de goce y placer. Al cabo de un rato, se separaron, cada uno se quedo para un lado, ambos sabían que les había gustado, había sido la mejor noche de sus vidas. Cuddy se quedo, al parecer, dormida. El se volteó hacia ella, la miraba sonriente, de ves en cuando le acariciaba el pelo, el cuello o las piernas. Verla tan tranquila le daba una plena sensación de, aunque no lo creía, felicidad. La veía a su lado, y no dejaba de asombrarse de su belleza. Después de un rato, Cuddy reaccionó al sentir la mano de House acariciándola suavemente. Todavía no iba a amanecer. Ronroneó, se dio vuelta, de frente a el, le sonrió y volvió a besarlo, y todo comenzó de nuevo.

Cuddy despertó con el ruido de un portazo. Miró hacia todos lados, y se dio cuenta que estaba sola. Se levantó, se puso su bata y se asomó por la ventana del living de su casa. Vio a House en su moto, listo para irse. Se fue al baño a darse una ducha, mientras pensaba en lo ocurrido la noche anterior.

¿Por qué había pasado? No estaba muy segura, pero no fue por causa de lo que bebió, de hecho, se acordaba de todo lo sucedido. ¿Cómo había estado? Tenía que admitir que fue una gran noche, se lo pasó bien, y no pudo evitar pensar en cómo lo habría pasado él. ¿Qué sería de su relación ahora? No estaba segura del por qué había pasado, así que tampoco sabía que pensaría él. Lo más probable es que se aprovecharía de esto por un buen tiempo. Y esta pregunta pasó por su cabeza sin saber por que; ¿Quería que pasara de nuevo? Trató de pensar que no, pero en el fondo, si quería.

Terminó de bañarse, se vistió y fue a la cocina. Todo estaba igual que la noche anterior. Le sorprendió que House no hubiera comido nada. En el refrigerador, sostenido con un imán, había una nota. Eso si que le sorprendió. La tomó y la leyó. "¿Tenemos que hablar?". Sonrío. "Por supuesto que si", pensó.

En el camino a casa, House pensaba en todo lo que había ocurrido, como lo estaba haciendo también Cuddy en ese momento. No se sentía culpable por el hecho de que su jefa estuviera algo borracha, lo había pasado increíble, a demás, ella tomó la iniciativa. No estaba muy seguro si ella querría hablar del tema, solo esperaba no verla hasta el lunes en el Hospital, tal vez debería hablar con Wilson. Trató de no pensar en eso, pero no estaba seguro si lo había echo solo porque quería acostase con ella, digamos, por su cuerpo, o por una razón, tal vez, un poco más fuerte.

Al llegar a su casa, dejó el bastón en la entrada y se fue a la cocina en busca de algo que comer. Al poco rato, sonó el teléfono. Era Wilson.

-¿House? Te llamé anoche, y tú no me llamaste para que fuera a recogerte a alguna parte… ¿Dónde estuviste anoche?

- Lo siento, ¿Me extrañaste mucho?-

- House… cuéntame. ¿Qué hiciste?

- No te sido infiel, cariño. Por lo menos mueve el culo hasta acá si tanto te interesa.

- Ahá, claro.

Ambos colgaron. House se quedó pensativo un momento. Se sentó a comer en su sofá viendo TV hasta que Wilson llegara.

Al cabo de un rato. Alguien toco la puerta. Obviamente era Wilson. House se paró dificultosamente y abrió la puerta.

- Hola, House

-Hola

Wilson entró y se fue a sentar. House izo lo mismo

- ¿Dónde pasaste la noche?

- ¿Por qué tanto interés?

-¿Hiciste algo malo?

-mmm.., Técnicamente no

- ¿Pasaste la noche borracho botado en el suelo de un sucio bar?

- No

Ambos se quedaron callados, mirando un horrendo comercial sobre un nuevo refresco en la TV. Sin estar muy seguro de por que, House lo soltó;

-Me acosté con Cuddy- Dijo en un tono natural-

- Jojo, si claro – Respondió Wilson, aún mirando la tele. House se le quedó mirando seriamente. Wilson despego su vista de la tele. Su sonrisa burlona desapareció en cuanto vio la cara seria de su amigo.

- ¿Que…no…tu? No es en serio, ¿verdad?

- No

- House…

- Si

- ¿Si qué?

- Si me acosté con ella – El tono de su voz era totalmente convincente. Wilson no salía de su asombro

- ¿Qué? ¿Cómo?

- La encontré media borracha en un bar.

- ¿Y te aprovechaste de tu jefa ebria para acostarte con ella?

- Ella empezó – House seguía hablando como si no fuese la gran cosa, lo que su amigo no podía entender.

- ¿Me puedes decir cómo paso algo así?

- Pues, la encontré en un bar, la llevé a casa, me invitó a pasar, hablamos, me besó y me llevó a su cuarto.

- ¿O sea que ELLA te LLEVÓ a su cuarto?

- Si

Wilson estaba fuera de si. ¿Cuánto podría haber bebido la jefa para hacer eso?

- No no no no, me estás mintiendo, es… totalmente imposible.

- Pregúntale a ella.

Wilson comenzó a pensar que en realidad era verdad, pero estaba confundido.

- ¿Cuánto Bebió? – Preguntó Wilson

- No mucho, solo estaba algo mareada

- ¿Hablaste con ella esta mañana?

- No, supongo que no me buscará hasta el lunes en el hospital

El oncólogo estaba confundido y sorprendido. A House no le importó decírselo, ¿Cómo fue que Cuddy pudiera querer, si no estaba tan ebria? Tal vez si lo estaba, y su amigo no lo quería decir. Prefirió esperar a ver que pasaría el lunes en el hospital.